Bien! Hace millones de años que no aparecía por aquí, estoy trabajando en mi fic Caraphernelia para acabarle y en No estás solo también. Pero quería dejaros este extraño prólogo que espero que os guste. Dadle una oportunidad, me comprometo a subir una vez por semana, los sábados por la noche. Ahora os lo dejo, espero que os guste!

Disclaimer: Naruto no es mío, Masashi Kishimoto lo creó. Con lo cual los OC que hay los cree yo.


Prólogo

Algo nuevo comienza.

"Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómo."

Friedrich Nietzsche, filósofo alemán.


-Se han graduado con éxito nueve de los veinte alumnos de la clase.

-¿Puedes dejarme la lista, Sakura?

La mujer le entregó un pergamino con nueve nombres escritos con letra apretujada. Hizo un breve cálculo de cabeza mientras los leía y después comenzó a hacer formaciones de tres en otro pergamino que tenía abierto sobre el escritorio. Sakura se mantenía de pie al lado de Naruto, mientras éste escribía nombres a la par que comparaba las habilidades y pensaba las mejores formaciones. Dejó el pincel sobre la mesa y le dijo a su acompañante:

-Han salido tres grupos. Uno de ellos está perfectamente equilibrado. Uno de rastreo y otro de técnicas físicas.

-Hay un equipo del que no estoy segura al cien por cien, Naruto-Murmuró Sakura revisando la lista-Has juntado al que tiene mayor nivel de ninjutsu y la que tiene mejor nivel de genjutsu…Con una de las más mediocres de la clase. Este equipo no está perfectamente equilibrado…

-¿Está oponiéndose a mi juicio, Sakura-san?-La miró directamente a los ojos-¿Tiene algún problema con la distribución?

El tono duro e inexpresivo de Naruto asustó a la mujer, incluso más que aquel tono de respeto que se había apoderado de la voz del actual Hokage.

-Por supuesto que no, Hokage-sama-Respondió de forma inmediata-Lo que digo es que ha hecho un equipo que cojea…Quizás si cambiara a…

-El equipo siete se quedará tal y como está. Según el informe de sus habilidades, Shin Ichiraku flojea en lo que se refiere a genjutsu, mientras que Midori Uchiha flaquea en su carácter. Hana Uzumaki los ensambla, pues tiene una enorme cantidad de chakra y se puede decir, tal y cómo lo ha escrito aquí, que su resistencia es una de las mejores.

-Esto va a salir mal…-Suspiró Sakura apoyándose en la mesa.

-Discutiremos sobre ello más tarde-Exclamó el hombre rubio levantándose de la silla.

Se dirigió a la puerta e hizo pasar a tres personas. Cada uno vestía de una manera diferente.

-Os he mandado llamar para haceros saber el grupo que os ha tocado.

-Eso lo explica todo…-Comentó uno de los hombres, de pelo azabache.

-Simplemente espero que no me toque ningún raro como a Akuma-san-Murmuró la segunda, una mujer de extravagante ropa y pelo rubio.

La única que no habló fue la tercera, otra mujer. Se mantuvo con un aire pensativo durante lo que duró la breve conversación. Tenía los labios fruncidos en una férrea línea y sus cejas violetas casi estaban unidas.

-¿Tienes alguna duda, Shizuka?-Preguntó Naruto al ver su preocupación.

-No, Naruto-sensei-Respondió con voz pausada-Confío en su criterio.

-Bien, entonces…Sakura, di los equipos.

-Daichi Katō te ha sido encomendado el equipo nueve, compuesto por Kin Hōzuki, Rock Rioku y Atsushi Hōseki.

Daichi asintió, recolocándose el chaleco táctico. Bajo él, llevaba un mono azul marino con dos espirales en cada hombro. Llevaba su banda ninja en el brazo izquierdo y en las piernas tenía unos calentadores naranjas que desentonaban con su atuendo.

-Kohaku Namida, tienes al equipo once con Tsume, Mimi y Nioi Inuzuka junto a sus perros.

La mujer rubia tragó con dificultad. A la mayor de las trillizas le faltaba un tornillo. Llevaba un conjunto compuesto por una falda beige, unas medias de rejilla, una camiseta negra y encima una túnica negra también. Llevaba la banda ninja en la cintura.

-Y Shizuka Hatake, estás a cargo del equipo siete. Formado por Shin Ichiraku, Midori Uchiha y Hana Uzumaki.

Shizuka expulsó el aire que contenía de golpe. Conocía a dos de los tres niños de doce años que estaban bajo su cuidado y una de ellas en especial la traía por la calle de la amargura. Se ajustó la pañoleta que llevaba en la cabeza con su protector de la aldea. Iba vestida igual que Daichi, menos el mono que era de color negro. Tenía unos guantes sin dedos con una placa metálica y el rasgo más vistoso en ella era una cicatriz que cruzaba su rostro en diagonal. En su brazo derecho había atada una cinta roja y otra blanca.

-Dicho esto, id en busca de vuestros equipos. Ya sabéis, tomar contacto con ellos.

Shizuka desapareció en una nube de humo, mientras que los otros dos se marcharon uno por la puerta como la gente normal y la otra por la ventana. Naruto se sentó en el escritorio y Sakura le miró fijamente. Al sexto Hokage le pasaba algo, pues parecía demasiado metido en sus pensamientos.

-¿Qué es lo que piensas, Naruto?

-Nada importante-Compuso una gran sonrisa para tranquilizarla-Estoy deseando llegar a casa para estar con Hinata y Kushina, nada más.

Consiguió lo que quería, pues Sakura relajó el rostro y mostró una suave sonrisa.

-Eso me recuerda que debo ir a buscar a Mikoto, Ino la recogió de la academia hoy. Por cierto, ¿sabes cuándo llega Sasuke de misión?

-Lo más probable es que ya esté en casa. Hace unas horas me llegó un mensaje suyo con un halcón-Su sonrisa se ensanchó-¡Venga, te doy la tarde libre!

-¿Estás seguro, Naruto? Llevaré la lista con los equipos a la academia, si me necesit…

-Tranquila, no creo que te necesite. Ahora vete.

Dicho esto, la mujer se despidió de él. Cuando dejó de sentirla dentro del edificio, se volvió a quedar pensativo. Miró por la ventana como la nieve caía en la aldea. Un bonito espectáculo que pocas veces se podía ver por el agradable clima del lugar. Se vio por un momento en el reflejo que le ofrecía el cristal de la ventana.

Había cambiado bastante desde que acabó la Cuarta Gran Guerra Mundial. Había crecido unos cuantos centímetros más, llegando al metro ochenta casi, y había adquirido una mejor forma física. El pelo, que usualmente había llevado corto, le llegaba hasta la mitad del cuello y seguía de su color rubio natural aunque se podía vislumbrar alguna cana. Llevaba un mono negro bajo el chaleco táctico que tanto le había costado conseguir y encima, una capa roja muy oscura. Y por lo demás, tanto su característica sonrisa como sus profundos ojos azules, seguía igual. Quizás con el paso de los años su carácter había cambiado un poco, pero seguía siendo el ninja número uno en sorprender a la gente.

Se olvidó de su tenue reflejo y suspiró, borrando la sonrisa que había mostrado durante todo el rato. Cuando había escrito los nombres de los nuevos equipos de genin, le había recorrido un repentino escalofrío.

Y podía jurar que al escribir el nombre de su hija junto al de la hija de Sasuke, había tenido un mal presentimiento al instante.

-Shannaro!-

-¡Cómo te coja te vas a enterar Hana Uzumaki! ¡Me pagarás el destrozo!

Cualquiera que estuviese en ese momento en la nevada calle principal de Konoha, podría tener dos opciones. La primera, soltar una risita absurda y seguir con su camino. Y la segunda, intentar detener a la niña de doce años que corría como un demonio.

Tenía el pelo liso, de color negro azulado. Sus ojos vivaces eran de una azul tan claro que parecían dos trozos de hielo. Vestía una chaqueta gris con dos rayas verticales negras, una camisa oscura con el cuello de rejilla debajo, unos pantalones marrones oscuros junto a unas sandalias negras y una bufanda color crema algo larga que revoloteaba suspendida en el aire por la velocidad que llevaba. Y su recién adquirido protector se acomodaba en su frente bajo el flequillo que a veces entorpecía su vista.

-¡Le juro que ha sido sin querer, Ino-san!-Gritaba esquivando un trozo de cerámica-¡Perdóname, por favor!

-¡Vuelve aquí, mocosa, te voy a espabilar de una vez!

Dos niñas de siete años miraban algo asustadas a la mujer rubia que amenazaba a Hana con el puño en alto. A su alrededor yacían lo que habían sido una docena de macetas de cerámica marrones. Ino echaba chispas por los ojos y casi llamaradas por la boca. ¡Era la quinta vez que le montaba tal estropicio! Por todos era conocido que ni el tiempo había apaciguado el fuerte carácter de la Yamanaka y había cogido algo de inquina a la hija del sexto Hokage desde el primer incidente que habían tenido.

Hana corría por su vida. No es que fuese cobarde ni nada por el estilo, pero sabía lo que pasaba cuando enfadaba a ciertas personas. Había sido todo un accidente. Llegaba tarde a la reunión con su equipo (el cual había maldecido en voz alta en cuanto los habían anunciado esa misma mañana) y cómo iba corriendo sin mirar por donde iba, se tropezó con la mujer de su tío Neji que casualmente cargaba con ayuda de Mikoto y Kaede, ésta última era su hija, la docena de macetas.

No se paró hasta llegar al campo de entrenamiento. Intentó recuperar el aliento, con la cabeza agachada y las manos en las rodillas.

-Llegas tarde, ¿cuál es el motivo de tu retraso?

Al levantar la cabeza, se encontró con la mujer que parecía ser su sensei. A pesar de sus ojos cansados, la dirigía una dura mirada.

-Perdón, tuve un pequeño contratiempo en el cen…

-No quiero escusas. Por ser el primer día lo dejaré pasar, pero la próxima vez….Simplemente espero que no haya próxima vez.

La chica tragó saliva y se fue a sentar junto a sus compañeros. Era el primer día y ya empezaba con mal pie.

-Bueno, ahora que ya estamos todos, nos toca presentarnos-La mujer se aclaró la garganta y comenzó-Me llamo Shizuka Hatake, lo que me gusta poco os interesa…Mi sueño para el futuro es algo privado y mis pasatiempos son tantos que os aburriría…Ahora tú, chico.

-Bien, mi nombre es Shin Ichiraku, lo que me gusta es sentarme en la hierba, mi sueño para el futuro es convertirme en un ninja igual de fuerte que mi padre y mi pasatiempo favorito es ayudar a mi madre en el restaurante.

El chico que había hablado era pálido, con el pelo castaño oscuro y los ojos negros. Era flacucho y algo desgarbado. Llevaba puestos un jersey aguamarina y unos pantalones grises con unas sandalias negras y un pañuelo gris en el cuello. Mostraba su banda ninja en la frente. Shizuka asintió y señaló a la chica que estaba a su lado.

-Mi nombre es Midori Uchiha, lo que me gusta es practicar con la espada, mi sueño del futuro es superar a cualquier ninja que se ponga frente a mí y no tengo muchos pasatiempos.

Se notaba a leguas que era del clan Uchiha solo por la forma de actuar. Aunque su pelo, de una tonalidad rosa oscuro, no lo demostrase al igual que sus ojos de un vibrante verde. Llevaba una camiseta de cuello alto negra y debajo una de manga larga gris oscura, junto a unos pantalones blancos y unas sandalias negras. Portaba su protector a modo de cinta para sujetar su largo pelo.

-¡Soy Hana Uzumaki!-Exclamó efusiva la niña restante-¡Me gustan los dangos y las patatas asadas! ¡Mi sueño de futuro es que me admiren por lo que soy y mi pasatiempo es estar con Tsunade-bāchan!

Shizuka se mordió el moflete por dentro. Estos tres le iban a dar más de una dolor de cabeza mientras estuviesen bajo su mandato. Sacó el tanto que llevaba en sujeto en la espalda baja y les informó, mientras que con la mano libre sacaba dos cascabeles:

-Tenéis que quitarme esto antes de que anochezca. Si no, os devolveré a la academia…¿A quedado claro?

Los tres asintieron y se pusieron en marcha para conseguir esos cascabeles. Shizuka simplemente les analizó por un momento, mientras la atacaban, y ya sabía sus puntos débiles. Un brazo demasiado lento, piernas que no están bien coordinadas, golpes demasiado directos…Compuso una sonrisa y paró cada ataque que recibía. Después, desapareció en una nube de humo.

Se iba a divertir de lo lindo con aquellos mocosos.


Comienza en invierno por el simple hecho de que me encanta y porque debe de ser así. Espero que no os haya caído mal ningún OC por el momento y espero que os haya gustado y esperéis al próximo capítulo!

Algún jugoso review de re-bienvenida? :D