Hola. Este es el primer fanfiction que escribo y además, sobre Shinji y Hiyori, Vizards de Bleach.

Por favor dejen opiniones y consejos, criticas y quejas.

Agradezco a mi hermana –que me propuso la idea de ponerme en la piel de la Vizard más letal-que me aconseja y me apoya en cada una de estas locas ideas. ¡Ah! No tengo idea de lo que significa SPOILER o demás términos que, a medida que me vaya adaptando a , los iré agregando a mi diccionario.

Espero que este fic sea del agrado de cada uno de los lectores ya que trate de que Hiyori tuviera su "Original Character", o sea ojala no sea OOC…

Disclaimer: Por supuesto, Bleach no me pertenece. Su dueño es Kubo Tite, el gran creador de estos personajes aunque no les de mucha importancia.

La peor caída

Tema: Hiyori se reencuentra con Shinji, luego de que él no se despidiera al recobrar su puesto de capitán- y suceden cosas inesperadas para ella.

1: Aguafiestas

Muchas cosas han cambiado. Desde que Ichigo pudo vencer a Aizen, el almacén se ve más luminoso y limpio, pero con la ausencia de Kensei, Rose y Shinji quienes afortunadamente recuperaron sus respectivos lugares de mando.

Hoy es el cumpleaños de Mashiro, quien no quiso decir su edad y opto por invitar a los capitanes Vizards y sus tenientes a su horrorosa fiesta. Lo que significa que tendré que esconderme en alguna habitación. No quiero estar presente junto a simples shinigamis.

-¡Por favor, Hiyori!-insistía Mashiro-No es para tanto, los tenientes vienen solo para aumentar líos…Además, oí que el teniente de Kensei es muy atractivo-comentó con voz misteriosa y soltó una risa-¿Quién sabe?

-¡Déjame en paz, Kuna!-pedí casi ofendida.

-Por favor…Hace 3 años que no los vemos-recordó penosa, enfatizando la cantidad-Deben de extrañarte…

La mire, como siempre miro a cualquiera cuando ya he dicho que no. La mocosa solo puso cara de perro triste.

-No insistas, Mashiro-interrumpió Lisa-Si no quiere estar aquí, es mejor o ¿quieres que pelee con Shinji cuando lo vea? ¿Cómo nos miraran los demás tenientes?

-No será una fiesta sino una guerra, niña-asumió Love, y agrego, sugiriéndome:-además si quieres, puedes irte con Hachi. Ya trabaja en su local de comida.

-No necesitas echarme, estúpido-

-¡Mocosa!-chilló, dándome un golpe en la cabeza.

Me queje para mis adentros, sabiendo que no podría devolvérselo.

Kuna pareció pensarlo mejor y asintió con la cabeza al consejo de Love, evitando una gran queja y berrinche.

Era cierto. ¿Cuál sería mi reacción al ver a aquel idiota? La última vez que lo vi...estaba desangrándome…La última vez que hable con él fue por teléfono para recriminarle el porqué de su regreso a La Sociedad de Almas y no el mío…Pero seguramente lo recibiría con un golpe.

Así que decidí esconderme y fingir que salí, en el cuarto que Love construyo para mí cuando tenía que curarme de esa maldita gran herida. La fiesta es de Kuna así que tratare de no arruinarla.

Las paredes blancas, mi armario con mis equipos deportivos, la pequeña mesita de luz. Es extraño que no estuviera maldiciendo todo pero me encontraba tranquila, extrañamente tranquila.

Me mire al espejo y tenía mi ceño fruncido, que todavía parecía una porción infaltable de mi rostro. Mis ojos marrones, mi pelo áureo nuevamente largo y dividido en dos coletas altas a ambos lados de mi cabeza, mis mejillas claras , mis pómulos con esas tres pequeñas pecas, mi colmillo izquierdo; Características únicas y propias que me permitían ser yo misma y así seria por el resto de mi vida, nada cambiaria.

Exhale. En parte, echaba de menos a mis compañeros. Había pasado con ellos los últimos 115 años y fueron, cada uno a su forma, un gran soporte ante la Hollowficacion. Incluso el estúpido de Shinji.

También lo fue la llegada de Ichigo a nuestras vidas. Nunca pude admitirlo. Pero luego de tanto tiempo, había llegado la hora de madurar y aceptar una realidad imposible de contradecir. Además, Ichigo se volvía cada vez más fuerte y se acerca cada vez más al control de un vizard y quizás aun más, aunque él no quiera aceptarlo.

Kisuke lo traerá a esta ridícula función.

Alguien tocó mi puerta, sacándome de mis pensamientos.

-¿Quién?-

-¡Hiyori!-llamaba el futuro Vizard.

Abrí la puerta y rápidamente dirigí mi sandalia a la cara de Ichigo; Pero un bastón detuvo el golpe.

-¡Kisuke!-reclame-¿Qué haces?

-Un golpe en la cara no es un saludo cortes, Hiyori-san - dijo el hombre bajo el ridículo sombrero.

Hice un mohín. No me interesaba.

-¿Vas a bajar?-inquirió Ichigo, curioso

Solo lo mire.

-De acuerdo, de acuerdo. ¡Ya entendí! ¡Me voy!-

Observe a Kisuke. El sombrero no encajaba con su ropa ni con el león colgando de un bolsillo.

Lo volví a pensar: ¿un león?

-¿Qué es eso?-señale al peluche

-¡Ah!-exclamo-es Kon, un gigai que pensé que a Mashiro le gustaría.

Afirmé con la cabeza.

-¿Esta es tu amiga Lisa?-soltó palabras el león.

-No, ella es Sarugaki Hiyori-

-¿El demonio del que siempre hablas?-

Kisuke se rio para romper la tensión.

-¡No es un demonio, Kon!-reprochó, con gesto de molestia.

-Los demonios no tienen pechos…-el león levanto un dedo para indicar superioridad…-¡Y ella no tiene!-

-¡¿Ah?!-chille y se dilataron algunas venas de mi frente-¡Endemoniado peluche!

Tome al león del bolsillo de Kisuke, y lo estrangule un poco con una mano.

-¡Suéltame, demonio!-decía entre titubeos.

Estoy segura de que había regresado esa sonrisa mía, maliciosa y maligna a mi boca, y eso me llevó a arrancarle el brazo al peluche.

Gimoteó un poco y se liberó, para salir a correr.

Kisuke me observó, resignado.

-¡Perra maldita!-

-¡Sigue corriendo!-sugerí,

-Hiyori-dijo con voz tranquila-¿Esperaras a Shinji?

-¿¡QUE?!- chillé-¿Por qué crees eso?

-Ha pasado tiempo…debe extrañarte-

Negué tal afirmación.

-Te conozco, Hiyori- afirmo seria y cautelosamente -Se porqué estas mas enojada de lo normal-

-No seas idiota, Kisuke- pedí con mi tono de rugido-Ellos me abandonaron aquí ¿Por qué querría verlos?

Kisuke, rápidamente, me abrazo con gentileza.

-¡Aun sigues siendo mi niña, Hiyori-san!-susurro, dándome ligeras palmadas en la espalda-No me importa cuán terca seas.

Me tomo por los hombros y me obligo a verle a los ojos, con la finalidad de mostrarme cuanta alegría que le daba verme con una gran sonrisa. Una como las de antes.

-…Estúpido…-musite.

Cerré la puerta con fuerza y me senté en el piso. Kisuke siempre me hizo sonrojarme. Siempre supo como ablandarme y como llegar al fondo de mi.

Nunca me costó saber que Kisuke me apreciaba mucho…

Recostada, empecé a oír la música que provenía desde abajo. Los invitados quizás ya estaban abajo.

No me interesa. No me interesa….Me repetí a mí misma.

Sigilosa, empecé a reabrir la puerta y me arrastre por el suelo, lentamente hacia el piso que me servía de balcón.

¿Kensei estará? ¿Rose?... ¿Shinji? Me pregunté.

Kisuke también sabía…que tendría curiosidad.

Resumen próximo capítulo: Comenzó a beber sake, su bebida preferida y, patéticamente, tomo por la cintura a una joven, más bien una niña, quien respondió al abrazo ruborizada mientras él le ofrecía la bebida y le sonreía con esa típica sonrisa suya.