Hi! les dejo esta vez, un intento de Drabble que se me fue de las manos.

Enjoy


Habían creado una rutina. O más bien, él la había creado. Llegaba todos los días casi media hora antes que Harry, se duchaba, se vestía y después caminaba, descalzo y con ropa "de casa", más cómoda y suelta que la que usaba en el trabajo y que había sacado del cajón de Harry, hacia la cocina. Ponía el agua a calentar en la forma muggle, una maña que se le había pegado del moreno, sacaba de la alacena una taza y el té y cuando Harry llegaba desde su turno en el ministerio, irrevocablemente encontraba una taza recién hecha de un delicioso y dulce té encima de la mesita de la cocina. El Auror, cansado a esas alturas del día, a veces recién llegando de alguna redada o misión, le agradecía el gesto con un besito en los labios y una radiante sonrisa. Se la tomaba en silencio, lentamente, mientras le contaba a Draco de que había ido su día. Y después el moreno se metía a la ducha, y luego los dos se iban a la cama, a dormir. O no.

Pero, cuando ese día, el fogonazo de la chimenea no trajo a Harry, si no que a su pelirrojo compañero, Draco miró a Ron y luego a la perfecta taza que reposaba sobre la blanca superficie, su mente corriendo a mil kilómetros por hora, su mente gritando, su cuerpo entumeciéndose. Escucho lejanamente la voz del pelirrojo, pero solo se giró a enfrentarlo cuando este puso una mano, extrañamente suave, sobre su hombro.

- Llévame con él- fue todo lo que dijo.

La noche fue larga. Y el día que lo siguió, aún más. Había escuchado una y mil explicaciones, opiniones, lamentos, promesas, pero todo le resbalaba como si se hubiese convertido en cristal, duro y frío. Aunque estaba bastante seguro de que no había sido así, ya que sentía perfectamente el tacto de la mano de Harry entre las suyas, y también su calor, aunque este fuera menos de lo acostumbrado. Escuchaba los sonidos de chequeo, el pasar de enfermeras y doctores, el abrir y cerrar de la puerta. Y luego ese maldito silencio. Ese que había desaparecido de su vida cuando había decidido unirla a ese hombre que reposaba a su lado.

.~.

Cuando el moreno por fin abrió sus ojos y le regaló una sonrisa de disculpa, Draco sintió como le volvía, casi literalmente, el alma al cuerpo. Y sintió también el cansancio de no haber dormido, de haber estado sentado a su lado en esa más que horrible silla, el resentimiento de su estomago y cabeza al no haber probado bocado. Aún así, espero a que Harry pasara por todos los exámenes, visitas, recomendaciones, y casi amenazas por parte de los Weasley para poder llevárselo a casa. El moreno caminaba lento, con el dolor aún en su cuerpo y una orden de tomárselo con calma sobre su espalda y miembros. Draco, que lo ayudaba a caminar, pretendía pasar inmediatamente hacia la habitación y hacer cumplir a Harry esa engorrosa orden de reposo, aunque le costara Merlín y ayuda. Pero el moreno paró frente de la cocina y se fijó en un punto, hacia el cual los ojos de Draco se dirigieron también. Ojos verdes y plateados se encontraron en una simple taza, ni siquiera de la porcelana más pura, que aguardaba por su dueño en la cocina.

- Te hice una taza de té- dijo el rubio, bajito, repitiendo la frase con la que siempre recibía al moreno ahí en el mismo lugar donde estaban parados.

El ojiverde lo miró con sus ojos brillantes de amor y de un extraño matiz, mientras le regalaba otra sonrisa, más grande que la de todos los días. También le dio un beso más profundo, dulce y apasionado y cuando se separo levemente de esos labios, susurró sobre ellos:

- Lo sé.

Fin.


Siempre me ha parecido que hacerle una taza de té a alguien, es algo muy romántico. Algo que requiere un nivel de unión. En fin.

Espero les haya gustado. Sus reviews, como siempre, son muy bienvenidos! :)

Adios!

Ele~