Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece. Esto es mero entretenimiento.

Bien, es algo súper bobo que se me ocurrió tras ver cierta película y tras investigar sobre juegos de adolescentes(?) dí con el nombre ¡ja, ja!

Si todo sale bien cada pareja tendrá su "capítulo".

KatsuDeku. ShouToko. MomoJirou.


Siete minutos

Sabía que las cosas habían estado muy tensas entre ellos, se percibía con facilidad en el ambiente turbio y sofocante que invadía cada rincón del edificio de los dormitorios, y aunque en estos momentos estaban enfocados en su entrenamiento suponía que relajarse por al menos una noche no les haría daño.

Así que allí estaban, en la sala únicamente con las lámparas de las mesas esquineras encendidas, formando un círculo alrededor de la mesa para café central, nerviosos y expectantes de los próximos papelitos en ser sacados del recipiente de cristal.

Le sorprendió que la mayoría hubiera accedido a participar en el juego y aunque los números entre mujeres y hombres eran dispares continuaron el juego, después de todo no tienen por qué ser escogidos por género y lo que se hace dentro del armario no es algo en específico así que qué importaba si salían los nombres de dos chicos, como el primer par en tener sus siete minutos en el cielo, Shouji y Tokoyami.

Quisieron hacer las cosas más interesantes, el primero en ser nombrado deberá entrar inmediatamente al armario, en este caso el cuarto de limpieza, y desconocerá a su pareja en el cielo hasta que le vea entrar. Tokoyami fue el primero, y cuando nombraron a Shouji éste se levantó sin pensarlo mucho y entró junto al chico cuervo sin vacilar. Se quedaron en silencio, ellos no tenían una mala relación pero tenían curiosidad por saber qué es lo que harían, brincaron en sus sitios cuando escucharon algo caer contra el suelo casi al segundo de cerrarse la puerta y prefirieron ponerse a jugar cartas en lo que pasaban los siete minutos.

No había reglas en sí, se puede hacer todo lo que quieran siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo.

Al verlos salir no lograron entender lo que pudo pasar, el más alto lucía impasible como siempre pero Tokoyami estaba un tanto inquieto y nervioso. Shouji les dijo que simplemente hablaron y el chico emplumado se encogió en su lugar. Tal vez debieron dejar una cámara allí adentro.

Jirou fue la siguiente en ser nombrada e inesperadamente Yaoyorozu fue su pareja. Algunos chicos murmuraron cosas, que no era justo o que era absurdo, porque entonces las posibilidades de entrar al cuarto con una de las chicas habían disminuido. Salieron bastante calmadas y una vez se sentaron se dirigieron miradas cómplices que sólo ellas entendían.

Como ella había sido la que propuso la actividad todos estuvieron de acuerdo en que sacara los papeles del contenedor donde los depositaron. Miró el bulto de papeles dentro del recipiente y después vio a cada uno de sus compañeros, era la tercera ronda, cuatro ya habían salido del juego y dos fueron mujeres, ¿quiénes podrían ser los siguientes?

Ella ya lo sabía, se había cerciorado de tocar dos papeles en específico. Cerró los ojos mientras se disculpaba con el muchacho de cabello verde y procedió a activar su individualidad para sacar el primer papel, obviamente de la manera más discreta. El papel flotó un poco entre el resto, un ínfimo movimiento para que lo identificara y lo tomara con sus dedos. Empezó a desdoblarlo y vio el nombre escrito.

Tragó saliva, no estaba segura de continuar con esto. -...Bakugou. -Dijo al fin.

El de individualidad explosiva estaba jugando completamente obligado y con un gesto de querer matar a alguien; Kirishima le había insistido en que se quedara y contra todo pronóstico el de cabello cenizo se quedó. Cuando lo mencionó todos se quedaron de piedra pero no tardaron mucho en hacerle bulla para que se levantara y fuera hacia el cuarto, bufó y gruñó pero aun así se metió en el cuarto.

Cerró los ojos de nuevo y volvió a disculparse con Izuku en su mente mientras activaba de nuevo su habilidad.

No era desconocido para los de la clase 1-A que Midoriya y Bakugou venían de la misma escuela secundaria y tenían conocimiento de que eran conocidos o amigos, aunque la actitud del rubio decía todo lo contrario. Sin embargo ella sabía que había cosas entre ellos que nunca habían resuelto, y que probablemente nunca resolverían, porque últimamente se miraban con frecuencia a las espaldas del otro; Bakugou era demasiado terco y Midoriya no era muy asertivo frente al primero.

Agarró el segundo papel y tras desdoblarlo leyó el nombre. -...Deku.

El rostro del chico de pecas palideció y todos voltearon a verlo. Nadie dijo nada durante un rato y comenzaron a mirarse entre ellos mientras susurraban cosas sobre la posibilidad de que Katsuki lo matara allí dentro. Tal vez realmente era mala idea.

Kirishima, que estaba sentado a un lado de él, puso su mano sobre su hombro, dándole ánimos mientras le decía algo que sólo Izuku debió escuchar. Hizo un ademán al pasar saliva y apretando los labios se levantó y caminó hacia el cuarto de limpieza. Todos le siguieron con la mirada y dejaron de respirar cuando tocó el picaporte. Entró rápidamente y se quedaron atentos.

No escucharon nada.

Pasó un minuto, nada.

Dos minutos, nada.

Tres minutos, nada.

Cuatro, absolutamente nada.

¿Qué demonios estaban haciendo adentro? ¿Acaso Bakugou había aprendido una técnica silenciosa de asesinato?

Cinco minutos, aún nada.

Comenzó a ponerse nerviosa, ¿estaría bien?

Seis minutos, no, nada.

Miró el reloj alterada, faltaban treinta segundos. No era como si fuera fácil escuchar lo que sucede adentro, en especial si se habla en murmullos o a un nivel decente, pero dudaban que las cosas fueran a ser calladas con alguien como el cenizo adentro.

En verdad debió poner una cámara, aunque estuviera en contra de las reglas.

6:57, 6:58, 6:59, 7...

El estruendo de una explosión les sobresaltó. El pomo de la puerta salió disparado contra la pared junto a algunos pedazos de madera y unas cuantas astillas.

El causante de la explosión salió primero y hecho una furia se alejó con rumbo hacia las escaleras. Después salió Izuku, un tanto agitado y una parte del cabello entre despeinada y chamuscada. Se rió nerviosamente al voltear a ver a sus compañeros y les pidió disculpas antes de retirarse a su habitación.

Uraraka le vio detenidamente y se sonrojó un poco al notar una dentada en el cuello del peliverde.

Suspiró aliviada cuando el chico subió por las escaleras, aparentemente las cosas se habían resuelto entre ellos -o quizá ni siquiera había cosas por arreglar-, y un poco decepcionada volteó a ver el cuarto de limpieza, ya no tenían lugar para seguir jugando.