Disclaimer: Los personajes de estahistoria no me pertenecen, son propiedad de Adam Horowitz, EdwardKitsis y la producción de ABC. Mi único propósito con ellos es hacerlos víctimas de mis locuras para diversión y gusto propio y de quien lo lea.
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Solo necesitó doblar en la esquina equivocada para adentrarse en un mundo desconocido donde cualquiera podría perderse entre el ruido y las demás personas. Regina llevaba tan solo una semana viviendo en la "gran ciudad" así que el que sele perdiera
el camino a la oficina de la vendedora de bienes raíces era algo de esperarse. Sabía que debió tomar un taxi y olvidarse de la loca idea de explorar el lugar que sería su hogar por un buen tiempo.
Decir que la vida se la había puesto fácil a Regina era una total y completa mentira. Durante años vivió bajo el yugo de su madre, Cora, y aguantando los arranques celosos de su hermana Zelena. Calló cuando Cora la separó de su primer amor,Daniel,
cuando era joven porque él no estaba a su altura, según su madre. Pero el reciente evento en que su hermana estaba involucrada fue la gota que colmó el vaso.
Regina había conocido a Robin cuando ambos habían estado en la universidad, a pesar de las diferencias entre ellos, el amor surgió. El mayor miedo de Regina era que su madre hiciera hasta lo imposible para separarla de Robin pero ese nofue el
caso. Cora aceptó su relación porque veía cierto potencial en el hombre. Por primera vez Regina pensó que su vida iría viento en popa y que podría vivir en paz con su carrera, familia y pareja. Poco sabía ella que la felicidad no le duraríamucho.
A Regina no le interesaron los detalles, tampoco las explicaciones de Robin cuando llegó más temprano de lo acostumbrado al apartamento que ambos compartían y los encontró a él y su hermana desnudos en la cama de ambos. En ese momento, ellaestaba
tan furiosa que no escuchó de razones. Su madre trató de arreglar la brecha que había entre Robin y Regina haciendo confesar a Zelena sobre su plan de embaucar a Robin llegando de imprevisto al apartamento de la joven pareja, colocar una sustancia,que
haría perder la razón a la persona que lo ingiriera, en la bebida del hombre y luego de eso seducirlo.
Ante la confesión de Zelena, Regina pudo ver que Robin era tan solo una víctima más de la loca, celosde su hermana. Por eso no dudó dos veces en darle una segunda oportunidad al hombre. Un tiempo después, la situación cambió con elanuncio de
que Zelena estaba embarazada y que las probabilidades de que el padre de esa criatura fuera Robin eran altas.
Robin era un hombre honrado, así que ante esta noticia decidió hacerse responsable de los cuidados y necesidades de Zelena. A Regina no le molestaba que Robin hiciera hasta lo imposible por su supuesto hijo y la mujer que lo llevaba, pero consideraba
que esa situación superaba por mucho sus límites y como humana que era tenía derecho a no poder aguantar esa situación. Por esa razón decidió terminar su relación con Robin, mandar al diablo a su hermana, decirle a su madre que la dejaraen
paz y marcharse del pequeño y frío pueblo ubicado en Maine definitivamente.
Regina suspiró resignada. Si seguía caminando era capaz de perderse más de lo que ya estaba. Viendo a su alrededor logró identificar un café así que decidió dirigirse para allá.Tomó su teléfono y marcó el número de la vendedora de bienesraíces:
Malena Drake.
— ¡Cariño! ¡Me sorprende que no hayas llamado antes! Estas algo atrasada a nuestra reunión.
—Lo siento Mal. Sobre nuestra reunión...
—No digas nada.— interrumpió la mujer al otro lado de la línea. —Estás perdida.
— ¿Cómo lo sabías?
— Vamos Regina, una mujer proveniente de un pueblo pequeño y lo suficientemente orgullosa como para pedir un taxi, era lógico que te perdieras.
—Por lo general tengo un buen sentido de orientación. En esta ocasión me falló. Me encuentro frente a un café llamado "L' Amour Vrai".
—Debo decirte que tu sentido de orientación no te falló del todo. Estás a una cuadra de mi oficina. Ordena un Machiatto para mí y espérame ahí, ire en unos minutos.
— No tardes...— diciendo esto, Regina colgó el teléfono y entró al café.
El lugar era deslumbrante, un choque entre la realidad y la fantasía. Parecía un bosque encantado sacado directamente de un cuento de hadas. Pequeñas luces adornaban el sitio simulando luciérnagas, había incluso un árbol enorme enel centro que
Regina podría jurar que era real, la música de fondo incluso daba la impresión de estar en una película de Disney y no en un local ubicado en medio de la ciudad. Regina se acercó maravillada a la barra, ordenó dos cafés a la chica
rubia vestida de lo que parecía ser una hada y se sentó en uno de los asientos de la barra.
—¿Es tu primera vez aquí?— preguntó la chica que unos minutos antes había tomado su orden.
—Sí, me mudé a esta ciudad hace una semana y esta es mi primera vez en esta área.
— Me di cuenta tan pronto entraste. Tienes la cara que todos los que vienen aquí por primera vez ponen, como si por un momento la realidad quedara atrás y todos sus problemas desaparecieran.— Regina miró atónita a la mujer ya que así mismo se sintió.—
/Luego la realidad les abofetea en la cara cuando les da el olor a café y recuerdan que están en una ciudad donde si no vives en la realidad, pierdes.
—Es por eso que prefiero segur viviendo en la realidad, aunque duela.— añadió Regina con cierta aflicción.
—Por tu tono de voz, tu realidad apesta. Por cierto, me llamo Tink.—
—¿Como la del cuento de Peter Pan?— la chica asintió. — Vaya, no me digas que Peter Pan es quien prepara el café.
— No tonta, quien prepara el café es Leroy, uno de los siete enanos de Blanca Nieves.
—¡Esto es una locura!
—Yo diría que es mágico. Este lugar en un principio estaba abandonado, mis jefes se conocieron justamente frente a este edificio. Ambos iban distraídos con sus vasos de café en mano y se tropezaron. Te podrás imaginar el desastre que ocurrió. El punto
/es que desde ese día ellos supieron que sus caminos se encontraron por algo y que ambos tenían que estar en la vida del otro. Llevan 7 años de matrimonio, un hijo de tres años y son felices. Es por eso que compraron este sitio. Dicen que en este
lugar
/puede que encuentres a tu amor verdadero.— Regina miró con escepticismo a la rubia. Eso claramente era una estrategia de propaganda.
—¡Por Dios Terry, ya suenas como mi hermana!— dijo una voz a espaldas de Regina.
—No es mi culpa que seas una amargada Emma.—
Regina se giró para ver a la mujer con la que Tink... Terry, bueno, la cajera, discutía. Regina quedó de una pieza al ver a la mujer.
A pesar de llevar recogido el cabello dorado en una cola de caballo, Regina podía imaginarse lo sedoso que sería tocarlo todos los días cuando llegara del trabajo y fuera ella quien la recibiera.
De manera fácil, Regina se perdió el mar verdoso que eran sus ojos y pensó en la dicha que sentiría todas las mañanas si eso fuera lo primero que viera al levantarse.
Su voz se deslizaba en el aire como si fuera una pluma, era tan suave como el terciopelo y sus labios eran...
Regina detuvo el torrente de ideas y pensamientos que cruzaban su mente. ¿Qué le estaba pasando? La mujer era una extraña y ella ya se estaba imaginando cómo serían sus días con ella. Tenía que parar de alucinar.
—¿Cierto pelinegra?— preguntó la mujer que había quitado el aliento a Regina. Había estado tan sumergida en sus pensamientos que no percató el momento en que las otras dos mujeres la incluyeron en la conversación.
— ¿Podrías repetir la pregunta?— preguntó ella algo avergonzada por haber sido atrapada in fraganti. La mujer, Emma, solo rodó sus ojos y la cajera solo sonreía al darse cuenta de la condición de Regina.
—Tan solo olvídalo.— contestó la mujer con tono hostil. — ¿Ya está mi orden Terry?
—A tiempo como siempre. Un emparedado de jamón de pavo y queso suizo y un chocolate caliente.— acto seguido, Terry le tendió una bolsa de papel marrón a Emma y ella la tomó.
Un momento de valentía, eso fue lo que se necesitó para que Regina tomara el contenedor de canela y se lo ofreciera.
— He oído que la canela le da un sabor exquisito al chocolate, deberías probarlo.
Emma tomó el contenedor de canela, abrió su chocolate caliente y esparció suavemente la canela dejando que se mezclara poco a poco con la crema batida y el chocolate. El olor que expedía el chocolate, mezclado con la canela hizo que
Emma cerrara los ojos y su boca poco a poco se curvara dando a relucir una hermosa sonrisa. El tiempo pareció detenerse para Regina, el lugar vacío, solo eran ella y Emma.
—Gracias. Tan solo por el olor, puedo imaginar que el sabor será aún mejor.—
Regina no sabía qué decir. Por lo general era ella la que dejaba a las personas sin palabras, no al revés.
— Me parece que no escuché tu nombre. Me llamo Emma Swan—diciendo esto le tendió la mano a la pelinegra.
—Regina Mills
Al simple contacto de ambas manos, un sensación tibia recorrió el alma de ambas mujeres. Ninguna sabía qué era, pero con una mirada y la sonrisa que se dedicaron sellaron un pacto en el que ambas pondrían de su parte para descubrir qué significaba
/todo eso. No se necesitaron más palabras, ambas mujeres sabían que en ese momento sus vidas se conectarían de alguna manera.
Emma se marchó con una sonrisa a su trabajo en la estación de policías a unas cuadras de distancia de ahí y Regina se quedó sentada, con una sensación de felicidad que hace mucho tiempo no sentía.
—Vaya, así es como se ve el amor a primera vista.— comentó la cajera sonriente.
—No digas tonterías.
—Lo que digas Regina. Me parece que te convertirás en clienta regular de este sitio de hoy en adelante. Toma, aquí tienes tu orden.—dijo mientras colocaba dos tazas de humeante café frente a ella.
Como si la hubiesen mandado a llamar, Malena apareció y se sentó al lado de Regina.
—Ahora soy yo la que se disculpa por tardarme. Mi secretaria me entregó unos documentos que eran de vital importancia que los firmará en ese momento. ¿Me perdí de algo emocionante?
Regina solo sonrió.
—No. Pero esta área me gusta mucho. ¿Conoces de alguna propiedad que este a la venta o en alquiler?
— Tendría que verificar pero estoy segura de que debe haber algo.
—Bien.
Ambas mujeres dialogaron hasta que el café se acabó. Mal partió con la promesa de conseguir un lugar para Regina en esa área. Regina en cambio evaluaba el extraño suceso que le había ocurrido. Solo fue por un café a ese lugar y la vio a
ella. Con ese encuentro Regina sentía que ella había cambiado su rumbo y su espacio. Sería cautelosa pero tenía un buen presentimiento que desde ese momento en adelante sus días serían otros, llenos de color y alegrías.
