Y me tiré del acantilado.

Sentía el aire recorrer mis cabellos, sacudiendo la ropa que llevaba encima de mí. Tenía mis ojos firmemente cerrados, no sentía nada, hacía mucho frío. Sentía que me faltaba aire, que el oxígeno escapaba. Pero, luego de minutos, ya destinada a la muerte, sentí unas manos más que frías, heladas. Mi corazón se hinchó de esperanza, pensando que mi príncipe azul vendría a rescatarme. No debía darle a mi corazón falsas esperanzas.

- ¿Estás bien? – Preguntó una voz masculina, musical, pero totalmente desconocida. Levanté la mirada y me encontré con, lo que yo creía, un ángel. Sosteniéndome en sus brazos, había un hombre de cabellos lacios color del negro de la noche, cayendo sobre su ojo izquierdo. Su piel era de suave porcelana, o de eso parecía estar echa, tan delicada. Sus ojos llevaban un color borgoña fuerte…Esperen ¿¡Borgoña? ¿Qué clase de persona tiene ojos rojos?

- Me llamo Jack. Sé que te parecerá tonta la formalidad, ahora viene la parte histérica. ¿¡Por qué rayos saltaste de ese acantilado? – Exigió él. Me quedé unos minutos muda. Parecía de veras un ángel, un ángel de la muerte.

- Ah...Quería ver algo – Fue una excusa, patética, pero igual una excusa. Jack rodó sus rojos ojos, y dio una pequeña sonrisa. En ella pude apreciar sus blancos dientes y sus feroces colmillos. ¿Qué los vampiros no tenían colmillos? Él pareció perderse por un momento, con sus ojos mirando ligeramente hacia arriba, como si estuviera perdido. Luego de unos minutos soltó unas risas de la nada. ¿Dije algo gracioso?

- Parece que sabes más de los vampiros de lo que pensaba...Pero te encontraste con la raza equivocada – Parecía burlarse con su voz. ¿Cómo supo de la raza vampírica? ¿Cómo qué raza equivocada? ¿Es que había más?

- ¿Co-como supiste? – Tartamudeé, me era bastante imposible hablar.

- No todo humano tiene estos – Señaló las cuchillas blancas que tenía por colmillos. Hasta le sobresalían de sus labios. – Pues...Por lo que sé, sabes que los vampiros tienen supuestos...Dones. – Hizo una pequeña mueca. – Pues el mío es poder recorrer cada tiempo, ya sea pasado, presente o futuro. Y nadie se da cuenta que recorro su línea de tiempo – Se burló él. Era como una Alice, pero mucho más preciso. – Pero no sabes que esos... ¿Como dices que se llaman?

- ¿Los Cullen? – Pregunté sin saber de verdad de que hablaba. Acababa de saltar de un acantilado y el tema cambiaba al segundo completamente.

- Sehh..Esos – Afirmó. – Son la raza "débil" - Dibujó comillas en el aire, enfatizando la palabra. – Nosotros, somos la más poderosa, e indestructible, casi - ¿Nosotros? ¿Había más? ¿Qué clase de vampiros eran ellos? – ¿Quieres conocer a mi familia? – Preguntó sonando desesperado. – Ah y por cierto, de nada por salvar tu vida.