Hola, hola. Se me pasó por la mente crear algún cuentisirijiillo para matar el tiempo entre proyectos y, pues, aquí está el resultado. Espero sea de su muy exquisito gusto, queridos lectores.

Como bien saben, esto es una parodia del lore original de League of Legends, y de ninguna manera estoy asociado con Riot Games ni asumo derechos sobre la propiedad de ninguno de los personajes aquí presentado, excepto aquellos de mi propia autoría y la historia misma. Por demás, todo parentesco con la realidad es pura coincidencia. Ahora que conocen estos detalles sin importancia, sobre estos asuntos sin importancia, pueden continuar leyendo está historia sin importancia.


Capítulo 1: ¡Mary, la Inaudita!


—Entonces…—

—…—

—Otra vez tú…—

—…—

—Después de 28 intentos…—

—Err…—

—Volviste…—

—Y-Yo…—

—¡A fracasar! ¡Maldita tonta!—

—¡Pero te juro que lo hice por amoooorrr…! ¡Yiaugh!—

Sí, esa que está volando por los aires soy yo, Mary. La inaudita Mary, me dicen. La mujer que está pateándome el trasero, por cierto, es mi buena amiga Fiora, la patada excelsa.

Oh, vaya introducción más inapropiada y deslucida.

Mi imagen está quedando por los suelos.

¡Esto es inaudito!

Ahem~.

¡Es un verdadero placer conocerlos, invocadores!

Entiendo que dadas las circunstacias esto no se ve nada bien, pero por favor ignoren está pequeña escena vergonzosa, los platos rotos sobre mi cabeza, mis pequeños 29 fracasos y hagan buen uso de mí cuando entre a la academia, pues están viendo a la futura estrella de la liga de leyendas, ¡Marie Ariadvel Fleurlebleunt!

Soy la hija menor de la noble familia Fleurlebleunt, una de los más antiguos y magníficos linajes que podrían encontrar en mi natal Demacia. Permítanme aliviarlos si es que están sorprendidos, pues no es para menos que lo estén. Si, si, su sorpresa no es nada por lo que deban avergonzarse. La legendaria familia Fleurlebleunt es famosa por haber engendrado a muchos de los más grandiosos héroes que Valoran jamás haya conocido. Quiero decir, siempre todos, mis hermanos, mis padres, mis abuelos, e incluso mis más remotos ancestros, absolutamente todos ellos han sido héroes increíbles, y yo naturalmente no puedo ser la excepción.

¡Que se cuide el mal, porque seré la nueva más grande heroína que haya dado a luz la familia Fleurlebleunt!

Es por ello que decidí probarme a mí misma uniéndome a la liga pero…

Mary, tú, entre todos los aspirantes de la historia debes ser, y por mucho, la peor candidata jamás vista

…eso dice Fiora.

¡Wu! ¡Ella es tan cruel!

Y todo porque al parecer en todos sus años como campeona jamás había visto a alguien fallar la prueba 29 veces seguidas sin desistir. Quiero decir, si, si, lo entiendo, es posible que "29 fracasos seguidos" suene un poco, digamos, estremecedor, pero vamos, no es para tanto. ¡No es como si yo fuera un caso perdido!

Ahem~.

De acuerdo.

Tal vez me haya extendido demasiado en presentaciones, ruego me disculpen.

Por favor permítanme dar luces a la situación actual. En la compañía de mi querida Fiora, nos encontrábamos en la víspera de mi vigesimonovena derrota, en lo que prometía ser una celebración en ocasión de mi por entonces frustrado éxito. La estocada excelsa, elegante y exquisita como siempre, había reservado para nosotras la mejor mesa en uno de los más exclusivos y costosos lugares que podías encontrar en Demacia. La velada fue soberbia, la cena imponderable y el humor inmejorable. Era una noche verdaderamente inolvidable… hasta que se me escapó ese pequeño, minúsculo detallito.

En realidad no había nada porque celebrar.

Y mi compañera no dudó un segundo en hacérmelo notar con un recio puntapié que me llevó por delante junto al licor y los aperitivos.

—Ahh –Suspiró Fiora–, no sé qué voy a hacer contigo—

—W-Wuu… Fifi ––Sollocé tendida en el suelo empapada de champaña con la jarra de sombrero––, ¿Por qué me pateaste? ¡Me duele!—

—¡Deja de lloriquear! ¡Y no me llames Fifi aquí!—

—P-Pero... M-Mi ropa… y está t-toda empapada… ¡Y-Y-Y los camarones...! !Hic!—

—No puedo creerlo… dame tu mano, tonta—

—Gracias, Fifi… quiero decir Fiora… ¡Hic!—

Fiora Laurent, la estocada excelsa.

Fifi para los amigos. Y para su mamá.

A diferencia de mí, ella es todo un prodigio. Es sencillamente majestuosa y no lo digo solo por aparentar. A la corta edad de 15 años ya era parte de la guardia real, e increíblemente, para los 17 era miembro en toda regla de la liga de leyendas. Pero lo más asombroso de Fiora, es que a pesar de ser tan fuerte no tiene ningún poder. Todo lo ha conseguido en su vida por virtud de la esgrima y nada más. Tan simple como lo digo, ella es capaz de batirse en duelo con los seres más poderosos vistos a lo largo y ancho del planeta sin contar con más que su habilidad privilegiada con la espada. Los términos talento y esfuerzo no son ni remotamente suficientes para describirla. Ella trascendió esa clase de conceptos hace mucho.

Yo por otro lado…

—¡Oh, ahí está! ¡Es la inaudita Mary! —Suele escucharse con regularidad cuando salgo a la calle—. ¡Miren, esa es la chica de la que les hablé! ¡La aspirante que ha fallado 29 veces seguidas las pruebas de la liga!—

S-Si, es un poco… errr... bueno, quiero decir, !Si! No es por presumir, pero soy una persona muy famosa por aquí. Desgraciadamente el motivo de mi fama... es... tan patético. Esta bien, esta bien, no hay nada que presumir. En medio de mis numerosos intentos por ingresar a la liga de leyendas, he acaudalado ya la insólita cifra de 29 fracasos consecutivos. Al igual que Fiora he pasado a la historia también, pero como la más incompetente hechicera que jamás haya pisado Valoran.

—Mary… entiendo que seas una tontarrona torpe e ingenua, pero aun así me cuesta entender como alguien con dones tan grandes como los tuyos puede llegar a fallar de esa manera… —Murmuró Fiora con suavidad en su dulce acento francés. Más poco después exclamó furiosa mientras me golpeaba con una cuchara en la cabeza–– ¡Y nada menos que 29 veces seguidas, tonta!—

—¡Yihaaug!— Chillé adolorida mientras acariciaba mi maltratado cráneo.

—¡En verdad eres el colmo! ¡¿Cómo es que me despierto esta mañana para enterarme que le has fallado al apellido Fleurlebleunt 29 malditas veces?!—

—Esto… escucha, Fifi, hay una buena explicación para esto. En realidad yo... estimé que los demás participantes no eran dignos oponentes y me reti– ¡Mazinger Z! —No alcancé ni a formular mi defensa cuando un segundo cucharazo me había sonsacado otro chillido de dolor— ¡Al menos pudiste dejarme terminar!—

—Te advertí que no me llamaras "Fifi", y no estoy aquí para escuchar tus excusas mediocres. Quiero saber que pasó, y es todo. Ahora escupe, vamos, habla de una vez—

—De acuerdo... —Murmuré con las manos sobre la cabeza— No fallé porque sí nada más, ¿Sabes? Sucede… sucede que en la prueba de hoy había un sujeto injustamente fuerte, ¡Arrasó con todos! Era… era… no sé cómo describirlo… ¿Cómo una ráfaga? Creo que su nombre era Jean… Jean… era… él era… realmente increíble. Desaparecía y aparecía de repente, y antes de darte cuenta el resto de contendientes caían de rodillas frente a él, ¡No había forma de ganar!—

—Hmmm… ya veo, como una ráfaga—

—S-Si, igual que una ráfga. Era en verdad asombroso, era tan fuerte que incluso podría pelear contra ti en igualdad de condiciones, estoy segura—

—Entiendo, debe ser un sujeto extraordinario—

—Si, si —Resoplé satisfecha—. ¿Ahora entiendes por qué perdí?—

—¿Hmmm…? —Farfulló Fiora con gesto aburrido—. No, no lo entiendo. Pero seguramente tú lo sabes, vamos, dime—

—Vaya, vaya ¿No quedó bastante claro, Fiora? ––Declaré con alguna clase de arrogancia descarada, sonriendo estúpidamente— ¡El sujeto, el sujeto! Ese Jean… ¡Era estúpidamente fuerte!—

—¿Y por eso perdiste?—

—Así es—

—Oh, ya veo. Si este Jean del que me hablas era tan fuerte entonces no había nada que hacer, ¿Cierto?—

—Ojojo, veo que al fin me has entendido, Fifi— Contesté inflando mi pecho.

Si, allí sentada se encontraba una aspirante de la liga de leyendas orgullosamente explicando con el menor detalle cómo había sido derrotada.

Por cierto, esa tonta era yo.

—En cualquier caso ese monstruo ya superó la prueba, así que no tengo que preocuparme más por él, ¿No? ¡Soy tan lista! ¡En la siguiente prueba yo seré la candidata más fuerte, todo irá como la seda!––Y así continúe, orgullosamente explicando mi pusilánime estrategia, mientras Fiora solo escuchaba y escuchaba sin alterar su expresión— Por eso, lo siento, Fifi. Ese sujeto era demasiado fuerte para mí. Yo nunca podría vencer a alguien como él…—

Dije eso y sonreí con cara de idiota. En respuesta Fiora se enderezó en su asiento y súbitamente dijo por lo bajo:

—Mary—

—¿Si?—

—Ríndete—

—¿A-Ah? ¿D-Disculpa?—

—¿No me oíste? Dije ríndete. No vuelvas a presentarte jamás a una prueba de la liga. Solo ríndete—

Fiora habló con una serenidad sobrecogedora. Su rostro se veía tan impávido y tranquilo como un manantial de aguas quietas. De hecho, en lo que llevaba de vida jamás había visto una expresión tan templada en ella.

¿Pero decirme que me rindiera?

¡Tonterías!

—¡Me rehúso!— Exclamé.

—Hah… querida, esto no es posible —Suspiró Fiora para entonces murmurar sombríamente—. Mary… —La talentosa esgrimista levantó su aterradora cuchara por tercera vez. Mi cuerpo, que entendía lo que estaba por pasar, tembló lleno de pánico. Por reflejo cubrí mi cabeza con las manos pero, para mi sorpresa— ¡Auch! ¡Mierda, esto en serio duele!— Fiora se había golpeado a sí misma con su letal cuchara de la muerte, justo en medio de la frente.

—¿Fi-Fiora? ¿Estás bien?— Pregunté con timidez refugiándome tras un plato.

—Mary, lo siento. Últimamente he estado tan ocupada por culpa de esos invocadores idiotas que no me di cuenta. Si hubiera estado más pendiente de ti esto no habría pasado—

—¿Fiora...? Me estás asustando, ¿De qué estás hablando?—

Mi querida y vieja amiga… ¡Gando Rowa!

Q-Quise decir, mi querida y joven amiga acarició su mejilla derecha brevemente. Conocía ese gesto. Es lo que ella siempre hacía cuando estaba a punto de decir algo tan doloroso como para hacerme llorar. La perceptiva Fiora se dio cuenta rápidamente de lo que pasaba por mi mente y me sonrió con timidez. Intentó seleccionar sus palabras con delicadeza, pero su franqueza pudo más, y con crudeza explicó:

—Mary, por favor discúlpame —Contra todo pronóstico la estocada excelsa, la mejor y más orgullosa esgrimista en toda Demacia, tiesa como un hueso inclinó su rostro hasta tocar la mesa con su enrojecida frente y suplicó por clemencia—. Aunque hemos juntas tanto tiempo nunca me di cuenta que eras tan débil. Ruego por tu perdón, te fallé como amiga, como camarada y como compatriota demaciana—

—P-Pero Fiora, ¿Qué estás diciendo?—

—Mary, si ya has decidido que alguien de mi nivel es demasiado fuerte para ti, entonces nunca estarás preparada para entrar en la liga de leyendas. No hay forma que puedas entrar allí. Pensaba que solo eras una tonta descuidada, pero me equivoqué, todo este tiempo había estado sobrevalorando tus talentos. Lo diré una vez más: Marie Ariadvel Fleurlebleunt ríndete, por favor ríndete ahora que puedes. No quiero que te lastimen. No tienes que probarle nada a nadie—

—…—

Fiora siempre ha estado conmigo.

Desde que éramos niñas ella siempre ha sido como una hermana para mí. Es tan obvio que sobra mencionarlo, pero yo la quiero mucho. Y aunque se bien que ella es vanidosa y algo cruel… a pesar de su lengua afilada, y que siempre me lástima cuando habla… a pesar de todo eso yo siempre supe que en el interior ella en verdad era una persona muy dulce y amable. Nunca jamás llegue a dudarlo, pues, a final de cuentas solo Fiora siguió creyendo en mí aún después de pasmoso record de fracasos.

Es por ello que me rehúso a admitirlo.

Me rehúso a creerlo.

Yo definitivamente…

—¡Me rehúso!—

—¡Mary!—

—¡No! ¡Incluso si lo dices tú, Fiora, me rehúso!—

—¡Déjate de tonterías! ––Exclamó Fiora sacudiéndome por los hombros—. Mary, por tus venas corre sangre noble, ¡Eres una aristócrata! Tienes talento para la magia, eres hermosa, culta, benévola, ¡Tienes todo lo que cualquier doncella de tu edad desearía! ¿Por qué insistes en deshonrarte más con esa prueba estúpida?—

—Porque… ¡Porque yo también quiero ser una heroína! ¡Ese es mi sueño! ¡Así que me rehúso, me rehúso, me rehúso, me rehúso! ¡No me voy a rendir! ¡Incluso si tengo que luchar contigo, jamás me voy a rendir!—

—Oh, vaya, ¿Y tú crees que en verdad puedes conmigo, Mary, la inaudita?—

—¡Así es! ¡Si te interpones en mi camino entonces yo… entonces yo te derrotaré!—

—¿Me derrotarás a mí? ¿A una campeona?—

—Si… a ti, a quien sea… ¡Venceré a quien sea!—

Fiora se quedó en silencio.

—Entiendo— Suspiró con expresión cansada.

Se levantó de su silla y caminó hasta quedar a escasos centímetros de mí. Trague saliva. Aunque hubiera declarado que la vencería a ella, y a quien fuera, si el asunto se reducía a una contienda física entonces mis posibilidades de ganar no superaban el 0%.

Pero no ocurrió nada entre dichas líneas.

Ella simplemente sonrió.

—Ya veo, Mary. Si es así, entonces yo también me rehúso a verte renunciar—

Y me abrazó.

—¿F-Fiora?—

—Diciendo insensateces de esa manera, afirmando tu debilidad con semejante descaro… ¿Creías que te dejaría seguir menospreciándote en mí presencia? —Murmuró Fiora sonriente y cálida mientras me estrechaba entre sus brazos—. No me hagas reír. ¿Desde cuándo te volviste capaz de determinar cuánto vales realmente? Una tonta como tú, que solo sabe preocuparse por los demás sin pensar en si misma jamás sería capaz de reconocer su propio poder. Solo alguien como yo, que ha estado observándote siempre, podría saber lo extraordinaria que en verdad eres… por eso, nunca vuelvas a decirlo. En este mundo no hay nadie más fuerte que tú, Mary. Absolutamente nadie—

—W-Wuuu…—

Mi precaria vista se nubló completamente. Las mesas, las personas y las paredes frente a mí pasaron a convertirse en nubes amorfas de colores, pues varias lágrimas se estaban desbordando de mis ojos.

—F-Fifi… perdón, señorita Fiora—

—Fifi para los amigos, Mary—

—¡W-Waaaaaahh! ¡Fifi!— Sollocé enterrando mi cara en su pecho.

—Ya, ya…—

Al final no pude más y di rienda suelta al llanto. Siempre he sido una irremediable y perdida llorona, pero supongo que no puedo hacer nada si así es como soy. Yo… le he fallado 29 veces a mi sueño. Después de tantas derrotas era de esperarse que las personas dejaran de creer en mí, y que poco a poco todos empezaran a sugerir que me rindiera. Aun así, siendo tan obstinada como soy era imposible que diera por vencida aunque fracasara otras 100 veces. Y así fue como seguí fallando, fallando y fallando. Después de tantos intentos el asunto terminó por convertirse en rutina, y para ser honesta, después de presentarme a tantas pruebas solo esperaba escuchar como siempre, cada mañana al terminar: Lo sentimos, pero no superaste los requisitos de la prueba, Marie.

Creo que sin darme cuenta, inconscientemente yo misma me había resignado ya. A la larga, después de ser rechazada tantas veces yo también había perdido la fe en mí.

Pero Fiora nunca dejó de confiar. Supongo que por eso ella se molestaba tanto cada vez que me escuchaba decir con esa sonrisa tonta: "Lo siento, volví a fallar". Aunque para mí era algo tan natural, ella no podía creer que su querida amiga fuera incapaz de triunfar por sí misma. Ella en verdad…

—¡P-Por Demacia! ¡Eso fue hermoso!—

—¡H-Hermano! ¡Por favor sé un poco más discreto!—

¿A-Ah?

¿No son esos los hermanos Crownguard?

¿Qué están haciendo dos personalidades tan famosas como ellos en…?

—Ahora entiendo. Me estaba preguntando que te traías entre manos cuando nos invitaste a todos aquí, estocada excelsa, pero parece que mis sospechas golpearon fuera de la diana—

¡Y-Y-Y-Y esa es la cazadora Vayne Shaune!

—Pffft… Que desperdicio de mi tiempo—

—¿Entonces por qué estás llorando, Shyvy?—

—¿Q-Que? ¡Es mentira! ¡Solo cállate, pervertida de los pájaros!—

¡Y esas son Shyvana y Quinn!

—¡Oh, que maravillosa manifestación de sentimientos! ¡El pueblo demaciano no podría ser más cautivador!—

¡Incluso el príncipe Jarvan Escudo de Luz VI está aquí! ¡No solo él, todos los campeones que representaban Demacia en la Academia de guerra estaban aquí, junto a mí! ¿Esa de allá es Sona Bevulle? ¡Es tan hermosa! ¡Y esa es Poppy, la pequeña Yordle del martillo, tan linda!

¡Yo…! ¡Yo!

¡No entiendo!

¡¿Qué está pasando?!

—Mary —Llamó Fiora—, mira allá—

—¿Oh?—

—Ánimo, Mary— Se escuchó al unísono.

¡BUENA SUERTE, MARY, NUESTRA FUTURA CAMPEONA!

Tuyo por siempre, Taric.

¡Era un cartel! ¡Un cartel gigante con mi nombre!

Ah, espera, la parte de Taric estaba tachada, ¿Quién lo haría?


En algún lugar del mundo...

—Taric, no lo permitiré jamás... tú... tú... !Serás todo mío! !Wahahahahahaha!—


Ahem~.

Los nobles guerreros, hechiceros y míticos seres a mí alrededor, que hacían parte de nada menos que la renombrada liga de leyendas aplaudieron en mi honor. En honor de la más torpe candidata que Runaterra hubiera conocido. Estaba ya tan conmovida que ni siquiera tenía idea ya de cómo reaccionar. No tenía espacio para tantas emociones… o si lo tenía entonces no sabía cómo manifestarlas todas.

—E-Esto es… ¿Esto es para mí?—

—Bueno, yo sabía que habías vuelto a fallar —Murmuró Fiora sonriendo incómodamente—. Y en realidad nunca había tenido la oportunidad de decírtelo directamente, pero en verdad espero que consigas unirte a la liga, Mary. Sé que soy… bueno, digamos un poco dura, pero soy sincera cuando digo que quiero verte triunfar. Por ello decidí utilizar esta oportunidad para darte ánimos en tu siguiente intento. Lo siento —Agregó sacando la lengua—, supongo que después de todo me molesta demasiado escucharte decir "Fallé"—

—Ja… jaja… jajaja…— Articulé rígidamente un par de carcajadas recordando la dolorosa lección del "amor" de Fiora.

—Así qué, ¿Aún te rehúsas a rendirte?—

—Sí ––Sonreí henchida de alegría—. Sin importar que pase, me rehúso—

Definitivamente no podía fallar otra vez, no si todas estas personas increíbles confiaban en mí.

Yo me convertiré en una campeona.

Pero entonces…

—Ohh, ¿No es eso una maravilla? —Una voz que definitivamente no pertenecía a ninguno de los campeones que conocía se pronunció con impactante incertidumbre—. Después de todo, yo también me rehúso, Marie Ariadvel Fleurlebleunt—

Todos y cada uno de los presentes, incluyéndome, quedamos en silencio. Totalmente pasmada por la sorpresa, contemplé boquiabierta al responsable directo de mi vigesimonoveno fracaso. El que se hacía llamar Jean.

El aspirante más fuerte que había visto hasta ahora.


Bueno, ¿Bolsas para el vómito? ¿Alguien?

Todo por hoy. Agradezco de antemano al amable lector que haya decidido invertir su valioso tiempo sumergido en esta nueva historia y que se haya pasado por la cajita de comentarios, ya saben, lo clásico, recomendaciones, proposiciones, críticas, insultos, amenazas, acosos... lo que su corazoncillo dicte. Les deseo un buen día.

Taric envía saludos.