Disclaimer: Sailor Moon es propiedad de Naoko Takeuchi.
Una tarde veraniega
Por: TheWhiteBird
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«Oficialmente, queda inaugurado el verano.»
—Una tarde veraniega
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En Juuban, el clima caluroso no cedía a un fresco día.
Iba en camino hacia la estación del tren Juuban, mis pies semidesnudos calaban por un fresco momento gracias a las sandalias. Improvise dos simples moños para atar el cabello y evitar el calor, que clima tan fatal. Al pasar por un pasillo de publicidad y tiendas por doquier, no pude evitar mirar el trending del verano dónde los shorts minimalistas captan la atención y en el cual las modelos pasan a ser las musas del estilo veraniego, su belleza es evidente, las miro. Por envidia. Dudaba en aquel instante en la comodidad de los shorts, mini pantalones que pasaban a ser un ventilador, es refrescante observar a personas que visten algo más ligero que tú, cómodo, tratando de evitar a toda costa el bochornoso calor.
Condenadamente, yo portaba esos mini pantalones que automáticamente me convertían en el principal mirador. Por suerte, la camisa que llevaba conmigo ayudaba demasiado, la cual al moverse con el viento daba otorgaba un aire fresco que circundaba por todo mi cuerpo, bendito aire.
¿Por qué teniendo tantos modelos en casa tuve que elegir precisamente los más ajustados? Comenzaban a asfixiar mi cuerpo, tanto que comenzaba a revolverme como si trajera un grupo de mosquitos detrás de mí, con éxito ya estaba por llegar al vagón del tren. Tome asiento en el primer lugar que vi disponible, me dio por pensar por qué las personas delgadas tienden a pasar por menos momentos bochornosos.
Todo iba bien, hasta que de pronto un movimiento del vagón dio un fulgor de placer. Diablos, pensé en ese instante. El nerviosismo ascendió con una rapidez sorprendente y el sonrojo fue inevitable. Sostuve firmemente la mochila tratando de sobre pasar lo sucedido hasta que de nuevo el vagón se movió y ese hormigueo fue imposible evitarlo, estaba determinada a controlarme sin embargo fue inevitable…
—Mmm…— solté a plena voz. Fue entonces que las miradas se mantuvieron sobre mi yo encogida de la vergüenza que estaba pasando, mire por el móvil la hora, ya faltaba poco para poder llegar a casa, un minuto transcurrió por lo mínimo. ¡Joder! Ya quería bajar del tren.
La estática se apodero de mí. ¿Por qué justamente yo?
Al detenerse el tren en la siguiente parada, opté por bajar, prefería tomar mil veces un taxi a continuar soltando chispazos de placer por doquier. Mis pies se alejaron a toda velocidad de la muchedumbre que captó el show con atención, entonces fue cuando me detuve en ese instante. Carajo, los mini pantalones habían sido los culpables. Aunque no debía negarlo, era el éxtasis el que no se detenía, la gloria misma la cual me convertía ese suceso en algo apetecible. Si tan sólo Seiya hubiese sido el culpable. Bendito sea el clima caluroso…
Nota de la autora:
Aunque nunca he escrito algo como esto, sinceramente, es mi primera vez redactando un ligero lime.
PD: Espero no tardar en actualizar Not about angels.
¡Hasta pronto!
