Hola! Espero que les guste, en este fic Bella no es la protagonista, ni ninguno de los personajes de la gran S.M pero obviamente esta Edward y Jacob como protagonistas. Este fic lo invente producto de un sueño y pues como ya lo dije, espero que les guste.

Post Data: Este no es mi primer fic, pero sigo siendo una novata

Volver a creer

Capitulo 1:

Hoy era el día en que volvería a ver a la unica familia que me acogio, y me quiso como parte de su familia, estaba feliz por volverlos a ver, pero tambien estaba nerviosa de verlo de nuevo, de ver su sonriza, sus hermosos ojos color caramelo, su cabello revuelto y broncíneo. Me había alejado de esa maravillosa familia solo por él y tambien por la gran estupidez de que él cambiaria por mi. Era obvio que el gran y eterno playboy Edward Cullen no cambiaría por alguien tan insignificante como yo, pero lo que mas me dolio fue ver que tan perfecto mentiroso era.

Flashback:

Estaba llendo a el maravilloso prado que me habia mostrado hace algunos meses mi novio, si mi hermoso novio, era increible que el chico mas guapo, inteligente, en resumen perfecto del mundo fuera mi novio, apenas llevabamos unos pocos años pero podía senir que lo amaba de verdad, en poco tiempo el mayor de los Cullen se había robado mi corazón. Cuando lo conocí era todo un rompe corazónes, jugaba con cualquier chica sin importale sus sentimientos, pero ahora el tenia dueña, esa era yo y dentro de poco seria su esposa, nos habíamos comprometido hace unos meses y yo no podía ser mas feliz.

Me faltaba poco menos de 3 metros para llegar y cuando lo hice, sentí como si algo dentro de mi se rompiera, no podía creer lo que pasaba frente a mis ojos, la persona mas importante para mi, estaba besando a quien podia reconocer como Miranda, una chica que la habíamos conocido en el mercado, simpatica, buena persona, alegre. Caí al suelo, mirando horrorisada la escena, tenía una mano sobre mi boca tapando los sollosos que pugnaban por salir con fuerza, sabia que Edward me escucharia igual, pero no quería que Miranda me viera así.

Edward volteo a ver de donde provenian los sollosos y se encontro con mi mirada, podía ver la sorpresa en su rostro, maldito, sorprendido porque su novia lo encontro engañandola, ví como se levantaba y lentamente se acercaba a donde yo me encontraba, intente ponerme de pie sin resultado alguno, no tenía fuerzas para nada, solo quería morir. Cuando por fin estuvo frente a mi, me tomo del braso con suma delicadeza ayudandome a ponerme de pie, tomo mi rostro entre sus manos, con sus pulgares limpío mis lagrimas y suavemente deposito un beso sobre mis labios, con este gesto reaccione y sin darce cuenta le plante una cachetada en el lobulo izquierdo, como podía tener el descaro de besar despues de haberla besado a ella.

Lo mire con el mas de los profundos odios y corrí, corrí como si mi vida dependiera de ello, corrí hacía ningun lugar en especial, caí varias veces, mi vestido que antes su largo llegaba hasta el suelo color azul pastel, con un hermoso corse blanco y medias mangas del mismo color del vestido, ahora tenia lodo, estaba rasgado y me llegaba hasta poco mas arriba de la pantorrila, mi cabello era un desastre, pero la verdad poco me importaba, ya nada importaba.

Cuando caí en cuenta ya estaba en Argentina, no me había dado cuenta de que había corrido tanto, pero así era, yo hablaba perfectamente español, ya que mi procedencia era latina o mas especificamente colombiana, me quede unos días o guisa semanas, da igual la verdad, divagando por Argentina, de vez en cuando iba a Chile y Brasil, despues de ese tiempo ya estuve lista para volver y recoger mis cosas. No se cuanto demore en llegar, pero cuando lo hice Alice fue la primera en darme la "bienvenida", me abrazo con tanta fuerza que de no ser porque tambien era mitad vampiro, me hubiera roto los huesos, no le devolví el abrazo, cuando se separo de mi, pase a su lado sin saludar o decir algo a alguno de ellos y subí a mi habitación, empaque todo lo que había traido conmigo, una maleta basto para todo.

Edward había estado golpeando la puerta insistiendo en que teniamos que hablar, yo no quería, no podía hablar con él, no podía sequir cayendo en sus mentiras, necesitaba escapar de hay, encontrar un lugar en que pudiera olvidar todo lo que paso, donde pudiera recomenzar, al momento en que habrí la puerta Edward trato mirarme a los ojos pero desvié la mirada y entró a la habitacion, sabía que el ver sus ojos haría que cayera de nuevo en sus mentiras.

-¿Que quieres Edward?- Su nombre lo dije con tanto asco, con tanto dolor, y él noto pero siguio mirandome fijamente, podía sentir su mirada sobre mi cara, pero de ninguna forma lo miraria a los ojos.

-¿Podemos hablar?- Sentía su voz como con tristeza, ¡Ja! que buen actor era.

-¿No lo estamos haciendo ya?-

-¿Podriamos hablar como dos adultos?- Reí ante su comentario, el se había quedado en sus 17 años y yo apenas aparentaba 16.

-Para hacerlo primero deberias saber como actuar como uno- Me digne a mirarlo y vi que sus ojos ya no brillaban como antes.

-Se perfectamente que cometí un error, pero ¿podrías decirme si estas bien?¿Porque tardaste tanto en volver a casa?- Con cada pregunta elevaba mas la voz -¿¡Que nunca pensaste en lo preocupados que estabamos por ti! ¡Casi rompo el tratado con los lobos solo porque pensabamos que ellos te tenian!- Tomo una de las sillas que habia en la habitacion y la lanzo hacía una pared, la silla se rompio en pedasos y el estruendo causo que toda la familia estuviera en la habitacion en poco tiempo.

-¡Por supuesto que pense en todos! pero ¿¡que querias que hisiera, que me devolviera a ver como me engañabas con Miranda, para ver como me restregabas que yo no te importo!. Pues dejeme decirle que yo estoy deztrosada por dentro gracias a usted, gracias a todas esas promesas vacias, gracias a un maldito mentiroso que solo jugo conmigo quien sabe para que- Las lagrimas comenzaron a salir, queria soltar todo lo que sentia, todo lo que llevaba por dentro, pero solo seque mis lagrimas y lo mire con desdén -Solo me llevo las cosas con las que llegue a esta casa, todo lo que me regalo esta en los cajones, puede hacer lo que quiera con eso, puede darcelos a Miranda, puede quemarlos, venderlos, regalarlos, lo que se le venga en gana, usted pago por ellos son todos suyos-

-¿Pero que estas diciendo? Eso yo te lo compre solo para ti... espera, ¿solo te llevas?... ¿te vas a ir?-

-Claro que si, no me quedare para ver como Miranda se queda con la unica persona que he amado, porque al contrario de lo que usted hiso, yo si lo ame de verdad, yo si le entregue el corazón, pero por lo visto no es suficiente para usted, con su permiso- Hice una pequeña reverencia y salí de la habitación sin dejarlo hablar, tomo de mi brazo y eso me enfurecio aun mas, lentamente volteé para estar frente a frente con él e hice que su mano ardiera hasta que la quito -En su existencia vuelva a tocarme, ¡ha! se me olvidaba, esto es suyo- Le tire a los pies el anillo de compromiso y sin pensarlo dos veces camine con paso decidido hacia la puerta principal, sentia como él me persequia pero no me iba a detener.

-Por favor no te vayas, no me dejes, en verdad te amo, Miranda solo fue una aventura, un gran y estupido error, por lo que mas quieras no me abandones, no soy nada sin ti, te lo rugo Steph no te me vayas mi vida, quedate, hare lo que sea, lo que me pidas pero no te vallas-Se oida tirite,afligido, pero no podía perdonarlo, me hirio , como nadie antes lo habia echo. Di media vuelta y el estaba en el suelo arrodillado, el nunca habia echo tal cosa, pero para todo hay una primera vez, tome su mano y deposite una carta en ella antes de susurrarle 'debiste haber pensado en eso antes',salí de la casa y tome el primer tren que encontre, en mi mento solo se repetia esa escena que dio un giro de 180° a mi vida y una vocesita en mi cabeza que decia que tenía que rehacer mi vida, no podía permitir que un estupido vampiro me quitara mi escencia, aunque en estos momentos no me importaba mucho.

Fin FlashBack

Seque una lagrima que se había escapado con la manga de mi saco, aun dolia el recuerdo, aun despues de 70 años, pero ese día me marco, ahora nada me dañaba, era fria, calculadora, algunas veces malvada, pero eso me ayudo a demostrarle al mundo que con Stephanie Baccelliere nadie se metia sin antes pagar las consecuencias.

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Teff