¡Hola!

Este es mi primer Fic, la idea ha estado rondando por mi cabeza desde que salió el manga 579 de Naruto y hasta ahora me animo a subirla. Se publicara un capitulo por semana los días Martes. Así que el próximo será el martes 6 de agosto. Espero que les guste.

Advertencias:

Contiene SPOILER del maga, así que aquellos que no siguen el manga leer bajo su propio riesgo.

La pareja es Itasaku, aunque su historia de amor empezara en los capítulos posteriores.

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto, así como todo el universo donde se desarrolla la historia. La trama es toda mía.

Ahora sí a disfrutar.


RESET

CAPÍTULO 1: UNA OPORTUNIDAD

"Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien"

Gabriel García Márquez

Mi cuerpo se siente pesado, trato de moverme, más el dolor es tan intenso que apenas si consigo respirar pesadamente, algo sobre mi pecho impide que mi respiración se regularice. Intento abrir los ojos, busco lo que no me deja respirar, sin embargo, la obscuridad vuelve a reclamarme, no pretendo rendirme, pero es tan fuerte y mi cuerpo esta tan cansado que al final me rindo.

Sé que no pasó mucho tiempo hasta que logro distinguir una luz que me obliga a abrir los ojos. Aun siento la opresión en el pecho, más ya no es extraña, de ella puedo sentir una calidez familiar. Cuando mis ojos se acostumbran a la luz logro entrever, en un ángulo extraño, una figura blanca, pero no tengo tiempo de descifrar de que se trata ya que, mis oídos captan un ruido frustrante. Logro voltear mi cabeza, hay algo en mi rostro, levanto mi mano para intentar quitármelo entonces el peso en mi pecho vuelve a impedírmelo. Con más control de mi bajo la mirada encontrándome con una mancha negra que apenas si soy capaz de distinguir.

Sin pensarlo mi mano derecha baja hasta ella, por alguna razón mi cerebro logra identificarla como alguien del sexo femenino, con mucha dificultad llego hasta ella y al tocarla, mi mente relaciona la suavidad, con el cabello de una mujer a quien solía llamar madre. Entonces mi cerebro logra captar y descifrar las imágenes, aquella extraña figura blanca se llama techo, el sonido es una máquina que percibe los latidos de mi corazón y esa cosa que sentí al voltearme es una máscara de oxígeno, lo que quiere decir que estoy en un hospital.

Mi mano derecha cae hacia un lado, aquella mujer se ha levantado. En el momento en que sus manos están intentando acomodar su cabello, su profundos ojos negros me miran con cierta incredulidad, más dejo de pensar en ello cuando recuerdo que ella no debería estar aquí, porque aquella vez del exterminio del clan, ella Mikoto Uchiha, murió por mis manos; yo, su propio hijo la mato.

Se abalanza sobre mí estrujándome entre sus brazos, su confusión ha desaparecido, en cambio la mía empieza a incrementar, no entiendo por qué estoy aquí, por qué ella está viva. Su perfume me trae recuerdos felices y a la vez dolorosos, entonces un palpitante dolor en mi cabeza alerta a una de las maquinas conectadas a mí. Deshace el abrazo y me mira directamente a los ojos, puedo ver las gruesas lagrimas que caen a través de su mejillas, la observo como si de un fantasma se tratase, aunque eso tendría sentido, después de todo estoy muerto, o debería estarlo. Ese último pensamiento trae consigo una nueva oleada de dolor, pero ya no tengo tiempo de meditarlo, la obscuridad me reclama nuevamente.

El sonido de aquella maquina me regresa a la realidad. Esta vez ubico más fácilmente aquella habitación del hospital, me fijo en algunos detalles que no vi la primera vez, como la ventana que deja ver el cielo obscuro, o las flores que hay en el buró al lado izquierdo de la cama. Toco mi rostro y me doy cuenta que ya no hay mascarilla de oxígeno, quizás ya no la necesito. Un par de voces me distraen, instintivamente volteo hacia todos lados, más no hay nadie, las voces deben provenir de afuera.

—Es buena señal que haya despertado, aunque no sabemos que tan bien responda su cuerpo. Despreocúpense, de ahora en adelante su condición mejorara día con día y, quien sabe, puede que dentro de dos semanas sea dado de alta.

Es la voz de una mujer y no concuerda con la de Mikoto, además su forma de hablar era muy técnica, así que debe ser una enfermera.

—Puedo pasar a verlo.

Una leve alteración, no omitida por las máquinas, ocurre en mi cabeza. Esa voz sí que la conozco, pues desde que tengo uso de razón ha estado alagando cada uno de mis logros. Evidente, si Mikoto está viva entonces también Fugaku lo está.

La puerta se abre abruptamente dejando pasar a la enfermera y detrás de ella, a mi padre. Por supuesto, para ella tampoco pasó desapercibida la alteración de las máquinas, se centra en en revisar cada uno de mis signos vitales, pero mi vista la pasa desapercibida concentrándose en Fugaku, quien me mira de una forma extraña, algo en su forma de verme ha cambiado, aunque no puedo descifrar de qué se trata.

La enfermera bloquea la vista que tengo de Fugaku, y por primera vez noto el escudo del Clan Uchiha en su uniforme, más no tengo tiempo de preguntar qué pasa, ella se aparta y dice amablemente:

—Nos has dado un buen susto —Sé que me habla a mí, pero no se vuelve a verme, al contrario parece desvivirse por Fugaku, más la forma en que lo mira es extraña, como si lo odiara pero tuviera miedo de mostrarlo abiertamente — No tiene de que preocuparse Fugaku-sama, fue solo la alteración del despertar. Procure no alterarlo mucho, aún está débil.

Y sale de la habitación dejándonos solos, no sé si estoy preparado para sostener una plática con él. Pero de algo si estoy seguro y es que ya no quiero seguir teniendo estas interrogantes, así que debo hablar cueste lo que cueste.

La mirada de Fugaku aún sigue clavada en la puerta, pareciera esperar a alguien. En ese momento recuerdo el último momento de su vida y al mismo tiempo, el momento en que deje de considerarlo mi padre, muy a pesar del temblor de mis manos. Cierro los ojos tratando de mitigar el dolor que me provoca el recuerdo, pero es inútil solo consigo ver las imágenes más vividas. Abro los ojos topándome con la mirada de Fugaku, que en ese momento es la misma de siempre.

Una serie de imágenes cruzan por mi cabeza, una tras otra haciéndome recordar los últimos minutos de mi vida, así como también las últimas horas de mi segunda vida, posible gracias al Edo tensei. Vuelvo a confundirme, se supone que estoy muerto, que ya no pertenezco a los vivos, ni él, ni Mikoto ¿Por qué estamos aquí? ¿Acaso es una extensión del mundo de los muertos, tal vez mi propio infierno? ¿Estoy condenado a ver los rostros de mis padres atormentándome por haberlos matado? Pero siento dolor, ¿No se supone que en la muerte ya no hay dolor? Algo muy grande pasa y no me ayuda para nada no tener recuerdos del mundo de los muertos.

— ¿Te sientes bien?

Los brazos de mi padre están a escasos metros de mí, como si los hubiera detenido. Al volver de mis pensamientos, noto que mis manos hacen presión en mi cabeza y las lágrimas se empiezan a acumular en mis ojos. Tal vez porque mi rostro luce completamente aterrado, es que él intentó consolarme.

— ¿Llamo a la enfermera?

—No, estoy bien.

—Seguro, porque…

— ¿Qué paso? —Lo interrumpo de golpe. Necesito respuestas y solo las obtendría preguntando directamente.

— ¿A qué te refieres con eso?

Su mirada esta confundida, me mira como si algo malo pasara en mí, como si estuviera fuera de contexto.

— ¿Quieres decir que no recuerdas nada?

Lo miro expectante.

—Si te refieres a por que estoy en el hospital, tienes razón no sé qué sucedió.

—Ya nos lo habían advertido, tu memoria se vio afectada, pero no te preocupes, ya irás recuperándola poco a poco.

— ¿Mi memoria? No lo entiendo, ¿Por qué?

Suelta un largo suspiro y se sienta en el banco que ocupaba mamá hace un par de horas, o al menos eso es lo que supongo. Se cruza de brazos y cierra los ojos, un gesto muy típico de él.

—Fue un descuido, algo que ni tú, ni yo, ni Shisui pudimos advertir.

—Por favor habla más claro no entiendo por qué estoy aquí, cómo es que ustedes están aquí, además dices que Shisui está vivo, no entiendo nada.

—Creo que esto es más grave de lo que esperaba, llamare a un médico…

—No, explícame tu mismo todo esto. No entiendo nada, necesito saber qué está pasando.

A estas alturas mi voz deja ver mi frustración, pero necesito saber a qué situación me estoy enfrentado, necesito sabe por qué Shisui está aquí. Porqué estas personas, que se supone estaban muertas, ahora están aquí.

No quiero imaginarme cual es la verdadera razón de todo esto. Analizo todo lo que está a mí alrededor, los últimos recuerdos que tengo. La información amenaza con provocar un nuevo desmayo, trato de controlarme, si sigo así Fugaku llamará a un doctor que probablemente me sede. Necesito estar despierto, necesito analizar mi situación.

Los últimos recuerdos que tengo son sobre mi segunda vida, posible gracias al Edo Tensei. Después está el hospital, el uniforme de la enfermera, la forma en que le hablaba a Fugaku. Shisui, Mikoto, quienes se suponen están muertos. Además me siento diferente en mi forma de hablar.

Aparto de tajo las cobijas logrando sorprender a Fugaku, más no me importa, tengo que llegar a la ventana de la habitación. Las maquinas empiezan a sonar estrepitosamente, Fugaku se levanta e intenta detenerme, lo aparto, aunque me cuesta mucho dolor hacerlo. Mi cuerpo es torpe y me duele cada articulación de este, instintivamente llevo mi brazo a mis costillas. Estoy a punto de caer un par de veces, pero logro detenerme con la pared. Papá ya no intenta detenerme, pero tampoco sabe qué hacer, permanece de pie en medio de la habitación.

Logro llegar a la ventana, es de noche, pero aun así logro ver lo que hay tras esta, no tengo palabras para descifrar lo que hay afuera del hospital, instintivamente elevo mi mano libre al cristal en un intento inútil por corregirlo. Fugaku se acerca a mí y deposita su mano sobre mi hombro.

—Lo hemos logrado.

Lo miro a través del cristal, parece orgulloso como si todo aquello no fuera más que un simple trofeo.

—Jamás me detuve, a pesar de que…, no… porque estuviste todo ese tiempo en el herido, por ti, por tu sueño, por el mío; no me detuve.

Volteo confundido, no entiendo a qué se refiere con esas palabras, no entiendo qué es lo que quiere decir, más no soy capaz de formular ninguna palabra, el horror que encierran esas palabras me parece irreal como si fuera otro mundo, algo que está muy lejos, pero a la vez cerca de mí.

—Te mantuvimos en un lugar seguro, Sasuke y tu madre siempre permanecieron a tu lado, de vez en cuando Shisui pasaba a verte.

— ¿Él estaba de acuerdo con todo esto?

Me mira confundido, como su hubiera dicho el peor disparate de toda mi vida. No lo entiendo, no entiendo nada, necesito respuestas y empiezo a pensar que él no las tiene.

— ¿A qué te refieres?

—A que ni él ni yo estábamos de acuerdo con todo esto, es decir, mira —Me vuelvo hacia la ventana— Toda la aldea está completamente destruida, el único edificio en pie es el hospital y supongo que el barrio Uchiha. Y si todo está destruido, entonces las personas que murieron, el hokage…

La puerta se abre, no me dejar terminar la frase, un gran alboroto se escucha. Reconozco a las tres personas que me miran preocupadas, especialmente Mikoto, quien corre hacia mí.

— ¡No es bueno que estés de pie, acabas de despertar!

Sin oponer resistencia ella me lleva hasta la cama y me ayuda a acostarme, aún estoy un poco consternado por lo que Fugaku dijo de Shisui y aunque tenerlo frente a mí me hace darle razón, hay una parte de mí que se niega a creerlo.

—No puedo creer que hayas dejado que se levantará.

Mikoto regaña a Fugaku, más yo solo estoy centrado en la mirada de Shisui, externamente no se ve muy diferente a como lo recuerdo, pero de alguna forma siento que no es el mismo, hay algo en su mirada que me hace dudar de él. No puedo meditarlo por más tiempo, el diminuto cuerpo de Sasuke se interpone.

—Me alegro que ya estés despierto Nii-san.

Y entonces entiendo porque me siento extraño, porque la reacción de mi cuerpo fue torpe cuando me levanté hace un rayo, y es que no solo estoy en un mundo completamente diferente al que yo recuerdo, sino que retrocedí al menos ocho años.

—Nii-san, ¿Estas bien?

Logro ponerle atención, él no parece distinto al niño que vive en mi memoria, más al recordar la persona en que se convertirá dentro de algunos años me causa un leve escalofrió. Las imágenes de la aldea destruida vuelven a mi mente, Sasuke ya no se convertirá en esa persona, Mikoto y Fugaku están aquí y por primera vez me permito pensar, aunque sea por un instante, que esa nueva realidad no es tan mala. Sin embargo, aunque Sasuke se vea libre de todo ese odio, habrá alguien que lo remplace, alguien que enfocara todo su odio en el clan Uchiha y entonces la cadena de odio comenzara de nuevo trayendo consigo la destrucción.

Supongo que en mi rostro hay, nuevamente, una expresión de desolación, porque cuando reacciono todas las miradas se enfocan en mí.

—Será mejor que no lo alteremos, está muy confundido —Fugaku intenta sacar a todos de la habitación.

— ¿Puedo hablar con Shisui?

Mikoto y Fugaku dudan un poco, pero al final permiten que se quede. Cuando se cierra la puerta él se acerca hasta mí, la habitación permanece en silencio, lo observo pero no me atrevo a hablar, sé que si lo hago, algo estará mal.

— ¿Qué es lo que recuerdas exactamente? —Rompe el silencio y me ataca sin ninguna consideración.

—Muy poco, aunque los recuerdos son borrosos —Intento hacerlo hablar, no será muy difícil, o eso creo— Me dijiste algo, sobre una rebelión, además todo está afuera destruido, no entiendo.

Centro mi atención en su rostro, parece debatirse entre hablar y no hacerlo. Al final parece decidido a hablar. Suspira y se acerca hasta la ventana, me mira a través de ella.

—No pude lograrlo —sus palabras me confunden, pero debo ser paciente— Intente todo, ayude al cuarto, incluso ayude a Danzo y nada dio resultado… al final hubo un golpe de estado…

La habitación vuelve a quedar en silencio, trato de digerir sus palabras, son muy confusas pero logro entender lo que pasó.

—En mal momento te hirieron —voltea hacia mí, tan solo con ver su rostro sé que se siente culpable.

— ¿Quién me hirió?

—Nadie lo sabe, el cuarto sospecha que fue un Uchiha que sabía acerca de tu lealtad hacia la aldea, pero no estamos seguros.

— ¿Hace cuánto tiempo fue eso?

—Tres meses.

—Sé que esto sonara extraño, pero ¿Cuántos años tengo?

Se muestra confundió y sin saber que responder. Sé que pudo imaginarse muchas preguntas excepto esta, aun así logra responderme.

—Dieciséis.

— ¿Cuánto tiempo estuvimos en guerra?

—Tres años. Su hubiera prolongado más pero tu estrategia nos ayudó bastante.

— ¿Así que tres años?

—De verdad que quedaste mu dañado y eso que la herida no fue en la cabeza, no me imagino que hubiera pasado si así fuera.

Por un momento me debato entre decirle o no lo que está pasando, me tranquilizo al pensar en que sonare como un loco, así que lo dejo pasar. Me concentro mejor en eta realidad, tal vez entendiéndola logre saber qué es lo que pasa.

— ¿Y qué va a pasar ahora?

—Nadie lo sabe, el tercero, el cuarto y dos de los consejeros son prisioneros, Danzo logró escapar. Creo que lo único que queda es ceñirse a lo que el clan disponga con la aldea, por lo menos por ahora, estoy harto de toda la muerte y destrucción.

—Creo que tienes razón.

Sé que debo poner solución a esto, una parte de mi lo quiere así, sin embargo, y después de todo lo que ha pasado, me conformo con saber que Shisui haya intentado detener el golpe de estado.


¿Merezco Reviews?