Capítulo 1: El aviso
Jade Griffin, ese es el nombre que me puso mi mamá y en realidad me encanta, tengo doce años recién cumplidos y vivo en Gales, Inglaterra, mi mamá es Eleanor Griffin, ella es muy cariñosa conmigo, la amo de verdad, de mi padre no se absolutamente nada, a mi mamá no le gusta hablar de él.
Recientemente a mi mama le subieron el puesto en su trabajo, me mudare a Londres, no estoy muy emocionada por eso, adoro Gales pero tal vez algunos cambios me harán bien, mi mamá me dice que me parezco mucho a mi padre, no solo en la apariencia sino también en lo inteligente porque desde pequeña me ha gustado inventar cosas, recuerdo cuando tenía siete años y le rogaba a mi mamá que me comprara un juego de química que había salido pero en esos días no teníamos el dinero que tenemos ahora, tampoco puedo decir que somos ricas o millonarias ahora, somos clase media, ni tan ricos y ni tan pobres, tampoco pretendo ser una chica perfecta, tengo mis defectos, pero con el tiempo mi madre los ha corregido, la mayoría del tiempo trato de ser educada porque así me han enseñado a ser.
Una cosa más, adoro los dulces.
Para dejar de hablar de mí, comenzare con lo que ocurrió esta mañana que salí a comprar cosas.
Como todos los Martes mi mama me pedía que revisara la alacena para ver que faltaba de comida y luego iba a comprar ya que ella trabajaba casi todo el día, bien pues yo salí justo detrás de ella a la tienda del señor Smith, un viejito muy pero muy interesante que siempre contaba historias a los niños que visitaban su tienda.
Pero mientras iba caminando por la calle no pude evitar ver que gente se amontonaba en los postes, yo soy muy pequeña así que no alcance a ver nada, seguí mi camino.
El señor Smith me saludo con la misma sonrisa de todos los días y yo se la devolví, otra vez volvió a contarme una de esas magnificas historias de cuando él era joven, a mí me encantaba oírlas.
-¿No quieres una barra Wonka?- pregunto el mientras las señalaba.
-Hoy no señor Smith, mi mamá solo me ha dejado dinero para las compras-
-Bueno, niña, espero que a la próxima tu mamá te deje más dinero, veo que te gustan mucho esos chocolates.
-Son los mejores.
Me despedí del señor Smith y me dirigí a mi casa, el poste ya no tenía gente y quería ir a verlo porque la curiosidad no me dejaba en paz pero cuando caminaba el reloj de la plaza marco las nueve de la mañana y mi nana me estarían esperando, no quería que regañara como la otra vez.
Mi nana ya me esperaba, ella es una joven de apenas veinte años a quien considero como mi hermana mayor, tiene ojos cafés y cabello castaño-rubio, casi siempre me trae libros nuevos de la biblioteca, hasta ahora ya me había leído muchos libros gracias a ella, sin embargo también me gustaba ver la televisión.
-Cassy, de casualidad no viste esos carteles pegados en los postes- pregunte.
-No, había mucha gente y la verdad se veían muy tentadores para leerlos pero tengo que llegar temprano para cuidarte.
Sonreí.
-Supongo que serán recados del presidente ¿no?- conteste.
Ya más tarde me puse a leer un libro que Cassy me regalo, por mi cumpleaños, mi mama ya iba a llegar de su trabajo, ya casi eran las siete de la noche.
Más de una vez había oído sobre esa fábrica de chocolate, de Willy Wonka, sus chocolates y dulces imposibles, yo en verdad con todas mis ganas quería ganar el boleto dorado del concurso pasado, pero lo había ganado un chico, Charlie Bucket, era pobre, pero al mismo tiempo me caía bien, nunca había tenido nada en contra de lo pobres, al contrario, a mi mama y a mí nos gustaba cooperar con un grupo de gente que llevaba comida y ropa a ellos, pero había algo en ese chico que me encantaba, claro que después no se volvió a ver más en la tele y el concurso de la fábrica de chocolates se quedó en el olvido tres años después.
Yo tenía dibujos de esa maravillosa fábrica, tenía teorías de cómo le hacía para que sus dulces fueran imposibles y muchas cosas más, mi sueño era ese, visitar la increíble fábrica de Willy Wonka.
Mi mama llego para sacarme de mi lectura, le di un abraso y me despedí de Cassy.
-Cariño, ¿qué tal si vemos una película?
-¡Seria genial!
Antes de poner la película las noticias de último momento aparecieron, el reportero empezó a hablar.
''Cinco boletos, que pueden estar por todo el mundo, vaya que fue una sorpresa para nosotros que esta mañana un mensaje de Willy wonka nos llegó a algunas ciudades, en el chocolatero avisa una nueva oportunidad para encontrar otros cinco boletos''
-Oíste eso mamá- ella no respondió- ¡es mi oportunidad para ganar el boleto!
Tan emocionada estaba que la película se me olvido, parecía que el destino leyera mi mente, solo que todos teníamos una pregunta ¿Qué había pasado con Charlie Bucket?
Verdaderamente con cinco boletos nuevos, todo sería un caos.
