Esta es una mera introducción, intento (no sé si lo logro) darle un toque de misterio a este fic en capítulos venideros y otras sorpresillas. Esto se desarrolla cuando todo lo de la Guerra termina, cuando se supone que todos ya son tranquilos y felices, no sé si haya spoilers, tal vez haga mención de algunos hechos, sobre todo a cerca de HBP pero nada sumamente revelador.
Perdón si he dejado otros fics inconclusos, este me tiene muy entusiasmada así que espero reviews, por favor!
El hombre que debería ser rey
1.
Sus ojos bien abiertos miraban el techo despintado, podía sentir la respiración uniforme de la persona acostada junto a él, escuchar ese suspirar calmado lo tranquilizaba, siempre tenía ese efecto con él, pero esa noche en especial sentía como si la cama se lo comiera, como si cayera al vacío, como si nunca fuera a regresar de la oscuridad, sentimiento que se veía acentuado por el cielo sin luna que lograba ver por la ventana, sólo un halo plateado reinaba el campo de estrellas, era luna nueva, la mejor temporada del mes para él, sabía que faltaba mucho para la luna llena y su fatiga por la luna llena anterior ya había desaparecido, y pese a todo, esa noche, como las noches anteriores desde hace semanas, se sentía incompleto, ajeno y lejano, como un forastero.
"¿Qué pasa?" aquella voz sonó difusa, confusa, pero sabía que provenía de la persona junto a él, Nymphadora Tonks, una joven metamorfomaga, esto quiere decir que puede cambiar su apariencia a voluntad, pero fuera de su cabello, casi siempre lucía igual; extrovertida, arrojada, arriesgada, hiperactiva, irradiaba luz propia, muy diferente a él.
Él se dio la vuelta sobre la cama para poder ver de frente a su acompañante. "Nada" la voz ronca de Remus Lupin sonó cansada, más de lo normal "es sólo que no puedo dormir".
Hacía tiempo que todo había terminado, con bajas y sufrimientos pero su batalla contra Lord Voldemort había llegado a su fin, dando espacio para que el amor floreciera entre todos aquellos que combatieron ferozmente al Señor Oscuro, y así fue, muchas relaciones nacieron, otras se concretaron, como la de Remus y Tonks, que no estaban casados por supuesto, ninguno de los dos lo había mencionado siquiera, pero vivían juntos apaciblemente en una casa en los suburbios de Londres, un lugar llamado Barking. Las leyes en relación a los hombre lobo en el Ministerio de Magia no había desaparecido, pero sí suavizado su veredicto, esto le facilitaba a Remus conseguir trabajo, no los más apasionantes ni los mejor remunerados, trabajaba en el Ministerio en un tedioso y aburrido puesto burocrático, pero era algo, y sentía que así no dependía completamente de ella, no se lo hubiera perdonado si así fuera, ella seguía siendo Auror, pese a ser atolondrada era muy buena en su trabajo.
Tonks suspiró y abrazó a Remus, usando su pecho de almohada. Él sintió que ese tremendo vacío que sentía desaparecía al sentir el cálido cuerpo de su compañera, aunque no del todo, finalmente la noche le ganó y se quedó dormido unos momentos más tarde, sin embargo, seguía intranquilo, seguía sintiéndose incompleto.
Esa mañana, él se despertó temprano como siempre a preparar el desayuno, algo ligero para comenzar el día. Con un movimiento de su varita puso la tetera sobre el fuego para preparar café, tostó panes y colocó los tarros de mermelada sobre la pequeña mesa de la cocina. La joven se despertó unos minutos después, bostezando y estirándose entró a la cocina aun en pijama de franela rosa.
"Buenos días" él saludó, aunque seguía metido en sus quehaceres.
"Buenos días" ella contestó bostezando y tomando su lugar en la mesa. Cuando menos lo notó un plato llegó flotando y se poso frente a ella, después un pan tostado hizo lo mismo y el cuchillo comenzó a untar mermelada de fresa sobre él. "Gracias..." ella sonrió al darse cuenta que él ya no necesitaba preguntar de qué sabor quería su mermelada, pues ya sabía que su favorita era la de fresa.
Segundos más tarde él se sentó frente a ella y olió, cual catador, el café que acababa de servirse sólo para darle un trago posteriormente, era una costumbre reciente que ni siquiera notaba, comió su pan sin mermelada y ambos desayunaban en silencio.
"Ya son muchas noches en las que no puedes dormir" ella dijo tras tragarse el último trozo de su pan tostado.
Él la miró con las cejas levantadas "pensé que tu dormías profundamente, no quiero molestarte" contestó dejando la taza vacía a un lado.
"No me molestas... es sólo que... me preocupo, es decir, no duermes cuando hay luna llena y ahora no duermes incluso si no la hay" Tonks tenía un punto, Remus la miró fijamente con el entrecejo fruncido, quería explicarle pero ni él mismo sabía qué le pasaba.
Tras unos segundos de silencio él decidió hablar "últimamente..." comenzó pero fue interrumpido por una lechuza que golpeteaba la ventana de la cocina.
Ella se puso de pie a prisa "parece una lechuza del ministerio..." dijo y abrió la ventana, el ave entró aleteando y se posó sobre la mesa, justo frente a Remus, en efecto, llevaba un mensaje del Ministerio e iba dirigido a Tonks, quien tomó el pergamino y lo leyó en voz baja.
Parecía un mensaje largo, y por la expresión de la joven, era algo importante. Incluso lo leyó dos veces mientras Remus la miraba en silencio, "¿pasa algo?" dijo con voz grave.
"No... bueno, no sé..." ella contestó "me tengo que ir" dijo con aprensión, él no comprendía y eso se notaba en su expresión. "Te explico más tarde" la joven bruja hizo un movimiento con su varita cambiando su pijama por ropa casual, dio un paso y besó a Remus en la mejilla y salió corriendo.
"Últimamente me siento como un forastero" dijo Remus para si, completando la frase que la lechuza había interrumpido.
Unos minutos después él también salió rumbo a su trabajo, pese a tener ahora una economía estable, seguía vistiendo ropas rotas y roídas, como si todo el dinero que ganaba lo guardara y no lo usara a menos que fuera necesario, causa, tal vez, de no haber tenido dinero por mucho tiempo.
XxXxXxX
Esa noche, el primero en llegar del trabajo fue él, se sorprendió pues casi siempre llegaba primero ella, además, había salido de la casa más temprano de lo acostumbrado, no se sintió preocupado hasta unas horas más tardes. Sentado en un sillón trataba de concentrarse en un libro que leía al revés, de todos modos, las letras parecían un montón de garabatos en ese instante, su mente estaba lejos de ahí, angustiada por su compañera.
Perdió la noción del tiempo y no había lugar para sentirse como las noches anteriores, con ese enorme vacío, esa noche estaba sólo preocupado. Incluso pensó en salir a buscarla pero era obvio que estaba en una misión importante del Ministerio, para eso la llamaron en la mañana de todos modos.
Horas más tarde por fin aparecía, escuchó con claridad como abrían la perilla de la puerta principal con cautela, ella entró sigilosamente hasta que lo vio sentado en el sillón con aquel libro en su regazo. "Creí que ya estarías dormido" dijo ella dejando su actitud de cautela.
Pero él no respondió, Tonks se acercó y se sentó junto a él, se notaba cansada, nunca la había visto así. "¿Algo grave?" él decidió preguntar.
"Normalmente estoy dispuesta a trabajar todo el día, ya sabes, mucha acción y adrenalina..." ella comenzó "pero estar escuchando a un tipo hablar por horas no es para nada divertido" Remus sonrió con aquello, le cansaba más sentarse y escuchar aburridos discursos a salir a la calle para capturar magos descarriados.
"¿Sólo fue eso?" él preguntó, notó a Tonks bastante fastidiada y tal vez hablando de eso se sentiría mejor, o quizá, tendría el efecto opuesto, Remus decidió arriesgarse.
"Hay un problema muy grave..." ella miró a Remus con preocupación, como si ese problema lo incluyera y afectara "hay gente desapareciendo en Dublín y sus alrededores"
"¿Alguna idea de qué esté pasando?" Remus se alegró que ella estuviera tan dispuesta a hablar, aunque no le agradó la forma en que lo miró.
La bruja recargó su cabeza sobre el hombro de él rompiendo contacto visual. "Ninguna... Aurores irlandeses vinieron a Londres a pedir ayuda pues no pueden controlar estas desapariciones, lo único que se sabe es que..." ella pausó, él sintió como si el resto de la frase fuera terrible, "lo único que se sabe es que todos los desaparecidos eran licántropos"
Remus pudo comprender completamente la preocupación en la mirada, incluso en las palabras, de Tonks. "Oh..." él suspiró súbitamente "¿qué harán?"
"Tememos, eso es lo único... tememos que esa ola se extienda hasta Escocia, Gales e Inglaterra, no tenemos idea de qué esté sucediendo... y..." hizo otra pausa terrible, él sintió nuevamente que el resto no era para nada bueno.
"Y..." él trató de apresurar la respuesta.
Sobre su hombro, Remus sintió como si Tonks se desvaneciera, se aligerara, se esfumara "y tengo que ir a Irlanda a ver qué pasa" dijo apartando su cabeza del hombro del mago.
"Te marchas" Remus intentó de darle entonación de pregunta a esa frase, simplemente no pudo, afirmó con contundencia.
Volvieron a encontrar sus miradas, con un movimiento imperceptible ella tomó la mano de aquel hombre que tenía enfrente y sonrió "sí, por unos días... tal vez meses, ya sabes, hasta que descubramos qué pasa" era muy extraño para Remus escucharla decir eso con esa tranquilidad y con una sonrisa en su rostro ¿qué no le dolía dejarlo así como así?. "Tú vienes conmigo"
"¿Qué?" para Remus esas últimas tres palabras no tenían ningún sentido.
La sonrisa en rostro de Tonks se acentuó más "sí, el Ministerio está pagando todo, pues es cosa oficial y todo eso, y me han dicho que el viaje es para dos personas, es decir, para mi y un acompañante"
La incredulidad de Remus era obvia, estaba clara en su rostro "yo tengo que trabajar, y tu irás a trabajar"
"Ah ¿no quieres acompañarme" colocando sus manos en la cintura y con el cejo fruncido, ella dijo bromeando.
Él sonrió "por supuesto que sí... además, merezco unas vacaciones, aunque no es precisamente en lo que había pensado"
Sonriendo ella se lanzó sobre él para besarlo, quien correspondió. "Así que... nos vamos a Dublín"
...continurá
