Me encantaría dedicarle mil fics por su genialidad a Nitta Rawr pero sería demasiado extraño así que este es un fic dedicado a ella por su graduación (he aquí el motivo suficiente para la creación) además sospecho que está estresada y triste, y eso no me agrada.

Muy pocas palabras, lo sé.

Haikyuu! le pertenece a Furudate Haruichi.


"Astronauta"

Ser astronauta suena divertido.

Observar la "Tierra azul", sentir la inexistencia de gravedad y disfrutar de lo abrumador de la infinita oscuridad.

Y, ni hablar de la adrenalina de saberse consciente de la posibilidad de vagar indefinidamente por la extensión del universo debido a un error de cálculo.

Pero, como en la mayoría de las cosas, existen riesgos (tal vez mayores a las recompensas).

Un astronauta a su regreso a la Tierra sufre de problemas motores que van desde dificultades en acciones cotidianas hasta la manera de caminar que se torna complicada. En el espacio la sangre sube a la cabeza (cosa muy preocupante), la masa de los huesos al igual que la muscular disminuye, la radiación cósmica puede producir cáncer y ocurre una debilitación del sistema inmunitario. Además, en caso de una falla a la hora de salir de la nave a reparar una avería o instalar nuevos equipos se puede morir por asfixia.

En conclusión, resulta contingentemente riesgoso.

Por suerte, Yachi no necesita serlo.

Ella ya vive en Lanikea, en el supercúmulo de Virgo, en el grupo local y más específico en la Tierra dentro de la Vía Láctea, y además tiene una estrella para ella sola.

Y su estrella brilla mucho más qué una supernova del tipo "la".

Así de sencillo, su estrella es mejor que una supernova y tiene mayor intensidad que un huracán cósmico.

Su estrella se llama Yamaguchi Tadashi y tiene una sonrisa encantadora capaz de hacer estremecer a cualquiera, pues los bastones y conos no son necesarios para sentir que aquella sonrisa es sincera.

Los colores no son necesarios para hacerte sentir reconfortado.

Y, lo mejor de todo, para visitar a su estrella no necesita ser astronauta, no corre riesgos (a menos que se considere la taquicardia producida al verlo) ni tiene que tener un currículum extraordinario para estar con él.

¿Por qué ser más ambiciosa que eso?

Ella ya lo tiene todo y está más que feliz con ello... puede pararse de puntillas (y creer en la ausencia de gravedad), compartir risas y sentir la explosión de la menta al darse un beso.

Quizás por todo eso se siente orgullosa de ser la astronauta que cuenta pecas como si se tratasen de estrellas en el rostro de Yamaguchi.

Y tal vez, sólo tal vez, llega a creer que ser efímero no tiene tantas ventajas como se suele pensar.