"Una sonrisa tuya, sólo una sonrisa más te pido: tan cálida y desbordante; una caricia tuya, una caricia de delicada ternura y llena de afecto; una mirada tuya, con esos bellos ojos celestes que suelen hipnotizarme sin salida alguna; un beso tuyo, tan dulces como la miel y labios suaves como seda; y... un "Te amo" tuyo, el cual me expresa a cada momento del día que soy la persona más afortunada del mundo.
Pero, lo que más anhelo de ti ahora es... una presencia tuya, la que erradique esta profunda soledad y ocupe el frío lugar que dejaste en mi corazón. Si tan sólo hubiera estado el día en que te fuiste de mi lado, quizás hubiera impedido ese fatídico momento. Te amo y siempre lo haré, incluso aún después de la muerte, en donde nos reencontraremos muy pronto."
Leo con atención, sin despegar la vista ni un sólo segundo del libro entre mis manos. ¿Quién hubiera imaginado que a Blake le gusta leer este tipo de libros?
Oh, saludos, mi nombre es Weiss Schnee: futura heredera de la compañía de Dust Schnee. Ya hace tiempo que llegué a Beacon para lograr ser una Cazadora, aún ante la negativa de mi padre; yo vine con un objetivo en mente, el cual sigue siendo ser una Cazadora por el bien público y enaltecer el apellido Schnee más allá del implemento del Dust. Pero... hay algo que me ha mantenido en las nubes últimamente, lo cual tiene nombre: Ruby Rose. En serio, no sé lo que pasa con esa chica: es extrovertida, tonta, irresponsable, tonta, a veces le falta algo de sentido común, tonta; pero, también tiene sus virtudes y he de admitir que es una gran líder, aún con sus defectos.
Mi punto aquí es que, siendo líder y compañera de equipo, mi relación con ella no ha ido muy bien que digamos; es decir, el tener peleas cada cinco minutos ya es exagerado, además de que ha empezado a insultarme a mí y al apellido de mi familia. ¡Soporto el que me insultes, Ruby Rose, pero nadie habla así de mi familia! ¡Es inaceptable!
- ¡Chiquilla maleducada! - Exclama dejando a un lado el libro que leía.
A pesar de ello: me agrada. Como persona, es alguien en quien podrías confiar y está lista para ofrecerle ayuda a cualquiera; como compañera, tiene un lado protector hacia sus camaradas no dejando que lleguen a salir lastimados; como amiga, es a quien le revelarías tu más temoso secreto sin miedo a que sea divulgado; y, como mujer...
- Si viera a Ruby como una mujer más que nada, yo... - Dirigiendo su mano a su entrepierna.
Me es difícil de explicar, pero cada que pienso en Ruby algo en lo más profundo de mí es encendido, como una llama ardiente que es avivada por el fino viento. Y... una "pequeña" cosa toma forma en el proceso. Lo sé, debo admitirlo: ¡me excita mucho Ruby! Sueño despierta pensando en cómo sería tenerla desnuda en mi cama: sumisa y amordazada; domando cada parte de ella y degustando con exquisitez su profana intimidad. Viniéndome dentro de ella, dándole estocadas por donde pueda y donde quiera, depositando mi esencia en esa sucia boca que tiene y, no menos importante, dejando una marca que trascienda dando entender que ella es sólo mía.
Un sueño imposible a lo mejor, lo cual no pasa más que ser una simple fantasía sexual. Pero... si pudiese, al menos un poco, ¿ella me aceptaría? Es decir, no sé nada acerca de los sentimientos de Ruby, y estoy segura de que sólo me ve como una amiga más; ni siquiera yo sé con exactitud lo que siento por ella, me es confuso saber si lo que siento es sentimental o sexual: la odio, y la quiero al mismo tiempo. Tal vez se deba a ese libro que leí...
- O puede que haya enloquecido. Jeje...
Me rio a lo bajo por los problemas que yo misma me presento, como esperando que la respuesta entre por aquella puerta.
¡¡ZAS!!
- ¡Weiss! - Entra ruidosamente Ruby a la habitación.
- ¡AH, ¿qué te pasa?! ¿Por qué razón entras así a la habitación?
- Oh, no es por nada. Sólo te estaba buscando.
- Y, ahora que me encontraste, ¿qué quieres?
- ¿Recuerdas la libreta que te presté el otro día?
- Ahm, sí.
- La necesito ahora.
- Ok, espera un poco.
¿Tanto ruido por una simple libreta? No lo puedo creer. Además, ¿qué modos son esos para pedir las cosas? Al menos pudo haber dicho "por favor" en lugar de atacarme con esa seriedad que últimamente le ha caracterizado; en serio, Ruby se ha portado rara estos días, como si fuese una persona totalmente ajena a ella. Me preocupa, quisiera saber qué rayos le sucede.
- Oye, Ruby. - Se dirige a ella interesada.
- ¿Sí?
- ¿Qué te pasa, eh? No pareces ser la misma niña animosa de todos los días.
- No sé a qué te refieres: sigo siendo yo. - Se sienta en la cama más cercana.
- ¿En serio? Pues si es así, ¿cómo explicas el tumulto que se formó ayer en el comedor? Cuando creíste que era buena idea hacerme quedar en ridículo tras hacerme parecer que era una completa estúpida y que no servía para nada.
- Ash, ya vas a empezar con tus cosas.
- ¿Mis cosas? Perdón, pero estos problemas son de las dos porque tú los estás provocando.
- ¡Yo no provoco nada, sólo eres tú y tu afinidad a querer pelear, babosa!
- No me levante la voz, niñata. ¿Acaso no sabes quién soy?
- Oh, sí. Perdone, señorita, no quise manchar su nombre de porquería.
- ¡¿Qué dijiste?! - Alza la voz totalmente cabreada.
- Lo que acabas de escuchar: PORQUERÍA.
- ¡Hija de puta!
¡¡SLAP!!
No lo pude soportar, hizo que llegara a mi tan intraspasable límite. Le cayé con una bofetada que le hizo caer al suelo rompiéndole la boca, o eso parece, puesto que está sangrando del labio inferior; pero no me importa, está vez se pasó de lo aceptable y vaya que no la voy a perdonar. Por más que me agrade, por más que haya estado preocupada por ella, por más que sea considerada una amiga: ¡le haré pagar por ésta ofensa tan grande!
- ¡Ahora verás, pendeja, que nadie me habla así! - Se deshace de su ropa interior, al mismo tiempo que inmoviliza a Ruby con un glifo.
- ¿Pero qué haces?
¡¡SLAP!!
- ¡Cállate! - Levanta la falda de Ruby: recostándose en ella mientras se pone en "posición". - Te voy a enseñar a respetarme, puta.
- No, espera, n... ¡AAAHHHH!
No lo creo, en verdad... lo tengo dentro de Ruby: nunca creí que se sentiría tan bien su vagina. La forma en la que envuelve mi miembro, con esa deliciosa viscosidad y sus palpitantes paredes, las cuales no paran de apretarme el pene. Sí, así es: soy hermafrodita; un secreto que he mantenido toda mi vida, al menos fuera de casa y, el cual, me ha traído varios problemas en el pasado, pero no es momento para hablar de ello, ni siquiera podría aunque lo intentara. El placer del momento me invade, siento como mi cuerpo va perdiendo fuerza y mi vista se va nublando: estoy perdiendo la razón en mí con cada fuerte estocada que doy; sólo escucho mis gemidos y los de... ¿Ruby? ¡¿Esta zorra está gimiendo?!
- ¿Qué?, ¿en verdad te está gustando?
- No... ¡Ah! ¡Ahh!
- Tú... perra. - Le despoja de sus prendas: rasgando la ropa que lleva sin detener el movimiento de su ingle.
- ¡Ya déjame! - Soltando lágrimas. - Por favor...
- ¡¡QUÉ TE CALLES!! - Lo introduce hasta lo más profundo de Ruby de un sólo golpe.
- ¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!!!
He perdido control de mis sentidos, estoy a punto de llegar a ese tan ansiado clímax. Ya no me importa nada más que soltar todo lo que tengo dentro de Ruby, de bañarla con mi semen y venirme todo lo que pueda sobre ella. No resisto, no puedo más. Me vengo, me vengo, ¡me vengo!
- ¡Ah, mierda! - Abraza desesperadamente a Ruby, dejando salir todo en su vagina ahogando su intimidad en semen blanquecino.
- Nng... - Se estremece Ruby al sentir aquella viscosa calidez: quedando sin palabras, gimiendo de dolor y humedeciendo su rostro con lágrimas cristalinas. Completamente destrozada.
¿En verdad... acabo de hacerlo? ¿He cumplido esa pequeña fantasía? Pero, esto es extraño, de alguna manera no me siento ni un poco satisfecha; me siento llena de una lamentable culpa, y... ¿remordimiento? Espera, Ruby... Ella... ¿está llorando? Enfoco mi vista totalmente en Ruby: un mar de lágrimas corren por sus mejillas, da gemidos de dolor en compañía de pequeños sollozos; ese lindo atuendo que siempre ha tenido, ahora rasgado y mostrando su cuerpo adornado de rasguños; y, lo peor de todo... veo su entrepierna, la vagina que acababa de penetrar se encuentra bañada en sangre y semen, alcanzando a presenciar un pequeño desgarre. Yo... le hice todo eso, la acabo de lastimar. Yo... he violado a Ruby.
- ¿Pero qué hice?
