Hearts of Ice
Parte 1: Blood Spell
por Krista Perry
traducido por Drakar-ryu
Algo marchaba mal. Ranma podía sentirlo; una incomoda y nerviosa sensación en su estomago, casi como un sexto sentido.
No era como el mismo otro sentido que usaba como artista marcial, el sentido que le advertía de un ataque sorpresa o de los movimientos del oponente en un combate. Era mas como...
¡Demonios! No podía definirlo.
Él miró al cielo mientras corría, sin que sus pies perdieran el ritmo mientras instintivamente encontraban la estrecha longitud de la valla bajo él. Ni una sola nube. Era una mañana brillante en Nerima. El penetrante aroma de las flores de cerezo y los desayunos recién hechos llenaban el aire primaveral.
Ranma frunció el ceño, perplejo. Bueno, al menos no tendría que tratar con la lluvia hoy. Miro a su prometida mientras ella mantenía el paso con él sobre la acera en su carrera de rutina hacia la escuela. Frunció aun más el ceño. Akane ni siquiera le estaba mirando, y mientras él mantuviese la boca cerrada, sabía que estaba relativamente a salvo de recibir el final de un puño lanzado por su violento temperamento. Aun así, nunca se podía ser demasiado cuidadoso. La muy bestia era volátil e impredecible en sus mejores días.
Incluso si ella tenía la repentina necesidad de reducirle a pulpa sin razón, era algo tan común que no podía ser lo que estaba causando la sensación de malestar en el fondo de su estomago. Lo único que se acercaba a lo que estaba sintiendo era usualmente causado por ingerir la comida de Akane.
Vale, quizás estaba exagerando. La comida de Akane le hacia sentirse mucho peor.
Sonriendo para si mismo, pero manteniendo sabiamente silencio, salto sobre un segmento de la valla que parecía como si hubiera sido golpeado repetidamente con un objeto que aparentaba tener la misma forma que su rostro. La extraña sensación le revolvió las tripas, y le pareció escuchar un *clic* en su cabeza cuando de repente comprendió que le estaba preocupando.
No se dio cuenta de que había dejado de correr hasta que Akane le gritó. "Ranma, estúpido, ¿qué estás haciendo? ¿Quieres hacernos llegar más tarde de lo que ya vamos? No te quedes ahí parado, ¡venga!"
Ranma parpadeó. "Esto, Akane, has... quiero decir, ya sabes... eh..." pensó Ranma furiosamente, pero sabía que no había forma de terminar la pregunta sin despertar la furia de Akane. Ella ya parecía echar humo mientras él seguía sobre la valla tartamudeando.
"¿Qué es lo que ocurre, Ranma?" gruño Akane. "No quiero terminar sosteniendo cubos todo el día, así que muévete."
Ranma suspiró interiormente. Y aquí termina la mañana entera sin una disputa. "Oye, mira, no tiene mucha importancia, solo iba a preguntarte si has visto a Shampoo últimamente."
"¡¿QUÉ?" Los puños de Akane se cerraron convulsivamente a sus costados, y su brazo derecho empezó a colocarse en su estado de preparado para el lanzamiento.
Ranma levantó las manos, con sus dedos tercero y cuarto encogidos en la posición "apártate-tu-inflingidor-del-dolor". "Oye, eh... cálmate, Akane. No es que yo *quiera* ver a Shampoo ni nada parecido. Es solo que... ¿No crees que es muy extrañó que no me halla aplastado la cabeza contra la valla con su bicicleta desde hace un par de mañanas? Quiero decir, ¿no has notado que está faltando últimamente?" Él apuntó a sus huellas faciales impresas en la valla de metal detrás de él.
Toda la velocidad, fuerza y agilidad que Ranma poseía como artista marcial no pudieron salvarle del ataque de la "Garra-de-la-Mujer-Ofendida" de Akane. Hubo un tremendo, ya familiar *CRACK*, y Ranma vio las estrellas mientras volaba de cabeza al canal de drenaje, aterrizando con un *splash*. El cambio le recorrió instantáneamente, y una Ranma femenina afloró a la superficie frotándose la mandíbula.
"¡¿A qué venido *ESO*?"
Akane la miró echando humo. "¡Por supuesto que lo he notado, estúpido pervertido! Pensé que te alegraría que Shampoo no estuviera asaltándote en toda la semana pasada; pero si la echas tanto de menos, ¡¿por qué no vas a *buscarla*?" Y sin esperar a oír su contestación, Akane se dio la vuelta y se marchó corriendo al colegio, dejando a una Ranma-chan enfadada y empapada en el canal.
"Chica estúpida," murmuró Ranma mientras se agarraba a un bordillo. Tomando impulso realizó un arco de media vuelta para aterrizar de nuevo sobre la valla. "estúpida fea marimacho. ¿Acaso dije que quisiese encontrarme a Shampoo? Solo estaba diciendo que no ha aparecido por aquí últimamente. Tal vez ha vuelto a China... No, mi suerte nunca ha sido tan buena..." Ranma empezó a correr sobre la valla y se frotó la mandíbula con una mano, sintiendo el cardenal que probablemente estaba empezando a ponerse morado.
*Es solo que creo que Shampoo esta tramando algo,* pensó. *No es propio de ella desaparecer así, o marcharse sin avisar...* El malestar en su estomago seguía allí.
Como mucho, se intensifico cuando hizo la conexión con la ausencia de Shampoo. *Está tramando algo, estoy seguro.*
A un par de calles por delante de Ranma, corría Akane, conteniendo las lágrimas. *¡Ese idiota!* pensaba, rechinando los dientes. *Por supuesto que tenía que nombrar a Shampoo. Había sido tan agradable no tenerla por aquí colgando de Ranma todo el tiempo, pero supongo que no puede soportar el hecho de perder a una de sus prometidas *BONITAS*! ¡Y tenía que restregármelo! ¡Ese *estúpido* mujeriego!*
Una pequeña parte de su mente le susurraba que podría estar saltando a conclusiones, que ella se había estado sintiendo extraña y de mal humor toda la mañana; pero lo rechazo contundentemente. ¡No estaba saltando a conclusiones! Todos los hechos apuntaban directamente a un resultado, y este era que Ranma era un pervertido insensible. ¡Hmph! ¿Qué le importaba? ¡Él y esa muñequita china de Shampoo se podían ir juntos si les daba la gana!
Esa pequeña y susurrante parte de su mente se marchitó y lloró solo de pensarlo. Pero Akane la ignoró. Y siguió corriendo.
De hecho, Shampoo *estaba* en China. Pero si Ranma hubiera sabido lo que estaba haciendo allí, hubiese estado lejos de sentirse reconfortado.
Ella estaba temblando a la entrada de una oscura caverna en la cima de una montaña mellada, con el cuerpo tenso en postura de combate, aferrando su bonbouri. Su cuerpo estaba cubierto con moretones y arañazos.
Había un corte sangrante en su mejilla derecha justo debajo del ojo. Su mata de pelo violeta estaba hecha un desastre, manchado y enredado.
Vaciló ante la entrada de la cueva. Era tan oscuro el interior que parecía que la luz no podía pasar de la entrada. Shampoo buscó en el corpiño de su blusa sucia y desgarrada, y sacó un pequeño y antiguo pergamino que colgaba de una cadena de oro alrededor de su cuello.
Cuidadosamente lo desenrolló, recorriéndolo de arriba a abajo rápidamente mientras comprobaba sus instrucciones.
Tras devolver el pergamino a su lugar, cerró los ojos para centrarse. Cuando sus ojos violetas se abrieron de nuevo, estaban llenos de determinación.
"*He venido, Anciano,*" gritó en Chino Mandarín.
Su voz de soprano tenía un toque áspero, y retumbó en la oscuridad de la caverna. "*He derrotado a tus demonios guardianes. ¡Exijo que te presentes ante mi!*"
Dos relucientes ojos rojos, cada uno del tamaño de una casa, parpadearon y se abrieron en la oscuridad. El oscuro brillo escarlata de los ojos iluminó la cueva, dando a ver la presencia de escamas y dientes.
Un ronco rugido causo que la tierra temblase, y Shampoo fue rociada con piedras y polvo del techo de la caverna.
Shampoo palideció y dio un paso atrás, pensando en huir de la caverna. Entonces frunció el ceño, y se mantuvo en su sitio. Había llegado demasiado lejos para retroceder ahora. "¡*Muéstrate ante mí, dragón!*" grito. "*Necesito algo de ti.*"
El rugido se transformó en una profunda carcajada gutural. "*Márchate, jovencita, antes de que te devore.*"
"*No me marcharé, y tú no me comerás. He superado a tus guardianes. He encontrado tu guarida. Ahora me darás lo que necesito.*"
Los enormes ojos se estrecharon, y Shampoo tragó saliva. *Aiya,* pensó. *¿He recorrido todo este camino y he trabajado tanto solo para ser devorada?*
"*¿Qué es lo que necesitas?*" El movimiento de la boca del dragón reveló sus filas de afilados dientes brillando a la luz de sus ojos rojos; aun así, Shampoo suspiró aliviada. De acuerdo con el pergamino, la respuesta del dragón significaba que iba a seguir con el ritual. Si era a causa de una atadura mágica o un capricho de dragón, ella no lo sabía.
"*Necesito una pequeña cantidad de tu sangre, Anciano.*"
"*Estas dispuesta a pagar el precio?*"
"*He luchado por el privilegio de pagar el precio.*"
"*Muy bien. Extiende tu brazo.*"
Shampoo extendió su brazo izquierdo en las casi tangibles sombras de la caverna. El suelo tembló cuando el dragón movió su enorme cuerpo hacia ella. Ella ahogó un grito cuando una sola uña, el doble de alta que ella, salió de la oscuridad, con su afilada punta sobre su brazo. Antes de que pudiera apartarlo, la garra bajó pinchando justo debajo del codo, y retirándose igual de rápida.
El dolor fue increíble, peor de lo que había imaginado. La oscuridad empañó los bordes de su visión, pero se obligó a permanecer consciente. podía sentir la sangre bajando por su brazo, pasar por su mano y gotear desde sus dedos en un reguero constante. Podía oír el latir de su corazón aumentar en sus oídos. Mirando abajo, vio que su sangre estaba siendo recogida en una vasija de cristal. La vasija se estaba llenando rápidamente.
"*Suficiente,*" dijo el dragón. "*Eso bastará.*"
Shampoo miró a su brazo y vio que había dejado de sangrar. Se llevó la mano derecha a la frente para contener una oleada de vértigo.
"*Has pagado el precio. Ahora toma tu recompensa, hechicera, y vete.*" Un remolino de aire apareció de improviso, rodeando a Shampoo. Ella nunca sintió levantar los pies del suelo; pero cuando se dispersó se encontró al pie de la montaña de cara al valle. En su mano, había un pequeño frasco de cristal de líquido negro.
Sangre de dragón.
Ella la observó y sonrió, la excitación en sus ojos hacia contraste con su cuerpo apaleado y desangrado.
"Ahora, Ranma. Ahora veras que te amo mas que Akane. Pronto Akane se habrá ido, y tu vendrás a mí. Entonces nos casaremos y seremos felices por siempre."
Shampoo cayó al suelo inconsciente.
Akane y Ranma estaban malhumorados en el pasillo de colegio, cada uno sosteniendo un cubo de agua, ambos deliberadamente ignorando al otro.
Los dos estornudaron al mismo tiempo.
Ranma sorbió y se frotó la nariz. "Gah. Alguien debe estar hablando de nosotros."
Akane refunfuñó. "No puedo imaginar el por qué."
"¿Y que se supone que significa eso?"
Ella le miró enfadada. "Estaba siendo sarcástica, atontado. Probablemente sean los profesores hablando de que hemos vuelto a llegar tarde otra vez. Tendremos suerte si la señorita Hinako no aparece con su moneda de cinco yenes de un momento a otro." Akane sonrió para si misma viendo la mueca que puso Ranma ante el prospecto de enfrentarse a la hiper-activa señorita Hinako y su arsenal de objetos circulares drenadores de energía; pero lo enmascaró con una expresión de seriedad cuando Ranma se giró hacia ella.
"¿No creerás que es capaz de *eso*, verdad? ¿Tan solo por llegar tarde? Quiero decir, ya estamos sosteniendo estos estúpidos cubos de agua."
"Oh, no lo sé," respondió Akane sarcásticamente. "He oído que ha estado castigando incluso las menores faltas, como masticar chicle en clase, o hablar sin pedir permiso. Estoy segura que mostrarse en la escuela cinco minutos tarde, o diez en tu caso..."
"Oye, tuve buscar agua caliente, y gracias a ti..."
"...serán mas que suficientes para poner a la señorita Hinako contra nosotros. Me pregunto lo que hará Papa cuando me vea con el Ki drenado y se entere que fue culpa tuya."
Ranma palideció, sabiendo por propia experiencia como reaccionaba Soun Tendo a cualquier amenaza contra sus adoradas hijas. El ataque de la cabeza demoníaca no era algo para tomarse a la ligera.
*Oh, tío, eso lo último que necesito.* Ranma miró sus pies y giró el asa en su mano haciendo removerse el agua en el cubo. Se detuvo de inmediato, dejando elagua asentarse. Su suerte con el agua nunca había sido buena desde la maldición. El agua era casi como un ente con inteligencia, buscándole activamente para convertirle en chica en los momentos más embarazosos y hacer su vida miserable. El ciertamente no necesitaba tener un 'accidente' con el agua en medio del pasillo en este momento. Y encima de que todo le estaba saliendo mal hoy, no podía apartar la sensación de que algo realmente malo estaba a punto de suceder. Pronto. Algo mucho peor que ser drenado por la señorita Hinako o enfrentarse a la cabeza demoníaca del señor Tendo. Ranma sacudió la cabeza, tratando de aclarase. *¿Por qué no puedo quitarme esta sensación? ¡Me está poniendo nervioso!*
Akane observó a Ranma por el rabillo del ojo, frunciendo el ceño confundida. *Qué extraño,* pensó. Él no estaba respondiendo a sus burlas como hacía normalmente. Le encantaba ver al todopoderoso y creído de Ranma, aturullado y presa del pánico, y normalmente cualquier mención de la protectividad de su padre era suficiente para ponerle en un estado de indignación y rabia. En vez de eso, él estaba mirando al suelo con una extraña y casi triste expresión en los ojos.
Su confusión se tornó en preocupación. ¿Estaría enfermo? No, Ranma nunca se pone enfermo, excepto esa vez que Happosai le pegó su resfriado; pero solo fue una vez. Y aparte de eso, aparte de la expresión de su rostro, parecía perfectamente saludable. ¿Entonces qué era lo que le pasaba? Había estado actuando de forma extraña todo el día. El desayuno en la residencia Tendo de esa mañana había pasado con relativa tranquilidad, aparte de los ruidos que Ranma y Genma hacían mientras devoraban su comida. Él estaba extrañamente manso, y Akane se sobresaltó al darse cuenta de que, aparte del incidente en la valla, el no la había lanzado sus usuales insultos. ¿Podía ser que él no quisiese pelear con ella nunca más? No, definitivamente no era eso. De otro modo, no habría mencionado a Shampoo, el muy estúpido.
Obviamente algo le estaba preocupando. Quizás se sentía mal acerca de su madre. Nodoka había venido a principios de semana, y Ranma y Genma habían sido forzados a hacer su rutina de Ranko/señor Panda de nuevo. Ranma siempre trataba de parecer feliz cuando su madre estaba alrededor; pero ella sabia como de desesperadamente deseaba encontrarse con ella, estar con ella... como un hombre. Como un hijo. Akane le observaba cuando él pensaba que nadie le estaba mirando, y veía la casi imperceptible caída de sus hombros, el temblar de su sonrisa, y el dolor que brillaba en sus ojos.
Cuando le veía así, le hacia sentir como llorando, lo sentía tanto por él. Ella echaba de menos a su propia madre; el dolor de perderla cuando era una niña aun la perseguía a veces, así que entendía un poco como debía sentirse Ranma. Debía ser una tortura para el tener a su madre 'justo delante', viva y queriendo y añorando a su único hijo, y no ser capaz de contarle quien era. Su maldición le condenaba a ser un extraño para ella; a ser "Ranko Tendo, la sobrina adoptada" antes que Ranma Saotome, el hijo.
Tal vez si él hablaba sobre ello, podría sentirse mejor y volver a ser el mismo de siempre. A Akane no le gustaba verle así. No es que su comportamiento normal fuera mejor, pero al menos ella sabría como tratar con él.
Ella se sonrojó y bajo la cabeza cuando se dio cuenta que una suave sonrisa estaba aflorando en su rostro. Tragó saliva. Por otro lado, si ella mostraba lo preocupada que estaba por él, Ranma podría hacerse ideas erróneas de que a ella le gustaba, o algo igual de estúpido. Como si ella pudiera quer... gustarle un
estúpido idiota pervertido como él.
"Ranma?" Ella puso un tono brusco intencionadamente n su voz, no queriendo sonar demasiado preocupada. "¿Qué pasa contigo?"
Él no levanto la vista. "Nada." Él había jugado momentáneamente con la idea de tratar de explicar lo que le estaba preocupando; pero cuando escucho el enfado en la voz de Akane, dedujo que cualquier explicación que tratase de darle le valdría un rápido cambio de sexo y un nuevo juego de moretones, cortesía del cubo de Akane.
Aparte de eso, si ni siquiera tenía sentido para él, así que no había forma posible de que ella lo entendiese.
Ella incluso no entendía cosas cuya explicación debería ser perfectamente obvia. Él pensó en Ryoga/P-Chan, uno de los mejores ejemplos de la ceguera de Akane, y suspiro. "Al menos nada que tu escucharías," continuó.
Ups. El aura de combate de Akane parpadeó en los bordes de su visión. De alguna lo había hecho otra vez, y ni siquiera estaba seguro de lo que había dicho esta vez para enfadarla, especialmente cuando había estado tratando tanto evitar su temperamento. El giro rápidamente, saltando con su cubo mientras el agua pasaba justo por donde había estado de pie, encharcando el suelo mientras Ranma aterrizaba en una baldosa seca. Se dio la vuelta para gritarla, pero el cubo de Akane ya estaba allí, golpeándole en un lado de la cabeza, desequilibrándole y haciéndole mojarse con su propio cubo al caer de espaldas contra el suelo.
"Ranma, *idiota!*"
Ranma se recuperó inmediatamente y se puso en pie de un salto, esquivando por muy poco otro ataque de cubo.
Ella saltó hacia atrás y se quedó quieta y empapada, arriesgándose a mirar a Akane sólo cuando se aseguró de estar fuera de su alcance.
"Se puede saber a que ha venido eso, Akane?" gritó Ranma, enfadado y confundido ante el ataque no provocado. "¡No te he hecho nada, pedazo de psicópata!"
Akane estaba en posición de combate, sosteniendo su cubo. Tenía los dientes apretados y fruncía el ceño con rabia. Entonces, sin aviso previo, su aura de combate se disolvió y sus ojos brillaron con lágrimas contenidas.
Ranma estaba boquiabierta, se apartó aun más de Akane, asustada. "Pero qué... ¿qué ocurre?" la voz de Ranma subió una octava. "¿No iras a llorar, verdad? ¿Pero qué es lo que te he hecho?"
Akane tiró su cubo vació al suelo. "¡Ranma, *imbecil,* parece que eres demasiado estúpido para saber lo insensible que eres! ¡Y pensar que estaba *preocupada* por ti!" Con eso, Akane se dio la vuelta y por segunda vez ese día, salió corriendo, dejando a una onna-Ranma empapada en el pasillo encharcado, con la boca aun abierta.
*¿Ella estaba... preocupada? ¿Por mi?*
Tras una esquina, Akane se apoyó contra el muro, sollozando en silencio. Sentía brotar las lágrimas y deslizarse por sus mejillas, y se llevó las manos al rostro. *¿Por qué he hecho esto?* pensó avergonzada.
*No fue porque él me insultase realmente ni nada parecido. El solo dijo que yo no le escucharía, ¡y entonces voy yo y se lo demuestro! ¿Qué pasa conmigo hoy?*
Se secó la cara y trató de controlarse. *Me he sentido al borde toda la mañana. al vez tan solo tengo un caso de malos nervios.* Ella suspiró, pensando arrepentidamente sobre Ranma. *Bueno,* pensó, tratando sin éxito de liberar su conciencia, *el probablemente se lo merecía por *algo**. Entonces se dirigió al servicio para arreglarse.
Shampoo sintió el toque de una áspera y pequeña mano en su frente, y abrió los ojos para ver a Cologne a su lado. Ella gimió suavemente, y miró alrededor, reconociendo el asentamiento que su bisabuela había construido para su estancia en China. Sobre ella, motas de polvo danzaban en la luz naranja del atardecer que pasaba a través de la ventana de la pequeña cabaña.
"*Bien, biznieta,*" susurró la anciana suavemente.
"*Parece que has tenido éxito. Debo admitirlo, tenía mis dudas de que regresarías de la montaña. Eres uno de los pocos que han conseguido llegar al Anciano.*"
"Shampoo hace cualquier cosa por Ranma," respondió Shampoo en su estropeado Japonés. Ella podría hablar Mandarín, o incluso Japonés fluido si quisiera. Después de todo, había vivido en Japón desde hacía casi un año.
Sin embargo... encontraba que la gente, incluida su bisabuela, tendían a subestimarla cuando se había la tonta, y Shampoo tenía una política de explotar toda ventaja que pudiera conseguir. Era casi divertido. Cologne ahora hablaba Japonés más que Mandarín en un esfuerzo para ayudarla a tener más fluidez. Shampoo sabía que era una constante irritación para su bisabuela que ella nunca pareciese hacer ningún progreso. Pero Cologne parecía más interesada en moldearla en una gran guerrera que en una gran intelectual, y Shampoo se contentaba con dejar que su bisabuela y los otros creyesen que no era muy inteligente. Eso le daba una ventaja inesperada.
Ella sonrió débilmente mientras intentaba incorporarse, entonces guiñó los ojos cuando los efectos de sus heridas se hicieron presentes. Ella parpadeó dolorida y trató de levantarse, pero fue detenida por la mano de Cologne.
"Aún no, jovencita. Bebe esto primero. Te hará sentir mejor." Cologne le tendió a Shampoo una taza humeante, la cual tomó y se llevó a los labios con las manos temblorosas. La infusión era amarga - la mayoría de las pociones de su bisabuela lo eran - pero no lo dudó, y se la tomó obedientemente. Entonces sonrió cuando sintió inmediatamente recuperar su antigua fuerza en los miembros.
"Gracias, bisabuela." Sus ojos empezaron a mirar por la cabaña, buscando...
"Aquí está, pequeña," dijo Cologne, poniéndole el frasco de cristal en las manos. "Lo mantuve en un sitio seguro mientras te recuperabas."
Shampoo miró el frasco. El cristal resultaba frió contra la palma de sus manos. "¿Tu no cogiste mientras dormía?" pregunto. La sangre de dragón poseía una de las magias más poderosas, pero ella la necesitaba toda, hasta la última gota, para lo que había planeado para Ranma.
En el anciano rostro de Cologne se formó una expresión de enojo. "¿Por quién me tomas, jovencita? Sigo cuestionando la conveniencia de que juegues con un poder tan oscuro. Cualquier cosa comprada a precio de sangre no es sólo peligrosa, sino que a menudo conlleva al arrepentimiento."
Shampoo miró a la anciana, interrogativa. "¿Qué te refieres? Todo esto fue idea tuya desde el principio. Tu dijiste que esto funcionar seguro."
"La sangre de dragón asegura el éxito de cualquier hechizo," dijo Cologne llanamente.
"Bien! Nada más funciona. Nosotras tratar todo, y aun así Ranma no deja violenta chica pervertida, Akane."
Cologne miró enojada a su biznieta. "De eso se trata exactamente, Shampoo. Solo piénsalo. Hace casi un año, le diste a Akane el Beso de la Muerte. Si hubieras seguido adelante con él, en vez dejar que la compasión suavizara tu corazón guerrero, no estaríamos aquí ahora, rebajadas a utilizar magia negra para cazar al futuro yerno."
Shampoo frunció el ceño. "No ser tan simple," dijo. Y no lo era. Era verdad que le había dado el beso de lamuerte a Akane la primera vez que había estado en Japón, ya que ella se interpuso en su derecho de reclamar a Ranma. Pero cuando tuvo lugar el duelo a muerte en el campo de la escuela Furinkan, ella... no pudo hacerlo. No podía matar a Akane. En vez de eso, había usado la técnica Shiatsu Xi Fa Xiang Gao para borrar toda memoria de Ranma de la mente de Akane. Aunque no duró mucho. Akane se recuperó sin ni siquiera recibir la propia cura, sus sentimientos subconscientes por Ranma restauraron su memoria completamente.
Ese fue el segundo fallo de Shampoo. Primero, no ser capaz de tomar a Ranma como esposo como dictaba la ley, y después dejar viva a Akane. Doblemente deshonrada.
Aun así... si tuviera la oportunidad de volver atrás, no lo habría hecho diferente. Shampoo nunca había matado a nadie. Ella sabía que tenía la capacidad de hacerlo, pero en el interior de su alma, en un lugar que no le gustaba admitir que existía, ella no quería.
Para una Amazona, esos remordimientos de... ¿piedad? Eran una debilidad imperdonable.
"No puedo matar Akane," dijo, con la voz apesadumbrada por el conocimiento. "No pude matar entonces, no puedo matar ahora. Tu lo sabes, bisabuela. Yo mato a Akane, Ranma se pone furioso y no hechizo suficiente poderoso para unir Ranma a mi. Él hombre testarudo, él pelear por ello hasta la muerte."
La expresión de Cologne se suavizó, y se rió a medias. "Cierto. El futuro yerno es bastante... fuerte de carácter, por decirlo de algún modo."
Shampoo sonrió maliciosamente. "Esa es parte que le hace ser hombre fuerte," dijo, con ojos relucientes. Entonces su sonrisa se disolvió en una expresión de preocupación. "Este hechizo... ¿no es para hacer Ranma esclavo, sí? Shampoo quiere Ranma con mente libre."
Shampoo quería que Ranma la mirara del modo... del modo en que miraba a Akane todas esas veces cuando ella estaba en peligro, o cuando él pensaba que nadie estaba mirando como la miraba a ella. Ese tipo de mirada no saldría de una mente esclavizada, no importa cuan devoto pudiera ser el esclavo. Ella había hecho tantas cosas para obligar a Ranma a tomarla entre sus brazos, ya fuera chantaje, trampas, hongos hipnóticos u otros extraños medios.
Pero aunque esos momentos le proporcionaban alguna satisfacción - la mayor parte de ella por ver los celos de Akane - ella siempre sentía el profundo dolor en su interior porque deseaba que Ranma la amase por su propia voluntad.
"Los parámetros del hechizo son muy claros," respondió Cologne, mirando al minúsculo y antiguo pergamino que reposaba en una pequeña mesilla hecha a mano. "No involucra control mental, a menos que tú lo desees. El hechizo esta diseñado para alterar circunstancias en favor del invocador de acuerdo a las
instrucciones dadas. Debes pensar en estas cuidadosamente
antes de empezar, o el hechizo podría tener efectos
desastrosos."
Shampoo asintió, complacida con la afirmación de Cologne de su propio entendimiento del hechizo, y acarició el frasco de sangre de dragón en sus manos. "No te preocupes, bisabuela. Shampoo sabe exactamente que instrucción dar."
Cologne asintió pensativamente, pero su expresión era seria. "Entonces supongo que no hay nada que nos impida continuar. Sin embargo..."
Shampoo parpadeó sorprendida. El rostro de su bisabuela estaba lleno de algo parecido a... ¿aprehensión?
¿Qué demonios era eso? ¿Estaba su bisabuela, la audaz matriarca de las Amazonas, cambiando de opinión?
"¿Sin embargo?" le apuntó.
"¿Estás absolutamente segura de que quieres hacer esto, biznieta?" preguntó Cologne. La mirada de la anciana parecía arder justo en el alma de Shampoo. "Has jugueteado con el futuro yerno desde hace casi un año, tratando de ganar su corazón. Hasta este momento, no le has causado a él, o a aquellos a su alrededor, ningún mal duradero. Si tu invocas el hechizo de sangre, todo eso cambiara. Un daño permanente será hecho, y no habrá vuelta atrás - para *ninguna* de nosotras. Conjurar el hechizo de sangre nos obligará irremediablemente a apartarnos de nuestro curso. Ambas estaremos totalmente ligadas por la ley de las Amazonas y el honor. No habrá piedad, no habrá
diversión ni juegos, ni amistosas rivalidades después de
eso. El hechizo de sangre es el punto de no retorno."
Shampoo encontró su mirada con la de Cologne gradualmente. "Tu me contaste esto antes. Lo sé."
"Entonces, te lo pregunto una última vez. Estas *absolutamente segura* de que quieres lanzar el hechizo de sangre?"
No hubo siquiera un momento de meditación. "Yo segura, bisabuela."
Cologne suspiró pesadamente, y por un breve instante, tan fugaz que Shampoo no estaba segura si lo había imaginado, la vieja Amazona pareció increíblemente fatigada. Pero entonces se enderezó, y una sonrisa se dibujó en los contornos de sus arrugados labios. Con un preciso movimiento, usó su bastón para enganchar el pergamino de la mesa por la cadena de oro, y ponerlo enfrente de la cara de Shampoo.
"¿Comenzamos, entonces?"
Ranma estaba enfrente del Nekohanten, sintiéndose perplejo. El restaurante estaba cerrado. Shampoo se había ido realmente, y se había marchado sin decir una palabra. No había señal de la vieja bruja ni de... No, espera. podía ver movimiento en la oscuridad detrás de las ventanas. Alguien estaba allí. Él puso la cara contra el cristal y se escudó con las manos del resplandor del ocaso.
Solo era Mousse. Ranma observó como el alto y miope joven Chino pasaba por la puerta corrediza que llevaba a la cocina, sólo para salir momentos más tarde con una escoba y un recogedor y empezar a barrer metódicamente el suelo. Entonces vio un reflejo de su rostro, y Ranma de repente supo que pasaba algo malo con él.
Mousse estaba completa y totalmente abatido. Su entera postura y actitud exclamaban depresión.
Sí. Shampoo se había ido, de acuerdo. Ella y la vieja bruja se habían marchado a algún lugar y habían dejado a Mousse detrás.
Ranma golpeó en la ventana. "¡Oye, Mousse!" Mousse miró hacia arriba, molesto por ser interrumpido en medio de su melancolía. "Oye, déjame entrar, quiero preguntarte algo."
La molestia de Mousse se tornó en enfado. "¿Ranma? ¿Eres tú? ¿Cómo te atreves a venir aquí buscando a mí adorada Shampoo!" Entonces salió corriendo hacia la puerta, y aunque Ranma no podía verlo, sabía que el arsenal contenido en las amplias mangas su túnica china estaba preparándose para salir.
Él gruñó. "¡Oh tío, no estoy buscando a Shampoo! solo quería preguntarte dónde..." Ranma se detuvo, cuando se dio cuenta de que eso era exactamente lo que le quería preguntar a Mousse. Pero no por las razones que él asumía. "Oh, perfecto..." murmuró, cuando Mousse abrió la puerta y le miró ofendido a través de sus lentes, que dejaban en ridículo las botellas de Coca-cola.
"¡Saotome, prepárate a morir!"
Ranma suspiró. *¿Por qué nada es sencillo? Oh bueno. Tendré que recordar dejarle consciente, o no podrá responder a mis preguntas.*
La batalla duró más de lo habitual, pero solo porque Ranma no estaba muy metido en ella. Él esquivaba la mayor parte del tiempo, permitiendo a Mousse descargarse e inflingir el usual daño a las propiedades con sus golpes perdidos, lo cual solo servía para enfurecerle más.
Tras veinte minutos de lucha, o más bien de Mousse peleando y Ranma esquivando, el joven Chino se detuvo jadeando. Miró enojadamente a Ranma, quien, a pesar de su descarga de ataques furiosos, estaba ligeramente sofocado. "¡Tú, deshonorable canalla! ¿Cómo te atreves a tomarte esta batalla tan a la ligera?" Mousse alzó los brazos.
"Venga ya, Mousse," dijo Ranma, gruñendo en exasperación y evitando una cadena que iba justo a contra su cabeza. "Solo quiero saber donde ha ido Sha... la vieja bruja."
Ranma pensó que se había encubierto bastante bien, pero Mousse era ciego, no sordo, y había captado el desliz verbal. "¡Arrghhhh! ¡¿No es suficiente que tengas otras tres prometidas, encima tienes que venir buscando a mí verdadero amor?" le gritó. "¡Pagarás por tu insolencia, enemigo de las mujeres!" Un bombardeo de cadenas, cuchillos, alambres, fuegos artificiales, utensilios de cocina, y otros varios artefactos surgieron de los confines dimensiónales de las mangas de Mousse.
Ranma pasó a través de ellos con facilidad obtenida por la práctica. "Oye, no estoy comprometido con ninguna, chico-pato!" le negó, también facilidad por la práctica. "Nada de este embrollo fue idea mía!" Ranma pasó al ataque y conectó un fuerte puñetazo contra la mandíbula, enviando a Mousse volando contra el frente del Nekohanten, atravesando yeso y cemento. Mousse cayó al suelo, mareado, con su arsenal cayendo de sus mangas y las gafas sobre la frente. Ranma tomó una postura defensiva, esperando a que el chico se levantase y retomase el combate.
En vez de eso, para su asombro, Mousse se colocó las gafas y le lanzó una mirada penetrante. "¿Qué quieres decir con que no estas comprometido con... Significa eso que no estás aquí realmente para reclamar a Shampoo?"
Ranma se tambaleó como si le hubieran golpeado, se quedó aturdido. Ninguno de sus rivales había escuchado jamás sus protestas de inocencia antes. "¡Por supuesto que no!" gritó, entonces suavizó el tono, esperando no encender la cólera de Mousse de nuevo. "Tan solo he tenido una extraña sensación todo el día de que algo malo iba a suceder, eso es todo, y creo que Shampoo podría tener algo que ver con ello."
Mousse se levantó y se sacudió el polvo. Su agresividad se había evaporado, pero seguía mirando a Ranma con abierta sospecha. "¿Qué te hace pensar eso?"
Ranma se encogió de hombros. "No lo sé, es solo un presentimiento."
"Bueno, eso es extraño, porque yo he tenido también la misma sensación."
Ranma abrió la boca. "¿De veras?" Cuando la pieza De información fue registrada, cerró lentamente la boca y sonrió. "¡Tío, es un alivio! Pensé que me estaba volviendo loco o algo."
Mousse se puso ceñudo. "Tú *estás* loco, Saotome," le dijo. "Pero no acerca de esto. Que sepas que la única razón por la que aun estás en pie -" Ranma sonrió abiertamente, pero Mousse le ignoró. "-es que creo que tenemos una preocupación común. Cuando Shampoo y Cologne se fueron, rechazaron absolutamente dejarme ir con ellas."
"Hmph. Eso nunca te ha detenido antes. ¿Por qué no las seguiste?"
"Eso no es de tu incumbencia," le soltó Mousse. Él ciertamente no iba a contarle a Ranma los detalles de como extasiada e inocentemente se comió el ramen con somníferos que Shampoo había preparado sólo para él. Estuvo fuera de combate un día entero. "El caso es que no tengo ni idea de donde han ido; pero creo que fueron a preparar algo." Él se sonrojó en una combinación de vergüenza y enojo. "De hecho, cuando tocaste a la ventana, pensé que Shampoo había conseguido finalmente que esa especia de la pasión funcionase contigo."
Esta vez fue el turno de Ranma para fruncir el ceño.
"De ninguna manera, tío. Preferiría comer la comida de Akane... eh, bueno... er, tal vez no; pero preferiría comer cualquier otra cosa antes que confiar en algo que Shampoo tratase de darme de comer." Él le puso una mano sobre el hombro de Mousse. "Créeme, Mousse, si por mi fuera, Shampoo sería toda tuya."
Mousse apartó la mano de Ranma de su hombro, y se giró para que su rival no viese la expresión de su rostro. Suprimió la urgencia de atacar a Saotome con todo lo que tenía, sabiendo que Ranma tan solo lo esquivaría y probablemente le enviaría de nuevo contra el muro. En el fondo sabía que Ranma no estaba tratando de ser cruel. ¿Cómo podía saber Ranma cuanto dolía ser repudiado por la mujer que amaba, mientras ella estaba detrás de otro hombre, un hombre que no le dedicaba a ella un segundo pensamiento? Ranma no sabía el *significado* de la palabra amor. Era tan enfurecedor, la forma en que las chicas se apelotonaban a su alrededor, cuando él no había hecho nada para merecerlo. El simplemente *existía*. Incluso Akane, quien vehementemente negaba cualquier sentimiento por su prometido, estaba obviamente enamorada de él.
Él, sin embargo, amaba a Shampoo con cada fibra de su ser. Y aún así ella continuaba repudiándole, lanzándose a un reluctante Ranma a cada ocasión que tenía por culpa de esa estúpida ley Amazona.
Encima de eso, ahora estaba el sentimiento infundado que compartía con Ranma, y el temor de que Shampoo estaba conectada con él.
"Entonces, eh, ¿que vamos a hacer?" pregunto Ranma, rompiendo en incómodo silencio. Él estaba más preocupado de lo que le importaba admitir, sabiendo que Shampoo y Cologne se habían escabullido sin dejar que nadie supiese a donde iban.
Como si fuera una pista, llegó el cartero. "Hola, Mousse," dijo, ofreciendo al chico un puñado de cartas. "¿Como va el negocio?"
"Oh, bueno, hemos cerrado de momento. Shampoo y Cologne están... fuera de la ciudad, y yo no puedo llevar el restaurante solo."
"Ah." El cartero sonrió mientras se volvió para irse. "Eso explica la postal. Hasta la vista."
"¿Postal?" exclamaron Mousse y Ranma simultáneamente mientras el cartero se marchaba. Los dos miraron el puñado de cartas. Mousse empezó a buscar, ignorando las facturas y catálogos de comida y suministros para restaurantes. "¡Aja!" dijo sacando una postal que tenía la foto de un paisaje de montañas.
Ranma se asomó sobre su hombro, y frunció el ceño cuando vio que estaba escrito en chino. "¿Qué es lo que dice?"
"¡Está dirigida a mi!" Mousse estaba tan excitado, casi estaba saltando de puro contento. "¡Y es de mi querida Shampoo! ¡Están en China!"
"¿China? ¿Qué están haciendo allí? ¿Qué es lo que dice?"
"'Querido Mousse,'" tradujo, "'Siento lo del polvo somnífero en el ramen-'"
"Polvo somnífero, ¿eh?" interrumpió Ranma, sonriendo.
"Cállate, Saotome," gruñó Mousse, antes de continuar.
"'Bisabuela y yo estamos en un viaje de entrenamiento en China, donde me está enseñando algunas técnicas especiales como parte de mi entrenamiento para convertirme en matriarca de la tribu. Estas técnicas son solo para mujeres, así que no podíamos tenerte siguiéndonos. Estaremos de vuelta el martes, así que ten el restaurante preparado para abrir entonces.'" Mousse dejó de leer.
"¿Eso es todo?" preguntó Ranma.
"Si, por supuesto," dijo Mousse, mirando el final de la postal donde Shampoo había escrito 'Envía mi amor a Ranma'. Él esperó que el sonido de su corazón haciéndose pedazos no fuera lo suficientemente alto como para que lo escuchase Saotome.
Ranma parecía confundido. "Bueno, si ellas tan solo están en un viaje de entrenamiento, supongo que nos estamos preocupando por nada, ¿eh? Quiero decir, ¿cuantos problemas podrían causarnos en China?"
Mousse suspiró. "No muchos. Es lo que se traigan de China lo que debería preocuparnos."
"Oh." Ranma hizo una mueca. La mayoría de los extraños ingredientes que Cologne usaba en sus pociones venían de China.
"Bueno, no van a volver hasta dentro de cuatro días, así que supongo que no tenemos que preocuparnos hasta entonces."
Mousse asintió pensativo. "Supongo que sí. Mira, Ranma, tengo que volver al trabajo. Tengo que tener el restaurante listo para abrir el martes que viene." Con esto, volvió a entrar en el Nekohanten y cerró la puerta tras él, dejando a Ranma en el exterior.
Ranma miró a la puerta, sorprendido con la súbita marcha de Mousse. Entonces le vio a la mente el pensamiento de Akane huyendo de él dos veces ese mismo día, y suspiró. *¿Por qué tengo la impresión de que todo el mundo está huyendo de mi?* pensó tristemente.
Shampoo estaba en el centro de la cabaña, con el pergamino en una mano y el frasco en la otra. Cologne observaba en silencio desde una esquina mientras
Shampoo destapaba el frasco y empezaba a derramar el fluido negro en el suelo, formando un círculo perfectamente simétrico a su alrededor. Si se quería que el hechizo funcionase, tenía que ser seguido con exactitud. Shampoo había pagado el precio de sangre. Ella era la única que podía usar el regalo del Anciano. Si no fuera así, Cologne podría haber sido tentada a guardar una porción de la sangre de dragón para sí misma por el increíble poder mágico que poseía, garantizando el éxito de cualquier hechizo.
La sangre de dragón goteaba en un reguero constante desde el frasco hacia el suelo, descansando sobre la superficie, brillando oscuramente a la luz de las velas, formando el círculo exacto alrededor de Shampoo.
Cuando la última gota cayó del frasco, completando el círculo, la sangre lanzó un destello, rodeando a la chica en un cono de aura mágica oscura.
Shampoo se encogió de miedo, y vaciló. *¡No!* pensó Cologne, no atreviéndose a hablar en voz alta. *¡Concéntrate, chica! ¡Lee el pergamino!*
Shampoo se enderezó y miró al pergamino. Con voz sonora, empezó a canturrear en un antiguo dialecto Chino.
Cologne suspiró con alivio. Eso estuvo cerca.
Mientras las palabras salían de su boca, Shampoo fijaba firmemente en su mente sus deseos para el hechizo. La hora se aproximaba rápidamente, el aura crecía en fuerza, arremolinándose a su alrededor con furia. El ruido era ensordecedor. Podía ver a su bisabuela a través de la enfurecida aura oscura, mirándola con los ojos abiertos de par en par.
¡Ahora! Shampoo echó la cabeza hacia atrás y pidió su deseo, el ruido de la feroz magia que la rodeaba ahogó el sonido de su voz.
El pilar de aura de encendió de rojo con un resplandor y salió disparada por el techo de la cabaña, dejando un humeante agujero y se perdió en el cielo nocturno.
Shampoo parpadeó en la súbita oscuridad. Se dio cuenta de que estaba temblando. "¿Yo... yo lo hice?" preguntó.
Cologne la miró con asombro. Entonces asintió.
Shampoo sonrió. "Ranma..." susurró. Y cayó alsuelo inconsciente.
Fin de la primera parte
Hola que tal soy nuevo en el foro XP, pero no por eso nuevo en leer fanfics, y este en particular me encanto, asi que me di a la tarea de pedir los permisos correspondientes para poder traducirla y he aquí lo que ha resultado ;D.
Tratare de no salirme mucho del original pero en algunos casos me será imposible.
Espero que les haya gustado esta primera parte y me encantaría saber sus opiniones =D
Nos leemos en el próximo capitulo¡
Atte: su amigo Drakkar
