Ninguno de los personajes me pertenecen son todos de J.K.R.
Aclaración: Diálogos "Entre comillas"
Diálogos "entre comillas"
Seductora y dolorosa oscuridad.
ACLARACIÓN: ESTA HISTORIA ES MÍA, LA PUBLIQUE HACE TIEMPO CON EL NOMBRE DE ADORADA OSCURIDAD. DESPUES DE TENERLA ABANDONADA POR MAS DE UN AÑO O DOS, E DECIDIDO PUBLICARLA DE NUEVO CON VARIOS CAMBIOS Y OTRO NOMBRE.
NO ES UN PLAGIO.
Cap. 1- Bajo la sombra de Lily.
La batalla final, estaba a punto de terminar. Lord Voldemort perdería, eso era un hecho; Lo mejor para el sería huir muy, muy lejos.
De ser posible a otro continente, pues el futuro no se veía nada prometedor, para una criatura de la noche.
Un vampiro… El cual había caído tan bajo, como para terminar a los servicios, de un insignificante mago.
Estaba a punto de huir, cuando algo le nublo los sentidos; era quizás el aroma más exquisito que había probado en siglos.
Se dejó llevar por sus instintos, hasta llegar a una vieja casa en ruinas. Al entrar se percató de que el peculiar aroma, provenía de un hombre tirado en el suelo desangrándose.
Al mirar de cerca, descubrió que el individuo capaz de atraerlo con esa fuerza, era Severus Snape: la mano derecha del Lord, el más temido de los mortifagos.
Que cruel e injusto destino pensó. Tan hermoso y sublime. La visión de aquel hombre, siempre provocaba en el un insano deseo de posesión. Lo deseaba de todas las maneras posibles en que se podía desear a otra persona, y el gran Severus Snape lo había rechazado.
No solo eso, resulto ser inmune a sus poderes, y ahora a punto de morir estaba completamente a su merced.
Se acercó lentamente y empezó a beber su sangre exquisita, así de debía sentir el cielo; ese sabor era embriagante, su sed no se saciaba. Jamás tendría suficiente de Severus Snape, sin embargo era demasiado tarde, el hombre indomable estaba a punto de morir.
Desesperado, mordió su cuello. Si la sangre era una delicia, su piel era un manjar. Suspiro inaudiblemente eso era suficiente para calmar las ansias reprimidas, desde el día en que lo conoció.
Seguía bebiendo como el más exquisito de los vinos, cuando lo sintió. Lord Voldemort había muerto.
Aquel espectro salió huyendo antes de que llegara el amanecer, creyendo haber vaciado por completo a Severus Snape.
Craso error pues aún quedaba una gota de sangre.
Una sola gota de sangre, la cual se negaba a dejar de existir, y lucharía por prolongar la existencia de su dueño eternamente.
"Estamos aquí reunidos para dar tributo a los caídos en la guerra. Desde el más pequeño elfo doméstico, hasta el más grande mago. Cada sacrificio debe ser recordado eternamente, porque ninguna victoria justificara jamás la perdida de una vida…"
"Mira Harry es Malfoy". Apenas y escucho el susurro de su amigo, perdido en sus pensamientos; tratando de superar el dolor aceptando la realidad de las cosas.
"Que cínico, como se atreve a venir" Siempre se podía contar con Ron para romper el hielo, cuando sabía que era su amigo pelirrojo, era el que más sufría.
"No digas eso Ron, el apreciaba al profesor Snape."
"Aun no puedo creer que el murciélago grasiento sea un héroe"
"Ten más respeto Ron. Solo dios sabe en qué lugar estaríamos sin su intervención" De nuevo la culpa lo asediaba, estaba en deuda con un hombre con el cual no podía reivindicarse.
"¿De qué hablan chicos?"
"Del profesor Snape mi amor" Severus Snape, aun muerto ese nombre causaba un estremecimiento involuntario en su cuerpo. Ni si quiera los ojos azules de Ron lograban apartarlo de su mente.
Sonrió con melancolía, estaba perdiendo una guerra de la que siempre se creyó una ganadora. Siete años, ignorando las emociones que ese oscuro hombre le provocaba; y ahora que estaba muerto era el único pensamiento real que abarcaba su mente.
- Gran hombre, ¿no lo crees Hermione?
¿Que si lo creía?, claro que sí, siempre lo había hecho. Pero él nunca lo supo.
"Claro que si"
¿Eso era la muerte? sentía mucho frió y calor a la vez.
No podía moverse, solo sentía dolor y muchos cortes en su cuerpo. El frio, estaba agarrotando cada uno de sus músculos. Débil y humano. Había pasado tiempo, desde la última vez en que llego a sentirse así.
¿Dónde estaba? Imágenes pasaban rápidamente por su mente: su niñez, su adolescencia, todo.
Pero ¿por qué no estaba ella? Lily, su Lily, no estaba ¿por qué?
Imagen tras imagen y de repente solo un rostro se detuvo en su cabeza; recordaba ese día, los sentimientos encontrados al ver al hijo de Lily y Potter.
No la vio con tanta claridad ese día hasta ahora, una niña de escasos once años, que se mordía el labio y murmuraba hechizos básicos con rostro aterrado y sus ojos...
Unos ojos miel, grandes y hermosos. No los vio con claridad ese día, pero ahora, sentía que eran la visión más hermosa del universo.
Su nombre, tenía que recordar su nombre. De nuevo volvieron las imágenes, la misma niña intentando llamar su atención en clase; él era un profesor, se llamaba Severus Snape y ella… Aun nada, sus recuerdos se arremolinaban en su mente y lo confundían.
Sentimientos encontrados, ira y admiración. La niña había hecho algo formidable.
Descifro su acertijo para ocultar la piedra filosofal. Le había robado; a sus escasos doce años había realizado la poción multijugos a la perfección.
Era noble, tierna e inteligente, sabía que Lupin era un Licántropo.
Ayudo a escapar a Sirius Black, no le hizo nada por órdenes de Dumbledore, ese nombre le traía dolor y un sentimiento de protección extraño.
Seguían las imágenes: el humillando a Granger por sus dientes. Granger con un hombre que no era él. Granger más hermosa de lo que alguna vez había recordado; eso era un baile, el no bailaba. Ella sí y era como un ángel celestial e irreal, finalmente no era suya.
Entonces en ese momento no lo noto, pero ahora todo estaba tan claro.
Tenía la imagen nítidamente grabada, la niña radiante, y espectacular. Fue la primera vez que lo sintió, un deseo nada puro por ella. La cuestión es ¿por qué hasta ahora?
Granger, en la mansión Black acompañada por un montón de mequetrefes. Granger llorando por Weasly. Granger odiándolo a él al príncipe mestizo, por celos absurdos, Granger en un campamento con Potter.
Por qué su mente solo le traía recuerdos de ella ¿por qué?
Entonces su voz, la cual había pensado chillona le llegaba claramente como agua en el desierto. Clara y dulce, tan absurdamente real.
"Profesor Snape, espero que este en paz. No lo vine a visitar antes porque…"
Un par de sollozos ahogados escaparon de sus labios; acompañados de un gran torrente de lágrimas.
"No lo se, por alguna razón el que usted esté muerto me duele tanto. Estoy segura de que me detestaba y aquí estoy.
Le traje rosas de color vinotinto, son mis flores favoritas, porque no se las suyas, y nunca lo sabré; Quiero que sepa que yo creía en usted, de verdad, incluso cuando acécino a Dumbledore, algo me decía que había una buena razón para esto.
Siempre confié en usted profesor, y lo admire mucho, en especial ahora, lástima que jamás se lo pude decir. Dudo que usted, se hubiera dignado a escuchar alguna palabra de mi parte.
Adiós príncipe mestizo. No se cómo es que no lo supe, desde siempre usted era como un príncipe, altivo y con más dignidad que cualquier otra persona. Adiós"
¿Ella creía en él? Si ahora recordaba ella lo defendía, y eso le hacía sentir un calor especial en el pecho; del cual no se percataba hasta ahora.
¿Pero, por qué?, algo empañaba esas emociones, hasta el punto de no notarlas siquiera.
Entonces algo vago llego a su mente. Él le entrego todos los recuerdos de Lily a Potter, ahora no pensaba en ella con la intensidad de antes.
Así que veía con claridad, y Granger significaba mucho para él. Aun no sabía cuánto.
Esos recuerdos que estuvieron bajo la sombra de Lily, le parecían lo único bueno y valioso de su vida y tenía que notarlo justamente después de muerto.
La muerte era peculiar, jamás pensó que se sentiría así.
"Reabrieron Hogwars, ¡Tan pronto! Que emoción"
"Si Hermione papá no los dijo y..."
"Soy premio anual, ¿pueden creerlo? tendré una habitación para mi sola, y entrada libre a la sección prohibida de la biblioteca..."
"Nos alegramos por ti, mi amor, ¿un partido de Quiditch chicos?"
"Te seguimos Ron."
Suspiro algo cansada, mientras esperaba el atardecer. Su querido Ron no había cambiado, ni cambiaria. Quizás su unión no fuera del todo acertada. Y sin embargo al fin obtenía eso que tanto había deseado, y ella lo amaba, porque lo amaba...
El hielo y el fuego seguían batallando en su interior. La batalla pronto acabaría, el fuego cada vez era más fuerte, y por fin el calor se extendió, y exploto a lo largo de su cuerpo.
Al fin pudo abrir los ojos; al parecer se encontraba en una caja. Con fuerza sobrehumana, levanto la tapa del compartimiento en donde se encontraba.
Salió rápidamente de la sombría estancia. ¿Ese lugar era un cementerio? entonces se fijó en la lápida a su lado.
"Aquí yace Severus Snape, uno de los hombres más valientes en la historia del mundo mágico, que su sacrificio perdure hoy y siempre"
Puso los ojos en blanco, por esa frase tan cursi y gryffindor. Probablemente cortesía de Potter, antes de caer en cuenta…
"Es mi tumba, ¿por qué no estoy muerto?"
