Se podía sentir un aire de calma en la lujosa mansión Mukami. Era de noche con solo media luna iluminando pocos apartados de la mansión donde habitaban cuatro vampiros hermanos unidos por él destino. Desde el momento en que se conocieron de niños los cuatro humanos se habían unido para escapar del infierno en el que vivían cuando a sus pocos años de edad terminaron en un orfanato. Todos eran huérfanos pero uno de ellos resaltaba del resto, un niño de cabello negro azulado, piel blanca, ojos azules y con una delicadeza y gracia propia de un aristócrata. Ya que eso era, un niño que había nacido y criado en una familia poderosa y prestigiosa, pero que por un trágico giro del destino había terminado en aquel averno, donde conoció a tres chicos que a diferencia de él nunca tuvieron una familia en la cual refugiarse ni un lugar al cual llamar hogar. Los días eran largos y dolorosos como si pagaran una condena, pero pudieron escapar con la ayuda del cielo. Un vampiro les tendió la mano que no dudaron en tomar y lograron sobrevivir para formar una familia.
Era un día tranquilo para Kou Mukami, ese día no tenía ninguna entrevista ya que habían sido reprogramadas para otro día, no debía ensayar ninguna canción nueva ya que hace poco había salido su nuevo álbum y no tenía ningún evento o recital para esa semana; por lo que sin planearlo tenía un día libre que podría aprovechar para descansar y pasar tiempo en su mansión con sus hermanos. Se levantó más tarde de lo usual aprovechando el no tener nada por lo que levantarse temprano. Con lentitud fue levantándose de la cama con cierta vagancia y se dirigió al baño de su cuarto. Preparo un baño con sales y fragancias, y se sumergió en esas aguas que tenían la temperatura perfecta mientras el olor de sales de baño lo inundaban y llevaban a un estado de calma absoluta. Después de terminar su largo baño se vistió con su clásica playera negra con lunares, pantalones negros, su chaqueta rosa, unas botas y sus usuales accesorios como pulseras y collares. Se hizo una pequeña coleta en su rubio cabello y salió de su habitación dispuesto a distraerse un rato. Luego de matar el tiempo un rato con Yuma y Azusa decidió volver a su cuarto a esperar la hora de la cena. Caminaba por los largos pasillos de la mansión que estaban cubiertos por una elegante alfombra roja cuando algo lo detuvo. Un olor familiar proveniente de la cocina llamo su atención y se dirigió al lugar de donde provenía el olor. Al llegar se encontró a su hermano mayor preparando la comida que luego comerían en familia, una exquisita fragancia lo inundo y al instante supo que era.
-eso no será vongole bianco- pregunto mientras se acercaba a su hermano y se colocaba al lado de él.
-en efecto, como hace rato no te quedabas a cenar en casa pensé en preparar tu platillo favorito-
Los ojos del rubio se iluminaron cual niño al que le daban su dulce favorito. Su hermano siempre era muy atento con él y con sus demás hermanos. Al ser el mayor siempre estaba pendiente de esos pequeños detalles en pos de ellos. Pudo notar como el pelinegro esbozo un ligera sonrisa casi imperceptible al verlo tan animado, pero no podía evitarlo. Y no solo era por la exquisita comida que luego degustaría, él era muy feliz cuando estaba cerca de su hermano mayor, le brindaba mucha tranquilidad el tenerlo cerca. Cada vez que tenía que irse por algún tiempo debido a su trabajo de idol como giras o conciertos en otras ciudades los extrañaba mucho a sus hermanos pero en especial a Ruki ¿la razón?, no lo sabía con certeza. Siempre fue el hermano con el que más afinidad sentía, no solo por ser el mayor, el solo hablar con él o el solo tenerlo al lado le brindaba una alegría mezclada con una paz que no sentía con nadie más. ¿Qué era ese sentimiento que emergía de su interior cuando estaba con él?
-Kou, ve a avisarles a Yuma y Azusa que ya está lista la cena- ordeno Ruki interrumpiendo los pensamientos de Kou.
La hora de la cena había llegado y ahora se encontraban los cuatro hermanos en la mesa, de un lado de la mesa estaban sentados Ruki y Azusa, y del otro lado Kou y Yuma. Todos comenzaron a comer. Ruki comía con sus usuales modales mientras que Kou y Yuma comían a una velocidad impresionante, casi como si fuera una competencia, por otro lado Azusa comía con la tranquilidad y lentitud que lo distinguían. Al acabar dos de los hermanos se retiraron, Yuma a revisar su huerto y Azusa a su cuarto para sacarle filo a sus cuchillos, los únicos que quedaban eran Ruki y Kou quienes se quedaron para sacar la mesa que sus otros dos hermanos habían puesto antes. Al terminar con la tarea domestica de lavar los platos Ruki se dirigió al estudio donde había dejado un libro nuevo apartado que deseaba leer. Al llegar busco el libro y se recostó sobre un sillón de tres personas que hacia juego con otros dos de una persona. Dispuesto a comenzar abre el libro mientras puede sentir la fragancia única que poseen los libros nuevos al ser abiertos por primera vez, pero puede sentir otra cosa, un sonido de la puerta abriéndose y una presencia muy familiar.
-Ruki-kun- pronuncio una voz aguda un tanto infantil.
-¿Qué ocurre Kou?- con desdén y fatiga formulo esa pregunta. No es como si no quisiera estar con su hermano pero hace ya tiempo que había pospuesto la lectura de ese libro y tenía muchos deseos de poder leerlo.
-nada, solo estaba un poco aburrido y quería saber si podía quedarme contigo un rato- si estaba un poco aburrido pero no era esa la razón por la que fue con su hermano. Lo cierto es que al llegar a su cuarto las preguntas que antes se había formulado en la cocina seguían revoloteando en su cabeza ¿Por qué había tenido esos pensamientos con su hermano? Claro, Ruki era el mayor era normal sentir que le brindaba seguridad pero había algo mas atrás de esos sentimientos. Y sin darse cuenta no paraba de pensar en su hermano ¿por qué le daba tantas vueltas al asunto? Las preguntas se acumulaban presionándolo y arrinconándolo mentalmente. Aunque tratara de pensar en otras cosas las dudas se lo impedían. Necesitaba respuesta y decidió ir a buscarlas a la raíz del problema, su hermano Ruki.
Sus ojos se abrieron ligeramente por la sorpresa, ¿que le pasaba a su hermano? él nunca quería quedarse con él en el estudio debido a que siempre tenía algo mejor que hacer que quedarse a leer con su hermano. Él y Kou eran muy diferentes en ese aspecto; el rubio odiaba la lectura y la tranquilidad era más del tipo escandaloso que siempre buscaba salir a lugares donde hubiera fiestas, ruidos y diversión. Todo lo contrario a Ruki quien prefería quedarse en casa leyendo tranquilamente entre otras cosas. Siguió mirando a su hermano que estaba parado en el umbral de la puerta como esperando a que lo inviten a pasar.
-de acuerdo- dijo corriéndose a la esquina derecha del sillón dejando espacio para que su hermano se siente. Kou sonrió por su respuesta y rápidamente cerró la puerta y se sentó al lado de su hermano. Pudo ver que tenía un libro en sus manos ¿estaría por leerlo? Vio rápidamente la portada, "entre tú y yo" era el título del libro ¿sería una novela romántica? Bueno, eso era lo que menos importaba, sea el libro que fuera se aburriría de tan solo leer el prologo. Espera ¿en que estaba pensando? El no había ido con la intención de leer libros. No debía olvidar la razón por la que había ido ¿será que buscaba distraerse con cualquier cosa para no pensar en su hermano? -¡concéntrate!- se repitió mentalmente.
-¿y que estabas haciendo? ¿Ibas a leer ese libro?-
-sí, si quieres leo en voz alta para los dos-
El idol asintió en afirmación y coloco su cabeza sobre el regazo de su hermano recostando su cuerpo a lo largo del sofá. El mayor lo miro con una cara de ¿Qué estás haciendo? Pero el rubio respondió con una sonrisa y una mirada expectante a que empiece con la lectura; como un niño que esperaba que su madre le lea su cuento favorito antes de ir a dormir. Ruki cedió ante esa imagen enternecedora y lo dejo. Abrió el libro y comenzó.
Sus palabras parecían flotar por la habitación, su lectura era clara y precisa, acompañada de una voz segura y relajada que te llenaba de expectación ante cada palabra. En cada espacio, en cada coma, en cada punto; su lectura era simplemente perfecta. O eso creía el rubio quien lo escuchaba atentamente por momentos; cuando no se quedaba observando el rostro de su hermano. Sus hermosos ojos azules concentrados en la lectura, su cabello negro azulado que contrastaba con su pálida piel, su boca que pronunciaba cada palabra del libro. De repente sintió un gran deseo de querer sentir esos labios, de fundirlos con los de él, de sentirlos como suyos. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió que la lectura se había detenido dando lugar al silencio increpante, desvió su mirada de los labios de su hermano hacia sus ojos que ahora lo estaban mirando ¿Por qué se sintió nervioso ante esa mirada? Hasta podría jurar que se sonrojaba levemente al tener esos azules sobre él.
-Kou ¿te estoy aburriendo?- pregunto al notar como su hermano no lo estaba escuchando leer.
-¡no, no, no! Solo… me distraje un poco- intento ocultar su leve sonrojo y el hecho de que prácticamente no lo estaba escuchando –sigue leyendo, solo te quedan unos capitulo para terminar-
Se dio cuenta, siempre supo interpretar lo que pensaban sus hermanos, el haber vivido tantos años con ellos en aquella mansión le dio esa habilidad y era obvio que Kou no lo estaba escuchando. Sin embargo su hermano quería que siguiera y el libro se había puesto muy interesante, deseaba saber cómo terminaban los protagonistas del libro. Dejo de mirar el rostro algo sonrojado de su hermano y prosiguió con la lectura.
Dio un gran suspiro internamente, ¿Por qué demonios se había sonrojado? Solo con una mirada Ruki lograba sacarlo de su eje y dejarlo completamente perdido en ese azul que parecían la más hermosa noche que pudiera vivir. Cerro sus ojos, si seguía mirando ese rostro se volvería a confundir. Al no poder ver se dejo llevar por las palabras que leía su hermano. Al ser los últimos capítulos no lograba entender muy bien la trama pero logro entender la base de la historia. Al parecer el libro trataba sobre un hombre y una mujer que se habían enamorado pero no podían estar juntos debido a su temor de lo que ocurriría si dejaban todo para estar juntos. La historia era interesante, ojala la hubiera escuchado desde el principio.
Pasaban los minutos al mismo que tiempo que las páginas del libro. La historia estaba llegando al clímax, a ese momento donde todo el nudo de la historia de desenvolvía y concluía con la decisión de la pareja. Como en una telenovela donde las mujeres contienen el aire a la espera de la respuesta del protagonista así se encontraba Kou, con ojos aun cerrados a la expectativa de la respuesta final. Ruki seguía leyendo pausadamente mientras que internamente se sentía tan emocionado como Kou. Por un momento mientras corría la pagina para cambiar de capitulo vio a su hermano menor con los ojos cerrados ¿Por qué los cerraba? Pero vio lo atento y concentrado que estaba y como se estaba imaginaba la escena que estaba describiendo con cada palabra que leía. Llego al último capítulo y con toda la tensión y expectativa del momento siguió leyendo cada palabra como si fuera un documento de vital importancia. Hasta que de nuevo el ruido de la puerta abriéndose se interponía en su lectura.
Tanto Ruki como Kou levantaron la vista para ver quién era el causante de interrumpir la lectura de esa apasionante y dramática historia que había logrado envolver a los dos vampiros en el drama y el suspenso. Un vampiro de altura imponente atravesó la puerta con su usual traje desaliñado y cabello castaño recogido. Ruki al ver el rostro de su hermano con cierto temor en sus ojos supo que algo había pasado, y que no iba a gustarle.
-Yuma, ¿Qué ocurrió?- una mirada acusativa se poso sobre él y un ligero escalofrió le recorrió la espalda, sabía que aunque su hermano tuviera una gran paciencia y afinidad con ellos no era para nada bueno verlo enojado. Trago saliva y respiro profundamente dejando su nerviosismo y sorpresa al ver a Kou en el estudio de lado y comenzó con la explicación.
-veras Ruki… etto… lo que ocurrió es que…- iba a seguir con la frase cuando su rubio hermano lo interrumpe.
-no hueles a quemado Yuma- el castaño lo fulmino con la mirada pero rápidamente giro a ver a Ruki quien ya se había parado del sofá y lo veía con una clara mirada de: espero que no sea lo que estoy pensando. Decidió mandar todo al demonio y decirlo sin rodeos antes de que su hermano lo mate por lo que iba a decir.
-es que Azusa y yo teníamos ganas de comer algo e intentamos hacer un salteado de verduras como los que haces y al echarle alcohol para flambearlo…- detuvo su relato al ver como la figura de su hermano se ensombrecía y sus puños se cerraban en un intento de contenerse de romper algo.
-incendiaron la cocina- dijo entre dientes con una clara ira que intentaba disimular sin mucho éxito.
-pe-pero n-no te p-preocupes Azusa y yo ya-a controlamos el fuego y n-no se quemo mucho- no podía evitar tartamudear del miedo a lo que obviamente ocurriría.
-Kou- el rubio miro fugazmente a su hermano mayor- dejaremos la lectura para más tarde. Yuma- el castaño imitando a su rubio hermano miro rápidamente al mayor quien se dirigía hacia la puerta donde se encontraba a paso firme como verdugo que iba a ejecutar dos condenados –acompáñame- el acusado no dudo ni medio segundo en seguir a su hermano en dirección al desastre, antes conocido como cocina.
El rubio rio al pensar en el sermón que tendrían que escuchar sus hermanos de parte de Ruki pero a su vez se sintió triste debido a que estaba pasándola muy bien con su hermano hasta que fueron interrumpidos. Suspiro, decidió esperar a que volviera para terminar la lectura.
Los minutos pasaban y su hermano no volvía, quería seguir pasando el tiempo con él. Seguir sintiendo el apoyo de sus piernas, la mirada azul sobre él, su respiración pausada y tranquilizante en cada bocanada de aire que tomaba, sus labios que se movían ante cada palabra que relataba del libro, su voz... se detuvo por el rumbo de sus pensamientos. Como podía pensar así de Ruki ¡era su hermano! Aun recostado en el sillón puso su brazo derecho sobre sus ojos en forma de resignación. ¿Qué era lo que le pasaba? Ni siquiera con Yuma o Azusa tenia esa clase de pensamientos, así no era como se pensaba en un hermano. Quito el brazo de su cabeza, se sentó y sus ojos se abrieron en sorpresa como quien encuentra la respuesta a una pregunta milenaria. -¿acaso estoy…?- su momento revelador fue interrumpido cuando la puerta volvió a abrirse dejando ver al causante de sus dudas entrar con una mirada cansada y agotada. Sin siquiera hablar Ruki se recostó sobre el sofá apoyando la cabeza sobre el regazo de su hermano como antes había hecho este. Los lugares se habían intercambiado.
-lo lamento Kou, dejemos la lectura para otro día- el sermón que les dio a Yuma y Azusa, el tener que llamar a Karl-Heinz para pasarle el reporte del presupuesto que tendrían que gastar para reparar la cocina, junto con la limpieza que tuvo que hacer con sus hermanos lo dejaron muy cansado mentalmente como para seguir leyendo.
El rubio entendió y sorprendiendo al mayor puso su mano sobre sus azules cabellos y los acaricio suavemente como el padre de Ruki hacia para felicitarlo cuando había hecho algo bien. Ese contacto lo relajo de toda la tensión que antes había tenido. Le dedico una suave sonrisa a su hermano luego de cerrar los ojos y quedar dormido en las piernas del idol.
Kou rio, su hermano a veces podía lucir como un niño pequeño al cual uno podía cuidar, sin su habitual aura de autosuficiencia. Se quedo observándolo unos minutos mientras aun acariciaba su pelo. Pero luego de mucho observarlo volvió a sentirse hipnotizado por la belleza de su hermano. Hasta dormido seguía manteniendo esa elegancia que lo caracterizaba. Inconscientemente Kou fue bajando su cabeza hasta quedar a centímetros del rostro dormido de su hermano. Su fría respiración se mesclaba con la suya, sus narices se rozaron ligeramente haciendo que el rubio cerrara los ojos y siguiera bajando hasta que sus labios sintieron la suavidad de los labios ajenos. Estaba besando a su hermano. Sus labios se unían a la perfección como si estuviera diseñados para unirse entre ellas. El solo contacto con esos labios lo llevaba a un paraíso del cual nunca querría irse, todo lo que necesitaba para vivir se encontraba en ese simple contacto. Se separo suavemente aun sintiendo un cosquilleo en sus labios y un nudo en su garganta que desaparecía. Lo entendió, en ese pequeño lapso de tiempo había encontrado la respuesta a todas esas preguntas que desde hace horas lo confundían. Se había enamorado de Ruki.
¿Y qué les pareció? Este es el primer fanfic yaoi que hago así que no sean exigentes, se tratara solo de los Mukamis. Lo hice para cambiar un poco del otro fanfic que estoy escribiendo, y para los lectores que en la votación de mi otro fanfic querían yaoi pero no lo agregue ya que la mayoría no quería. Continuare la historia dependiendo de a cuanta gente le guste, así que dejen reviews o no seguiré escribiendo esta historia. Nos leemos…
