"Vaya por Dios que tonta estoy
se me ha vuelto a llenar,
el corazón de lluvia,
podría ser que he vuelto a ver
quizá fue sin querer,
aquellas fotos tuyas..."
-¡Corre, yo lo detendré! –fue el grito de James y Lily no lo pensó dos segundos, apretó contra su pecho al bebé y echó a correr por la estancia rumbo a las escaleras, la puerta se abrió de golpe y los oyó a los dos, ¿qué se dijeron?, no podría decirlo, ella huía con su hijo en brazos, llegó a la escalera y comenzó a subir, estaba a la mitad, subiendo su pie al siguiente escalón cuando la luz le golpeó las retinas y Harry se estremeció entre sus brazos.
Era de él, ese cuerpo que de pronto se había desplomado era de él, ¿qué otro cuerpo podría producir en ella las mismas vibraciones al caer a tantos metros, en otra habitación, que el cuerpo de James como si cayera sobre ella? no podía evitar sentir aquella presión en el pecho que casi la ahogaba, como si él de verdad estuviera inerte sobre ella; con Harry en brazos intentó no pensar, ¡qué estúpido!, aunque intente no pensar, lo que ocurre es que eso que ha sentido no lo siente en el cerebro, lo siente en el alma, que se le ha quedado vacía de saber que aquella luz y aquel gemido sordo son de James.
Se le hizo un nudo en la garganta y tuvo que sostenerse del pasamanos dos segundos, entonces lo escuchó, pasos, pasos que le seguían rumbo a la escalera, temblando siguió su marcha, buscó la habitación de Harry entró y se encerró; temblaba de pies a cabeza y sólo podía pensar en una cosa, James ha muerto. Un dolor más intenso que si le estuvieran abriendo las entrañas la inundó, apretó a Harry contra su pecho e intentó no llorar, pero no podía, lloraba sin detenerse pensando sólo en James, su sonrisa, sus ojos, sus cejas, sus labios, sus manos y su cabello rebelde en la nuca.
Cerró los ojos con fuerza para tratar de calmarse, pero no pudo, en la oscuridad de su cabeza seguía viéndolo a él, jugando quidditch, sonriendo, bebiendo una cerveza con ella en las Tres Escobas, comiendo una tarta, rascándose la nuca, abrazando a Harry el día que nació, jugando con Sirius en el jardín, peleando con Remus sobre una teoría errónea, golpeando la ventana con los nudillos para avisarle que había vuelto del trabajo. Podía ver a James de tantas formas que llorar ya no compensaba lo que sentía y unas ganas inmensas de salir y hacerle frente a él se apoderaron de ella, escuchó sus pasos en la escalera, se decidió y caminó hacia la puerta, le iba a hacer frente, por que sin James ya nada valía la pena.
Entonces lo sintió, Harry entre sus brazos se movió intentando comprender por que su madre le presionaba con tanto ahínco, Lily lo miró, su cabello negro, sus mejillas y su nariz, todo era James, por dos segundos una paz le volvió, el alma le regresó al cuerpo y comprendió por que James se había ido para dejarla sola; no reprochó más su muerte, no sintió más ganas de salir a enfrentarlo, sólo se dispuso a abrazar a James...no, a Harry...no, a James que de pronto se había vuelto Harry. Suspiró sabiendo que a él no volvería a verlo, aún cuando ahora lo tenía de alguna forma enfrente.
Una explosión, la puerta se abrió...
