.
Disclaimer: LAS TORTUGAS NINJA no me pertenecen, es mi corazón el que le pertenece a Leonardo desde hace 22 años. Yo escribo exclusivamente para hacer pasar un rato agradable a quien sea que se tome su tiempo y pase a leer mis divagaciones.
oOoOoOoOoOoOo
CUENTA CONMIGO
Te juro que no lo sé.
No sé qué es esta tibia alegría,
que se desata con que a mí me sonrías
y todo yo me cimbra.
Te juro que no lo sé.
No sé qué es esta aplastante euforia,
que al contemplar tus ojos
mi corazón estallar añora.
Te juro que no lo sé.
No sé qué es esta infinita felicidad,
que al oír tu voz
a mi propia voz amenaza asfixiar.
Te juro que no lo sé.
No sé cuándo comenzó a sucederme esto.
Sólo sé que tus ojos fueron los causantes
de desatar este manojo de emociones
incontenibles y delirantes.
Te juro que no lo sé.
No sé por qué
con verte y oírte
me siento así:
Eufórico.
Tranquilo.
Mareado.
Decidido.
Atolondrado.
Iluminado.
Valiente.
Incoherente.
Te juro que no lo sé.
No sé qué es está locura,
ni mucho menos sé
si me he dado a entender.
Lo único que sé
es que contigo
y con nadie más
mi cabeza da vueltas,
mi corazón se poner a bailar,
y mi alma se siente en paz.
Leonardo lee por enésima vez en voz alta el poema que acaba de escribir, corrigiendo y volviendo a escribir el último detalle.
- Creo que está bien así. –
Deja su habitación y va en busca de opiniones.
Al llegar al nivel de abajo, se encuentra a Donatelo en la sala mirando "Algarabía", un programa sobre curiosidades diversas.
- Hola Doni. – se sienta a su lado.
- Hola Leo. -
Leonardo espera a que salgan los anuncios comerciales porque el programa continúa. En la pantalla se despliegan varios carteles en vez de oírse la voz del narrador.
"¿Sabías qué…?
Cada rey de las cartas representa a un gran rey de la historia:
.Espadas: El rey David.
.Tréboles: Alejandro Magno.
.Corazones: Carlomagno.
.Diamantes: Julio César."
- Ya lo sabía. – dice Donatelo como si respondiera a la pregunta de "¿Sabías qué?"
La pantalla cambia y se leen más curiosidades.
"¿Sabías qué…?
El S.O.S se aplicó como señal internacional de auxilio a principios del siglo XX por ser este el mensaje más simple de enviar en código Morse (... - ...) y no se debe (como comúnmente se cree) a la expresión inglesa "Save Our Souls" (Salven nuestra almas), es sólo una coincidencia."
- Eso también ya lo sabía. -
"¿Sabías qué…?
El último día que tendremos con todos los dígitos impares ya pasó. Se trata del 19/11/1999, y además será el último día con todos los dígitos impares de nuestras vidas, pues la siguiente fecha con todos los dígitos impares es el 1/1/3111. ¿Dónde estuviste en tu último día impar"?
- Eso sí no lo sabía. –
- Yo tampoco. – admite Leonardo.
Finalmente, en la pantalla puede leerse:
"En un momento regresamos."
- Jamás me había puesto a pensar – dice Donatelo – sobre un hecho tan simple: el último día con dígitos impares de nuestras vidas. -
- Aunque se te faciliten los números, Doni, tienes otras cosas en que pensar, como armar el "Quelonioptero". -
- Cierto, pero es muy curioso. ¿Dónde estábamos el 19 de noviembre de 1999? -
- Mmmhhhh… éramos muy pequeños, pero – cambia estratégicamente de tema - yo hace un momento escribí algo, ¿quieres oírlo? -
- Adelante. -
Lee animadamente el poema recién escrito.
Al terminar…
- ¿Qué te parece? -
- Está bien. – dice Donatelo como si dijera la hora del día.
- Está bien… - dice Leonardo esperando a que su hermano se explique mejor.
- Sí, Leo, es bonito: las rimas son buenas, y aunque nunca escribes guardando la métrica, pero la cadencia es buena. –
Ha sido una explicación muy técnica.
No son las palabras que Leonardo esperaba escuchar.
- Gracias. -
- No es nada. -
Leonardo se retira, pensando que no fue un buen momento para consultarle a su hermano; hay ocasiones en los que el cerebro de él está más activo que su lado emocional.
Va caminando releyendo su poema, y por eso, choca con Rafael.
- ¡Au! -
- ¡Cuidado! -
- Lo siento. -
- ¿Y ahora qué te traes? –
Le muestra la hoja de papel. Rafael la toma y lee.
- No está mal. –
- No está mal… -
- No, pero como tú ya sabes: "la práctica hace al maestro"; sigue escribiendo. - le devuelve la hoja.
- Gracias. – dice un poco desanimado.
- No pongas esa cara, lo haces bien Leo, todo lo que haces lo haces bien. -
- ¿Lo crees? -
- Y todavía preguntas, si tocas el piano, tocas la guitarra, tocas el violín, le haces a la pintura, hasta la haces de chef, y ahora escribes, y todo eso lo haces bastante bien. –
- Supongo. -
- Oye, como que quieres imitar a tu tocayo. -
- ¿A Da Vinci? -
- Pues sí. Él hizo un poco de todo, ¿no? -
- Sí, pero yo lo que quiero es descubrir lo que Sensei dice: "Un guerrero no sólo estudia la técnica de combate para armonizarla a su cuerpo, sino también estudia el arte para impregnarlo a su alma y comprenderse mejor a sí mismo."
- Qué profundo. – Rafael no le da tanta importancia.
- Gracias. –
Y Leonardo se va, otra vez leyendo el poema.
- ¿Por qué tiene que ser tan empecinadamente perfecto? – se dice Rafael.
Leonardo camina derecho a la cancha de basquetbol donde Miguel Ángel está jugando en solitario.
- ¡Jordan burla a uno! ¡Jordan hace la finta de pasar la pelota y burla la defensa¡ ¡Jordan salta yyyyyyy…! – Miguel Ángel salta - ¡Encesta! – mete la pelota a la canasta tan solo con estirar el brazo porque el salto fue bastante alto; sus pies vuelven a tocar el suelo sin mayor problema - ¡La ovación hace temblar el estadio! ¡EEEEHHHH! ¡EEEEHHHH! ¡EEEEHHHH! -
Leonardo no mira cómo vitorea Miguel Ángel, sino que se va a sentar en el suelo recargándose en una columna, cerca de la canasta de basquetbol.
Miguel Ángel se da cuenta de la presencia de Leonardo y de la seriedad que se refleja en su cara; va a sentarse junto a él. Nota que no aparta los ojos de una hoja, y se inclina un poco para poder leer.
- ¡Oh! Es muy bonito, Leo. –
- Gracias. -
- ¿Pero cómo es eso que no sabes qué es lo que sientes? – Leonardo mueve la cabeza de derecha a izquierda – Eso esta raro. -
- ¿Raro? –
- Sí, que no lo sepas es raro, si eres muy listo, si hasta Mr. Increíble lo supo cuando le paso eso mismo. -
- ¿En serio? – Leonardo ya sabe quién es Mr. Increíble, un personaje de la película llamada Los Increíbles; entonces, se alegra de que por fin alguien pueda entender lo que quiso escribir.
- ¡Sí! Él estaba enamorado de Elastic Girl. – Leonardo está a punto de darle un gran abrazo a su hermanito, pero Miguel Ángel dice algo más – Hasta yo sé cuando una chica te trae de cabeza. –
El entusiasmo se esfuma.
- Gracias. – Leonardo sonríe forzadamente.
- Cuando quieras. – Miguel Ángel sonríe enorgullecido por haber sido de ayuda.
Leonardo se va y Miguel Ángel regresa a su práctica de basquetbol.
Cuando Miguel Ángel está a punto de encestar, llega Rafael y le arrebata la pelota.
- ¡Oye! –
- Qué reflejos tan lentos tienes, Mikey. -
- ¿Quieres comprobarlo? -
E inicia el duelo uno a uno. Rafael encesta un punto, pero enseguida aparece Donatelo, y la contienda se vuelve más reñida.
Leonardo los observa. Le gustaría jugar también, pero no se siente con ánimos; deja que sus hermanos se diviertan mientras va directo a la habitación de su Maestro.
Duda un momento, y al levantar la mano para tocar a la puerta…
- Adelante hijo. -
Splinter ya de ha dado cuenta de la presencia de su hijo mayor.
Leonardo toma aire antes de pasar.
Se arrodilla frente a su Maestro.
- Espero no interrumpirlo en algo importante. – se inclina levemente en señal de respeto.
- En absoluto, hijo mío. Veo que has escrito otro poema. -
- Sí, y me gustaría saber su opinión. -
- Pero no estás feliz por ello. ¿Qué te aflige, hijo? –
- Bueno, es sólo que… a veces siento que no tengo ninguna conexión con mis hermanos. -
- Conexión… -
- Puedo jugar videojuegos con Mikey, me divierto con él aunque él gana la mayoría de las veces; puedo ayudarle a Rafa con su moto pasándole la llave para que apriete un tornillo, al menos en eso le ayudo porque no deja que nadie más la toque; puedo ayudarle a Doni a traer cosas recicladas del basurero, así entre los dos pronto hallamos lo que necesitamos y el regreso a casa no es tan pesado; puedo platicar con Mikey de cómics porque yo disfruto leer Manga; puedo tener una seria discusión con Doni sobre el origen del Universo o de otro tema, aunque después tengo que pedirle que 'le baje' porque cuando se entusiasma, su lenguaje se vuelve muy técnico para mí; puedo hasta servir de saco de boxeo a Rafa para que no golpee a alguien más cuando está muy enfurecido; pero cuando se trata de mí, de lo que me gusta… pareciera que a ninguno de ellos le interesa: sólo yo me empeño tanto en el Ninjitsu; sólo yo es quien lee novelas literarias; sólo yo estudio sobre la cultura japonesa; sólo a mí gusta la música clásica y más que nada interpretarla… Ninguno de mis hermanos hizo el intento de decirme qué trate de expresar con mi poema. - deja escapar un agobiado suspiro.
- Hijo, debes ser capaz de comprender que cada uno de ustedes tiene habilidades y gustos que contrastan con el resto. Como equipo, es fundamental la coordinación para obtener la victoria en la batalla, sólo es cuestión de práctica, pero como familia, es mucho más complejo porque no hay instructivo alguno que seguir como lo hay para las técnicas de combate; en familia es más complicado crear los vínculos dado que el carácter que cada uno de ustedes es totalmente diferente. -
- Pero aún así, siento que mis hermanos se entienden mejor entre ellos, y yo… siento que me excluyen aunque no sea su intención. – lo que Leonardo no se atreve a decirle a su Maestro que esto lo ha sentido desde niño.
- Escucha hijo: en estos casos, cuando no puedes congeniar con tus hermanos, para eso existen los amigos. Tú tienes un amigo. -
Leonardo piensa un segundo sobre lo que acaba de decir su Maestro, entonces, baja la mirada, avergonzado de sí mismo.
- Ogima sabe escuchar, y no le importa que busque otras opiniones sobre lo que hago o escribo. -
Splinter observa a su hijo, deseando decirle que no debería avergonzarse por tener un amigo como el que reposa sobre su cama.
Cada uno crece y madura a su debido tiempo, pero su hijo mayor, en muchos aspectos, ha tenido que madurar más prontamente que sus hermanos, pero en unos pocos, parece que se resiste a hacerlo.
Splinter alarga un brazo, toma con delicadeza el mentón de su hijo, y con cuidado, levanta su cabeza.
- Comprendo lo que sientes por tu amiguito, hijo, pero yo me refería a tu otro amigo. –
La vergüenza desaparece, ahora, Leonardo está confundido. Mira con mucha confusión a la anciana rata. ¿A qué otro amigo se refiere su Maestro? Entonces, una idea cruza por su mente tan vertiginosamente que llega a sentirse mareado, y como un tonto también.
La expresión de gran sorpresa en la cara de su hijo le dice a Splinter que ya entendió.
- ¿Cómo…? – Leonardo se pregunta, pero antes de siquiera Splinter le diga que como ha estado muy ocupado en tantas cosas que no había reparado en esa sencilla respuesta, su cara, lentamente, expresa una gran alegría, y de repente, sale deprisa para ir cuanto antes con ese otro amigo.
Splinter ríe quedo, pero enseguida regresa su hijo.
Leonardo vuelve a entrar sin atreverse a mirarle; se arrodillar frente a él, con la cabeza inclinada.
- Yurusu, Sensei. Sore wa karera no dōi nashi ni nokosu tame, mata anata no kyoka nashi ni yūjin o hōmon suru koto o ito shite ita. [Perdóneme, Maestro. No fue mi intención retirarme sin su consentimiento, como tampoco ir a visitar a mi amigo sin su permiso]. -
Splinter tiene una gran sonrisa en su cara, no porque esté complacido por el gran respeto que le profesa su hijo, sino porque su hijo mayor se permite ser, en contadas ocasiones, como cualquier chico de su edad.
- Está bien, hijo. – Leonardo guarda la postura correcta – No es necesario que pidas mi consentimiento para ir a visitar a alguien que estimas; sólo me gustaría saber cuánto tiempo estarás… -
Pero Leonardo se arroja a abrazar a su padre.
Splinter no puede negarse al atropellado abrazo.
- ¡Arigato gosaimasu! Ai shiteru, otosan. [¡Muchas gracias! Te amo papá.] -
- Yo también te amo hijo, yo también. -
Ahora sí Leonardo sale deprisa a preparar lo que necesita para el viaje.
.
El partido de básquet entre los hermanos menores aún continua, pero es interrumpido por unos ruidos.
- ¿Qué es ese escándalo? – Rafael hace la pregunta.
- Viene de la habitación de Leo. – Donatelo hace la observación.
Las tres tortugas suben por las escaleras, pero en ese momento, Leonardo baja deprisa, llevando muchas cosas en los brazos; casi se le caen por lo rápido que baja.
- Oye Leo… – Donatelo trata de hablarle pero los pasa de largo.
Leonardo va hacia el puente que está sobre el acceso al río. Al estar sobre éste, deja todo lo que lleva a sus pies, se arrodilla y comienza a guardar las cosas en una pequeña bolsa.
- ¿Qué hace? – Miguel Ángel pregunta.
Ahora los tres tienen que ir al puente para averiguarlo. Van hacia allá, y a mitad del camino, Leonardo va de regreso, rumbo al recinto de Splinter.
- Leo. - Rafael lo llama, pero igual los pasa de largo, sin prestarles atención.
Tienen que ir tras él, y estando a unos pasos de la puerta de la habitación de su Maestro, Leonardo sale enseguida y vuelve al puente.
- Comienzo a sentirme como pelota de tenis. – dice Miguel Ángel.
- ¿Soy yo, o de plano, nos está ignorando? – pregunta Rafael.
- Tal vez se trata de algo de suma importancia. – dice Donatelo.
Se encaminan de nuevo al puente.
Llegan a la orilla del acceso al río y oyen que Leonardo dice algo.
- Espero que pueda recibirme. – se echa al hombro la pequeña bolsa.
- ¿De quién hablas, Leo? – Donatelo le pregunta.
Leonardo se enfoca en lo que debe hacer, estando sobre el puente, sobre el agua. Trae un gis en la mano.
- "Tu corazón te dictará las palabras que debes recitar y que te ayudaran a llegar con él"; pero primero, el portal. -
Dibuja algo en el piso del puente con ayuda del gis, después guarda el gis en la bolsa y se yergue. Toma una profunda respiración, luego, comienza a hacer extraños ademanes con las manos: con los brazos a los costados, eleva las manos con las palmas hacia arriba, y curiosamente, como si alguien vertiera agua pero de abajo hacia arriba, o como si emergieran del estanque dos tentáculos de pulpo, ascienden dos delgadas y serpenteantes columnas de agua, una por el lado derecho de Leonardo y otra por su lado izquierdo; él levanta sus manos por sobre su cabeza, y las dos columnas continúan elevándose hasta desprenderse del río; ahora Leonardo baja los brazos al frente suyo con las palmas hacia abajo, y esas dos serpientes de agua también bajan formando una "U" invertida en el aire cada una; cuando sus manos llegan al nivel de su rostro, cruza sus antebrazos, y las serpientes de agua se estiran y se cruzan entre ellas formando ahora una "X"; Leonardo sigue bajando los brazos hasta tener que acuclillarse, sus dedos rozan el piso del puente, y las dos formas de agua alargadas se depositan sobre el puente, cerca de los símbolos que Leonardo había dibujado; él separa sus brazos y mueve las manos ahora formando círculos alrededor y sobre los símbolos, y esto mismo hacen las serpientes de agua, rodean un par de veces los símbolos y se fusionan convirtiéndose en un aro acuoso alrededor de los trazos hechos con gis. Leonardo se incorpora, junta sus palmas, cierra los ojos y comienza a recitar un extraño canto; el agua se mueve, se arremolina y se desplaza por sobre el trazo cubriéndolo totalmente, formando un pequeño charco; entonces, el charco comienza a resplandecer.
- ¡Leo! – Miguel Ángel se angustia; sólo entonces es cuando Leonardo voltea a verlos.
Los mira sorprendido, como si no se hubiera dado cuenta de que ahí están. Sonríe y les dice en japonés:
- Gomen nasai, kyodai. ¡Dewa mata! [Disculpen, hermanos. ¡Hasta pronto!] -
Leonardo se vuelve, da un paso al frente y pisa esa luz circular, pero al siguiente segundo se sumerge dentro de ese charco luminoso como si fuese un pozo profundo.
- ¡Leo! -
Las otras tres tortugas corren para sacar de ahí a su hermano mayor, pero Leonardo ha sido tragado de un bocado por ese pozo de luz que de inmediato se disuelve.
oOoOoOoOoOoOo
N/A:
a. Los poemas mostrados en este fic son de la autoría de Hamato Leonardo ;) Hago la aclaración para que no exista confusión alguna sobre que sean copiados de otro autor.
b. Mis fics se basan en 2k3, y este fic no es la excepción, pero en 2k3 no hay ninguna canasta de básquet en la Guarida, pero sí hay una en la peli de 2007; me gustó la idea de que las tortugas jueguen al básquet y por eso hay una canasta y una cancha de basquetbol en este fic.
c. Manga es el cómic japonés; tomé prestada está idea de un fic en inglés: a Leo le gusta leer Manga xD y cómo no, si a Leo le interesa la cultura japonesa n.n pero antes de que pienses que Leo es admirador de Spiderman, déjenme decirles que hay muchos tipos de Manga: desde superhéroes, princesas mágicas, sobre el Japón antiguo, de deportes, de romance tipo novela rosa, sobre robots tripulados por humanos, etc, etc, etc. Leo lee Mangas con temática del Japón feudal.
x)
Este fic lo pensé hace mucho tiempo pero hasta hoy es que subo el primer capítulo. Ojala recuerde de qué iba a tratar, porque mi Sensei Stephen King (El Amo del Terror) dice no es bueno dejar pendiente una idea por mucho tiempo porque se corre el riesgo de que pierda originalidad y continuidad. Haber si no pasa esto.
Comentarios, sugerencias, dudas, peticiones, aclaraciones, aplausos, zapes, jitomatazos, abucheos, reclamos, ultimátums, jalones de oreja, etc., etc., todo es bienvenido.
n.n
