Titulo: Una Simple Frase

Autor: Destiel Winchester

Pareja: Steve/Danny (McDanno)

Fandom: Hawaii Five-0

Clasificación: +13

Advertencias: La verdad ninguna.

D. de R: Ninguno de los personajes que se mencionaran me pertenecen, todo es propiedad de la CBS y los respectivos creadores de la serie. No gano nada al escribir esto más que mi satisfacción personal.

~UNA SIMPLE FRASE~

Todo comenzó con una simple frase.

- Me gustan tus ojos.

Esas fueron las palabras que cambiaron el rumbo de una relación destinada a cambiar desde el mismísimo momento en el que inicio, en ese oscuro garaje, en aquel día en el que la vida de ambos se interconecto sin opción alguna a separarse.

Todo comenzó con una simple frase.

Todo dio inicio con una simple mirada, con unas simples palabras que ocasionaron una explosión de emociones, sensaciones físicas y emocionales que dieron paso a otra mirada, a otras sensaciones, a otros miedos. Todo sucedió demasiado rápido y demasiado lento.

Todo comenzó con una simple frase.

El sonrojo fue inevitable, la boca abierta aun mas, la mirada avergonzada y nublada por un mar de confusiones, miedos y un poco de vergüenza fue, de verdad, un hecho, algo destinado a pasar mucho antes de que las palabras abandonaran aquellos labios, aquella mente, aquella alma. El pasar saliva de manera ruidosa fue otra acción destinada a suceder, un acto reflejo que se presentaba cada vez que aquel hombre rubio estaba nervioso o la situación en la que se encontraba era demasiado para él, para sus nervios, para su roto corazón.

La mirada trémula, dirigida fugazmente al autor de aquellas palabras fue apenas un borrón, un movimiento demasiado rápido como para ser notado, y sin embargo, él lo noto; nunca se perdería un detalle, por mas mínimo que fuera, de aquel hombre que había, que ha despertado demasiadas cosas en su corazón hasta entonces solitario. Fue un simple momento que paso demasiado veloz, demasiado aletargado, el que cambio algo destinado a cambiar; fue una sonrisa temerosa pero llena de aceptación, y quizá un poco de vergüenza, la que inspiro a un corazón a ser más intrépido, a ser más arriesgado.

Todo comenzó con una simple frase.

El cambio fue natural, más incluso que el respirar, solo fue una mirada en el momento adecuado, un giro de cabeza hacia la derecha, un vistazo fugaz y eterno bajo los rayos dorados del sol en medio de una carretera a orillas del mar, dentro de un automóvil que no pertenecía al conductor. Todo comenzó con la constatación de un hecho, con la aceptación de un sentimiento y con la reconciliación de un pasado plagado de dolor y soledad.

Todo comenzó con una simple frase, que dio paso a otra.

- También me gustas, Steve.

Y el corazón roto comenzó a curarse, el alma devastada comenzó a brillar nuevamente después de meses y meses de hundirse en una oscuridad que no presagiaba nada nuevo. La sonrisa aumento y el sonrojo permaneció, como un permanente recordatorio de que esto, lo que sucede entre ambos, es algo nuevo, prometedor, rematadamente estúpido, pero por sobretodo, correcto.

La vergüenza paso, pero la timidez permaneció, la mirada se elevo un poco pero volvía a bajar a los pocos segundos, la sonrisa tonta se dibujo, en ambos, y las manos se entrelazaron por encima de una palanca de color oscuro, quizá demasiado caliente, quizá demasiado molesta para que ambas manos se acoplaran como deseaban. El nerviosismo aumento y ese sentimiento cálido en sus pechos también lo hizo, incluso más rápido, más potente que el nerviosismo en sí. Todo sucedió demasiado rápido, demasiado lento y sin embargo, imparable.

Todo comenzó con una simple frase, que dio paso a otra y a una nueva vida, para ambos, para todos.

A veces una simple frase tiene el poder para cambiarlo todo, para hacerlo mejor, lo único que hace falta para hacerlo es tener el valor para pronunciarla.

FIN