Los Juegos del Hambre no me pertenecen, ni tampoco esta canción de The Killers aunque quisiera que Max Minghella si fuera de mi propiedad
Una vez en la vida, el sufrimiento de los tontos, para encontrar el camino a casa…..
Vamos Katniss –me digo mentalmente para resistir mi última media, antes de mi salida.
Bueno al menos ya está amaneciendo en Las Vegas, será que las personas no se cansan de venir a perder su dinero acá, o emborracharse, o casarse en esas capillas, donde tipos que dicen ser Elvis ofician; de manera dudosa matrimonios entre borrachos y parejas de seudoemanorados.
De que te quejas Katniss, si gracias a ese montón de descerebrados que llegan acá día tras días es que tienes un salario, miserable, pero tu salario. Para quienes aún no hayan adivinado a que me dedico, pues soy Katniss Everdeen, tengo 23 años y trabajo en el servicio a la habitación del Caesars Palace, termine acá luego de perder mi préstamo universitario y al no ser capaz de pagar mis estudios de Literatura Inglesa, decidí perder un semestre para poder ahorrar un poco de dinero y costearme por mis medios mi carrera universitaria.
Luego de terminar con la última habitación de mi turno, me dirigí a marcar tarjeta y pude escuchar como Effie atormentaba a la chica que me sustituye cuando me voy.
-Y recuerda Rue, no importa la situación, una sonrisa y la cabeza en alto cada vez que entres a una habitación.
Parte de nuestro trabajo incluye la limpieza de las habitaciones, y como nos encontramos en Las Vegas los inquilinos muchas veces son algo extravagantes.
...
Al fin en casa, solo falta alimentar a Buttercup, el diabólico gato herencia de mi antigua compañera de cuarto, y podré descansar antes de que tenga que volver a ir al hotel a trabajar.
HORAS MÁS TARDE :D
-Buenas noches Las Vegas son las 6:00 pm , que la suerte este de su lado a todos aquellos que apuestan en esta muy iluminada noche de verano….
Whoaa falta una hora y media para que empiece el turno en el hotel, por lo cual me apresuro a arreglar las cosas que necesito para empezar el turno y me pongo en marcha en mi vieja chatarra recorriendo la ciudad, lo cierto es que las noches acá me recuerdan a la navidad, será por la iluminación que adornan las fachadas de los hoteles y casinos de la ciudad. Eso es algo que disfruto de mi turno nocturno, me permite ver todo eso, el recorrer el mundo encapsulado en una ciudad.
Lo que Katniss no sospechaba es que casi atropellaría a alguien casi llegando al trabajo.
-Heyy Alto – pronuncio el chico rubio de ojos azules que casi muere por la imprudencia de Katniss.
-Lo siento mucho- mientras Katniss dijo estas palabras, supo que estaba perdida, que las chispas, llamas, se habían encendido en ese preciso momento.
-Vamos que estamos deteniendo el tráfico- menciono el otro rubio que acompañaba al "rubio de Katniss"
-Hasta luego preciosa-
-Hasta …-interrumpida por el claxon del conductor que estaba tras su auto Katniss no tuvo otra opción que seguir su camino hacia el hotel y empezar a trabajar.
Pero Katniss quedo en tal estado después de ese encuentro, que rápidamente termino de limpiar los elevadores y las escalaras eléctricas, lo que indicaba que era hora de ir a las habitaciones, y porque no iniciar con las del área de suites u pent-house, ya que nada ni nadie podrían arruinar el buen humor que andaba esta noche.
Dame una oportunidad en la noche, dame un momento, un poco de misterio.
-Iré a dar una vuelta ya regre…OUCHH en serio- dijo el guapo rubio ojiazul que es atropellado por Katniss por segunda vez en la noche, esta vez con su carrito del hotel.
-Ohm lo siento, mmm en serio por lo de ahora en la tarde y esto que acaba de pasar- mencionaba una muy sonrojada y emocionada Katniss, buena o mala suerte, lo había visto otra vez en la noche
Apoyándose tranquilamente en el marco de la puerta-Descuida, al menos puedo decir que una preciosura fue la que me hizo besar el suelo.
Antes que Katniss se pudiera recuperar de lo que acababa de escuchar, vio a alguien acercarse desde el fondo de la habitación del rubio.
-Otra vez de casanova- mencionaba un chico de cabello cobrizo y ojos verdes con pizca de azul marino- Disculpa al mal educado de mi amigo por no hacer las presentaciones, yo soy Finnick y este mal educado se llama Peeta.
-Mucho gusto Finnick, Soy Katniss pero creo que la mal educada acá soy yo ya que casi los atropello esta tarde, y también es un placer saber tu nombre Peeta.
-Bueno, una vez hecha las presentaciones ¿Por qué no entras a platicar con nosotros? Estoy seguro que Peeta no tienen ningún problema en invitarte a entrar.
-Así es pero no te consideres obligada a complacer a Finnick-decía Peeta ilusionado con que la chica aceptara la invitación que hacia Finnick
-No creo que sea posible aceptarles la invitación, verán, me encuentro todavía en turno acá en el hotel.
-Sabes que tengo un arma secreta para que aceptes- dijo Finnick muy confiando de sí mismo, que llego a asustar un poco a Katniss.
Desde el fondo del cuarto una menuda chica pelirroja se acercaba a Finnick, quien la tomaba por la cintura y depositaba un tierno beso en la frente.
-Katniss, ella es Annie, mi novia y estoy seguro que también quiere que pases esta noche con nosotros.
-Déjala de presionar Finnick-decía Annie regañando a Finnick- Pero sería muy bueno poder conocerte, ya que Peeta no ha dejado de hablar de cierta chica de ojos grises que casi lo atropella ahora en la tarde, y algo me dice que esa eres tú.
Sin dejarle momento para una réplica, Annie tomo a Katniss de la mano y la metió a la habitación, seguido de un muy sonriente y sonrojado Peeta y de Finnick, que empujaba el carrito de Katniss para dentro de la habitación.
-Muy bien Katniss y Peeta esperen acá mientras busco entre mis cosas algo que pueda quedarle a Katniss.
-Annie no quiero ser quien te señale esto, pero soy casi que 20 centímetros más alta así que creo que cualquier cosa que tengas me pueda quedar algo chica.
-No te preocupes y mejor plática con Peeta.- enfatizo Annie apuntando con su pequeño dedo a Katniss y Peeta
...
-Puede ser un pequeño diablillo y ese cabello rojo realmente le ayuda a dar esa imagen infernal.- Decía Peeta divertido y con una sonrisa mientras observaba como Annie batallaba por encontrar en su maleta algo de la talla de Katniss.
-Debes de quererla mucho, a pesar de ser algo insistente se nota que ella realmente es una verdadera amiga.
-Desde niños Annie y yo nos cuidamos las espaldas, y ahora es Finnick quien debe cuidar de ella si no quiere amanecer en urgencias.
-Sabes que a veces eres un poco exagerado- decía Finnick mientras ayudaba a Annie a buscar en su maleta.
-Siiiii lo encontré- tres pares de ojos se dirigían hacia una eufórica Annie que sacudía un vestido amarrillo por los aires y mandaba a Finnick y a Peeta a esperar en el cuarto ya que en el baño empezaría la magia.
...
-Peeta es un buen chico, sabes el al inicio no quería venir a Las Vegas, pero con Finnick lo convencimos.- Annie comentaba mientras de la ducha salía Katniss con el vestido amarrillo de encaje que parecía quedarle a la medida a esta última. -Él es como mi hermano mayor, y siempre estuvo cuidando de mí pero creo que ahora que encontré a Finnick es momento que yo empiece a cuidar de él, si tú me entiendes.
-Claro, creo que te entiendo- sonrojada por el comentario de Annie, Katniss pensaba en su hermana Prim que estaba en casa con su madre, preguntándose si habría alguien para protegerla del mismo modo que Peeta hizo todos estos años con Annie.
-Bueno creo que necesitaras un poco de gloss de labios y un poco de rubor en esas mejillas y estarás lista.
-Estoy tan nerviosa, espero que no se den cuenta que me iré del hotel sin terminar mi turno.
-Descuida que entre Finnick y yo podemos terminar de hacer arreglar la habitación, creo que es la única de esta área que esta ocupara así que trataremos de no hacer mucho desorden.
Dibújame una línea de vida,, porque cariño no tengo nada que perder.
-Peeta cierra los ojos y cuando diga tres los abres y Finnick haz que cierre los ojos.
-Será un placer cumplir tus órdenes Annie.
Al abrirse la puerta Katniss en lo único que no podía pensar era en caerse, usaba unos tacones rosa media talla más chica que la que ella suele usar, lo cual la estaba matando.
Pero el dolor se esfumo al ver a Peeta que la miraba con tal dulzura y su mandíbula desencajada de su sitio habitual lo cual le daba la certeza que ella se veía despampanante.
-¿Y adonde quieres ir Katniss?
Mi idea inicial era hacer un one shot pero a medida iba escribiendo ví que la historia tiene el potencial para varios capítulos
