Disclaimer: antes que nada, ninguno de los personajes de Regular Show/Un show más me pertenecen, yo sólo deje volar mi imaginación y la plasme en esta historia.
Mi primer fanfic de esta serie, espero que les guste. El por qué del título se irá revelando conforme avance la historia, sin embargo, a grandes rasgos les diré que lo tome de The Nightmare Before Christmas/El extraño mundo de Jack, no se confundan no tiene que ver con Navidad o Halloween, es más por el descubrimiento de algo que jamás se ha experimentado antes.
Bien como leyeron en la descripción esta es una historia yaoi/slash, cuya pareja principal la conforman Benson y Mordecai, también llamada Mordeson. Me animé a subirla porque no he visto ningún fic en esta página que este dedicado a este emparejamiento que en serio me encanta.
Sin más que decir, les dejo con este fanfic, escrito con mucho cariño para los fans de este genial dibujo animado.
¿Qué es?
Capítulo 1: Sólo amigos
Hoy las cosas saldrían bien, por fin había llegado el gran día. El Sr. Maellard, le daría un merecido reconocimiento por todo el tiempo que había invertido trabajando en el parque. Aunque para el dueño, sólo era un requerimiento que debía cumplir ante la ley, para la máquina expendedora, significaba que en dos horas más todos sus esfuerzos habrían de cosechar frutos.
A pesar de ser un día de celebración, como siempre ya todo estaba planeado. Después de la pequeña ceremonia en la que a él junto con Skips y Papaleta les entregarían sus reconocimientos, así como una suma significativa a sus cheques por todos sus años de trabajo duro en el parque, se irían a celebrar a un nuevo lugar que un tal Techmo, amigo del yeti había sugerido.
Subió a su auto. Antes de partir rumbo el parque, como era su costumbre, verificó que todo estuviera en orden. El espejo bien colocado, tanque lleno, su copia de las llaves del parque… un momento ¡las llaves!
El gerente del parque respiró profundo -Bien Benson es sólo un pequeño contratiempo, aún tienes tiempo de sobra para regresar por ellas e ir a la ceremonia.
Regresó a su departamento, y dio un vistazo rápido a donde siempre colocaba las llaves, y por supuesto que ahí estaban; vivir solo después de todo tenía sus ventajas, nadie que cambiara las cosas de lugar, nadie que le pidiera cuentas cada vez que salía de su hogar, nadie que le recriminara por olvidarse de alguna fecha importante juntos. Sí, morar solo era estupendo. Y con estas ideas en la cabeza cerró la puerta, asegurándose de poner las protecciones necesarias. Justo cuando ponía un último candado, escucho a sus espaldas como la puerta de su persona favorita en el edificio se abría, haciendo que su corazón se acelerara de la emoción, y era comprensible, pues hacia ya un mes que no se veían. Todo pensamiento acerca de lo fabuloso que era residir en soledad se había desvanecido. Y ahora lo único que le importaba era invitarla a compartir el día con él y con su suerte, ella seguramente le daría un sí como respuesta.
-¡Hola Audrey!¡ Buenos…
-¡Hola perdedor!
O tal vez no.
-¡¿Chuck?!
Esto en verdad tomó por sorpresa a Benson. ¿Qué hacía ese hombre en departamento de Audrey?
-Volvimos – soltó el humano del estómago de hierro sin consideración alguna.
La maquina se quedó estática ante esa respuesta.
-¿Benson? – ahora era la chica quien salía del departamento – Chuck podrías dejarme un momento a solas con él.
-Como quieras preciosa de todas formas tengo que darme una ducha. – dijo el pelirrojo desapareciendo en el interior del departamento.
Y fue Benson, quien habló primero -Creo estoy algo confundido, yo pensé que tú y yo…
-Déjame explicarte, por favor. Su madre cayó gravemente enferma el mes pasado, al ser ella y mi madre buenas amigas, me pidió que la acompañara para cuidarla porque Chuck tendría que trabajar horas extras para comprar las medicinas. Lo hubieras visto, a pesar del cansancio que le causaba la larga jornada del día, el siempre pasaba la mayor parte de la noche pendiente de ella.- explicó la rubia.
Con que eso era, él sabía que detrás de todo esto había una buena razón.
-¿Y cómo está su madre ahora?
-Bien, gracias al cielo ya está mucho mejor.
-Es bueno oír eso…entonces por eso ahora es que tú y él…
-Bueno al principio sí, pero…
"Pero" ¡esa maldita conjunción! lo que vendría tras ésta no sería agradable de escuchar.
-…al pasar tiempo juntos, recordé qué fue lo que en un principio me hizo fijarme en él, así que después de conversarlo mucho decidimos darnos otra oportunidad.
Y estaba en lo cierto, no era algo agradable, al menos no lo era para él.
-Si es así yo te felicito – habló la máquina de chicles, fingiendo una sonrisa.
-Benson…. yo… lo siento –
-Audrey, no tienes que disculparte por eso, estas en todo tu derecho. Y si tú eres feliz, yo igual. Te agradezco el tiempo que pasamos juntos.
Ella avergonzada acarició su propio brazo -Yo también Benson, y en verdad me gustaría que siguiéramos siendo…
-¿Amigos?
-Bueno si tú quieres, yo entenderé si no lo deseas.
-¡Por supuesto! – contestó riendo alegremente como si todo estuviera bien el mundo – ¡Oh mira la hora! Debo irme, se me hace tarde. Nos vemos, que tengas un lindo día – se despidió sin dejar de sonreír.
Al salir del edificio de nuevo los pensamientos sobre la soltería inundaron su cabeza, en esta ocasión con más intensidad, ahora sí ya no tenía opción debía convencerse para no sucumbir ante la depresión. Subió al auto en silencio, sin siquiera revisar que todo estuviera en su lugar ¿Ya lo había hecho antes? ¿No? Así que, ni venía al caso hacerlo de nuevo. Cuando por fin llegó al parque, observó a su alrededor, al menos le quedaba su trabajo y sus amigos. Sí "amigos" esa palabra, aunque trataba de evitarlo a toda costa, esas tres sílabas juntas todavía seguían retumbando en su mente y no parecían querer retirarse.
Caminando por el lugar, a los primeros que encontró fueron Mordecai y Rigby, quienes por increíble que parezca estaban barriendo las hojas que habían caído durante la noche, tal y como él lo había ordenado.
El mapache fue el primero en hablar, para vanagloriarse de su logro- ¡Mira Benson! Hoy nos levantamos a primera hora de la mañana para recoger las hojas. Gracias a nosotros se ve genial ¿No?
-Sí, buen trabajo chicos – sin prestarle mucha importancia al asunto.
-¡¿Qué?! ¿Eso es todo?
-Rigby, sólo porque estás haciendo lo que se supone que debes de hacer, no quiere decir que tengamos que darte una fiesta por ello – contestó Benson bastante serio.
-Mira quien lo dice.
-¿A qué te refieres con eso? – inquirió inmutable.
-¡Rigby! ¡Basta!- exclamó el arrendajo.
El gerente le mostró la palma abierta al joven emplumado sin quitarle vista de encima al pequeño mapache - Deja que lo diga. Adelante Rigby.
Y Mordecai no tuvo otra opción más que callar.
-Hoy vas a recibir una fiesta por algo que se supone que debes de hacer todos los días Benson, así que como dices que hacer nuestro trabajo no merece una celebración, tal vez tú tampoco la merezcas.
Ahora el arrendajo estaba seguro de que estallaría la ira de Benson sobre el mapache.
Casi como un zombie, la máquina de chicles alcanzó a levantar un dedo sin muchas ganas, pero pronto, lo dejo caer de nuevo en su costado -Tal vez tengas razón, después de todo sólo es parte de las políticas del parque.
¿Qué demonios estaba pasando? Rigby se estaba enfrentando a Benson, pero el gerente no se veía ni un poco irritado, ni tampoco como si estuviera conteniendo sus ganas de gritarle al mapache, simplemente era como sí no le importara nada.
-Bueno, todavía faltan algunos detalles que afinar. Nos vemos en dos horas – y sin más que decir se dio la media vuelta para dirigirse hacia la casa.
-¿Oye qué? ¡Espera! ¡Vuelve! – gritó el mamífero peludo, pero antes de que siguiera haciendo escándalo Mordecai lo hizo parar con un buen golpe en el brazo– ¡OUCH! ¿Por qué hiciste eso?
-¿No crees que Benson se comporta algo extraño?
-¡Claro que no! ¡Es otra forma que tiene para humillarnos en el trabajo! Y justo hoy que me levante temprano para ayudar en su dichosa fiesta.
-Si con levantarte temprano te refieres a caerte del trampolín y que el dolor del golpe no te dejará volverte a costar, estoy de acuerdo.
-¡CALLATE!
-Sólo bromeaba, y ya en serio, tal vez deberíamos averiguar qué le pasa.
-Eso no, por que haría algo por alguien que se la pasa gritándonos cada vez que nos ve.
-¡Ese es el punto mapache!
-¿Qué?
-En ningún momento nos grito.
-Tal vez Papaleta le dijo que tenía que tratarnos mejor o yo que sé.
-No lo creo Mapache, recuerda lo que pasó la última vez.
-Sí, estuve sordo por dos días.
-En verdad, creo que sería bueno hablar con Benson y también deberías disculparte con él.
-¡No viejo!
-¿Prefieres quedarte a barrer las hojas?
-¿Sabes qué Mordecai? Barrer las hojas suena mucho más divertido que a ir a ver cómo está el tonto de Benson.
-Como quieras, pero luego no digas que te deje con todo el trabajo. Ahora regreso.
-¿Qué? ¡Oye!
El arrendajo se apresuró para alcanzar a Benson, para su suerte la máquina de dulces no tenía mucha prisa por llegar al lugar.
-¡Benson! – lo llamó, justo cuando el gerente tuvo el pie en el primer escalón.
-¿Eh? ¿Qué ocurre Mordecai? ¿Tú también quieres reclamarme porque no te haré una fiesta?
-No Benson, no es eso y por favor disculpa Rigby se siente mal por un golpe que se dio en la mañana.
-Ah… Era eso…no hay problema, sí es todo tengo que…
-No en realidad vine para preguntarte ¿cómo estás? no es por entrometerme, pero acaso ¿te sucede algo?
-No es nada, sólo tengo muchas cosas que hacer.
-¿Seguro?
-Sí, ya te dije, estoy bien.
-Ok Benson, solo ten presente que si necesitas hablar o algo, puedes hacerlo conmigo si quieres, sé que eres mi jefe, pero también somos amigos ¿no?
¡Maldición! ¿Qué acaso esa palabra no dejaría de doler?
-Sí, amigos y parece que es lo único que estoy destinado a tener – contestó con un volumen demasiado bajo.
-¿Qué?
-Nada, lo tendré en cuenta y ya ve a trabajar. Rigby debe estar haciendo un desastre sin ti.
-Cierto, pero ya sabes si necesitas algo sólo dilo – dijo el arrendajo y corrió de nuevo hacia su amigo, quien ya se estaba retorciendo de dolor por acostarse en el montón de hojas que habían estado trabajando – Oye viejo ¿estás bien?
La máquina de dulces esbozo una imperceptible sonrisa, esos dos nunca cambiarían, eran flojos, iban en contra de las reglas, en fin, todo un caso, pero en todo momento se tenían el uno al otro, de cierta manera los envidiaba por eso.
Entró a su oficina. Tenía que encontrar la lista de cotejo de las actividades del día, aunque hoy fuera en honor a él y sus compañeros, si quería que las cosas salieran bien, quien mejor que el gerente del parque para tomar el control de la situación. Conforme se iba acercando hacia su silla sentía como las piernas le fallaban, ya no pudo más, su cuerpo pesaba demasiado, simplemente se rindió y se dejo caer sobre el asiento, escondiendo el rostro entre sus brazos.
-Sólo amigos….amigos y sólo eso.
No tengo nada contra Audrey, en verdad me agrada la chica, pero si me dan a elegir prefiero el Mordeson.
Si tienen algún comentario, no duden en dejarlo, eso me ayuda a continuar la historia.
¡Saludos! ¡Y que estén muy bien!
