Disclaimer. Eru Shido Pierre pertenece a Yōichi Takahashi. Tessa Wright pertenece a Amanecer tras el Acantilado.

Summary. ¿Cómo lo hace el artista del campo para sobrevivir a sus fans? Incluye el POV de Tessa Wright, su guardaespaldas.


Paso una página más del libro de poesía romántica que empecé la semana pasada. Me cuesta centrarme en las rimas. El atronador chillido de las fans no me permite seguir la lectura en tranquilidad.. Respiro hondo y me preparo para lo que sigue. Tres, dos, uno...

PAF.

PAF.

PAF.

Chillidos.

Silencio.

Más silencio.

Sonrío y sigo leyendo. Ahora sí, en tranquilidad las palabras acaban teniendo más sentido y belleza. Un mayordomo entra en la sala en la que estoy y deja un jarrón lleno de rosas frescas. Se retira inmediatamente y agradezco esta soledad con el aroma único de la flor más bella por excelencia. Y no puedo evitar sonreír. Tres, dos, uno...

Adiós tranquilidad.

Hola Tessa Wright.

—Tessa —asiento, a modo de saludo— Gracias —añado, sabiendo que ha sido ella la causante de mi momento de tranquilidad.

—Niñas... niñas histéricas —responde con una sonrisa y se sienta en el sillón a hacerme compañía.

—¿Algún día dejarás de usar esa pistola?

—Noup —responde ella con su típica sonrisa de niña traviesa— ¿No te agradan mis métodos?

Sonrío y no añado nada más. Recuerdo cómo empezó a trabajar para mí y hasta agradezco las coincidencias que hicieron posible nuestro encuentro...

El encuentro con el equipo de Lyon había ido muy bien, dejando como resultado un 5-0 a favor del París St. German. Y la celebración fue digna de ver hasta que una fan algo demasiado apasionada se coló dentro de las zonas VIP y se declaró a mí, a Eru Shido Pierre. Nada digno de mención si no fuera porque la chiquilla decidió sacar una pistola y apuntarme al negarme a salir con ella. Suerte que llegó Tessa y no dudó ni un minuto en ir a por ella, dejándola KO en unos segundos y sin montar escándalo. En aquel momento lo vi claro. Tessa tenía que ser mi guardaespaldas. Rápida y eficaz. Simplemente ideal para mí.

—Tessa, gracias por ocuparte de las fans —agradezco mirándola a los ojos.

—De nada —responde ella con sencillez— Se que soy tu salvavidas en el día a día. El salvavidas al que aferrarse cuando hay una marea de fans.

—Eso debería decirlo yo, ¿no crees? —cuestiono.

—Oh, sí, Jefe.

Y reímos.