De el arte de Boxear y el arte de Cocinar

-Butch x Buttercup -

Universo Alternativo

Capítulo 1

A los Boxeadores les gustan las hamburguesas

Advertencia: lenguaje vulgar

PpG es propiedad de Craig McCracken

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Una figura fornida, envuelta por una gran chaqueta de porte militar, jeans negros y botas de combate se frotaba las manos constantemente mientras doblada una esquina; parte de un camino que si quisiera, lo podría hacer con los ojos vendados. La fría noche no era impedimento para salir a tomarse unos tragos, ni siquiera el manto de neblina que cubría Townsville era relevante. Sólo lo era el hecho de que estaba suspendido hasta nuevo aviso; como habían dicho los muy malparidos del Consejo de Deporte.

Butch Jojo era una de las prometedoras y ascendentes figuras en el mundo del boxeo. Con sólo 23 años, el hijo mediano de uno de los hombres más Importantes de Townville-Mojo Jojo-, se había hecho un lugar el duro ambiente de aquel rudo deporte. Desde muy niño demostró ser un deportista nato, apuntándose a cada club de cada deporte disponible en la escuela; Natación, Fútbol, Fútbol Americano, Rugby y Baloncesto, el los había hecho todos y se había destacado en cada una de aquellas disciplinas. Lastimosamente, para los capitanes de aquellos clubes, la presencia de Butch nunca era muy duradera ya que el joven Jojo no tardaba en aburrirse debido a que nunca aparecía un rival que siquiera lo hiciera sudar. Además, había otro importante: su volátil personalidad. -Tú piensas con los puños- le había dicho en más de una ocasión su hermano mayor Brick.

Insatisfecho con todo, no fue hasta que al cumplir los 18, sus hermanos y él habían acompañado a su Padre a una pelea de pesos pesados; evento principal en la apertura del mas nuevo y lujoso casino que la ciudad de Townsville haya visto. No supo si fue el choque de puño contra músculo, la adrenalina de seguir golpeando aún cuando ya no tienes fuerzas o simplemente el hecho de poder golpear con brutalidad hasta hacer brotar la sangre de tu rival lo que atrajo a un insatisfecho Butch hacia este deporte. Tal vez fue una mezcla de todos aquellos factores, Él no sabría decirlo con exactitud. Lo único que sí sabía es que el Boxeo Profesional era lo suyo.

Le gustaban las peleas, el dolor y la sangre...De que otra manera accedería a todo aquello sin acabar tras las rejas?

Al girar la siguiente esquina, memorias que lo colocaban en su actual predicamento fluían vivaces en su mente. De nuevo de había dejado llevar, sólo que esta vez, el oponente no había sido uno igual de resistente que el de la primera vez, este terminó con dos costillas rotas y él suspendido hasta nuevo aviso. En su defensa Butch podría decir que aquel rival no fue digno de la liga en la que decidió competir, incluso podría agregar que no entrenó adecuadamente y que en realidad aquel sujeto carecía de pasta de boxeador.

Todas estas razones eran verdades...a medias. Muy dentro suyo, Butch sabía que no fueron sólo aquellos factores lo que hacían que hoy aquel hombre estuviera postrado en una camilla de hospital.

No siempre había tratado de domar esa sensación que se apoderaba de él cada vez que sentía la emoción de la pelea, cuando era niño más bien dejaba que se apoderase por completo de él -una vez le rompió la nariz a un niño en el Kinder por tomar sus crayones y cuando tenía 13 dislocó el brazo a un tonto... ya ni recordaba el motivo... sólo recordaba que quería luchar golpear hasta saciarse .

Al adentrarse más en la adolescencia, se percató de su sed de violencia haciendo todo lo posible por controlarse, tanto que su lucha interna se había hecho visible para su padre y sus hermanos. Sus abruptos en la escuela inusualmente acabarían en daño muscular, pero siempre mantenía aquella sed de conflicto, la que con todas sus fuerzas trataba de limitar al plano verbal.

Ahora de adulto, parecía haber perdido el control que tanto le había costado lograr durante su pubertad. Su última pelea había sido prueba de ello.

Se volvió a frotar las manos en busca de calor antes de entrar a aquel Bar, que a muy pesar de las objeciones de su padre y sus hermanos, el Jojo mediano había empezado a frecuentar.

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Cuando, para alivio de los dueños de aquel bar, por fin el moreno había decidido retirarse ya eran pasada las 2 de la mañana, el frío y la niebla continuaban presentes, solo que ahora con más intensidad haciendo que Butch desprenda una que otra palabrota el sentir el frío de la calle colarse a través de su chaqueta.

Había bebido cerveza, incontables botellas de 330 cc se acumularon alrededor de él sobre aquella barra de madera tallada, pero aún así el joven Jojo no estaba borracho. Entonado, pero no borracho. Se orgullecía en tener una alta tolerancia al alcohol, aquellos que caían tras una o dos botellas eran unos nenazas.

Como su cuota de alcohol había sido satisfecha, necesitaba comida, de preferencia rápida y alta en colesterol, para saciar a su estómago lleno de cerveza. Escogería cualquier tipo de carne, mejor aín si esta venía envuelta en dos panes junto a abundante panceta, huevos y alguna que otra verdura. Fue ahí, cuando su desenfocada visión distinguía a un grupo de personas formando fila frente a un camión blanco. Era de comida rápida.

Con una sonrisa en los labios decidió acercarse, el olor proveniente de aquel vehículo había invadido sus fosas nasales y por Dios! si olía condenadamente bien!

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Para cuando -por fin- había llegado su turno, ni se molestó en darle una segunda mirada a la radiante y rubia cajera al tomar su orden con una angelical sonrisa en su rostro, cogió un billete de 100 y se lo entregó sin más, luego de ordenar la hamburguesa más suculenta, grasosa y completa en el menú.

-Aquí tienes tu ticket, eres el numero 7, puedes sentarte en alguna de las mesas y te acercaré la orden en cuanto esté lista... en 15 minutos... espero- vociferó con la voz más azucarada que Butch haya oído en su vida. Asintiendo y sin intermediar palabra, el moreno hizo lo indicado.

Con cero delicadeza dejó caer su peso sobre aquella silla de plástico barata, observó con el ceño fruncido el papel en su mano, esperando que aquella acción hiciera a su pedido estar listo antes de aquellos condenados 15 minutos.

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-Huh?! Estoy esperando hace 20 putos minutos y cuando por fin me traen el pedido, me traen esta mierda!-oyó a un hombre, visiblemente borracho gritar a la rubia detrás de la caja. Se notaba que la ricitos - le había tomado 5 segundos ponerle ese apodo- trataba de apaciguar los ánimos de aquel tipo a toda cosa, ya que un borracho, aparte de ser impredecible, nunca era buena imagen para ningún negocio.

El tipo había empezado a arrojar los recipientes con condimentos, servilletas y platos que se encontraban en la barra del camión y Butch, casi, sintió pena por ricitos... pero bueno, no era su problema. Estaba a punto de dirigir la mirada hacia otro lado, ya que alguien se seguro no tardaría en querer actuar de defensor de la adorable rubia, cuando desde el rabillo del ojo pudo notar a una figura emergiendo desde la parte trasera de aquel restaurante móvil.

Con agilidad y certeza, una silueta cubierta con un largo delantal verde manzana había aparecido, tomando al hombre desprevenido con un *gancho letal.

En aquel momento, la calle entera permaneció en silencio, todos con la mirada fija en la persona que acababa de aparecer.

-Lleva tu sucio, inservible y borracho trasero fuera de aquí, tienes 5 segundos- se escuchó una voz peligrosamente calmada. Se notaba que aquella persona luchaba por controlar el tono en su voz.

Aquel hombre, enfurecido trató torpemente de cargar contra la chica - si chica!- que lo había reducido al suelo, dirigiéndose hacia ella tal cual toro enfurecido. Aquella morena de ojos verdes -Butch había escaneado aquella figura de pies a cabeza- en vez de demostrar alguna señal de miedo sonrió! Estaba esperando que aquel bastardo reaccionara de esa forma! Sonrió altaneramente la muy engreída!

El hombre cayó inconsciente al instante en que recibió un *swing directo al rostro.

La morena de ojos verdes se sacudió el hombro antes de volver al camión, como limpiándose polvo de encima, enfatizando el hecho que aquel vago no la había hecho sudar una sola gota.

Mierda. Eso fue increíble

Butch nunca se sintió tan intrigado por alguna mujer como se había sentido en ese instante.

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Su nombre era Buttercup, era la chef de aquel camión de comida y aparentemente era bastante famosa en todo Townsville. Cuando inquirió el nombre de aquella chica, la mujer a la que había preguntado si sabía quién era, le dedico una mirada cómica y sorprendida - Seguro eres nuevo por aquí guapo- le comentó con una sonrisa burlona. Butch ignoró aquello, solo quería saber el nombre de aquella fiera que obviamente sabía una o dos cosas de boxeo y cocina! Porque por todos los diablos, aquella había sido la hamburguesa más deliciosa que había pasado por su recto digestivo en sus 23 años de vida! Si, así de épico era su sabor.

También se entero que la rubia, la que quedaba tras la caja tomando pedidos y cobrando era su hermana menor. Bubbles, era su nombre, si no lo recordaba mal. Creyó haber oído que tenían otra hermana, y que ella no estaba presente aquella madrugada, pero aquello no era relevante, todo lo que importaba era que había conseguido el nombre de la chica y que necesitaba verla de nuevo.

Por eso es que hoy, dos noches después, aun continuaba buscando aquel endemoniado camión de comidas. Desde hace dos noches aparca su auto frente al bar que frecuentaba con esperanzas de encontrar al vehículo de comidas estacionado, como lo había hecho la primera vez.

Habían pasado dos horas y nada. La suerte no estaba de su lado con mil demonios! Lo mejor sería volver a casa y retomar su búsqueda mañana por la noche...tal vez sólo aparecían los fines de semana y hoy era Lunes.

Estaba a punto de arrancar su Jeep Wrangler de color verde, cuando un *flyer su había quedado atorado en uno de sus parabrisas. Molesto, Butch maldijo en voz baja estirando un brazo en busca de arrancar aquel pedazo de papel. Lo tomó y estuvo a punto de volverlo un bollo y arrojarlo cuando la familiar silueta un camión impresa sobre aquel pedazo de papel llamó su atención

"POWERPUFF FAST FOOD.

La mejor comida rápida en todo Townsville!

Hamburguesas, lomitos, barbaque sticks y bocadillos de carne

Síguenos en nuestras redes sociales para saber donde estaremos próximamente!

fb . tw. inst. /PowerPuffFastFood"

Aquel era el flyer más empalagoso y femenino que Butch haya visto en su vida! Era de color azul, rosa y verde con diseños de estrellitas y el peor fotomontaje de un camión de comidas con unas alas muy mal recortadas. Inconscientemente se le escapó una risita ante tal diseño. Estaba horrible! De seguro obra de la rubia, la morena no se veía del tipo de hacer ese tipo de cosas.

Sin perder el tiempo tomó su celular de bolsillo, solo para toparse con que aquel inútil aparato había quedado sin batería. Sin delicadeza, el joven Jojo arrojó su móvil sobre el asiento del acompañante.

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-Butchie-Boy que haces?- Preguntaba su hermano menor quien por poco no ingresaba dentro del monitor de su laptop. Butch cerró el dispositivo ante la intromisión del rubio - Nada bobo, largo- fue su malhumorada respuesta. Boomer sonrió ante la actitud infantil de su hermano y retrocedió unos pasos dejándolo continuar con lo que fuera que estuviera haciendo.

Por qué los dioses se habían puesto de acuerdo en hacerle el día imposible? La puta señal de internet había caído! Pero puede ser?! El moreno miraba a aquella pantalla con tanto odio que el Jojo más joven creyó en cualquier momento la haría estallar.

-Hmmm- canturreó el rubio, disfrutando de la visible frustración de su hermano. Con un movimiento fluido y perezoso, se dejó caer sobre el sofá. Con algo de malicia pescó su celular del bolsillo trasero de sus jeans. Y con algo más de malicia, subió el volumen al video de Youtube que había seleccionado.

Butch, quien perforaba hoyos con la mirada a su propia laptop, por fin se había percatado de lo que su hermano menor hacía, a lo que inmediatamente un idea lo golpeó como carro en fuga.

-Boomer, eso tiene internet?- inquirió señalando al aparato en manos del rubio. Este, entrecerrando los ojos al saber que su hermano había mordido el anzuelo asintió con la cabeza - Si, por?- su tono de voz destilaba falsa inocencia.

-Necesito chequear mi facebook, te lo devuelvo en un segundo-

Curioso por la repentina necesidad de su hermano de revisar su cuenta en aquella red social, la que en más de una ocación había catalogado como inútil, no puedo evitar elevar una ceja escéptica.

-Me lo prestas o no?- Inquirió el moreno, quien ya estaba impaciente y ahora además enervado ante el silencio de su hermano menor. El rubio hizo una mueca de duda, solo para cabrear más a su ya cabreado hermano. Tras unos segundos de burla, decidió que ya era suficiente tortura arrojando aquel dispositivo hacia el chico de pelo negro. Butch lo tomó con una sola mano ingresando a la aplicación de internet como alma que lleva el diablo.

Boomer podría jurar que nunca había visto a alguien teclear más rápido en su vida o que nunca había vuelto a ver aquella sonrisa gatuna en el rostro de su hermano desde que tenían 11 y habían descubierto la vieja colección de porno de su padre.

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-Acaso Papá no te enseño a no fisgonear en los perfiles ajenos?

-Acaso Papá no te enseñó a cerrar tu sesión cuando la inicias en un teléfono ajeno?

-UHG! Porque mierda estas aquí? Es sábado! No tienes algún concierto o algo así?- Demandaba Butch a su hermano, quien se había colado en su vehículo y ahora estaba sentado en el asiento del copiloto y ojeaba de principio a fin la fanpge de "PowerPuff Fast Food" Que clase de nombre es ese?

Su hermano siempre había sentido debilidad por la comida rápida, eso no era sorpresa, lo que si le llamaba la atención es que Butch se impacientara tanto por un simple camión de comida. No. Había algo más de trasfondo.

Tras unas calles más de berrinche y peleas de hermanos, el moreno divisó aquel camión que tanto ansiaba ver. Fugazmente una sonrisa se dibujó en su rostro. Los hermanos bajaron del la Jeep una vez que la dejaron en el aparcamiento disponible más cercano.

A medida que se acercaban, Boomer pudo distinguir la obsesión se hermano con aquel camión de comida. Por supuesto que no era por sus excepcionales hamburguesas! Qué va! Ya le olía a el que sólo un lindo rostro con unas grandes delanteras podría poner a su hermano así de intenso. Se fijo en la rubia que tendía las sillas y mesas desplegables, aún a cierta distancia se notaba que era muy bonita. Ojos azules, buenas tetas y buenas piernas. Realmente no podía culpar a Butch, esta nena era una belleza.

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Esperaba que su mujeriego hermano no perdiera el tiempo y fingiera caballerosidad con la chica ofreciéndose a ayudarle con las mesas y sillas, para su sorpresa, Butch fue directo hacia la caja. Por lo visto estaba equivocado. A lo mejor las hamburguesas de ese lugar si eran de puta madre.

La risueña rubia, al ver que un cliente ya estaba formando fila, paró lo que hacía y se dirigió a tomar su pedido. Ambos pidieron las hamburguesas más cargadas y suculentas. El aroma a carne frita no se hizo esperar y para deleite de sus estómagos estas no tardaron en estar listas. Debido a que aún no había clientes aparte de ellos dos, los hermanos Jojo tomaron asiento en la barra del camión.

Como no había terminado de colorcar las sillas y mesas, aquella linda rubia les había ofrecido unas butacas en la barra con una sonrisa tan angelical que Boomer no podría nunca haber dicho que no, además a Butch parecía no molestarle en lo más mínimo, dando grandes mordiscos a su hamburguesa y lanzando miradas furtivas hacia la cocina del camión.

Al principio el menor de los Jojo no lo había notado, pero tras la cortina de humo, unos sartenes y varios utensilios y condimentos, divisó la atlética figura de quien estaba seguro era la cocinara.

-Así que es ella-

Boomer sonrió. No había perdido el toque, aún conocía a sus hermanos como a la palma de su mano.

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-Esto es delicioso!- Comentó en voz alta, sin intención de dirigir el comentario a nadie en particular, la linda rubia al parecer se había dado por aludida, le sonrió y le extendió un recipiente con salsas-Te gusta? - pregunto la chica radiante de energía - Mira, agrégale un poco de estas, realzan aún más el sabor de la carne "

Aunque Boomer siempre había sido un chico bastante popular con las mujeres, eso no impedía que tuviera sus lapsos de timidez, en especial ante rubias hermosas y de rostro angelical. Asintió en forma de agradecimiento sin mediar palabra alguna y con la mirada hacia abajo, extendió la mano untando a su alimento con aquellas salsas de color pálido. Por Dios! Así sabe aún mejor!

Continuó devorando, ajeno a la silueta parada frente a él que lo observaba con un ceño levemente fruncido y una mano en el mentón. Ante la intensidad de la mirada, el Jojo más joven levantó la suya ignorando que tenía restos de comida en la cercanía de sus labios. En el momento que sus miradas se cruzaron la chica ensanchó la mirada, como si acabara de recordar algo.

-Tu eres Boomer, verdad? Boomer Jojo de The Ruffs?-

El chico de ojos azules repentinamente empezó a toser, su comida se había atascado en su garganta, provocando a la rubia desbocar una sarta de disculpas apenadas mientras que su hermano giraba los ojos.

En el momento que al fin se recuperó de su pequeño percance, el rubio se limpió los residuos sobre su rostro y contestó tímidamente -Em.. si?-

-Sabía que eras Tú! Oh Por Dios! Adoro The Ruffs!

-De veras?-

-Bromeas? a mis hermanas y a mí nos encanta tu banda! Fuimos a verlos al recital que dieron en The Gangreen Pub! Fue alucinante!" La chica de ojos celestes lo observaba literalmente con estrellas en los ojos

-Em.. gracias?- decía el tímido chico con una mano frotándose la nuca.

-Espera que se lo diga a Buttercup! No lo va a creer!-

Butch quien había permanecido en silencio e intencionalmente ignorando la conversación a su lado, dirigió la mirada hacia la rubia en cuanto la escuchó pronunciar aquel nombre.

-Que se supone que no voy a creer?- intervino una voz algo adusta.

Y ahí estaba, ahora parada frente a él, luciendo el mismo delantal verde manzana con su corto pelo recogido en una pequeña coleta; la chica que no había abandonado sus pensamientos en los últimos días.

-Buttercup, no lo reconoces? Es Boomer! El vocalista de The Ruffs!-

La morena escaneó al joven rubio quien visiblemente estaba incómodo ante su penetrante mirada

-Oh! Por Dios! Si ES! dijo la morena tomándose la frente en señal de sorpresa -Amigo adoro tu banda! no he oído mejor *grunge desde Nirvana y Pearl Jam!-

-No puede ser posible! Me estas comparando con Nirvana?- vociferó el rubio ya recuperado de su timidez gracias a los elogios de la chica ojiverde.

-Te lo juro, son EXCELENTES!

Butch observaba la charla completamente mudo debido al hecho que su hermano estaba teniendo una conversación de la más casual con la chica que lo tenía hipnotizado, cuando él aún no había cruzado palabra con ella.

Boomer se percató de la mirada inquisitiva de su hermano mediano y posó una mano en su hombro antes de introducirlo. -Este es Butch, uno de mis hermanos... tengo otro, quien es el mayor, pero él no está en la ciudad- explicó brevemente

Ojos verde oscuro con verde lima se cruzaron, haciendo que descargas eléctricas surcaran los cuerpos de ambos.

-Ah! que tonta, no me presenté! soy Bubbles y esta es mi hermana, la cheff de Powerpuff Fast Food; la talentosa Buttercup! La morena le dio un juguetón empellón a la rubia algo apanda ante el elogio. - También tengo una hermana mayor, pero como es doctora sólo nos vista los fines de semana!

-Hola Señoritas - saludo el moreno, con la mirada adherida a sólo una de ellas

-Tú también eres músico Butch?- Preguntó emocionada Bubbles, a lo que el moreno negó con la cabeza respondiendo que lo suyo no era la música, más bien los deportes. Boomer introdujo a su hermano como a una ascendente estrella en el boxeo profesional, compartiendo trozos de su carrera deportiva desde sus inicios hasta su suspensión.

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El par de rubios mantenía las riendas de la conversación con preguntas personales y generales, visiblemente ajenos al mundo fuera de la pequeña burbuja que se habían creado. Al ver que claramente que dos son compañía y tres son multitud -en este caso cuatro- la morena se preparaba para retirarse de nuevo a la cocina, ya que mas clientes no tardarían en llegar.

-Te ví la otra noche- vociferó el moreno ganándose su atención -Vi cuando te deshacías de aquel borracho -continuó- le partiste la *jeta al pobre infeliz-

Buttercup sonrió altiva al recordar los hechos de hace dos noches - Si... se lo merecía-

- Wow! Boxeas?- exclamó uno de los ojiazules introduciéndose en la conversación.

Continuaron conversando, los cuatro no habían notado el transcurrir del tiempo hasta que una pequeña fila había empezado a formarse frente a aquel camión de comida. Buttercup y Bubbles se disculparon por tener que cortar la amena charla pero debían de empezar a trabajar.

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Boomer simplemente había quedado maravillado con aquella tierna rubia, Butch en cambio tuvo una revelación; si al verla la primera vez, esta chica morena lo había intrigado; ahora lo tenía completamente hipnotizado.

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Fin Parte 1

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Vocabulario

*Flyer: afiche pequeño, panfleto

*Gancho: es un golpe que se dirige de abajo arriba buscando el mentón del adversario.

*Swing: es un crochet largo en el que se gira el puño para impactar con la zona de los nudillos. El Crochet es un golpe lateral con trayectoria paralela al suelo que se dirige al rostro del rival.

Notas de la Autora: Bueno, aquí de nuevo presentando una historia nueva, la cual no creo que pase de lo capítulos. Me disculpo por cualquier falta de ortografía o gramática que haya encontrado durante su lectura. Espero este primer capítulo haya sido de su agrado, si fue así, por favor háganmelo saber en los comentarios, que son mis mayores incentivos a la hora de escribir :)