Se había convertido en un acoso constante de un día para el otro, tener que soportar la silenciosa, pero incomoda presencia de aquel Decepticon a toda hora; si bien, ya era algo frecuente tener el ojo y el oído de Soundwave por toda la Némesis, por alguna extraña razón esta vez se había vuelto, en cierta manera, algo turbio, más para el arrogante Starscream quien era la principal víctima de la permanente mirada del "'Con sin rostro".
Y el día de hoy, había llegado el límite de la paciencia y el nerviosismo de Scream por este atosigamiento híper constante del día de hoy, por lo que, decidió encarar al silencioso robot en los pasillos de la nave cuando nadie estuviese mirando.
—¡Soundwave! —Gritó molesto el Seeker, mientras el otro tranquilamente se daba la vuelta con un claro aire de desinterés a lo que fuese a reclamarle aquel egocéntrico—¡Por Unicron! ¡¿Qué es lo que te pasa que no dejas de molestarme?!
Como era de esperarse, no recibió respuesta alguna y eso causó que rugiera los motores de la desesperación—¡Te ordeno que me respondas! ¡¿Qué es lo que quieres?! —Si aquello último lo hubiera escuchado Lord Megatron, no era de sorprenderse que se ganase una buena paliza por ello.
Starscream iba a gritar alto, si no fuera porque vió como, en la máscara de Soundwave, aparecían unas frecuencias sonoras de tonos color verde, aquel Decepticon iba a decir algo.
El robot de tacones, se esperaba cualquiera cosa, lo que sea, menos aquellos ruidos extraños que comenzó a emitir; a juzgar por la forma, parecían ser humanos, pero no eran voces…eran más bien… ¡¿gimoteos?!
Al reconocer de que se trataban esos sonidos que realizaba Soundwave, Starscream no pudo evitar tener las mejillas al rojo vivo –A lo que se refiere en el sentido del metal– y alterarse más de la cuenta.
—¡¿A QUE VIENE ESO SOUNDWAVE?! —Apenas terminó la frase, unos tentáculos metálicos salieron de la armadura del Decepticon morado, como amenazando a atraparlo mientras a propósito subía la sonoridad de aquellos vulgares gemidos.
El Seeker, comenzó a retroceder a medida que, con pasos lentos, Soundwave se le acercaba hasta llegar al punto de salir huyendo despavorido, aunque, a partir de ahí el otro ni siquiera se molestó en seguirlo.
Escondió sus tentáculos y reemplazo las frecuencias sonoras por una carita sonriente, orgulloso de haber espantado a aquel pesado.
Desde ese entonces, Starscream le tuvo temor a Soundwave, más que de costumbre.
