Luego de casi 2 meses de ausencia, estoy de vuelta con la ultima parte de mi primer fic. Antes que nada agracesco a los que leyeron las anteriores partes, ahora pondre un mayor esfuerzo en lo que escribire.
Ahora los capitulos seran mas extensos, espero que puedan seguir esta historia como las anteriores.
Espero comentarios y todo eso, sin nada mas, disfruten la lectura.
Las aventuras de una adolescente
Una chica por la mitad
Era de noche en una tierra llena de criaturas mágicas y cosas por el estilo, a este lugar se la denominaba como la tierra de Ooo. El lugar era el mismo de siempre desde hace años, una noche oscura llena de puntos resplandecientes en el cielo que en conjunto, iluminaban toda la tierra ayudados por una gran espera llamada por todos luna.
Bajo esta capa de belleza natural, se encontraba la imagen de una persona, solo se la lograba ver como una sombra, que corría en dirección recta a todo lo que daba. A varios metros en su camino, se encontraba una gran cueva, sombría y húmeda, pero dentro de ella se hallaba vida, una modesta casita en medio de ese lugar. En el que se lograba ver una figura por la ventana de la planta superior, un chico, alto, pálido, con cabello opaco y semidesnudo.
-Amor, la cama ya está lista- Dijo el chico en bóxer que terminaba de acomodar las almohadas, al no recibir alguna respuesta, solo se sentó en el borde del colchón -¿Por qué estará tardando tanto?- Pensó, luego se resaltó al escuchar el suave chillido de la puerta del baño que se habría lentamente dejando ver a una mujer.
-Me esperabas- Dijo la mujer en pose sobre el borde de la puerta, la chica también tenía la piel pálida, el mismo cabello pero largo y parecía más joven.
-S-si- Respondió con la boca bien abierta al ver a la chica, también estaba semidesnuda llevando solo puesto un sostén algo pequeño para el tamaño de su busto y en lo que parecía, una tanga (N. de autor: Si lo están imaginando, son unos pervertidos… como yo)
-Pues aquí me tienes- Dijo alejándose de la puerta con unos pasos tan lentos, como sensuales hasta llegar a estar de frente con el chico -¿Quieres jugar un rato?- Sentándose sobre el regazo del chico, entre ambos comenzaban a elevar su temperatura apenas hicieron contacto sus cuerpos.
-N-no podemos… Ali…- Intento poner excusa el joven hasta que un beso profundo de la chica lo interrumpió, fue rápido, pero lo suficiente para dejar sin habla al chico.
-Finn… ya sé que llegara en cualquier momento, pero…- Dijo con corta distancia entre sus rostros, luego se dejó caer junto con él a la cama sin separarse de su torso desnudo -Juguemos un rato, si- Sentándose sobre el abdomen de Finn dejando sus piernas a los costados.
-M-marcy- Dijo susurrando y aún más caliente que hace unos momentos.
-Vamos Finn, hace tiempo que no lo hacíamos- Deslizando suavemente su dedo índice sobre los pectorales bien formados del joven.
-Está bien- Respondió tomándola de los hombros para revolcarse sobre la cama y terminar siendo él el que esté sobre ella -Pero yo seré el que lidere- Acercando sus labios hacia el cuello de Marceline y comenzar a besar la zona suavemente.
-Finn…- Dijo Marceline soltando unos gemidos, hasta que sintió un contacto sobre uno de sus pechos poniendo una sonrisa por ese contacto -Que atrevido eres- En un todo sensual.
-Soy tu hombre, que esperabas- Respondió levantando un poco el sostén para seguí manoseando los atributos de Marceline, dejo de besar la yugular de Marceline para cambiarlo con los labios de la misma. Mientras sus manos continuaban con su trabajo, las de Marceline se posaron sobre la espalda de Finn para amarrase a él.
-Hora de pasar a otro nivel- Dijo Marceline con una pequeña sonrisa mientras comenzaba a flotar a unos pocos centímetros de la cama.
-Estoy de acuerdo- Respondió dirigiendo una de sus manos para hacer lo mismo que estaba haciendo con el trasero descubierto de Marceline.
-Ooooh, es mi turno- Dijo la vampiresa rotando sobre si para estar como al principio y acercar su mano hasta meterlo dentro de la ropa interior de Finn -Veo que estás listo- Con otra sonrisa picarona elevando la temperatura hasta el límite. Se dieron otro beso y justo antes de empezar a ponerse serios.
-¡Ya llegue!- Se escuchó una voz femenina que grito hasta llegar a la puerta de la escalera y abrirla de golpe -Y tengo mucha ham…- Quedo paralizada al ver la escena que ocurría en esa habitación, todos quedaron quietos y en silencio hasta que uno reacciono.
-¡Aaaaaaaaahhh!- Gritaron Finn y Marceline al mismo tiempo separándose y cayendo a la cama -¡Aaaaaaaaahh!- Siguieron los gritos pero ahora con la voz extra de la chica que había entrado de la nada en la habitación -¡Fuera de aquí!- Grito Marceline tapándose completamente el cuerpo junto con Finn.
-¡Perdón perdónperdón!- Gritaba la chica que se estaba tapando la cara completamente roja con sus dos manos, salió de un salto a la planta baja de la casa, todo fue silencioso e incómodo hasta que alguien decidió hablar.
-Alice- Escucho la que provenía de una voz masculina en la parte alta de la casa.
-Si papá- Le respondió con algunos nervios que aún le quedaron sin tranquilizar.
-L-luego hablaremos de esto- Dijo con un tono serio para parecer tranquilo.
-Preferiría que lo olvidemos- Dijo susurrando, pero aun por lo despacio que lo dijo, los que estaban arriba igualmente lo escucharon.
-Si lo prefieres así- Volvió a acotar Finn sobresaltando un poco a la chica.
-Eh… ¿Cómo es que?- Pregunto Alice, pero luego recordó -Ah, casi lo olvidaba, ustedes son vampiros- Dio unos pasos lejos de las escaleras hasta que escucho otros que provenían de la parte superior, se dio vuelta y vio flotando a Marceline sobre las escaleras con una bata negra de manga corta que le llegaba a las rodillas.
-Te hare algo de comer- Dijo acercándose a ella y acomodándose su larga y negra cabellera hasta llegar a su lado -Tendrás que esperar- Siguió flotando hasta la cosita y prendió la luz.
-Claro… y mamá- Dijo mientras se acomodaba en una silla para esperar.
-Si- Abrió el refrigerador mientras miraba a su hija.
-Perdona por… bueno, ya sabes- Dijo mirando hacia otro lado algo sonrojada.
-Ali- Dejando algunas cosas en la mesa y yendo hasta donde estaba su hija -No te preocupes por eso- Sonando tranquilamente para que Alice la volviera a mirar a los ojos, eso hiso -Solo… no lo vuelvas a hacer- Con los ojos brillosos y sobresaltando sus colmillos.
-C-claro- Dijo algo nervioso por la cara de su madre, ella se quedó sentada quietecilla en su lugar mientras Marceline preparaba algo rápido.
Habrían pasado unos diecisiete años desde el incidente con los del reino del fuego, pero luego de eso nada parecido habría sucedido, ahora Finn y Marceline vivían juntosdesde entonces. Con una hija de quince años que, a pesar de ser hija de dos vampiros, no se la veía como uno, sino como una mezcla entre un humano, y un vampiro, desde que nació, creció normalmente, como una humana. En su aspecto, su piel no era tan pálida, sus orejas no llegaban a ser puntiagudas pero lo más importante, no tenía los ojos de su madre, sino los de su padre, pero cuando él era un humano, unos azules. Su cabello no era tan largo, tenía un mechón que dejaba suelto en su frente que le tapaba algo la vista en su ojo derecho, aunque era de cabello oscuro, se le notaba mechones rubios. Y por último, era algo alta, casi tanto como su madre, su ropa era como la de su padre pero en versión femenina, y en tonos oscuros, el típicoestilo de ropa que usaba su madre.
Alice POV´S
¿Qué es lo que habrá pasado? No es que me queje de como soy pero… tengo un padre vampiro y una madre vampiro, además nunca conocí a mis abuelos, no soy normal, puedo estar en el día sin protección, puedo comer lo que sea y además, no tengo alguna marca en mi cuello.
Fin del POV´S
-Listo- Dijo Marceline sacando a Alice de sus pensamientos de golpe -Eso es todo por hoy- Flotando hasta las escaleras de su habitación -Termina y duérmete- Con aspecto vigilante y atemorizante a la misma vez mientras subía.
-De acuerdo… nos vemos mañana- Respondió con voz tímida mientras se levantaba y se dirigía a la cocina. Al ver el plato en la mesa vio un par de huevos fritos y un pequeño trozo de carne -Que bien, ya me estaba muriendo del hambre- Se sentó tomando los cubiertos con casi cayéndole la baba.
Luego de unos momentos, dejo el plato limpio sin ninguna migaja, camino hasta la parte posterior de la casa y se acomodó en una hamaca que había instalado hace un tiempo. (N. de Autor: Son de la tela que atas a los extremos y te recuestas en ella) Quedo un rato mirando el techo de la cueva hasta que la poca energía que le quedaba, ya no era suficiente para mantener levantados los parpados, no pasó mucho y cayó en un sueño profundo.
-Vaya… no pensé que fueras tan linda- Dijo el hombre que había aparecido por la ventana -Parece que tu padre cumplió- Camino hasta estar alado de la niña que estaba sentada en su cama.
-¿Mi papi?- Dijo la pequeña sacándose de encima las grandes frazadas que la cubrían casi completamente.
-Si… Se lo pedí, y cumplió- Respondió arrodillándose en el suelo para poder verla desde una altura más baja.
-¿Y cómo lo conoces?- Volvió a preguntar la niña sonando algo interesada.
-Pues veras- Se levantó para volver al lugar de donde había aparecido -Soy más cercano a él, de lo que puedes imaginar-
-¿Y él sabe de ti?-
-Jejeje, aahh…. Preguntas de niños, me hubiera gustado hacer esto con Finn- Dijo mientras sacaba una agradable sonrisa, pues, aunque tuviese un aspecto bastante intimidante, siendo grande, musculoso y con cicatrices, logro hacer sentir cómoda a la pequeña -Y recuerda esto… las apariencias engañan-
-¿Apariencias?- Pregunto algo confundida la niñita.
-Veras…. Tu padre…..- Comenzó a desvanecerse todo, dejando a la niña en un lugar completamente oscuro, luego de la nada, había crecido a la altura de una joven, a la de una adolescente.
-Mi…. Padre-
-Ali… Alice es momento de que te levantes- Dijo Marceline, mientras balanceaba un poco la hamaca en la que Alice estaba acostada.
-Q-que… espérame tantito- Dijo Alice mientras se sentaba en la hamaca frotándose los ojos.
-Entra, hora de desayunar- Dijo Marceline entrando a la casa y dejando la puerta abierta.
-Okey- Estiro sus brazos lo más que pudo emitiendo un largo y grave bostezo, luego quedo con cara de pensativa -Otra vez el mismo sueño- Se volvía a sentar en la hamaca que, por estar recién despierta, casi se cae -¿Por qué siempre se termina cuando menciona a papá?-
En un rato, todos estaban en una mesa redonda en la cocina, Finn y Marceline desayunaban juntos un tazón de cerezas y manzanas, mientras Alice tomaba un vaso de leche con un par de panes tostados untados con mermelada. Todos estaban en silencio, casi ni se miraban a los ojos, ya era obvia la razón, si alguien hablaba, iba a mencionar lo que sucedió la noche anterior.
-Creo que tenemos que hablar- Dijo Finn en general levantándose de su asiento, rompiendo la atmosfera de silencio que se había mantenido casi todo el desayuno.
-Finn, no es necesario hablar de eso- Dijo Marceline chocando ligeramente su mano contra la mesa mientras se acercaba a él.
-Solo quiero hacer una pregunta- Dijo el mirando fijamente a Marceline, ella quedo un rato en esa posición y lo acepto, se volvió a acomodar en su asiento dejando la palabra a su marido -Alice, solo quiero preguntarte esto- En tono tranquilo y juntando sus manos.
-Si es por lo que vi, juro que nunca volverá a pasar- Trato de responder con los nervios al tope al recordar eso.
-No, no es eso- Mientras se volvía a sentar en su lugar -Solo quiero saber, ¿Por qué llegaste tarde?- Quedaron todos con cara de aliviados, parece que pensaron que mencionaría lo otro.
-Ah eso, que alivio, pensé que sería lo otro-Dijo Alice sacando un impulso de aire demostrando alivio.
-Responde Ali- Dijo Marceline agregándose a la conversación, no ayudaba mucho, ya que lo dijo de forma tenebrosa.
-Perdí la noción del tiempo- Respondió en simples palabras, pero como debía ser, tendría que justificar que estaba haciendo -Estaba paseando junto con Jake Jr.- Finn y Marcy ya sabían lo que pasaba, no era nuevo que estuviera con ella (N. de Autor: Antes de terminar "Sin amor no hay vida Pt.2" mencione que Jake y Arcoíris volverían a tener hijos, momento perfecto para que sus verdaderos hijos entraran en la historia) -De la nada apareció un gigante, no tuvimos opción que lugar contra el- Haciendo mímica de la pelea que tuvo.
-Y lo vencieron- Agrego Finn para terminar lo más rápido posible con la anécdota de su hija.
-Sí, pero nos dejó a las dos muy agotadas- "Y hambrientas" Le vino a la mente a Finn y Marceline al mismo tiempo.
-Bueno, termina rápido- Dijo Finn levantándose de la mesa -Hay que volver a entrenar- Caminando hasta la puerta de la entrada para salir afuera y esperar a su hija.
-No te esfuerces tanto- Dijo Marcy besando a su hija en la frente, recogió el tazón y dejo lo que sobraba en el refrigerador.
-Lo intentare- Dijo tomando terminando el vaso de leche y tomando uno de los panes que tenía cerca del vaso para darle un gran mordisco.
-Te veré luego- Dijo la vampiresa saliendo flotando hasta subir a su habitación.
Alice termino rápido de comer y rápidamente salió de la casa, fuera de la casa se veían varios blancos y objetos esparcidos por toda la oscura cueva, en un rincón alto del lugar, estaba Finn amarrando un muñeco de paja a una roca algo desprendida pero se mantenía en su lugar. Cuando se escuchó las palmadas de su padre, lo vio bajar lentamente acercándose a ella, al bajar, camino hasta un lado de la casa y saco un viejo y gastado arco de madera.
-Comenzaremos con un calentamiento- Dijo Finn entregándole el arco a su hija.
-Por favor, no podría ser algo más desafiante- Dijo Alice tomando el arco, mientras Finn daba unos pasos alejándose, ella estaba inspeccionando la cuerda, la cual parecía no aguantar más.
-Por eso- Quedo quieto junto a una gran roca algo particular, se agacho, mientras el movía los brazos como si buscara algo, Alice se dio cuenta que no recibió las flechas -Tendrás que quítame tus flechas- Levantándose y mostrando alrededor de seis flechas en sus dos manos -Quítamelas, y acierta los blancos- Dio un gran salto y quedo flotando en medio de la cueva.
-Está bien- Dijo Alice tomando posición, corrió rápidamente a un muro de la cueva, comenzó a tomar altura saltando entre las rocas sueltas hasta llegar a la misma altura que su padre para dar un gran salto. Antes de llegar dio un giro hacia adelante para tratar de confundir a Finn, antes de dar la vuelta completa, tomo su arco y golpeo fuertemente a su padre en la cabeza, logro tomar una flecha, y con un impulso extra hacia adelante gracias a la cabeza que había golpeado, preparo la flecha y dio en el muñeco de paja que no estaba muy lejos. Alcanzo una roca bastante desprendida y se sujetó a ella gracias a su arco.
-Eso dolió, lo sabes cierto- Dijo Finn regresando al suelo mientras se frotaba la cabeza y escondió una pequeña lágrima que se le estaba por escapar del dolor.
-Perdona- Respondió subiéndose a la roca que se había sujetado -No se me ocurría otra cosa- Acomodo su arco y salto para alcanzar el suelo, al llegar, dio una vuela en el para amortiguar un poco la caída.
-Hora de ponerme serio- Dijo Finn en posición ofensiva esperando a que su hija viniera.
-Claro- Dijo Alice tomando carrera a toda velocidad hasta llegar a Finn, el dio un gran salto, pero ella lo imito y alcanzo su pierna, se dio otro impulso con ella y recogió otra flecha -Si- Triunfalmente cayó al suelo, preparo su arco y le dio a un palo que estaba pintado de blanco, miró fijamente a su padre y comenzó a tomar de nuevo carrera. Desde una ventana de la casa, estaba Marceline mirándolos desde la sala.
-Aaaahh… Siempre lo mismo- Suspiro muy cerca de la ventana mientras seguía observando los rápidos movimientos entre esos dos. Se separó de la ventana, tomo un bolso negro, que por cierto combinaba con su ropa actual y salió de la casa, antes de llegar a la mitad de la cueva, logro llamar la atención de Alice y Finn.
-¿A dónde vas amor?- Pregunto Finn descendiendo lentamente con solo cuatro flechas en sus manos, hasta llegar a ella, seguido por su hija.
-A buscar nuevas cuerdas para mi bajo- Respondió reacomodándose su bolso.
-¿Puedes buscar algo más en el camino?- Pregunto algo entusiasmada Alice.
-¿Que, quieres más flan?- Dijo Finn sabiendo exactamente lo que pediría, Alice solo respondió con un gesto afirmativo con la cabeza, y con una sonrisa un poco inquieta.
-Está bien, veré que encuentro- Respondió Marceline mientras rodaba sus ojos. Se acercó tranquilamente a la entrada de la cueva, tomo uno de los paraguas que había colgado por ahí, y se marchó.
-Eso me recuerda- Dijo Finn levantando su dedo índice y llamando la atención de Alice -Hoy tengo una sorpresa para ti- Dándole un pequeño golpecito con su dedo en la frente y resaltando con una voz más aguda la última palabra.
-¿Qué cosa?- Pregunto algo confusa por la expresión de su padre.
-Luego de entrenar, ¿de acuerdo?- Dijo Finn apoyando sus manos en los costados de su cintura.
-De acuerdo- Respondió mientras le quitaba sorpresivamente una de las flechas y volvía a tirar a otro blanco en un muñeco.
-Perfecto- Dijo Finn manteniendo su posición mientras miraba, sin oponerse, luego del tiro, volvió a una posición ofensiva y volvieron a moverse a toda velocidad.
Unas horas después, estaban Finn y su hija tirada en la sala por el cansancio, bueno, en realidad Alice estaba tirada en el sillón y Finn estaba libremente flotando en el aire. Luego de un rato dejaron de respirar ruidosamente y se tranquilizaron, quedaron algo relajados, pero a Alice en ese momento, solo tenía una cosa en mente.
-Pa- Dijo saliendo del sillón y parándose cerca de él.
-Si Ali- Dijo solo mirándola con un ojo, el otro lo mantenía cerrado.
-La sorpresa- Dijo en simples palabras, en eso Finn voltea la cabeza con una expresión de confusión.
-¿Qué sorpres….? Aaahh… cierto- Exclamo bajando al suelo -Espérame tantito- Subió las escaleras y se escucharon varios sonidos, como si hubiera un alboroto arriba. Mientras Alice esperaba, la puerta se abrió lentamente, mostrando a Marceline con una gran casa en sus manos, entro y cerró la puerta con un pie.
-Ya llegue- Anuncio Marceline resonando sus palabras por toda la casa, dejo la caja que había traído y miro a su hija -Alice, mira- Señalándole que venga, cuando ella se acercó Marceline abrió la caja mostrando que en ella, estaba completamente llega de paquetitos de flan.
-Es hermoso- Dijo Alice con unos ojos grandes y brillosos, acerco lentamente su mano a la caja sin poder controlarla, hasta que Marceline le dio un pequeño golpe en la muñeca negándole el tacto con la caja -Perdona, no me pude controlar- Frotando su mano y volviendo al sillón.
-¿Y tu padre?- Pregunto Marceline volviendo a cerrar la caja y dejando su bolso en el suelo -Aquí arriba- Recibió una respuesta del mismo desde arriba, colgó su bolso en un perchero, dejo la caja en una mesada en la cocina y se quedó junto a Alice. Al rato se le vio a Finn bajando por la escalera sosteniendo una gran manta entre manos.
-Alice- Llamo Finn a su hija poniéndose firme -Esto es para ti- Alice se acercó y tomo la manta, al tomarlo noto que cubría algo, mientras Finn retrocedía lentamente para quedarse junto a Marcy, Alice termino de desenvolver la manta. Vio un arco, bastante bien cuidado, grande, una ligera ondulación en el centro junto a lo que parecía un rubí, detalles marcados ligeramente en todo su largo y un color semejante a la naturaleza.
-Es precioso- Dijo Alice muy sorprendida por la belleza del arma.
-Y es toda tuya- Dijo Finn abrazando a Marceline tomándola por un hombro, mientras el miraba, su hija estaba inspeccionando la cuerda natural que tenía y luego los detalles. Lo contemplaba con el tacto, hasta que encontró en una parte frontal una grabación en forma de "D".
-¿Qué es esto?- Pregunto señalando la zona de la marca.
-Es un recuerdo, una forma de no olvida a su dueño original- Respondió acercándose a ella y tomando el arco de nuevo.
-¿Y quién es?- Volvió a preguntar, no le fue suficiente esa pequeña información.
-Digamos que- Dijo quedándose un rato con la última letra hasta que le volvió a dar el arco -Fue una gran amiga- Se dio vuelta y volvió con Marceline - Y en cinco minutos- Quedándose quieto en un lugar mientras levantaba su mano derecha extendiendo sus cinco dedos -Iremos a probarlo- Se dio vuelta mirándola firmemente a los ojos y luego fue a la cocina.
-¿Algo más que me puedas agregar?- Dirigió su pregunta esta vez a Marceline, quien había quedado un poco distraída y se sobresaltó un poco cuando regreso sus pies a la tierra.
-Era su amiga, no mía- Respondió levantando sus dos brazos. Floto hasta la cocina mientras Alice aun quedo mirando su nuevo arco. De las tantas preguntas que tenía, había una como principal "¿Qué hare con mi viejo arco?", dejo el arco en el sillón y se digirió a donde se habían ido los otros.
Precisamente a los cinco minutos, Finn y Alice ya estaba afuera, Alice ya tenía su nuevo arco preparado junto con sus viejas flechas y Finn llevaba en manos un escudo de madera. Era algo raro que tuviera eso, usualmente llevaba su espada, pero esta vez tenía un escudo que llevaba aluminio en el centro, caminaron hasta la entrada de la cueva y allí quedo Finn parado.
-¿Y ahora?- Pregunto Alice mientras quedo mirando el paisaje que dejaba el atardecer de otro día.
-Casi esta oscuro- Dijo poniendo su mano en la frente para que le llegara más sombra a sus ojos mirando al horizonte -Bien, solo sígueme- Se elevó a unos centímetros de la tierra, y comenzó a flotar rápidamente en dirección recta fuera de la cueva.
-¡Espera!- Grito Alice tomando carrera mientras seguía acomodando su funda de flechas en la espalda y con su arco a mano. Solo dio unos pasos y casi se cae con una roca, frunció el ceño, la pateo y siguió a donde la llevaba su padre.
Luego de medio hora de estar corriendo sin bajar un cambio, llegaron hasta lo que parecía un espeso bosque, mientras Finn entraba, Alice veía el lugar con un poco de timidez. Llegaron hasta un lugar donde unos árboles formaban un circulo de un radio no tan grande, y allí se quedaron el en centro.
-Bien, a practicar- Exclamo Finn dando un aplauso desprevenido que se escudó por toda la zona por un pequeño eco se volvía a repetir la acción hasta que ya no se la podía escuchar -De seguro te preguntas ¿Por qué el lugar? Y ¿Qué del escudo?- Dijo dando toda la razón en sus preguntas.
-De hecho si- Dijo afirmando las preguntas que el otro se había hecho a sí mismo.
-Veraz, el aluminio del escudo reflejara la luz cuando se la dé- Explico Finn tomando el escudo entre sus manos y tratando de que la poca luz de la luna dé en el -Así- Logro tomar algo de luz haciendo que el aluminio quede iluminado.
-Ya veo, ¿y el lugar?- Dijo Alice afirmando con la cabeza y apoyando sus manos en su cadera cuando pregunto del lugar.
-Bueno, aquí me entrene de joven- Dijo acomodando el escudo en uno de sus brazos -Y ahora es tu turno- Apuntándola con su dedo índice y dándose vuelta.
-Y técnicamente ¿de qué se trata?- Dijo Alice sacándose la funda de flechas y dejándola en el suelo.
-Simple, corro por el lugar, y con solo tres flechas, tendrás que darle aluminio- Respondió dándose vuelta y mirando directamente a la funda de su hija.
-¿Tres flechas? Pero si yo traje mas que es…- Dijo con una pequeña sonrisa mientras volvía a recoger su funda, tomo las flechas y se dio cuenta de que tenía menos de las que tenía -¿Pero qué? ¿Dónde?- Sacando las flechas del lugar y revisando por el suelo.
-Buscas estas- Dijo Finn con el resto de las flechas en su mano.
-Ja ja, que divertido, ahora devuélvemelas- Dijo sarcásticamente mientras extendía su brazo en señal de que recibiera lo que le sacaron.
-No, hasta que terminemos con eso- Dijo Finn mientras ponía más fuerza al agarre de su mano.
-Bueno- Dijo tomando una de las pocas flechas que tenía y preparándose en posición de ataque.
-Listo- Dijo Finn con una sonrisa en su rostro. Como si nada, se dio un impulso en dirección a su espalda desapareciendo en la oscuridad.
La oscuridad se había vuelto casi absoluta, la poca iluminación que se emitía a través de la luna y sus estrellas era casi escaza, teniendo en cuenta los grandes árboles que cubrían el cielo dejando muchos pero pequeños sectores en los que se permitida pasar la luz. Aunque estuviera esta desventaja, Alice, al ser hija de dos vampiros, podía arreglarse en la oscuridad, prácticamente creció en ella, pero al no ser técnicamente un vampiro de verdad, apenas podía distinguir lo que había a su alrededor. Mientras esperaba en posición de ataque, veía notaba los constantes movimientos de su padre gracias al reflejo emitido por el aluminio, tenía la flecha preparada, solo tenía que esperar el momento ideal para poder soltar la flecha. Logro ver más fuerte que antes el reflejo, con una combinación perfecta de fuerza y habilidad, soltó la flecha, no dio al blanco, pero sabía que lo rozo, gracias a un pequeño chillido que se escuchó, era obvio quien era.
-Estuve cerca ¿no?- Dijo Alice en voz alta mientras preparaba su segunda flecha.
-No- Recibió una respuesta corta.
-Como que no, si te escuche chillar- Dijo un poco furiosa pensando que le estaba mintiendo, espero respuesta mientras mantenía su arco apuntando al suelo.
-Ese no fui yo, pero hay una ardilla atravesada con una flecha- Se volvió a escuchar la voz de Finn fuerte gracias al silencio del bosque -Mejor olvidemos eso-
-De acuerdo- Dijo Alice tensando la cuerda del arco fuertemente con su flecha apuntando al horizonte esperando que los reflejos volvieran a aparecer.
Entre las pequeñas entradas de luz se volvió a ver rápidamente los reflejos que causaba el aluminio, esta vez con más concentración, espero pacientemente el momento ideal para soltar la flecha. Luego de un largo rato esperando en silencio en el mismo lugar, logro ver un momento lento en el movimiento del reflejo y soltó la flecha, el reflejo quedo en su mismo lugar, no se movía, hasta que se notó que Finn soltó el escudo. Alice sabía que dio en el blanco, pero no específicamente en qué lugar, escuchaba pasos lentos y pesados, noto entre las pequeñas entradas de luces cada parte del cuerpo de Finn que se aceraba lentamente. Hasta que llego casi a estar cerca de ella, pasó unos arbustos y dio a notar que la flecha, había dado junto en la frente de Finn.
-¡¿Pero cómo?!- Exclamo muy asustada Alice, le dio a su padre en un punto muy vulnerable, pero Finn siguió caminando hasta estar cerca de ella, y dejó caer todo su peso sobre ella -¡Espera, no!- Comenzó a alterarse viendo como un hilo de sangre salía sobre ambos extremos de la flecha.
-Te asuste ¿verdad?- Dijo Finn desde la espalda de Alice, se separó de ella y se quitó la flecha de la cabeza -No muero fácilmente- Miro con una expresión de risa mientras su hija quedo mirando quietecita como si nada.
-¡¿Por qué lo hiciste?!- Grito Alice enfadada.
-Quería asustarte- Respondió Finn devolviéndole la flecha, camino hasta cerca de un árbol, se elevó y saco una manzana de él, cayendo limpiamente en el suelo.
-¿Qué haces?- Sacudiendo la flecha para sacar algo de la sangre que estaba desbordando de ella.
-Necesito recuperar la sangre que perdí- Dijo hincando uno de sus colmillos en la manzana y comenzando a sacar lentamente el color rojo de ella, hasta que termina -Ahhhh…. Que refrescante- Pasándose el brazo por la boca y ofreciéndole la manzana en tono gris, ella negó con ambas manos extendiéndolas y sacudiéndolas -Como quieras- Lanzo lo más lejos que pudo la manzana. La sangre que tenia en su frente ya se había secado y su herida también.
-¿Y ahora?- Pregunto Alice mientras guardaba sus dos flechas en su funda.
-Creo que deberíamos volver- Respondió Finn, en eso camina hasta detrás de un arbusto y se agacha, cuando se levantótenía en manos todas las flechas que le faltaba a Alice. Se las entrego, ella las guardo en su lugar y partieron de nuevo a su hogar después de otro duro día.
Llegaron a la cueva luego de otra larga caminata, antes de que entraran a la cueva, se sintió una especie de brisa inusual. Finn le indico a su hija que entrara a la casa y el se quedó fuera de la cueva, se apoyó contra un muro cruzando los brazos, quedo ahí pacientemente como si estuviera esperando algo.
-¿Qué quieres ahora?- Pregunto Finn sin sacar su mirada del interior de la cueva, en ese momento es como si esa brisa hubiera aumentado hasta dar forma a alguien a su lado.
-Solo vengo a visitar- Dijo la persona que había dado forma por ese viento.
-¿Solo eso?- Volvió a preguntar Finn con una cara de obvio.
-No, también vengo a recordarte lo de siempre- Respondió el hombre.
-John, todo fue hace tiempo- Dijo Finn separándose del muro y lo miro firmemente -Ya no hay nada, todo está solucionado- Concluyo haciendo mímica con sus manos.
-Eso crees tú- Dijo John volviéndole a insistir como siempre.
-Sí, eso creo- Respondió Finn, se dio la vuelta, entro a la cueva y se sentó en una roca lisa que estaba cerca, seguido por John -Tú lo sabes, hice lo posible para arreglarlo-
-Pero esa forma no fue muy conveniente que digamos-
-¿Tú crees?- Dijo Finn sonando algo furioso mientras se levantaba de golpe de la roca -Desperdicie dos años, no pienso perder más- Dijo cada palabra en la cara del hombre.
-Yo nunca dije que hagas eso- Dijo John separándose un poco de Finn -Debiste pensar en otra opción-
-¿Así? Gracias a tus advertencias- Dijo Finn furioso y burlándose a la vez -Desperdicie dos años de…- Comenzando a ponerse cada vez más furioso -De tu vida inmortal- Concluyo John.
Era algo casual que Finn recibiera las visitas de su padre, pero el que siempre insista con el mismo tema, se le volvió algo irritante. Solo se alejó de el con pasos pesados directo a la entrada de su casa, cuando llego abrió la puerta sin ser cuidados, pero antes, una mano que lo tomo por el hombro lo detuvo.
-Falta poco- Dijo John separando su mano de su hijo -Si no quieres mi ayuda, está bien- Se dio vuelta y dio unos pasos mientras Finn lo seguía observando -Pero debes saber, que tu hija entra en un papel importante- Se desvaneció igual que cuando apareció.
-Mi hija nunca será parte de esto- Dijo Finn en voz baja mientras negaba ligeramente con la cabeza, cerró la puerta, subió las escaleras y allí estaba su amor, sentada en la cama mirando en dirección opuesta a la entrada de la habitación. Se acercó flotando lentamente con una pequeña sonrisa en su rostro, extendió sus brazos pero dejo las manos un poco caída, y cuando estaba a punto de llegar a ella.
-Te escuche entrar- Dijo Marceline dándose vuelta con los brazos cruzados, Finn quedo un rato paralizado en el aire y luego se tumbó a la cama -¿Qué tal la practica?- Recostándose alado de Finn.
-Bien, aún necesita algo de practica- Respondió Finn recostándose de lado para mirar fijamente a Marceline.
-Aja ¿no te vas a desvestir?- Pregunto Marceline viendo que Finn ya se había clavado en la cama pero no se había quitado su ropa sucia.
-¿Me ayudarías?- Pregunto Finn demostrando el cansancio que tenía.
-Claro, solo levántate- Dijo Marceline mientras se levantaba y se quedaba parada al otro lado de la cama, casi como una tortuga, Finn intentaba levantarse hasta que logro conseguir el impulso necesario para quedar firma. Logro salir de la cama y se dirigió a donde estaba su esposa, llego y lo primero que se le saco fue su saco.
-¿Quieres hacer algo mañana?- Pregunto Finn levantando los brazos para que le sacasen la playera con alguna hojas.
-¿Tienes alguna idea?- Pregunto Marceline separándose un poco de el -Siéntate- Finn obedeció a la orden dejándose caer de nuevo en la cama.
-Nose, quizás ir a las colinas- Dijo Finn mientras extendía una de sus piernas para que le quitaran los zapatos.
-¿Día o noche?- Dijo sacándole uno de los zapatos e indicando que levantase la otra perna.
-Día- Dijo mientras ya se le quito toda la ropa necesaria para dormir.
-Extrañas la luz del sol ¿no?- Dijo sentándose alado de su hombre.
-Más o menos-
-Está bien- Dijo Marceline merándolo directamente a los ojos, se dieron un beso profundo y al separarse se recostaron en la casa -¿Te quitaras esos jean?-
-En realidad, estoy muy apegado a ellos- Respondió Finn con una pequeña sonrisa en la cara.
-Está bien, al menos déjame….- Dijo Marceline acercando su mano para desprender el botón y bajar el cierre, sin detener la mano, comenzó a rozar con los abdominales de Finn con la punta de sus dedos. Mientras seguía con lo mismo, se quedaron mirando a los ojos sin desprender la mirada.
Finn se acercó a Marceline para comenzar un largo y apasionado beso, cuando concluyo el beso, Marcy volvió a dirigirse a los abdominales de Finn mientras él la miraba recostado. La vampiresa saco su puntiaguda y larga lengua y comenzó a recorrer lentamente cada musculo hasta llegar a los pectorales. Comenzó a masajear los brazos de Finn y cuando quiso llegar a la boca, estaba dormido. Parece que al estar mirando todo el tiempo el cuerpo de su esposo, no se dio cuenta que ya se había dormido, hiso una pequeña sonrisa, recostó a su lado, y se cubrió con una frazada.
-Buenas noches- Dijo Marceline dándole un beso en la mejilla izquierda de Finn, ya que en la otra de estaba cayendo un hilo de baba. Apago la lámpara y se recostó abrazando a su hombre.
Mientras en la casa se apagaba la última luz, John seguía dentro de la cueva con los brazos cruzados, volvió a acomodarlos a los costados de su cuerpo y desapareció. Avanzando en su forma espiritual, se dirigió dentro de la casa abriendo y cerrando la puerta lentamente, al cerrarla volvió a tomar forma visible y tomo unas llaves que estaban colgadas en un pequeño llavero.
-Que descuidado- Dijo colocando las llaves en la pequeña abertura alargada horizontalmente debajo de la perilla -Así está mejor- Dando la última vuelta a la llave y volviéndola a colocar en su respectivo lugar.
Camino hasta una puerta de madera, de un color natural oscuro, con un cartel colgado negro con detalles rosado oscuro, las letras que tenían decía en su conjunto "No pasar, durmiendo". La abrió lentamente sacándole el típico chirrido de las bisagras, cuando entro completamente cerró la puerta causando el mismo sonido. A lado de este, había una cama, también negra, almohadas y frazadas negras con bordados rosados, el sonido de la puerta provoco que las frazadas se muevan por un gran bulto, que sobre la almohada, mostraba un rostro femenino con el pelo desparramado. John camino hasta una silla frente a la cama, al sentarse quedo silenciosamente en su lugar varios minutos, contemplando a la chica en la cama.
-Es hora de avanzar- Dijo John levantándose y acercándose a un costado de la cama -Alice- Coloco su mano sobre la frente de la chica, esta comenzó a fruncir exageradamente el ceño y a moverse un poco.
Alice estaba tirada en el suelo, abrió los ojos repentinamente y dio un gran respiro, como si se hubiera estado ahogando y necesitara nuevamente aire. Quedo paralizada mirando como formas peculiares en color negro cubrían una luz incandescente que logro dar directo en su rostro. Levanto uno de sus brazos para cubrirse los ojos, en eso quedo como pensativa, comento a mover su otro brazo estirando los dedos de su mano sintiendo algo familiar, se levantó rápidamente y vio que sobre lo que estaba, era césped, largo y de un color verde puro. Terminaba de levantarse completamente mientras admiraba su alrededor, veía árboles, arbustos, rocas, frutas sobre hojas y muchas cosas que la dejaron confusa.
-¿D-dónde estoy?- Pregunto mientras seguía mirando el lugar -¿Q-que hago aquí?- Seguía confusa, hace unos momento había llegado a su casa, estaba cómodamente sobre su cama y de la nada, en medio de un bosque. Se exalto por unos ruidos rápidos, luego escucho como si un objeto estuviera cortando el viento, y antes del silencio, un breve grito femenino no muy lejos del lugar - Eh… m-mejor veo que es-
Camino en dirección del grito que escucho, atravesó algunos arbustos, que le dejaron algunas ramitas y hojas en el cabello, hasta que se tropezó con algo.
-Auch, eso dolió….- Dijo Alice dándose vuelta para ver con que tropezó, lo que vio no era algo bueno, era un cadáver, un muerto lleno de sangre -¿Y esto?- Examino el cadáver, era un hombre, curiosamente de piel verse con orejas puntiagudas -Nunca vi este tipo de personas-
Unos pequeños géminos le quitaron los ojos del muerto, alcanzo a ver un rastro de sangre, lo siguió hasta que -¿Y esto?- Levanto un objeto que estaba escondido sobre el largo pasto, era un arco -Esto es mío- Examino el arco, y encontró que la inicial que vio antes, no estaba en este -Que raro- Volvió a escuchar unos géminos, dejo el arco en su lugar y los volvió a seguir.
El rastro de sangre se hacía cada vez menos visible, hasta que llego a un punto en el que ya no lo veía, siguió caminando en línea recta, hasta quedar detrás de un árbol, delante de ella, en un pequeño espacio sin árboles, estaba una chica apoyada sobre un árbol. Al ver más de cerca, noto que estaba muy lastimada, incluso vio una flecha que atravesaba la rodilla de su pierda derecha, la chica intentaba sacársela, pero parecía que el dolor era muy alto.
-Pobre, quizás si…-Dijo Alice Intentando avanzar, pero la chica se había alarmado, ¿habría detectado su presencia?
-¿Quién anda ahí?- Dijo la malherida chica sacando su daga y mirando en dirección opuesta a la que estaba Alice.
-Tranquila, no quiero hacerte daño- Se escuchó una voz masculina, fue tan familiar la voz, que para Alice, fue como un fuerte golpe. Del fondo oscuro cubierto por hojas de los árboles, salió un hombre, rubio y musculoso.
-¿Por qué se me hace tan…. familiar?- Se preguntó Alice mentalmente viendo como el hombre se acercaba a la chica y se arrodillaba alado de ella.
-¿Qué quieres?- Pregunto la chica sin dejar de apuntarlo con su daga.
-Tranquila, solo vengo a ayudar- Respondió acercando su mano a la flecha, bruscamente la chica movió la rodilla causándole un gemido de dolor -Si no te quedas quiera, será peor- La miro y volvió a acercar la mano.
-Te me haces muy conocido- Dijo la chica enfocando la mirada sobre él.
-No se me hace extraño- Dijo mientras rompía la parte superior de la flecha, la chica se volvió a sobresaltar del dolor con el repentino movimiento del hombre -Cumpliste un papel importante Damina-
-¿Cómo sabes mi nombre?-Pregunto Damina
-Y a cambio, sufriste consecuencias- Dijo mientras la volvía a mirar a los ojos, se le hiso extraño a Damina, la mirada del hombre, se veía tierna, al igual que… Finn -Hay que quitar la flecha, esto te dolerá un rato- Damina afirmo con la cabeza cerrando los ojos con fuerza, este coloco su mano por la parte debajo de la rodilla, tomo la flecha y rápidamente la saco en misma dirección por donde entro.
-Ayyy…- Se limitó a decir Damina en voz baja.
-Ya está- Dijo el hombre mientras ponía la mano en su bolsillo sacando algo -Toma, con esto, mejoraras en poco tiempo- Saco una pequeña bolsa, la sostuvo del pequeño hilo que lo ataba, y lo dejo caer sobre la mano extendida de Damina.
-Gracias- Dijo silenciosamente Damina mirando la bolsita que recibió.
-Está hecho, debo irme- Dijo el hombre.
-Espera, al menos dime tu nombre- Dijo Damina inclinándose un poco.
-Mi nombre es John- Le respondió dando los primeros pasos de regreso por donde vino -Y por cierto, tendrás que estar lista en todo momento-
-¿Qué quieres decir con eso?- Pregunto Damina
-Conozco lo que paso, y lo que pasara- Dijo John dejando un poco confusa a la chica, entendió la expresión en la cara y pensó nuevas palabras -En algún tiempo, tendrás que recibir a una chica especial- Concluyo desapareciendo en la oscuridad.
Mientras Damina quedaba pensativa, decidió pasarlo de largo y volvió a ver la bolsa, desato el nudo y vio que estaba llene de hojas, al fondo de la bolsa había una nota. La tomo y vio que decía "Mastícalo y úntalo sobre la herida" tuvo que hacer lo que decía la nota, tomo unas pocas, las mastico un rato y las escupió sobre su mano, las puso sobre la herida y lentamente, lo frotaba en el lugar. En todo esto, Alice no pudo despegar el ojo en esta extraña escena.
-¿Qué fue todo esto?- Pregunto Alice dejando de mirar, se sentó y quedo pensando en todo lo que paso -Todo es tan extraño y familiar, ¿Qué es?-
-Es el pasado- Se escuchó cerca de Alice, esta se sobresaltó, levanto la mirada y vio que el mismo hombre que estaba del otro lado, estaba ahora con ella.
-¿Cómo el pasado?- Pregunto Alice levantándose del lugar.
-Es hora de que lo sepas- Dijo el hombre poniendo su mano sobre el hombre de Alice.
-Primero quiero saber, ¿Cómo es que te conozco John?- Replico Alice.
-Tus sueños- Respondió John.
-¿Qué?-
-Tus sueños son recuerdos y memorias que yo coloco- Explico John.
-Creo que entiendo, ¿Y esto es un recuerdo?- Volvió a preguntar Alice.
-Esto fue antes de que nacieras, yo no lo llamaría recuerdo- Respondió John.
-Bueno, y este lugar, ¿Qué tiene que ver conmigo?- Siguió preguntando
-¿No lo has notado?- Dijo John con una pequeña sonrisa.
-No- Negó Alice
-Encontraste tu arco ¿cierto?- Dijo John dándole una idea.
-Si pero eso…. Era de la chica- Dijo Alice entendiendo algo de todo.
-Sí, y como viste, la inicial de su nombre esta puesta en el arco- Dijo John.
-Damina- Concluyo Alice recibiendo la afirmación de John -¿Y qué significa?-
-Solo hay una persona que lo sabe- Dijo John comenzando a desvanecerse -El mismo que te lo dio-
-Mi padre- Dijo Alice antes de que John desapareciera por completo. De la nada se volvía a despertar, esta vez dentro de su cuarto, la luz de las ventanas indicaban que ya era de día, se levantado y quedo sentada en la cama con cara pensativa -¿Por qué siempre el?- Se preguntó mentalmente, hasta que unos golpes de la puerta la sacaron de ese estado.
-Hora de desayunar- Se escuchaba la voz masculina de su padre.
-Ya voy- Dijo Alice levantándose de la cama, pero de vuelta quedo en el mismo estado pensativo -Tengo que saberlo, se lo tengo que preguntar- Volvió a decirlo mentalmente.
En unos momentos ya estaban en la cocina, Finn y Marceline desayunaban lo de siempre, un tazón de frutos rojos y Alice, ya iba comiéndose siete potecitos de flan y tenía otros cinco potes llenos cerca. No importa el momento, el tiempo o el lugar, nunca se podía controlar al comer flan, y por esa razón, a su tienda favorita en el dulce reino, siempre termina con pedidos de más cajas de flan.
-¿No te hace mal?- Pregunto Marceline mientras succionaba el color rojo de una frutilla.
-No, me hace mal si no lo cómo- Respondió sonriente Alice terminando otro pote.
-Emm…. Está bien- Dijo dudosa Marceline.
-Yo la entiendo- Dijo Finn entrando en la conversación -Yo y Jake antes éramos adictos al helado-
-Sí, recuerdo esa vez que quedaste gordo de tanto helado- Dijo Marceline con algunas risas al recordarlo.
-¿Qué tan gordo?- Pregunto Alice algo curiosa.
-Haber- Dijo Finn levantándose de la mesa -Más o menos así- Teniendo ambas manos lejos de la panza mostrando algo del tamaño.
-Guau, ¿enserio?- Dijo Alice mirando e imaginando como tenía la panza antes.
-Sí, pero solo fue una vez que me descuide- Acoto Finn volviéndose a sentar.
Termino la conversación y volvieron a comer, pero Alice quedo quieta justo antes de meter la cuchara en el flan, miraba la mesa otra vez pensativa, esto llamo la atención de sus padres. Para verla así, había dos razones, una era que el efecto de la azúcar ya estaba funcionando en efecto contrario, o que algo la estuviera incomodando.
-¿Pasa algo?- Pregunto preocupara Marceline.
-Papa- Dijo Alice fríamente sin despegar la mirada de la mesa.
-Si- Respondió Finn.
-Por casualidad al nombre del anterior dueño de mi arco- Dijo Alice dejando un ambiente tenso a Finn, se detuvo antes de decir el nombre, hasta que alzo la mirada directo a su padre -Era Damina-
Todo fue silencio, Alice miraba firmemente a su padre, pero Finn había quedado paralizado, volver a escuchar ese nombre luego de tanto tiempo, pero escucharlo de su hija. ¿Cómo lo supo? Era la pregunta principal que rondaba por su cabeza, había quedado paralizado, pero la fría mano de Marceline lo hiso reaccionar.
-¿Cómo lo sabes?- Pregunto Finn sintiendo un nudo en la garganta.
-Alguien me lo dijo- Respondió Alice cruzando los brazos.
-¿Quién?- Volvió a preguntar tomando fuerza.
-Primero dime quien era- Exigió Alice.
-¡Dime quie…!- Exclamo Finn levantándose de la mesa, pero Marceline lo detuvo forzándolo a volverse a sentar -Díselo- Se escuchó suavemente de parte de Marceline.
Mientras Finn se volvía a sentar e intentaba controlarse, Alice seguía firme.
-Fue una gran amiga- Conto Finn directamente -La mejor que tuve, y eso es todo- Concluyo, pero Alice no estaba satisfecha con esa respuesta.
-No puede ser todo- Replico Alice.
-Es todo lo que escucharas- Dijo Finn.
-Está bien- Dijo Alice furiosa levantándose de la mesa, salió de la cocina dirigiéndose a su habitación, antes de abrir la puerta volvió a mirar a sus padres, los cuales la miraban algo preocupados -Por cierto, el que me lo dijo se llamaba John- Cerro la puerta.
Ese nombre, ¿Por qué será que Finn no se sorprendió?, una cosa era tener que estándole hablándole a al de su hija, pero tener que contarle este tipo de cosas a su hija era demasiado. Ya habían cumplido su parte con él hace mucho tiempo, no tendría que entrometerse con la vida de Alice, enfadado, salió de la casa dirigiéndose a un sector oscuro de la cueva.
-¿Me buscabas?- Pregunto John, quien lo estaba esperando pacientemente en el lugar.
-Si- Respondió aun enfadado -¿Qué hiciste?- Pregunto seriamente.
-Le mostré lo que tenía que saber- Contesto tranquilamente.
-Era necesario que sea justamente eso-
-Eso y más-
-¿Mas? A que te refieres con más- Dijo algo confuso Finn -¿Qué tanto le mostrase?-
-Todo lo que tú debiste contarle- Respondió firmemente.
Justo cuando Finn salió de la casa, Marceline se dirigió directamente a la habitación de su hija, toco la puerta en señal de que iba a entrar pero nadie respondió. Únicamente entro y vio a Alice tirada en su cama bocabajo, se sentó a su lago y coloco su mano sobre la espalda de su hija.
-¿Estas bien Ali?- Pregunto suavemente Marceline.
-No entiendo, ¿Por qué nunca me dice nada?- Pregunto Alice sin sacar su cara de la cama.
-Es algo difícil para tu padre- Explico Marceline.
-¿Qué tanto?- Vivió a preguntar esta vez librando su cara del colchón, Marceline suspiro y accedió a agregar algo a lo que dijo Finn.
-Hubo un periodo en el que tu padre tuvo muchas dificultades- Explico Marceline.
-No lo había visto así- Dijo Alice sintiéndose algo mal.
-Tu padre y Damina tuvieron grandes momentos juntos- Siguió contando Marceline -Hasta que un accidente los separo-
Lo que escuchaba Alice la hacía pensar, que tan mal podría haber sido las cosas para su padre en otro tiempo, y cuando menciono sobre un accidente, el sueño fue lo primero que le vino a la mente.
-Tú sabes sobre eso-
-No, él nunca me conto de eso- Termino de explicar Marceline, volvió a abrir la puerta -Pero será mejor que te lo cuente el- Cerro la puerta, era obvio que iba a hacer entrar en razón a Finn para que contase esa historia.
-Eso espero- Dijo Alice volviéndose a recostar en la cama mirando al techo, en eso logro escuchar algo fuerte la voz de su padre. Logro entender que venía de afuera, se acercó a su ventana y en la oscuridad lo vio discutir con alguien, solo lo veía a él, mientras seguía mirando, logro notar que un brazo sobresalía en la oscuridad. Cada vez de concentraba más y más en la zona oscura, hasta que de esa zona oscura, salió un hombre, Alice quedo atónita, su padre estaba discutiendo con John -¿Qué es esto?- Se preguntó sin entender por qué el hombre de sus sueños, estaba allí, siguió observando para ver si averiguaba que pasaba.
-Hicimos lo que pediste- Siguió diciendo furioso Finn.
-Pero los problemas están por regresar-
-¿Por qué estás tan seguro?- Pregunto Finn cansado de las mismas palabras que John siempre repetía.
-Por qué yo aún sigo aquí- Respondió.
-Ojala no estuvieras- Acoto Finn.
-Si yo no hubiera estado, no estarías aquí- Dijo John con mucha razón.
-Lo sé, y lo agradezco- Dijo Finn -Pero un trato es un trato, es hora de que cumplas con tu parte- Dándole la espalda.
-De acuerdo, como tú quieras- Dijo John desapareciendo del lugar.
La presión de Finn se volvía a elevar mientras volvía a la casa, allí estaba Marceline, esperándolo en el sofá, ella sabía lo que estaba ocurriendo.
-¿Volvió?- Pregunto Marceline.
-Si, como siempre- Respondió Finn sentándose en el sofá -Y espero que no vuelva-
-Deberías tenerle más paciencia- Dijo Marceline -Recuerda lo que hiso por nosotros- Acercándose a Finn colocando sus manos sobre él.
-Siempre recuerdo lo que hiso- Dijo Finn colocando su mano sobre una de las de Marceline -Pero ya han pasado diecisiete años-
-Deberías contarle todo a Alice- Comento Marceline, en eso Alice abre un poco la puerta la escuchar la conversación.
-¿Qué le cuento?-Pregunto Finn.
-Todo, incluso lo de John-
-¿Por qué justo ahora?- Volvió a preguntar Finn.
-Por qué debe saberlo todo, incluso quien es- Pidió Marceline para que por fin se sepa todo.
-Es una hija de dos vampiros, y es humana- Dijo Finn, Alice, al escuchar la palabra humana, fue algo nuevo, algo que nunca escucho.
-Exacto- Exclamo Marceline -Hay que decirle la razón de todo-
-¿Crees que lo entenderá?- Pregunto Finn algo dudoso sobre las palabras de Marceline.
-Sí, ella es como tú eras- Comento Marceline, con estas palabras Alice las unió con el sueño que se menciona sobre las apariencias.
-Sí, pero eso fue hace tiempo- Dijo Finn bajando la mirada -Además ella está incompleta- Empezó a sonar nostálgico -Esta por la mitad-
-Pero eso está bien, ella es única-Acoto Marceline.
-Si pero… no creo que haya sido buena idea-
-Así que no les gusta como soy- Dijo Alice quien no soporto seguir escuchando a escondidas.
-¡Alice! No lo malentiendas- Dijo Finn sorprendido por la aparición repentina de su hija.
-Lo escuche todo, así que estoy incompleta- Dijo seriamente Alice.
-Ali, el no quiso decir eso- Dijo Marceline levantándose del sofá.
-Nunca pensé que los vampiros fueran celosos- Insulto Alice sin medir lo que decía.
-No lo somos, eres así solo porque no tuvimos elección- Dijo Finn.
-Así que no tuvieron elección- Dijo Alice cambiando a un tono enfadado.
-Sí, pero queremos que seas como nosotros- Dijo Marceline.
-¿Por qué? No les gusta como soy- Dijo aún más enfadada Alice.
-¡No es eso! es…- Exclamo Finn, pero no pudo completar la frase.
-Saben que, mejor me voy- Dijo Alice entrando bruscamente en su habitación, cerró la puerta con cerrojo y comenzó a tomar algunas cosas. Tomo un bolso pequeño de color azul oscuro, su arco y flechas y salió por la ventana, justo antes de que sus padres entraran en la habitación.
-¡Alice!- Gritaron al mismo tiempo Finn y Marceline, alcanzaron a ver como Alice llegaba corriendo fuera de la cueva.
Finn salió flotando por la ventana lo más rápido posible, tuvo que detenerse a tomar un paraguas para cubrirse del sol, entonces comenzó una persecución en la que la velocidad de Finn tendría ventaja. Mientras Alice se limpiaba algunas lágrimas, trataba de poner sus piernas en lo máximo que podía, mientras más cerca estaba su padre de ella, mas enojada se sentía, hasta que freno repentinamente y se dio vuelta.
-¡Aléjate!- Grito Alice lo más fuerte que pudo, Finn había frenado del susto, pero no por el tono de su hija, sino por el muro de llamas que se había armado detrás de ella.
-¿Pero cómo?- Dijo muy confundido Finn, ¿Eso lo había provocado su hija? Luego noto algo diferente en ella, en sus ojos no vio el azul zafiro que siempre tenía. Esta vez era naranja, puede que sea un tono ámbar, como los del reino del fuego.
-¡Dije que te alejes!- Volvió a gritar, esta vez abanicando los brazos causando un camino de fuego dirigido a Finn, este se calló y comenzó a cubrirse del poder del sol sobre él.
-¡Aaaaaahhh!- Grito Finn los las quemaduras que el sol le causaba, lentamente Alice cambiaba su expresión, de un momento a otro vio a su padre tirado, sufriendo a causa del efecto del sol.
-L-lo siento- Dijo Alice arrepentida, ni siquiera sabía lo que paso, vio como su padre se arrastraba hasta su paraguas y se refugiaba en él.
Finn ya a salvo del sol, quedo mirando a su hija, miro especialmente los ojos, como cambiaban lentamente a su color original, el susto del momento hiso que Alice saliera corriendo del lugar dejando allí a su padre.
-¡Alice, no te vayas!- Grito Finn mientras veía como su hija se alejaba velozmente.
Al cabo de unos minutos Alice ya estaba muy lejos, con el sol muy fuerte, no era momento para buscarla, con eso Finn solo se resignó a regresar a su casa, allí recibió a Marceline muy preocupada por verlo sin su hija.
-¿Qué paso?- Pregunto Marceline.
-Escapo, eso paso- Respondió Finn sin mirarla.
-¿Al menos sabes por dónde?- Volvió a preguntar Marceline.
-No lo sé, pero sea donde este, estaba bien- Dijo Finn subiendo las escaleras, llego hasta arriba y se recostó en la cama -Ella más fuerte de lo que parece- Dijo en voz baja.
Fuera muy lejos de la cueva, aún estaba corriendo Alice, corriendo con una horrible imagen mental grabada, ¿Qué habrá pasado? No tenía idea de lo que paso. Llego hasta un bosque, era el mismo que visitaba siempre, solo que esta vez entro por otro sitio, camino por varios minutos hasta que las piernas no le dieron más, se recostó sobre un tronco y cerró los ojos.
Al cabo de varias horas, el bosque ya se encontraba oscuro, Alice seguía durmiendo hasta que unos ruidos la despertaron alarmada, pensó que no era nada, hasta que los volvió a escuchar. Se levantó rápidamente y preparo su arco con una flecha, espero pacientemente hasta que el ruido ceso, bajo el arco y quedo mirando a su alrededor, hasta que desprevenidamente, algo la golero en su mano e hiso que soltara el arco. Agarro su mano adolorida viendo que tenía una cortadura en la palma, miro detrás de ella y vio una daga clavada en el suelo, volvió a escuchar los mismos ruidos e intento tomar de nuevo su arco, pero otra daga detuvo su camino.
Logro escuchar claramente unos pasos, que cada vez de escuchaban más cerca, frente a ella se veía una sombra que se acercaba lentamente, hasta que la luz dio en ella y dejo ver una mujer adulta. De piel verde, de cabello largo atado con una colita, piel verde y orejas puntiagudas, resultaba muy familiar para Alice esta persona, hasta que se acercó lo suficiente para verla bien claro.
-¿Quién eres?- Pregunto la extraña chica que había aparecido, luego miro al suelo el arco -¿Y qué haces con mi viejo arco?- Las últimas palabras retumbaron en la mente de Alice, sabia claramente quien era esa mujer.
-T-tu eres Damina ¿Cierto?- Pregunto Alice mientras seguía tomando fuertemente su mano que sangraba, la sangre llegaba hasta las puntas de sus dedos y caían en pequeñas gotas al césped.
-Si… ¿Cómo lo sabes?- Pregunto algo confundida Damina.
-Porque- Dijo Alice poniéndose firme -Yo soy hija de Finn- Estas palabras cambiaron la mirada seria de Damina, por una de sorpresa.
Luego de un largo día de búsqueda, Marceline, Finn y Jake junto a sus hijos, debía regresas a sus hogares a descansar y continuar mañana. Pero aun con el cansancio, Viola y Jake Jr. Aun querían buscar a su primita, pero todos tenían que dejarlo, Marceline y Finn podían seguir buscando, pero sabían que al menos, su hija podía arreglárselas por una noche. Marceline y Finn llegaron decepcionados a su casa, tanta búsqueda y no encontraron nada, buscaron por todas partes, incluso en sus lugares favoritos, el supermercado del dulce reino, en las colinas heladas, incluso buscaron por la vieja casa del árbol, pero nada.
Tanto andar por ahí, los dejo más agotados que nunca,la última vez que dieron muchas vuelta, fue con los preparativos de la fiesta de quince años de Alice, subieron a la habitación, Finn se lanzó a la cama, y Marceline entro al baño. Finn comenzó a dejarse llevar por el cansancio hasta que sintió una especie de calor a un lado de él.
-Siempre estaré contigo- Escucho un susurro en su oreja, esto lo sobresalto, justamente cuando Marceline ya había salido del baño.
-¿Pasa algo?- Pregunto Marceline flotando hasta la cama.
-No, nada, buenas noches- Dijo Finn volviéndose a acomodar en la cama fingiendo tranquilidad, Marceline se acomodó en la cama y le dio el beso de costumbre.
Fue raro, el susurro que había escuchado fue tan familiar, una voz femenina que quizás no hubiera escuchado hace mucho tiempo, intento ignorarlo para lograr conciliar el sueño, se apagó la luz de la habitación dejando todo oscuro como de costumbre.
Fuera de la casa, estaba casi como siempre John, pero parecía serio esta vez, como si esta vez fuera una ocasión especial.
-Así que ya comenzó- Dijo John casi en voz alta.
-Si… es hora de terminar lo que empezó- Se escuchó una voz misteriosa cerca de él, una sombra tan oscura, que no se comparaba con la noche -Que gane el mejor- Se introdujo dentro de la pared de la cueva desapareciendo.
Bueno bueno, trate de poner el mejor comienzo que pude, ahora que una nueva miembro ha entrado en la familia, algunos viejos personajes volvieron a aparecer, y como queria, Damina entrara en esta historia.
Espero les haya gustado este comienzo, tambien espero que lo sigan, tambien esperare criticas de todo tipo para mejorar en lo mas posible mi escritura, tardare mas en escribir cada capitulo, y nos veremos luego.
