Paciencia.
Lily se asomo por el enorme agujero en la cima de la montaña, ella había escuchado historias fabulosas sobre ese lugar y quiso ver si era cierto.
De repente, hubo un pequeño temblor y la chica tropezó y cayó en el hueco, por suerte tenía su cuchillo de juguete en la mano y lo clavo en la tierra.
Ella se mantuvo colgando a decenas de metros del suelo y entonces intento subir, pero hubo otro temblor y su cuchillo salió de la tierra, cayendo la chica, la cual se preparo para su fin.
El impacto de la caída no fue tan terrible como ella imaginaba, cuando abrió los ojos vio que se encontraba tendida en un montón de flores doradas, cuando se levanto miro hacia arriba y vio el agujero por el que cayó a varios metros de altura, cuando bajo la mirada vio un camino y decidió seguirlo.
Al final se encontró en frente de una construcción en la que había una puerta, la chica dudo un momento, y golpeo la puerta.
Esta se abrió en unos segundos y la chica retrocedió ante lo que vio: Era un extraño ser que parecía una cabra gigante que decidiese caminar en sus patas traseras, el ser la miro con ternura.
- Hola pequeña ¿Cómo te llamas? No tengas miedo, no te hare daño – dijo el ser cabra con una voz dulce.
- L-lily – tartamudeo la niña.
- Es un gusto Lily, mi nombre es Toriel, soy la cuidadora de Las Ruinas, este lugar ¿Te apetece pasar? Te ves con algo de hambre y justo estaba haciendo la comida.
Lily vacilo un minuto, Toriel parecía muy agradable, pero seguía siendo una criatura extraña, pero su estomago le convenció de entrar, además de que no tenía otro lugar al que ir.
- Por supuesto, muchas gracias – agradeció Lily a Toriel.
- No es nada mi niña, ahora pasa – dijo Toriel.
Lily cruzo la puerta.
