Superfecundación

El vaso cayó de sus manos en un momento de distracción. El vidrio estalló en pedazos grandes y miles de astillitas. Por lo bajo maldijo su torpeza. A veces le sorprendía como había logrado en convertirse en kunoichi. Bueno, ahora eso no importaba. Podía darse el lujo de ser torpe, ya no era kunoichi.

Mientras limpiaba el accidente, un pensamiento se coló en su mente. Ellos estaban tan rotos como ese vaso. Envolvió los pedazos de vidrio más grandes en papel periódico y limpió el resto con una toalla húmeda. Este evento había sido uno de los más emocionantes en los últimos meses de su vida. Que desgracia.

Yamanaka Ino había sido reducida a una mujer doméstica por la familia Hyuuga. Desanimada se tiró en el sofá, y sintió como las blancas paredes de la pretenciosa habitación la asfixiaban. Dos años viviendo así al fin habían logrado romper su voluntad, y lo peor de todo es que el hombre por el que había renunciado todo ya ni la determinaba.

Estamos rotos.

Frente a ella sobre una repisa en la pared las fotos de su boda le trajeron recuerdos de tiempos pasados. Una lágrima rebelde escapó su ojo derecho y rodó cuesta abajo por su mejilla. Su relación estaba tan dañada que sus momentos felices le estaban causando pesar. Limpió su mejilla con el dorso de su mano. Tenía que salir de ahí.

Se vistió para ir a entrenar y se cubrió con una túnica más 'tradicional'. Tomó un par de kunais que había guardado en su cómoda y los escondió dentro de su ropa. Camino a la puerta se detuvo frente la repisa y colocó la foto de Neji y ella boca abajo.

Esta área de Konoha era su favorita para ventilar sus frustraciones. Nunca se había topado con nadie más en aquel bosque. Era tranquilo y lo más importante, secreto. Tiró su kunai al blanco que había dibujado en un árbol a varios metros de distancia, falló el centro por milímetros. Para un civil esto era un logro, para un shinobi no significaba otra cosa más que una humillación. Con rabia lanzó otro tras otro, fallando cada vez.

En eso se había convertido. En eso la habían convertido. Todavía recordaba la sentencia del consejo 'Una mujer de descendencia Hyuuga puede elegir el camino para convertirse en una kunoichi. Cualquier mujer que se una al clan por matrimonio, debe renunciar a esta profesión.' En aquel momento no le había importado tanto, amaba a Neji y si tenía que sacrificar su carrera por él lo haría. Pero ahora no podía creer que hubiese aceptado tan estúpida regla.

Debió haber escuchado a su padre cuando le advirtió acerca del conservatismo de aquel clan, pero ciega por amor lo ignoró. Y ahora su padre no estaba aquí. Caído en batalla. Shikamaru tampoco estaba, la había dejado para irse a Suna detrás de su nueva rubia favorita. Chouji estaba felizmente casado y Sakura esperaba su primer hijo. Y su propio esposo, Neji Hyuuga, la había abandonado meses atrás. Extraoficialmente, por supuesto. El clan no permitiría tan deshonrosa situación… Estaba sola.

Neji y ella se habían conocido cinco años atrás en el departamento de Tortura e Investigación. Al principio, Ino no quería saber nada de aquel cretino que la había humillado en los exámenes chunin. Pero Hyuuga era persistente y consiguió convencerla de salir en una cita. El resto es historia.

Ya habían pasado dos años desde su matrimonio, y la relación que ellos sostuvieron alguna vez había cambiado drásticamente. Vivir juntos era algo para lo cual no habían estado preparados, cada día que pasaba descubrían algo irritante acerca del otro, lo que resultaba en peleas frecuentes. Sakura le había dicho que era normal, el primer año siempre es el más difícil, pero un año pasó y la situación solo empeoró. Un gran contribuyente a esto fue cuando por fin entendió lo que significó haber renunciado a ser kunoichi. Ino resentía que la carrera como shinobi de Neji seguía avanzado, recibiendo rangos superiores y siendo asignado a misiones de alto riesgo, mientras que la de ella había sido echada al olvido. Esto ponía un gran estrés en su matrimonio. Pronto las cosas que amaban el uno del otro, se convirtieron en desagradables características y las peleas disminuyeron a medida que la indiferencia aumentaba. Sí a él no le importaba que ella fuera infeliz, entonces a ella tampoco le importaría con él. Eso es lo que Ino se repetía a diario para acallar su, todavía existente, amor por él.

Alrededor de seis meses atrás, Neji había dejado de vivir en la casa. Como los Hyuuga eran muy conservadores todavía regresaba cada tarde después de trabajar para mantener la apariencia y minutos después salía por la puerta de atrás que quedaba a escondidas de la parte principal del complejo Hyuuga. A dónde iba, quién diablos sabe. Ino no podía mentirse a sí misma y decir que no le importaba esta actitud. Neji era después de todo su esposo, y quería estar con él. Muchas veces temía que hubiese tomado una amante, pero no tenía el coraje para confrontarlo. Como dicen: lo que no sabes no puede lastimarte. Con el paso de los meses le dejó de preocupar si tuviese o no una amante. Que importaba sí él no estaba a su lado. No estaba ahí con ella, no se había quedado a tratar de enmendar su matrimonio. Había optado por la ruta fácil y se había puesto en marcha sin la carga que era ella. Dejándola absolutamente sola.

Lanzó el último kunai que le quedaba, y este aterrizó perfectamente en el centro del blanco.

"Ya era hora" una voz burlona detrás suyo la tomó desprevenida. ¿Cómo alguien se había acercado tanto sin ella percibirlo? La respuesta era simple, tus sentidos se desensibilizan cuando no los usas en dos años. A pesar de no haberse percatado de su presencia, era imposible no reconocer esa voz masculina.

"¿Qué haces aquí, Sasuke?" preguntó fastidiada. Llevaba meses viniendo a este bosque sin ser interrumpida, y el dueño de sus fantasías de niña tonta era la persona que menos quería ver ahí.

"Estas invadiendo mi propiedad" replicó recostándose contra un árbol casualmente. La rubia lo miró en confusión. "Esta área es adyacente al complejo Uchiha y fue comprada muchos años atrás por el clan, por lo cual ahora me pertenece"

Ino soltó un quejido. Perfecto. El único lugar en el que había podido encontrar algo de paz había sido arrebatado de sus manos. Ignorando al –increíblemente guapo- hombre, reunió sus pertenencias.

Sasuke la siguió con sus ojos negros. Llevaba meses espiándola, la había visto llorar, gritar, hablar consigo misma, entrenar hasta el cansancio. En su niñez Ino Yamanaka no había significado mucho, una niñita más babeando por él. La primera vez que la vio aquí no pudo ni recordar su nombre. Ahora, era diferente, la muchacha le intrigaba. Además de su increíble belleza – había crecido para convertirse en toda una mujer – había una pasión detrás de sus ojos azules. Pasión que veía destellar ahí entrenando, pero que disminuía al terminar, cuando tenía que regresar a la vida que había sido elegida para ella. Sabía que había desposado a un Hyuuga, él había asistido a la boda a insistencias de Naruto, y como miembro de un (ex) clan tradicionalista sabía lo que eso significaba para ella. Después de meses estudiándola creía conocerla, pero quería más. Quería acercarse a ella. Helo aquí hablándole esta tarde, burlándose de su pobre puntería.

"No dije que tenías que marcharte" dijo sin dejar su posición.

"Ok" respondió con sequedad. No le importaba lo que dijera. Su refugio había sido arruinado. Arregló su ropa después de acomodar los kunais y otras armas debajo de ellas. Escuchó el sonido de pisadas sobre hierba, y agradeció que Sasuke al fin se marchaba para dejarla en paz.

Pero estaba equivocada. Sasuke no se alejó de ella, hizo lo contrario. Sintió sus fuertes brazos rodearla por la cintura, su boca acomodarse junto a su oído.

"Entrena conmigo" su tono de voz seductoramente bajo. No pudo evitar el escalofrío que le provocó. Una Ino de diez años hubiese literalmente matado por ese contacto. Pero la Ino del presente, a pesar de lo débil que sentía las piernas, era una mujer cambiada.

"¿Y por que haría eso?" preguntó zafándose de su abrazo.

Sasuke sonrió de lado. Le gustaba que Ino se estuviese haciendo la difícil. "Porque sí"

"¿Qué clase de respuesta es esa?" argumentó la rubia colocando sus manos en sus caderas.

"Sí quieres seguir viniendo aquí es la única condición que te doy."

"Olvídalo, encontraré otro lugar" dijo claramente molesta. Le dio la espalda para irse y él la agarró por el codo. Su piel cosquilleó ahí donde la tocaba.

"Tu puntería es pésima, tus reflejos lentos, tus sentidos desgastados, no quiero ni imaginarme tu kekkei genkai. Entrena conmigo, y te aseguro que mejoraras. Necesitas alguien que te empuje a dar tu máximo. Yo soy ese alguien."

La rubia lo miró con incredulidad, nadie nunca la había insultado tanto en una sola oración. Pero debía admitir que su oferta era tentadora. Sasuke Uchiha era un poderoso ninja.

"¿Y qué ganas tú con esto?" preguntó aún desconfiada.

"Estoy aburrido" dijo encogiéndose de hombros. Y conocerte mejor.

Ino miró al piso, pensando. ¿Sería prudente decir que sí? Después de todo, en algún punto de su vida había tenido sentimientos por el pelinegro. Eras una niña, habló una voz en su cabeza. Tenía razón, todo lo que había sentido por el Uchiha había sido solo una infatuación infantil. Los dos eran adultos responsables ahora. Entrenar con él no causaría ningún daño.

El portador del sharingan había resultado un estricto compañero de entrenamiento. Y no lo decía porque estuviese fuera de forma, ella sabía de entrenamientos difíciles. Cuando todavía era kunoichi Neji solía entrenarla y cada vez era agotador. El estilo de Sasuke era diferente, pero igual de demandante.

Curiosamente, después de entrenar a Sasuke le gustaba tomar caminatas largas, obligándola a acompañarlo con el pretexto de que relajaría su cuerpo. Al principio caminaban en silencio, cada uno en su mundo. Ella comprobó que Sasuke tenía razón, caminar relajaba su cuerpo y también su mente. Pero Ino Yamanaka no podía soportar el silencio por mucho tiempo, su naturaleza era habladora. Para su sorpresa Sasuke no era callado. Claro, la mayoría de sus conversaciones era su voz la que predominaba, pero el Uchiha contribuía una parte justa. Ino siempre se lo había imaginado como Neji, de pocas palabras. A medida de que conocía más a fondo al solitario hombre, esa antigua percepción se veía más y más de la realidad alejada de la realidad.

Ambos hombres eran fríos y estoicos. Pero donde Neji era confiado – hasta arrogante –, Sasuke era igual de arrogante, pero también tenía sus momentos de inseguridad. A simple vista Sasuke pasaba por hasta más engreído que Neji, pero al estar por horas con él casi a diario, Ino descubrió que era bastante humilde. Otra gran diferencia era lo irrespetuoso que podía ser cuando hablaba de otras personas, no decía nada malo o denigrante, pero sola la manera en la que los mencionaba, como si fuesen de igual rango. Neji era el modelo de respetuosidad, siempre utilizaba sufijos y hablaba con gran estima de sus mayores. Podía seguir comparando a los dos, pero detuvo ese tren de pensamiento. ¿Qué hacía comparando a su compañero con su esposo?

"¿Quieres cenar conmigo?" preguntó de la nada Sasuke cuando estaban cerca de finalizar su caminata.

"Sasuke…yo debería volver a casa" replicó. ¿Por qué se estaba sonrojando? Ellos eran compañeros, solamente. Quizás amigos, pero no más.

"¿A qué?" la pregunta había sido retorica. Ambos sabían que regresaría a una casa vacía. Ino no pudo argumentar, por lo que lo siguió a su hogar.

Entraron al complejo Uchiha por la parte trasera, la que conectaba con el bosque. Ino agradeció la privacidad. A pesar de que ellos no tenían intenciones de hacer algo inapropiado, ella seguía siendo una mujer casada y no podía darse el lujo de ser vista a solas con otro hombre camino a su casa.

El lugar en sí le daba escalofríos. La desolación, la aterradora historia que contaban sus paredes de años atrás cuando Sasuke aún era un niño. Su piel se erizó.

"Pensé en nunca volver aquí, pero es mi hogar. El hogar que fue de mi familia." Había notado la reacción de la rubia, y algo dentro de él lo llevó a compartir ese detalle personal. "Es donde planeo criar a mi familia."

Ino se removió incomoda ante este comentario, Sasuke le había dedicado una intensa mirada al decir esas palabras. ¿Qué se proponía? Quizás aceptar la invitación a cenar no había sido tan buena idea.

La comida estuvo deliciosa. Toda preparada por él. Este hecho no le sorprendió, después de años de vagar solo era obvio que aprendiese a cocinar. No hubo situaciones incómodas, de hecho tuvieron una plática muy amena. Y la rubia estaba disfrutando la compañía. De verdad que la necesitaba.

Ino se había ofrecido a preparar el te y Sasuke la vio entrar a la cocina y rebuscar lo que necesitaba. Era increíble como en cuestión de un par de horas ya se había acomodado al lugar, como sí siempre hubiese vivido ahí. No tenía pavor ni miramientos, era como si estuviese en su propia casa. La escuchó canturrear por lo bajo al preparar el agua para calentar y decidió que era su oportunidad. El momento que había esperado por semanas.

Se dirigió hacia ella, tomó la tetera de sus manos y la colocó sobre la mesa. Ino encontró sus ojos con los de ella. En ese azul leía ¿qué haces? Pero no había tiempo de explicaciones verbales, tenía que actuar.

Agarró su mentón y lo atrajo hacia su cara para unir sus bocas . No hubo nada de delicadez en sus movimientos, al fin estaba besando esos labios carnosos que tanto le atraían, después habría tiempo para finezas ahora la quería rápido. Ino correspondió por una fracción de segundo. Su interior bailó victorioso. Pero casi de inmediato la chica se separó con brusquedad.

"¿Qué estás haciendo?" gritó con la cara roja, de pudor o enojo no podía saber. "¡Estoy casada!" trató de empujarlo para salir de la posición en que se encontraba presionada contra el fregador, pero Sasuke no lo permitió.

"¿Por qué no estás con él?" preguntó con cizaña "Será porque no sabes donde esta. Es un hombre así que está segura de que donde sea que esté, alguien más calienta su cama." Sus palabras fueron merecedoras de una cachetada. No había intentado ser cruel, había una gran posibilidad de que tuviese razón. Solo quería que ella le diese el sí. Era obvio que lo deseaba como él a ella. ¿Por qué más habría aceptado a acompañarlo ahí? No entendía como podía jurar lealtad a un cretino que la había dejado meses atrás.

Ino se había zafado de su agarre y ya había alcanzado la puerta, sus fuertes pisadas resonaban en el suelo de madera. Cerró de un portazo cuando se marchó.

Sasuke recostó sus codos en el mostrador de la cocina. Todavía podía saborearla en su boca junto al sentimiento de derrota.

¡La había besado! ¿Cómo se atrevía? ¡Ella estaba casada! Trató de sentirse tan indignada como había sonado minutos atrás al reclamarle por propasarse con ella. Pero su interior era un millón de mariposas revoloteando, fuegos artificiales estallando y confusión, mucha confusión.

Le gustaba Sasuke, ya no lo podía seguir negando. Pero ella no era de ese tipo de mujer, no era una cualquiera. Tenía un compromiso que cumplir. ¿Al hombre que no está cumpliendo su compromiso contigo? La voz en su cabeza, como siempre, estaba en lo correcto. Neji había jurado 'en las buenas y en las malas' tanto como ella había prometido fidelidad. Además, Sasuke tenía un punto. Él podía estar con otra en ese mismo instante. Se detuvo en seco. ¿Por qué tenía que negar al hombre que le estaba prestando atención por primera vez en meses?

Al diablo su matrimonio. Igual, ya estaba jodido.

La puerta se abrió con fuerza, y antes de tener tiempo para reaccionar la rubia estaba sobre él. Besándolo con intensidad. Complacido la agarró con firmeza, atrayendo su cuerpo al de él. Palpó cada centímetro de su suave piel, sus curvas, sus atributos. En pocos minutos ya habían alcanzado la habitación.

Así comenzó su amorío.

Tres perfectos meses llenos de entrenamientos, caminatas, cenas y sexo pasaron volando. Sasuke resentía que Ino jamás pudiese pasar la noche, 'los Hyuuga podrían empezar a hablar', pero Ino agradecía tener que regresar. Temerosa de que sí se quedaba una vez, no querría dejarlo nunca. Ya era suficiente con no poder sacarlo de su mente, durante toda la mañana. En la floristería no podía dejar de ojear el reloj contando las horas – los minutos – para verlo. Pero ella sabía que eso era todo lo que podían tener. Ella estaba casada, el divorcio no era una opción – el código de reglas de los Hyuuga ni siquiera reconocía el término como existente – y tenía que poner una barrera a esa extraña relación que tenían. Sasuke era su amante, y algún día tendría que terminar, era prudente no complicar las cosas aún más.

Ino jamás se permitía pensar en que es lo que sentía por él, dentro de la peligrosa aventura que llevaban no había espacio para sentimientos. De que servía el amor si no podían estar juntos. No, era más fácil verlo como el hombre que la había rescatado del abismo que era la soledad. Su conforte.

Sasuke la amaba y estarían juntos. Él era el único sobreviviente de su clan, las reglas se podían romper a su favor. Konoha se lo debía. La rubia era la única mujer que había capturado su interés y que lo seguía cautivando día a día. Quería más de ella. Ya había reclamado su cuerpo, ahora quería hacerla completamente suya. Quería convertirla en su mujer, en la madre de sus hijos, en la mujer con la que amanecería cada mañana y a la que nunca descuidaría.

Le frustraba que cada vez que trataba de abordar el tema, Ino lo interrumpía. Le pedía que no hablara de lo que no sabía, que era mejor dejarlo todo como estaba, que podía poner sus vidas en peligro, etcétera, etcétera. Sabía que ella lo quería, que sus ojos suplicaban por la vida que el le prometía, por tener su atención a diario, por ser libre de seguir la carrera que amaba, por no sentirse abandonada nunca más. Pero la lealtad a su compromiso siempre ganaba. Y lo que más le molestaba – dolía – es que ella todavía lo amaba. Amaba al fantasma de el esposo que alguna vez tuvo. Lo sabía porque entre sabanas muchas veces se le escapaba su nombre, y porque estaba dispuesta a sacrificar su felicidad por la esperanza de que quizás algún día el Hyuuga regresaría. Por suerte para él, Hyuuga no lo haría. Ya había pasado casi un año desde que había dejado a Ino. Era claro que no tenía intenciones de volver.

Su corazón dio un brinco y después se detuvo. No. Puede. Ser.

" ¿Neji?" estupefacta miro a su esposo frente a ella. Empapado de pies a cabeza, detrás suyo se desencadenaba una lluvia torrencial. No había tenido tiempo de mirar la hora cuando escuchó los golpes en la puerta, pero imaginaba que era pasada la medianoche.

"Perdóname" suplicó. Se veía y sonaba patético, como jamás lo había sido. La honestidad en su voz, la tristeza en su rostro, y tenerlo al frente después de tantos meses la conquistaron.

Lo dejó entrar, y pronto Neji la tenía contra la pared acariciando su cuerpo, besando su cuello… y ella lo dejó, lo había extrañado. Con desesperación sus cuerpos se encontraron. Transmitirían físicamente lo que sentían ahora, las palabras complementarían más tarde.

Ino despertó a la mañana siguiente con la triste sensación de que había tenido un sueño lindo pero que no podía recordar. Estiró su cuerpo y sus extremidades chocaron contra algo, contra alguien… contra su esposo. Imágenes de la noche interior llenaron su cabeza. No había sido un sueño, Neji estaba de vuelta.

Cerró los ojos, estaba emocionada pero también preocupada. Este era el momento en que se desenmascararían las verdades, en el que tendrían que rendir explicaciones. Y no estaba preparada. Tenía miedo de oír lo que él tenía que decir.

"Tenemos que hablar" y… ahí estaba. Las tres palabras más aterradoras que alguien podía pronunciar.

"Uhm" fue su respuesta. No quería hablar.

"Me acosté con alguien" la confesión se sintió como un puñal al corazón. Hipócrita, sentenció la voz en su cabeza, la tarde anterior había estado con Sasuke. "Fue un error estúpido… estaba en un bar, en otra aldea… no fue nada, no recuerdo su nombre… No eras tú."

Neji nunca tenía dificultad explicándose, incluso cuando hablaba de sentimientos siempre era conciso y directo. Su tartamudeo era indicador de su honestidad.

"Yo también lo hice" quiso aliviar su culpa. Ambos se habían fallado. Lo sintió tensarse, pero luego su rostro se suavizó, aliviado de que no solo él había cometido ese error. Mejor omitir los detalles de su traición por el momento.

"Fui un imbécil, no luché por ti" acarició su rostro con dulzura "Es fácil amar a alguien feliz, pero en vez de apoyarte cuando eras infeliz te abandoné. Era horrible verte así, desanimada y molesta todo el tiempo… tan diferente a como sueles ser. Fui egoísta, debí haberte escuchado. Perdóname. Quiero cambiar las cosas, quiero hacerte feliz de nuevo."

"N…Neji" rompió en llanto. Ahí estaba, admitiendo su falta, queriendo enmendar la situación. Era lo que tanto había anhelado. Besó la mano que acariciaba su cara. "Te perdono, si tú puedes perdonar lo rencorosa que fui contra ti"

"No tienes nada de que disculparte Ino. Jamás debí pedirte hacer tal sacrifico, no sabiendo lo mucho que amas ser kunoichi. Déjame arreglarlo." Rogó.

"Ya lo estas haciendo" le aseguró con un beso mas.

¿Qué hay de Sasuke? Preguntó su corazón esta vez. Lo suyo y lo de Sasuke acabó en el momento que Neji entró por la puerta, sentenció su razón. Por mas que le dolía, tenían que terminar si ella y Neji querían enmendar sus matrimonio.

Ya no podía mas. Habían pasado dos semanas sin saber nada de ella, ¿estaría enferma, acaso los Hyuuga la habrían descubierto y la estaban castigando? No saltaría a conclusiones. Esa mañana pasaría por la floristería para primero cerciorarse de que estaba bien. No podía aparecerse en medio del complejo Hyuuga así por así y no levantar sospechas, no que le importase, pero respetaba que Ino quisiese guardar apariencias.

Sintió alivio al verla limpiando el mostrador. Estaba más sonriente que de costumbre. Rabia fue llenando su ser, sí estaba bien ¿por qué lo había dejado de visitar sin ninguna explicación?

"¿A dónde te has metido?" demandó golpeando el mostrador. "Han pasado dos semanas"

" ¡No puedes estar aquí!" gruñó la rubia por lo bajo, mirando de un lado para otro, asegurándose de que no hubiese ningún par de ojos curiosos sobre ellos.

"Merezco una explicación" insistió cruzando sus brazos. ¿Por qué le estaba haciendo esto?

"Neji regresó" contesto mirándose las uñas. Sasuke pudo oír la culpa en su voz, ella no quería lastimarlo pero lo haría de todas formas. Después de todo ella amaba a Hyuuga, y siempre lo escogería primero que a él.

" ¿Como puedes perdonarlo después de todo por lo que te hizo pasar?"

"Es mi esposo." 'Porque lo amo' es lo que de verdad decían sus palabras. Sasuke sabia que era un intento para no lastimarlo, pero le habría dolido menos si hubiese sido directa.

"Era tu esposo mientras te acostabas conmigo"

"Cállate" le regaño "Eso ya no importa, me perdonó."

" ¿Le dijiste de mi?" no podía creerlo. ¿por qué no había ido el Hyuuga a confrontarlo?

"Le dije que tuve un amante." Murmuró.

Un amante. Eso era todo lo que él fue para ella, una aventura fugaz. El hombre que sí le había prestado atención. Y ahora que el esposo estaba de vuelta, alguien que podía ser desechado.

No le respondió. Reunió la dignidad que le quedaba y le dio la espalda. Por primera vez le habían roto el corazón.

Ino vio el dolor en sus ojos antes de que se marchase. "Sasuke…" murmuró sintiéndose culpable. Pero ya se había ido.

Sasuke salió del local y se encontró de frente a Hyuuga, este traía una bolsa con comida en su mano. Sintió el deseo de partirle la cara: tanto como por abandonar a Ino, como por haber regresado a ella. Pero se contuvo, no quería causar una escena. Con brusquedad chocó contra su hombro al pasarlo.

"¿Qué hacia Uchiha aquí?" preguntó sospechoso poniendo el almuerzo sobre la mesa en el cuarto de atrás de la floristería. En esfuerzo de ser un mejor esposo había querido sorprender a su esposa con comida caliente. Pero la visión del otro hombre le habían dado mala espina.

Ino se encogió de hombros "Es una floristería, quería un consejo para una planta en su jardín" nada en su cara la delataba como mentirosa, ni en su respiración, ni en su lenguaje corporal. Ella era maestra de la manipulación y mentir le venía fácil, ese había sido su trabajo por años. Por lo que la respuesta no le satisfago mucho. Tendría que investigar un poco antes de creerle.

El almuerzo se pasó en silencio. E Ino comió todos los tomates en su plato. Más tarde Neji recordó que Ino odiaba los tomates.

Recorrió el lugar con su byakugan. No había rastros de nadie. Desactivo su kekkei genkai y entró al complejo Uchiha. En menos de cinco minutos lo había circulado. En ningún lugar encontró un jardín, pero si encontró una planta de tomates en un huerto muy parecido al que había en su propia casa.

"¿Él fue con quién te acostaste?" preguntó bruscamente esa noche cuando llegó a casa.

Ino levantó la mirada de la olla en la estufa que estaba supervisando. " ¿Con quién?"

"No te hagas la estúpida conmigo, Ino" gruñó hostilmente.

Ino apagó el fogón y removió la olla del quemador. Todavía dándole la espalda respondió "Sí"

Agarró el objeto más cercano que encontró, una jarrón de cerámica con una solitaria flor en él, y lo arrojó contra la pared "¡Maldita sea, Ino!"

Ino se sobresaltó ante el estallido y se volvió hacia él, obviamente asustada. Neji nunca era violento.

"¿Cómo pudiste?" se acercó a ella y la agarró por la muñeca, todavía furioso. Fue el turno de Ino de molestarse.

" ¡Te olvidas de que tú también me engañaste!" le gritó zafándose del agarre y golpeando su pecho con su dedo índice, acusatoriamente.

" ¡No con el amor de mi niñez!" remarcó la palabra con ironía.

"No importa con quien fuese, Neji. Los dos hicimos mal, yo te perdoné. ¿Por qué no puedes hacer lo mismo?" estaba exasperada.

"Claro que es diferente sí estás enamorada de él. No puedo ni recordar el nombre de esa mujer. Tú aprovechaste la primera oportunidad para revolcarte con Uchiha."

"¡Te estás propasando, Neji!" Ino apretó su puño dispuesta a pegarle, pero Neji lo agarró en el aire.

"¿Lo amas?" preguntó, menos enojado pero completamente serio. Sus ojos penetrando su alma. Ino tuvo que romper la conexión de sus miradas.

"No" respondió después de un segundo.

"Tuviste que pensarlo" soltó su mano y se alejó.

" ¡Neji, espera!" suplicó agarrándolo por la camisa. "Lo nuestro se acabó, se lo dije hoy"

" ¿Esperaste dos semanas después de que regresara?" sus palabras no lo habían hecho sentir mejor.

" ¡No!" gritó frustrada, ¿por qué no podía entender? "No lo volví a ver desde después de esa noche. Pero él vino a la floristería, quería respuestas, yo le dejé claro que habíamos terminado. Neji, por favor, dijiste que quieres arreglar cosas… deja esto ir" sus ojos azules húmedos con lágrimas.

"Lo siento" cedió y la atrapó en un abrazo. Ino comenzó a llorar y él la consoló acariciando su cabello. "Me dejé llevar."

"De verdad quiero mejorar las cosas, Neji" balbuceó contra su pecho.

"Yo también, Ino, yo también."

Sasuke sintió las olas de chakra –un intento asesino – que emanaba el otro a kilómetros. Se había enterado.

Se sentó fuera de su casa a esperarlo, Hyuuga era fuerte…pero Sasuke sabía que podía derrotarlo.

" ¡Uchiha!" vociferó su rival. Sasuke se puso de pie para enfrentarlo. Neji lo agarró por el collar de su camisa. " ¡Nunca. Nunca. Te vuelvas a acercar a mi esposa!"

Sasuke se zafó con facilidad. Y se cruzó de brazos, mirándolo con aires de superioridad. "No. Solo esperaré a que la dejes de nuevo y ella vendrá corriendo a mis brazos"

¡Bastardo! Neji estaba cabreado. Activó su byakugan y se desencadenó la batalla.

Al final, ninguno de los dos resultó vencedor. Llevaban horas peleando, no resolverían nada así.

"Ino es mía" le gruñó antes de partir.

Su relación mejoró. Ino diría que estaban mejor que antes, como cuando todavía eran novios. Habían pasado dos meses desde su regreso e Ino no podía creer lo afortunados que habían sido. Pasaban más tiempo juntos, llevaban una vida sexual saludable, y Neji estaba en el proceso de convencer a Hiashi de dejar a Ino regresar a trabajar.

Ino había retomado sus entrenamientos, esta vez con Neji. Fue en uno de esos entrenamientos que todo por lo habían trabajado por semanas se hizo añicos en un segundo.

Neji acababa de activar su byakugan y adoptó posición de batalla. Ino arremetió contra él y por alguna razón que no comprendió logró golpearlo. Algo que nunca había pasado.

"¿Qué pasa?" preguntó confundida. Neji estaba pálido. Silencio. Comenzó a preocuparse. " ¿Neji?"

"Estás embarazada" respondió después de un prologando silencio, que continuó después de la revelación. La mano de Ino viajó inconscientemente a su vientre.

¿Estaban listos para un hijo? Su matrimonio apenas se comenzaba a estabilizar. Un hijo podría poner en riesgo su progreso, o podría ayudar a traerlos más cerca. Quizás la pregunta más importante era sí querían un hijo.

"Son dos" anunció él.

" ¿Ah?"

"Hay dos flujos de chakra adicionales al tuyo. Son dos" Neji parecía enojado. ¿Le molestaba que fueran gemelos o le molestaba que estuviese embarazada?

"Neji, ¿quieres hablar de esto?" preguntó dudosa.

"No" respondió cortante. Algo no estaba bien.

"¿Qué sucede? No tenemos que conservarlo…" a pesar de que un embarazo no había sido parte de su plan, incluso sugerir un aborto sonaba incorrecto.

"No sí no son míos" Oh. Ahora entendía su actitud. ¿Cómo no había pensado en eso? ¿Tan rápido había olvidado a Sasuke? Se había obligado a no pensar en él, por el bien de su matrimonio. Y con Neji siendo tan espléndido no había sido muy difícil. De vez en cuando, si Neji tenía una misión que se alargaba indefinidamente, el miedo la invadía ¿la habría abandonado de nuevo? Era en esos momentos de debilidad que extrañaba al otro pelinegro. Pero la posibilidad de que fuese el padre de sus hijos no fue lo primero que cruzó su mente. ¿Podía ser cierto?

No sabía que contestar, por lo que no contestó nada. El silencio volvió a reinar. No pasaron cinco minutos antes de que Neji se fuera, sin dirigirle una sola palabra más. Dejándola sola con sus pensamientos. ¿Qué se suponía que debía hacer?

Primero debía visitar el hospital.

" ¡¿Con Sasuke?!" chilló la pelirosa "Cerda, al fin se cumplió tu deseo"

Ino le pegó en el hombro. Déjaselo a Sakura para concentrarse en los detalles equivocados. Al menos debía agradecer que su mejor amiga hubiese superado su enamoramiento con Sasuke años atrás y no estuviese asesinándola en ese momento.

" ¡Frente! Estoy teniendo un crisis aquí. ¡Hazme los exámenes!" bramó.

"Agh, Ino.. llevas meses sin contarme nada, y ahora quieres negarme una buena dosis de chismes." Se quejó en ton de broma. "Ok, ok, no me veas así. Acuéstate en la camilla."

Ino sintió sus manos recorrer su estómago suavemente, el frío flujo de chakra que emanó de sus manos cosquilleó su piel. El examen tomó poco tiempo.

"Tienes nueve semanas de gestación, no puedo especificar el día exacto." Buscó un calendario e indicó la semana exacta. " ¿Ayudó en algo?"

"No" respondió gravemente, no había ayudado. Esa fue la semana en que Neji había regresado. Los gemelos podían ser, literalmente, de cualquiera de los dos.

" ¿Qué planeas hacer?" preguntó con empatía, al notar que su amiga estaba verdaderamente consternada.

"No lo sé…"

"Puede que sea de Neji" trató de animarla ella. Ino la alentó a continuar con la mirada "Un embarazo de gemelos es poco común. Suelen suceder en familias donde hay historia de embarazos múltiples. Se podría decir que es hereditario. El padre de Neji fue un gemelo."

Las palabras de la pelirosa le dieron algo de esperanza. Pero no significaba que fuese cien por ciento seguro. Ino tenía algo de entrenamiento médico, y la genética no siempre era la ciencia más exacta.

Ino salió del hospital con más dudas.

Había decidido continuar con el embarazo. No había podido renunciar a las dos criaturitas formándose dentro de ella, no quería renunciar a ellos. No importaba que fuesen de Neji o de Sasuke, eran suyos. Al menos Neji no se había alejado esta vez.

Tampoco había considerado prudente informar a Sasuke, pero él tenía que haberse enterado. Solo deseaba que no hiciese una escena.

Ino era su esposa. Neji ya la había abandonado una vez, no volvería a cometer el mismo error, mucho menos ahora que estaba embarazada. Sí, había la posibilidad de que los bebes fuesen de Uchiha pero también podían ser suyos. Y sí lo fuesen, no se perdonaría no haber estado ahí para ellos desde el principio. Todavía no podía perdonar a Ino. Se sentía como un gran hipócrita. Pero, ¿Sasuke Uchiha? Y no era fácil para un hombre saber que su esposa podía estar embarazado de otro. Aún así se había asegurado de que Ino tuviese un embarazo cómodo.

No quería pensar en que pasaría sí no fuesen sus hijos.

Eran niños. Dos varoncitos. Ino tocó su prominente barriga emocionada. No le importaba el sexo en absoluto, con tal de que estuviesen sanos, pero saberlo la llenaba de alegría. Podía comenzar a planear nombres, ropitas, su cuarto… y entonces recordó su posición. ¿Cómo podía planear algo, cualquier cosa, si ni siquiera sabía quién era el padre de sus hijos?

Se sintió como la más sucia puta del mundo.

Había llegado la hora. Su agua se había roto y ahora estaba sobre una camilla en el hospital completamente dilatada, lista para comenzar con esa ardua labor. En Konoha era tradicional dar a luz en tu hogar, pero Ino no podía arriesgar a tener bebés Uchiha en el complejo Hyuuga. Neji había dado la excusa a su familia de que su embarazo era riesgoso y necesitaba supervisión médica.

Al llegar al hospital Neji se había quedado fuera de la sala, muy nervioso para poder estar ahí. Por favor que fuesen suyos.

Y lo que Ino no sabía es que Sasuke también estaba presente. Escondido entre las sombras, pero ahí en el hospital. Cuando había escuchado del embarazo de la rubia se llenó de esperanza, el bebe podía ser suyo. Más tarde descubrió que esperaba gemelos y su emoción aumento, dos pequeños Uchihas. Por favor que fuesen suyos.

Sakura estaba sentada frente a ella. Lista para asistir a su amiga a lo que estaba por venir. Ino comenzó a pujar.

El llanto de un bebé resonó en la habitación. Uno fuera, uno más en camino. Ino vio a Sakura sonreír aliviada. Ambas mujeres sabían todo lo que estaba en riesgo de los bebes no ser Hyuuga. Pero ya no había de que preocuparse, cuando la enfermera de turno le mostró a su pequeñín de ojos lavanda envuelto en una mantita celeste se le quitó un peso de encima. Todavía no podía sostenerlo, por encontrarse en labor de parto. Pero pronto podría sostener a ambos.

"Puja Ino, un poco más, ya estás cerca" la animó Sakura. Y había tenido razón, en pocos minutos otro llanto irrumpió la sala del hospital.

Sakura sostuvo al bebé, y cortó el cordón. Pero esta vez su rostro reflejaba pura preocupación. Ordenó a la enfermera salir. Esta puso al primer bebe en brazos de Ino y salió. Sakura no la dejó ver al niño que acababa de nacer, no quería que nadie más que Ino y ella supieran por el momento.

Ino se preocupo inmediatamente ¿Algo malo le había sucedido a su hijo?

"¡Sakura! ¿qué pasó? ¡¿qué tiene mi hijo?!" estaba completamente desesperada.

La médico limpió al bebecito, y lo envolvió con la mantita. Sin decir una palabra lo colocó en el brazo desocupado de Ino. Ahora la rubia sostenía a sus dos perfectamente sanos hijos.

Uno de ojos lavanda y el otro de ojos negros.

Ino se desmayó.


Ok. Soy una super nerd, estudio biología en la universidad, y pues me encontré con este caso. Superfecundación heteropaterna, en castellano: fecundaciones (fusión de óvulo y espermatozoide) que pasan a la vez, de distintos padres. Para esto la mujer tiene que haber tenido relaciones con dos hombres en el mismo ciclo, como lo hizo Ino. Las posibilidades son microscópicas, pero es un fenómeno real y como esto es fanfiction bueno todo es probable! Espero que no haya sido demasiado raro. Siento que puede dar la impresión de que esta muy forzado. Tampoco se si hay otros fics en el sitio con esta temática, no quiero parecer poco original. Me gusta mucho este fic, pero me preocupa! No sé!

Lo siento por no actualizar mis fics existentes, me ha llegado toda esta inspiración para nuevas historias pero me veo estancada al tratar de escribir cualquiera de los otros tres fics que tengo en proceso!

Espero que esto compensé. Serán dos capítulos largos. El siguiente y ultimo capítulo se concentrará más en las implicaciones políticas y sociales de lo que se significa esta revelación, y el desenlace final. Y por supuesto… ¡Quién se quedará con Ino! Ni yo lo se jajaja pero tomare en cuenta sus sugerencias. Se me hace difícil, porque amo a Neji pero Sasuke fue el mas lindo aquí. No sé aun, tengo varios escenarios en mi cabeza. Ya veremos!

Creen que Sasuke me quedó muy OC? Y si es así que puedo hacer para corregirlo?

Bueno ok. Últimamente me estoy pasando con estas notas. Lo siento!

GRACIAS por leer.

Besitos y abrazos,

Alessandra