Bueno este es mi historia de vampire knight, como todos ya saben los personajes no me pertenecen, espero disfruten la historia, la voy a ir subiendo cada domingo o si puedo la subo antes, bueno los dejo…

Mi vampiro

el matrimonio arreglado

Siento que alguien me vigila, es algo mas allá de un ser humano, mas que una persona, volteo y lo encuentro, aquel ser parado mirándome fijamente, siento que no es sueño, que lo estoy viviendo en carne viva.

Aquel hombre empezó a caminar hacia mí, traía puesto una gabardina negra y un sombrero negro. La luna era la única luz de ese momento, era testigo de mi encuentro con ese hombre. Llegó hasta mí, acarició mi mejilla con sus dedos, llegando hasta mi barbilla, su mano estaba tan fría, como si estuviera muerto, empezó a empujarla poco a poco hacia atrás, se acercó un poco mas hacia mi cuello y lo mordió, sentí como mi sangre salía de mi cuerpo, con tanta desesperación, con tanto deseo.

No podía hacer nada, sus manos me sujetaban, una en la nuca y la otra en la espalda atrayéndome hacia el.

Poco después noté que había parado, separó su cabeza de mi cuello lentamente, después se acercó a mis labios y los besó.

-W.W-

Yuki despierta – decía mi tía - ¿Qué te pasó querida? Me tenías preocupada –

¿Qué pasó? – pregunté

No lo sé, estábamos en la ciudad y te desmayaste –

¿Quién me trajo? –

Kaname Kuran –

¿El hijo de Haruka Kuran? –

Si –

¡¿El de las propiedades Kuran? –

¿Cuántas veces tengo que decirte que sí para que lo entiendas? –

Lo lamento, es que ellos no son tan amables que digamos –

Si, lo sé – parándose de la cama – arréglate, vamos a ir a ver a Kaname Kuran –

¿Para que? –

Tú solo obedece –

Esta bien, en un momento bajo –

Soy Yuki Cross, tengo 17 años y vivo con mis tíos en Londres, mi tío trabaja en un banco, casi no está en casa, mi tía es la que nos cuida a mí y a mis primos Zero e Ichiru, mis padres murieron cuando yo era pequeña así que mis tíos decidieron cuidarme.

-W.W-

Ya llegamos, esta es su casa – dijo mi tía

Es gigante – respondí – imagínate el tamaño del jardín –

Yuki, quiero que te comportes, recuerda que esta es gente importante –

Si, no hay problema –

Nos bajamos del carruaje, una de las sirvientas nos recibió, le dijimos a que veníamos y fue a avisarle a Kaname que ya habíamos llegado.

Pasamos a la sala y nos sentamos a esperarlo. Poco después lo vi bajando por las escaleras, me puse un poco nerviosa, ya que era el hombre mas apuesto de la ciudad, tenía 22 años, su familia también era grande, se componía por sus padres Haruka y Juri Kuran, después venían sus hijos que era Kaname Kuran de 22 años de edad, Ichijo Kuran de 21, Ruka Kuran de 19 y Rima Kuran de 17.

Buenas tardes – saludó sentándose en el sillón. - ¿a que se debe su agradable visita? –

Bueno, mi sobrina y yo estamos muy agradecidas por habernos ayudado esta mañana – respondió mi tía

No hay de que, fue un placer – contestó orgulloso

Le trajimos un pequeño pastel, para acompañarlo con té -

Muchas gracias – tomando el pastel – maría lleva esto a la cocina, y lleva té al jardín junto con el pastel – entregándoselo

Si señor-

Bueno, será mejor que pasemos al jardín – dijo Kaname

Fuimos al jardín, era un día precioso, llevaron el té y estuvimos casi toda la tarde hablando, después llegó el padre de Kaname y se sentó a hablar con nosotros.

Señora, Kaname es el mayor de todos mis hijos, todavía no tiene una esposa, así que quisiera ver si hubiera la posibilidad de que se casaran – dijo Haruka

¿Matrimonio? – lo dudó por un momento – si, me parece perfecta la idea -

¿¡Que! – Sorprendida - ¿Por qué me he de casar con él?

-señorita, en estos tiempos, buscar un buen marido no es fácil – respondió Haruka

Yo estoy de acuerdo – interrumpió Kaname – además tendríamos hijos hermosos –

¿Hijos? – Extrañada – apenas tengo 17 años –

¿Me permite hablar con ella un momento a solas por favor? – dijo mi tía

Yuki escucha, Kain en unos años ya no va a poder trabajar mas en el banco, necesitamos el dinero para poder mantener a los niños, de lo contrario nos vamos a quedar en la ruina – susurrando

Pero todavía falta tiempo, yo no me voy a casar con el –

Bueno al menos compórtate –

Listo, discúlpennos, ¿en que estábamos? – preguntó mi tía sentándose en el sillón

Y bien ¿Qué ocurre se hará o no la boda? – preguntó Haruka

Si, se hará – respondió mi tía

Mañana pasaré por su casa para ponernos de acuerdo – respondió Haruka parándose de la silla.

Esta bien, nosotras ya nos retiramos es un poco tarde – dijo mi tía

Kaname, acompáñalas a la puerta por favor –

-W.W-

Muchas gracias Sr, Kaname, se que este matrimonio les va hacer muy bien –

Si, eso espero

Yuki despídete – dijo mi tía

Hasta luego Sr. Kaname fue un placer verlo – irónicamente

Solo dime Kaname –besando mi mano – y también fue un gusto conocerte –

Nos subimos al carruaje y fuimos hacia la casa.

Ya que llegamos nos sentamos a cenar.

Kain, Kaname Kuran se va a casar con nuestra sobrina –

Que alegría – dije en voz baja

Hasta que al fin pasa algo bueno en esta familia – dijo mi tío -¿Qué opinas al respecto Yuki? –

¿Qué debería opinar? Después de todo mi opinión no cuenta -

Claro que tu opinión cuenta, si no, no te hubiera preguntado –

Podía haber sido un hombre de 60 años y aun así me hubieran casado con él –

¿Que no ves que es un buen partido? –

Si es un buen partido entonces cásate con el –

¨ pum ¨ se escuchó un golpe en la mesa

¡Escucha niña malcriada, no quiero que vuelvas a hacer un comentario así, si yo quiero te caso con un perro! ¿¡Entendiste? – gritó mi tío, yo solo asentí como respuesta

¡te hice una pregunta! –

Si – cabizbaja y la voz quebrada

Cariño cálmate, siéntate a comer – dijo mi tía tratando de calmarlo un poco

Ya se me quitó el hambre – y se fue

Mi tía solo volteó a verme, no dijo nada solo me miró y empezó a comer, al igual que mis primos, solo empezaron a comer como si nada hubiera pasado.

Terminé mi comida y subí a mi habitación, me acosté en la cama llorando, hasta que me quedé dormida.

Al siguiente día, me despertó el ruido de la puerta.

¿Quién es? – pregunté

Soy maría, vengo a traerle su desayuno - dijo desde el otro lado de la puerta

Pasa –

No puedo, esta cerrado -

En eso me había acordado que yo nunca me había puesto mi ropa de dormir, ni tampoco le había puesto el seguro a la puerta .

Fui a abrirle y me senté en la cama confundida

María ¿ayer viniste a cambiarme de ropa? –

No señorita –

¿no vino alguien más? –

No que yo sepa, pero nadie entró a su habitación -