0. Prólogo.

Nunca antes había odiado tanto la primavera.

Ayudar con la mudanza de su mejor amigo era la última cosa que le gustaría hacer. Llevaba pequeñas cajas con libros diversos y cargaba una mochila con algunas cosas suyas a petición de Kuroo.

— ¿Dónde tengo que ponerlas? — Alzó un poco las cajas — son pesadas.

—En la mesa de allá, ¿es todo? — pregunta mirando a su alrededor, Kenma asiente caminando hacia la mesa. — Perdón si te traje hasta acá en sábado.

El teñido no dice nada, no está molesto ni nada, solo no quiere hablar. Kuroo parece entenderlo, pero no quiere que el ambiente sea duro para ambos. No insiste más y se acerca al reproductor de música que reposa sobre el suelo, lo enchufa a la corriente y conecta su celular eligiendo una canción al azar.

El sonido de la melodía hace eco en todo el lugar; Kuroo baja un poco el volumen para que no llegue a ser molesto; regresa al centro de la habitación donde Kenma sigue moviendo las cajas de su camino para poder sentarse en algún lugar y seguir con su partida de Pokémon.

—Mis padres acaban de irse —comunica sentándose a su lado — ¿Puedes decirme que pasa?

—No es nada, solo estoy cansado. — Recarga su cabeza en el hombro del mayor —, bueno; es reconfortante que me trajeras, después de todo, es un paso importante en tu vida.

Era extraño verlo hablar tanto, pero Kuroo estaba feliz de que su armador pensara de esa manera. Deposita un pequeño beso en su cabeza para después recargar su barbilla en ella y pasar su brazo por su pequeña cintura.

Yes he's still coming (just a Little bit late). — canta despacio — He got stuck on the laundromat washing his cape.

—Basta, Kuroo — Quiere quitarse, pero el contrario se lo impide —, me vas a hacer llorar.

She's waiting for Superman to pick her up… in his arms.

—Te odio. — El mayor, sin embargo, sigue cantando. — No vas a parar, ¿cierto?

— Vamos Kenma, es nuestra canción— bromea.

El armador se da por vencido, se recuesta totalmente en el suelo mirando fijamente al pelinegro cantar; lo hace bien, le gusta escucharlo, pero lo hace sentir vulnerable. Después de un año esa canción sigue poniéndole nervioso, se ríe mentalmente de sí mismo por ser tan débil o por estar muy enamorado (aunque no lo acepte en voz alta). Kuroo tiene una lista de canciones que a lo largo del tiempo ha dicho: "Esta es nuestra canción" y Kenma no sabría decidir cuál era la que más le gustaba, el capitán de Nekoma tiene un buen gusto para la música en su punto de vista.

Involuntariamente, su mente regresa a los días en los que ambos pasaban la mayor parte del tiempo juntos, las cosas que pasaron juntos desde la infancia y las cosas que vivieron hasta la fecha. Su relación era algo de lo cual ninguno recuerda cómo y cuándo empieza, solo es un evento que estaba predestinado a suceder y no pudieron negarse a ello, pero no estaba inconforme, le había costado adaptarse a esa nueva experiencia y con el pasar de los días se había dado cuenta de lo mucho que necesitaba al mayor a su lado.

— A veces quisiera saber que pasa por tu cabecita — Kuroo lo saca de sus pensamientos de repente.

—En lo feo que cantas— ataca en tono de burla.

— Claro, debía ser eso.

Nota: esto es demasiado corto, lo sé.

La historia no se va a desarrollar desde este punto, no señores, esto narra un evento futuro que les va a servir más adelante ;)

Esta es mi primera historia y me haría muy feliz que me dieran una oportunidad, espero y la disfruten tanto como yo disfruté escribirla.

Disculpen cualquier error de ortografía u otro detallito que se me haya pasado. 3