Disclaimer: los personajes de Harry Potter son propiedad de JK Rowling, yo los utilizo con afán de diversión y sin ánimo de lucro.


Obsceno

Sirius es obsceno. Lily ha buscado infinidad de palabras para definirlo pero esa es la que mejor lo describe. Sirius es indudablemente obsceno. Obsceno con mayúscula.

Y eso a ella le gusta tanto…

A veces siente que su mirada la persigue por cada rincón de Hogwarts pero eso, contrariamente a lo que se podría pensar, no le molesta. A Lily le parece que juega con ella. En el comedor le lanza besitos al aire cuando James se distrae, en los pasillos se roza contra ella "por accidente" y se disculpa con un lo siento, Evans que suena más falso que las disculpas que le ofrece a McGonagall –y las disculpas que le ofrece a McGonagall resultarían ofensivas si fuesen sólo un poquito más falsas- y en la sala común liga con las jovencitas de quinto –porque además de obsceno es un maldito pervertido- delante de ella, que es prefecta y podría amonestarlo, como si pensase que le fastidia… ¿Le fastidia? Claro que sí, pero Lily se tragaría un bowtruckle bien afilado antes que verse obligada admitirlo.

Y es tan obsceno

Uno de los deportes favoritos de Sirius es hacerla rabiar, de eso no le cabe la menor duda, pero bien podría ser igual de cretino de otra manera, ¿por qué tiene que ser un gilipollas obsceno? ¿por qué no ser simplemente un gilipollas a secas? Porque cuanto más obsceno es más deseos siente ella de corresponderle de igual modo. Ve la punta húmeda de su lengua cada vez que le lanza besitos, lo que roza contra ella en los corredores es la entrepierna, se acerca demasiado a su boca para pedir disculpas, y no liga con las quinceañeras Gryffindor de cualquier manera sino que las acorrala lentamente contra la pared y les acaricia el muslo. Y eso a ella le provoca casi fiebre y le recuerda a aquella vieja canción, "…when you put your arms around me I get a fever that's so hard to bear".

¡Maldito imbécil degenerado!

Pero cómo le gustaría a ella que le hiciese lo mismo…

Porque ella es feliz con James, que es un caballero en todos los aspectos, pero, y aunque nunca dirá que así es, ella quiere –necesita- a veces sentirse más deseada, y eso no ocurrirá jamás con James. ¿Quién iba a decir que la buenecita Lily Evans no era una mojigata?

Por eso, a la mañana siguiente, cuando Sirius le lanzó un beso al aire aprovechando que James miraba hacia otro lado durante el desayuno, ella abandonó la vergüenza y se lo devolvió de igual modo.

Y cuando por la tarde Sirius se "chocó" con ella en el pasillo y pidió disculpas Lily cayó en la tentación y presionó las nalgas contra su entrepierna apresurándose a murmurar un sentido "perdón" para continuar luego con su camino sin darle tiempo a reaccionar.

Y cuando dos noches después Sirius metía mano a la jovencita Catharine Fermant en la sala común atestada de gente, bien a la vista de todos, Lily se perdió de camino a su cuarto plenamente consciente de que él la seguiría para hacerle burla, pero cuando asomó su estúpida cabecita –estúpida, atractiva y obscena cabecita- por el hueco de las escaleras fue ella quien lo acorraló contra la pared y se acercó tanto a sus labios que pudo ver a Sirius realmente asustado por primera y última vez en su vida.

Porque Sirius era obsceno, pero ella lo era más.