Jelouh! Pues quise hacer esto porque yolo :3 naa mentira...Es porque una lectora-chan (para quien va dedicado este cap y en teoría toda la historia) me sugirió hace un tiempo hacer un fic de Alfredo x Lectora y de pronto llego está idea vaga -vaga porque la trama es súper básica- y decidí hacerlo para que fuera feliz(?) Es la primera vez que escribo de Alfred y la primera vez que escribo con narrador primer persona en algún fic ._. así que es más una práctica...Por cierto, saludos a las chicas del grupo de escritoras hetarianas en whatsapp (no habló mucho, pero me parto de la risa leyendo algunas cosas x´D) y eso...Disfrútenlo.

Disclaimer: Hetalia es del crack Himaruya Hidekaz, la autora se pertenece a ella misma, la heladería es mía *-* La imagen no sé nuevamente de quien es :3 pero no la hice yo, solo la uso.

Advertencias: Primer fic Alfred x Lectora tendrá dos capis porque yolo -Me pegue con esa palabra sensualosa*

Ojala les guste...

El Dulzor de los Helados:

˚P.O.V. Alfred

—...Estoy feliz de que las clases hayan acabado al fin —Mi primo, un canadiense que se parece a mí -pero que no es tan apuesto- comentó alegremente con su típica sutileza al hablar, quizás tan sutil que cuesta escucharlo.

—Ya no lo menciones... —Espeté con tristeza dejándome caer pesadamente en la silla.

—Pensaba que eso te alegraría, el primer día de clases lo único que deseabas era vivir este día para no ir a estudiar más —Me recordó sin real necesidad de que lo hiciese.

—No me importa eso del estudio, es solo que no soporto la rutina, me aburro —Le confesé decaído y sin muchos ánimos de querer hablar.

—Entonces ¿Estas así porque ya no podrás ver más a (Tu Nombre)?

Lo miré realmente sorprendido —¿(Tu Nombre)?¿Que te hace pensar eso? —Voltee el rostro para que no viera mis mejillas que de seguro se encendían, me tomo desprevenido y no permitiría que me viera así, yo soy alguien fuerte.

—Nada, nada, da igual. De todas maneras ¿Podrías ir tú a comprar los helados? —Cambio el tema radical arriesgándose a mi negación — ¿No era que tú me habías invitado? —Le recordé molesto por el aprovechamiento.

—Dije que yo los pagaba, no que los compraba —Me sonrió dulcemente con su ternura típica extendiéndome el dinero sabiendo que me había dejado sin una respuesta válida para darle.

Entrecerré los ojos fulminando sus iris con vetas violetas, bufé mientras me levantaba para lucir más amenazante. Con los pies a ras de piso me distancie de la mesita aproximándome al estante donde se exhibían un montón de postres deliciosos pero lo que más destacaban eran los sabrosos helados caseros que ellos mismos fabricaban, casi llegando suspiré levantando la visual...Alcanzo solo a pasar un segundo en el que mi cabeza apareció procesar la información y recapacitar al respecto para que mi cerebro enviará las ordenes a mi cuerpo y que este reaccionara correspondiente al caso según los parámetros que la condensada lógica -Muchas veces ilógica- dentro de mi cráneo. Pero no culpo a mi cerebro esta vez por traicionarme con sus nervios, ósea, ella es increíblemente hermosa y creo que cuando la vi ahí, tras el mostrador, con su uniforme colorido atender a una pareja, fue cuando mi cerebro mando las señales para que mis manos sudarán, mi cuerpo cesara el paso y mis piernas quedaran endebles.

—Hey Matt! —Me observó confuso, ni siquiera yo supe como regrese tan rápido.

— ¿Y los helados?

— ¿Por qué mejor no vas tú por ello? —Me esforcé por dibujar la mirada de cachorro abandonado bajo la lluvia que me aseguraría el "".

No, ve tú —Se rehusó para mi sorpresa.

—Y que el mío tenga miel de maple por arriba —Acabo tajante ignorando el mal de ojo que le estaba haciendo. Al entender que no conseguiría nada con mi primo inhale profundo girando sobre mis talones con dirección a los helados, dando un paso tras otro aunque los pies me pesaran mil kilos, mis piernas se doblasen endebles y por mi rostro corrieran gotas de sudor nervioso.

—Hola ¿Que desea?... ¿Da? —Da... ¿Enserio? ¿Da?

De todas las personas con muletillas en este vasto mundo me tenía que encontrar con este sujeto, si que era mala suerte —¿Que fuck haces tú aquí Iván? —Estaba molesto por encontrarle con él, pero no más que aturdido ¿Cuando fue que esa chica tan linda se había convertido en "eso"?

—Trabajo aquí da...Entonces ¿Que vas a querer, da?

—NA-DA...Adiós —Di media vuelta decidido a no volver.

— ¿Alfred?...

¡Esa voz!...Mi sangre comenzó a hervir como loca cuando escuche que me nombraba. Volteé fregando mis ojos con disimulo verificando que no era un sueño, como si hubiese subido al nirvana y frente a mi contemplase cual hermosa serafín vestida de heladera...Wow! No sabía que era un poetizó —Ho-Hola (Tu nombre) ¡Hahahaha! —Poesías que rondaban mi cabeza pero que no se aproximaban por mi garganta ¡Que cobardes actuaban mis pensamientos!... Aunque en realidad el único cobarde era yo por no ser capaz de pronunciárselas. Con las manos sudadas rehuía de los nervios intentando verme alegre como siempre, posiblemente haciendo eso no se daría cuenta.

— ¡Que coincidencia encontrarte aquí! —Me dijo de manera dulce, tan dulce que mi boca se hacía agua —... ¡Sí! Que sorpresa encontrarnos aquí ¡Hahahaha!

Ella me alteraba tanto que volví a reír estúpidamente en tanto me rascaba la nuca en un esfuerzo por espabilarme de la torpeza que me producía el tenerla en frente y lo que es mejor ¡Hablar con ella!

— ¿Vienes por un helado?

Si no lo note mal creí verla ladeando la cabeza un poco hacia un costado recordándome la ternura y gracia de los cachorros cuando efectuaban ese gesto...Ósea, no estoy diciendo que sea un perro... ¿Tú me entiendes no?

— ¿Alfred? —Repitió mi nombre.

— ¡Ahh! ¿Sí? —Me sentí como el estúpido más grande del mundo al quedarme pegado en mis pensamientos

— ¿Helado? —Inquirió alegremente paciente.

— ¡Ah sí!...¡Hahahaha!...—Ya tenía que dejar de hacer esa risa, de seguro iba a sospechar.

— ¿Uno?

— ¡Dos!

— ¿De qué tamaño?

— ¡Ambos de dos bolitas!

— ¿En vaso o en barquillo?

— ¡Barquillos!

— ¿De qué sabores?

—¡De lo que sea!

Me admiró un tanto asustada por mi farfullar estruendoso que confieso sonó algo rudo...Aunque ¿Que podría hacer al respecto si nace de mi naturaleza masculina y las testosteronas que me sobran?

Jugueteé con mis dedos nerviosos al verla tan pequeña y delicada servir mi pedido con una dedicación y prolijidad que yo no tendría y ni tengo actualmente.

—Deseas agregarle alguna cosa —Me indicó un por qué en sector de la vitrina donde reposaban los agregados.

—Uno con miel de maple y amh...—Indeciso escruté los productos desconcentrándome por su cálida mirada aterrizando paciente sobre mi.

—...Puedo bañarlo de chocolate si gustas...

— ¡¿Chocolate?!

Río por lo bajo al ver el entusiasmo plasmado en mi semblante que se puso rojo y ardía con fuerza por sentir que había hecho el ridículo.

Frente a mi llenó de chispitas de colores y algunos pequeños dulces nuestros helados, y el mío lo baño al menos con tres capas de chocolate, cuando se aproximó me entregó también dos cucharas pequeñas coloridas y par de vasos.

—Espera aun no he pagado —Expliqué apenado al quedarme viéndola y olvidar cancelar los postres.

Poso su dedo índice sobre sus labios enarcados —Cortesía de la casa...Pero no le vayas a comentar a nadie ¿Si? Los vasos llévatelos también, así evitan que se les pueda caer y es más cómodo, el chocolate Bañado quedó durísimo —Se encogió de hombros apenada, sin sospechar siquiera como me estaba muriendo por abrazarla y acortar la densa brecha que nos apartaba —Gracias (Tu nombre) eres muy linda... —Me callé abriendo los ojos sorprendidos tanto como los de ella. Me sonroje abrupto ¡que tonto! En ese momento pensé que me odiaría pero inesperadamente se largo a reír —Si, supongo que soy una linda persona, jaja...

—Hahah, si... ¿Qué cosas no? —También reí, pero de nervios casi lo arruinaba y eso habría sido lo peor que me hubiese podido pasar.
— ¿Que estás haciendo (tu nombre)? Necesitamos que nos ayudes ahí atrás...¿Y tú que estas haciendo aquí?—¡Oh no! Mi amigo/enemigo Arthur Kirkland salió desde una puerta interna vistiendo el mismo uniforme que la bella (tu nombre) e Iván. Como es típico en su persona su expresión era de amargura total, claramente no estaba feliz de verme.
—Vine a comprar unos helados con Matt ¿Algún problema?
—Ya tienes los helados, ahora vete —Cruzó descaradamente su brazo por la delicada espalda de mi amada -en secreto- tomándola del hombro —Y deja de distraer a (Tu nombre) ¿No ves que la molestas?
Antes de alcanzar a protestar se la llevo por otra puerta saliendo Iván en su remplazo —¿Necesitas algo más da?
—Sí, que no me hables —Espeté molesto sin que él tuviera culpa dándome media vuelta para regresar donde Matt. Ese cejón aun estaba en mi contra, me rendiría, pero ella es tan...No se me ocurre una palabra que defina lo que ella es para mí ¿Maravillosa? ¿Única? No alcanzan, simplemente no son suficientes para lo que (Tú nombre) es para mí. Respire hondo expulsando la rabia, ya estaba decidido, haría todo lo que estuviera a mi alcance para ganarme su amor...Ya verás mi dulce y bella (Tú nombre) pronto serás mía...Solamente mía.

N/A: Pobre lo sé...Pobre! Dios me prometí que no haría nunca una trama tan pésima pero aquí esta ;-; wenoh al menos es algo las que leen misotras historias no teman que no voy a atrasarme por subir esto, será super rápido ya veran x´D el prox capi saldrá pronto así que eso, si te gustó espéralo con ansias, besotes y ciao *Se va montada en un huemul*