Nota: Esta es una historia que se me ocurrió , espero que os guste. Esta historia sigue la historia normal de la serie hasta su tercera temporada en el parón de invierno. La ´nica diferencia es que Henry y Emma van a parar a una "Tierra de varitas" en vez de "La Tierra sin magia" al salir de Storybrooke.

Cuando Emma abrió la puerta a ese hombre le dio mala espina desde el principio. El anciano tenía algo que no le gustaba. Su ropa parecía normal, su cara también , puede que fuera su larga barba o sus ojos que destilaba sabiduría , pero no. Era algo que el envolvía , si hubiera tenido sus recuerdos habría sabido de inmediato que lo que envolvía a ese hombre era magia, pura magia.

-Señorita Swan yo soy Albus Dumbeldore , se que se no me conoce y se preguntará el motivo de mi visita así que siéntese por favor y traiga a su hijo, esto es algo que debe oir también.

Henry se encontraba andando por el tren sin tener claro en que compartimento meterse, antes de hacer nada quería poner en orden sus ideas

Bueno , pues era mago , la verdad es que casi entra en shock cuando el viejo de la barba se lo dijo y de no ser porque había desaparecido delante de sus ojos y luego había reaparecido a sus espaldas seguramente su madre y él le habrían tomado por un chiflado.

Según se alejaba el tren de la estación iba recordando el resto de su verano. Antes de partir tuvo que ir a comprar materiales a una especie de grandes almacenes de magos( el callejón Diagon creía recordar que se llamaban) . Su madre no pudo acompañarlo por ser una muggle , lo cual provocó una seria discusión con el director que podría haber acabado en tragedia cuando le encañonó con una pistola acusándolo de querer secuestrar a su hijo.

Al final le acompaño un hombre corpulento llamado Hagrid, era simpatico aunque la verdad era un poco pesado ya que tiró todo el camino hablando de un chico que conocería en la escuela , un tal Harry Potter.

Realmente debería estar más emocionado por todo ese asunto de que la magia existe pero la verdad es que le daba una pereza enorme. Todo ese asunto se le antojaba como un inmenso deja vu y cada vez que hablaban de la magia parecía que había una vocecilla en su interior que le decía que la magia era mala y que usarla le terminaría costando caro.

Iba tan metido en sus propios pensamientos que no dio cuenta del chico que tenía delante hasta que chocó con él.

-Ten más cuidado- le dijo el pelirrojo- ¿Eres de primer año?.

-Si estoy un poco perdido – admitió Henry.

- Da igual, yo soy Percy Weasly y dado que soy prefecto- dijo pavoneándose de si mismo- supongo que es mi cometido llevarte a un compartimento libre. No vemos luego chicos-les dijo a sus amigos.

Mientras Henry y Percy se iban, uno de sus amigos , un chico alto de pelo rubio les miraba fijamente

-El mundo es un pañuelo-dijo para si mismo con una siniestra sonrisa.

-¿Conoces a ese enano Félix?- preguntó una chica.

-Si , bueno , hemos veraneado en el mismo pueblo.

-¿Cómo se llama?

-Storybrook.