Advertencias: Contenido sexual explícito. Lea con precaución.
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Grice
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— Los dos están ebrios — reprochó Falco mientras guiaba a su hermano y novia hacia su habitación.
— Solo un poco — fue Colt quien respondió mientras se dejaba caer en la cama con una adormilada Mikasa quien lo abrazaba del cuello.
— Colt, ten más cuidado — Falco observó cuando Mikasa se soltó del mayor enterrado su rostro en la almohada y frunció las cejas al ver que Colt aún la seguía hostigando con su apretado abrazo.
El vio como su hermano se ponía de pie —muy penosamente— para quitarse la camisa y dejarla tirada en el piso, Falco suspiro cansinamente ya acostumbrado a ver a su hermano borracho así que se dispuso a salir a su propia habitación a culminar lo que quedaba de la noche hasta que el rubio mayor lo llamó.
— Tengo que estacionar el coche, lo deje en la acera y no quiero dar explicaciones a mamá del porque de otra multa — explicó Grice comenzando a caminar hacia la salida tambaleándose en el proceso.
— ¿Y como entro yo en eso? — cuestionó impaciente por irse a la cama.
— Solo cuidala ¿si? No tardaré nada — Falco estuvo a punto de reclamar que culpa suya no era como para cuidar de la morena pero no llegó a decir nada pues su hermano ya había desaparecido por la puerta.
Malhumorado se fue a sentar en la esquina de la cama sin tener cuidado donde y causando un gemido por parte de Mikasa haciendo que retrocediera asustado.
—Lo siento — se disculpó de inmediato notando la mirada plateada de la Ackerman.
— ¿Colt? — fue todo lo que dijo ella tras unos cuantos segundos de reconocimiento.
— Soy Falco
— Falco...hasme un favor — dijo arrastrando un poco las palabras. El muchacho vaciló por unos segundos pero después se acercó a la pelinegra en silencio.
— ¿Si?
— Baja la cremallera del vestido ¿si? Yo me lo quitaré — debían ser los efectos del alcohol del organismo de Mikasa o eso quería creer él porque nunca se imaginó que ella fuese a pedirle algo tan invasivo. De repente sentia los cachetes arder.
— P-Pero...Colt no tardará en llegar...de seguro…él puede.
— Por favor — suplico ella una vez más mientras se recargaba contra la almohada — Colt demora mucho…
Trago grueso cuando la novia de su hermano se dio por completo la vuelta dejando ver la piel de sus hombros desnuda y lechosa bajo la iluminación que entraba por la ventana, Falco se acercó sintiendo un ligero cosquilleo en la yema de sus dedos cuando rozó la tela del vestido y con cuidado fue bajando la cremallera por la curva de la espalda femenina.
Falco observó con un inusual deleite la cremosa piel que quedaba a la vista cuando el cierre llegó a su final pero se sacudió antes de cualquier otro pensamiento se filtrara en su cabeza.
— Ya está — dijo separándose dos pesos lo suficiente como para ver como Mikasa se enderezaba en la cama y se quitaba aquel bonito —pero ahora muy estorboso— vestido negro.
Entonces ahí estaba él, pasmado y la conciencia gritándole que se fuera que huyera, que dejara de ver.
El sentido común zarandeándolo para que el oxígeno pudiera hacer su trabajo debidamente, pero cualquier cosa que su cerebro mandase él no podía aceptarla. Después de todo ¿qué hombre no quería verle los senos a una mujer? Incluso si ese hombre era un niño.
Falco simplemente no podía quitar su mirada de tan tremendo espectáculo.
Frente a él, los senos de Mikasa se dibujaban en la relativa oscuridad, cremosos y suaves al tacto, redondos y de buen tamaño y con el botoncito rosado que los caracterizaba que de pronto la boca de Falco se secó tan rápidamente que ya no pudo sentir la saliva pasar. El indudable deseo de querer tocarlos lo invadió furiosamente y se permitió fantasear con la idea por unos segundos antes de moverse lentamente hasta donde estaba Mikasa tumbada boca arriba, sus respiración hacía que los senos de la morena se movieran en un hipnótico vaivén le hicieron jadear con fuerza.
Seguro que a como estaba ella de dormida —si así se le podría decir al estado de ebriedad con la cual Colt la había dejado a su cuidado— no se daría cuenta.
Sonrojado y ansioso, fue acercando solo una mano, la izquierda para tomar entre sus dedos uno de los montículos que danzaban al paso que marcaba la respiración de la morena.
— Es bueno saber que te interesan las mujeres — dijo la voz de Colt a sus espaldas, Falco se alejó de Mikasa como si su sólo contacto quemara, retrocediendo frenéticamente hasta chocar con el escritorio de noche y tumbar la lámpara.
— Hey Tranquilo — calmo el hombre con una sonrisa burlona adornar su rostro, Falco agacho la mirada muerto de vergüenza.
— No es tan malo — fue lo último que le escuchó antes de ver como su hermano se hincaba en la cama y acariciaba el abdomen de Mikasa en pequeños círculos mientras le besaba el cuello.
— Ummm ¿Colt? — suspiro Mikasa bajito mientras volteaba a ver al mayor de los Grice.
— Hola Preciosa ¿Te sientes bien? — Mikasa sonrió en respuesta y le proporcionó un suave beso sobre sus labios antes de que Colt la abrazara por la cintura profundizando la caricia.
Falco simplemente no supo qué hacer, paralizado y aferrándose a la madera de la mesa mientras veía el intercambio con ojos bien abiertos, casi podía escuchar la respiración pesada que hacía su hermano cuando Mikasa lo mordía y los suaves suspiros de ella cuando las manos de su hermano se colaban por debajo del vestido a medio poner y jalandolo con brusquedad por las largas piernas de la pelinegra.
Pronto Colt comenzó hacer un camino de besos que iban desde el tobillo hasta los muslos de Mikasa donde se permitió besar con más dedicación hasta que ella lo agarró del cabello haciendo una ligera mueca de satisfacción, todo eso bajo el escrutinio del hermano menor.
— Mikasa — dijo Colt una vez que dejo de besar el cuello de su novia.
— Humm — ronroneo ella dedicándole una mirada.
— Falco está aquí
¿Pero qué haces? Grito alguna parte de su cerebro reprochando la acción de su hermano ¿que acaso no veía a desesperación por esconderse? Falco lamió sus labios secos dándose cuenta que la mirada de Mikasa ahora barría la habitación hasta dar con él y cuando el mercurio hizo coneccion con sus propios ojos Mikasa se enderezó en la cama por completo mostrando todo su cuerpo desnudo a excepción de las bragas negras que cubrían su intimidad. Colt la abrazó por detrás besando su cuello y dedicándole una intensa mirada a su hermano.
— Falco — Susurro Mikasa y él sintió un escalofrío correr por toda su espalda.
— El tiene hambre cariño — Respondió Colt
— ¡Hermano!— Falco no podía sonrojarse más de lo que ya estaba y apunto estaba de salir de ahí y dejar a ese par en paz cuando vio a Mikasa extender sus brazos hacia él.
— Ven Falco — ordenó ella suavemente, él todavía no estaba seguro de todo lo que estaba pasando; su mente estaba dividida entre salir por la puerta corriendo u obedecer a la morena quien no había bajado sus brazos invitando a hundirse entre ellos. Todavía con la voz de la razón atosigando a sus frágiles nervios, él optó por la segunda opción.
Se separó despacio del escritorio y poco a poco se acercó hasta Mikasa quien le observaba con aquellos lindos ojos plateados, cuando llegó a ella, Mikasa le indico que se incase el suelo alfombrado y lo hizo sintiéndose patético y a la vez tan entusiasmado sin saber todavía porque.
— ¿Tienes hambre Falco? — preguntó acariciando sus mejillas dulcemente. Colt todavía en la tarea de besar el cuello de la azabache le dirigió una fugaz mirada al menor que lo dejó ligeramente culpable sintiendo que el sentido común volvía a él, sin embargo, duró poco pues Mikasa repentinamente lo había besado en los labios.
— Colt — suspiro Mikasa cuando los dedos del mayor se incrustaron en la piel de su cadera y ahora jugaban con el elástico de sus bragas.
Mikasa sintió el tirón de su última prenda y gimió despacio como temiendo asustar al niño que abrazaba ahora, Falco se encontró en toda una fantasía erótica pues la Ackerman lo presionaba contra su pecho tratando de mantenerse en silencio sintiendo ahora sus senos en la cara.
— Falco — llamó una voz ronca, la de su hermano — ¿No tienes hambre?
Mikasa había dado un salto cuando Colt tiro de sus bragas hacia abajo dejando expuesto su pubis. A Falco le ardían las manos de tocar y con la desesperación de un adolescente primerizo abrazo a Mikasa sintiendo los movimientos de su hermano parar por completo, ahora él lo miraba con expectación y Mikasa volvió a gemir sintiendo el bulto que se refregraba por debajo de ella.
— Mucha — fue todo lo que contesto antes de sentir las manos de Mikasa volverlo a tomar del rostro y besarlo nuevamente ahora sintiendo la lengua de ella delinear su boca antes entrando completamente en él.
Sus propios dedos comenzaron andar por el plano abdomen de la morena guiando sus manos hasta la parte que más ansiaba tocar.
Falco tomó el seno derecho apretandolo y deleitándose en los suaves que eran. Escucho a Mikasa gemir en su boca antes de que Colt se clavara en ella a la luz de afuera Falco observó como el miembro de su hermano se hundía en Mikasa profundamente; Colt comenzó embestir a Mikasa pausadamente mientras ella se se dejaba hacer sin réplicas.
— Falco — suspiro ella y extendió de nuevo sus brazos sin dejarlo atrás, él volvió a tomarle el rostro besándole con la inexperiencia de un niño y ella le enseño como hacerlo, lamió, mordió y chupó todo cuanto le permitió hasta sentir también la creciente presión de sus pantalones volverse insoportable, se separó de ella jadeando por aire y ella volvió gemir cuando Colt comenzó a aumentar la rapidez de sus embestidas.
Volvió esta vez masajeando sus senos y mamando como si fuese un bebé, retorciendo aquel botoncillo entre sus labios y mordiendo en repetidas ocasiones provocando estirones de pelo por parte de la chica, Falco lamió todo el contorno de la aureola mientras pellizcaba el otro seno y se lo metió a la boca desgastando el sabor del sudor que los perlaba.
Mikasa gimió por última vez, Falcó muy ocupado en su tarea no se había dado cuenta de lo que ahora había dejado húmeda las sábanas de la cama, Colt gruño ásperamente apretando más el cuerpo de Mikasa con el suyo; ella se apoyó en él sintiendo todavía los restos del orgasmo.
— Hermano...— gimió el menor observando ahora el cuerpo de Mikasa más disponible. Colt le sonrió condescendiente y beso el cuello de Mikasa acomodando sus cuerpos y haciendo suficiente espacio en la cama como para que Falco se acomodará.
— Sin brusquedades — le advirtió su hermano y Mikasa abrazo al muchacho sintiendo el bulto entre sus piernas presionar su pubis ahora húmedo.
Mikasa le beso nuevamente acariciando sus hombros para bajar por su pecho y abdomen hasta llegar a elástico de su pijama, intentándolo, ella bajó lentamente la prenda hasta dejar en descubierto su miembro, duro y húmedo. La azabache comenzó a acariciar la parte baja de de su cadera y sus manos prontamente alcanzaron la cabeza de sus pene acariciando con la yema de sus dedos la punta húmeda del miembro.
— M-Mika-kasa — susurro él todavía sin quitarse por completo los pantalones, Mikasa le siguió acariciando la boca sintiendo que ella se inclinaba más sobre de él hasta recostarlo un poco en la cama, ella frotó su intimidad sobre el pene humedeciendo y lubricando con sus jugos la longitud de su virilidad.
— Con cuidado — susurró ella mientras se acomodaba la punta en la entrada de su vagina, Falco dejó de respirar cuando lentamente Mikasa comenzó a descender por su erección y ella gimió satisfecha cuando Falco empujo todo de él un solo movimiento quedando todo de él adentro.
Gimió y Mikasa lo hizo con él.
La presión de sus paredes le hizo suspirar sonoramente, acostumbrándose a la calidez que le brindaban; Falco se volvería un adicto.
Comenzó a bombear, primero despacio, lento, perdiendo caricias en la geografía de su piel, buscando la dulzura en los labios de ella; rosados, húmedos, cremosos y un sin fin de calificativos, él se hubiese leído los poemas más rebuscados en sus libros de texto si eso significaba estar más tiempo así con ella.
Entonces la inocencia arrebatada dio alusión a lo que era y lo que en un principio fue suave y amable se convirtió en una lucha campal por quién resistiría más el insoportable -pero no menos agradable- calor en sus cuerpos. La velocidad con la que ella lo montaba lo mareó momentáneamente pero nunca llegando a molestar o incomodar, Mikasa se lo hacía con experiencia sabiendo cuando y como descender, cuando y donde acariciar. Estaba seguro que más de una marca había de tener en el cuello y de los cuales se haría cargo después.
Mikasa sintió que unas manos que bien conocía le envolvían el cabello y ella tuvo que voltear el cuello para chocar con los labios de Colt aun sin abandonar su tarea. Colt le acarició la boca con maestría mientras la inclinaba más sobre el pecho de Falco para penetrarla de una sola estocada, ella gritó en la culmine de su placer cuando sintió al miembro de su novio entrar y bombear dentro sin detener sus movimientos sobre la polla de Falco.
Él le facilitó las cosas cuando se sentó sobre la cama y las piernas de ella quedaron a ambos lados entre las de él y Colt, Mikasa echó sus manos detrás del cuello de Falco todavía con ambos penes dentro ella. Cada salida de Falco era una embestida de Colt y cada salida de Colt era una embestida de Falco.
El trío encontró su propio confort entre las embestidas ya ninguno era consciente de donde comenzaban y terminaban, los gemidos y suspiros de Mikasa fueron ascendiendo con cada estocada de ambos y se perdió entre el mar de sensaciones que la invadían.
— ¡Ah! ¡Ah! Falco...Ha...ha...— Mikasa comenzó a pronunciar su nombre más seguido, más fuerte y él estaba seguro de hacer lo mismo si seguía así, estaba a casi nada de venirse dentro de ella cuando sintió las paredes de Mikasa apretar entorno a su falo y ella gritando como posesa encima de él.
— ¡Falco! Ah..ah…¡Falco!
Sólo un poco más…
Mikasa
— ¡Ah!...Falco...Falco…
¡Mikasa!
Ya casi…
— Falco….Falco…¡Falco!...¡FALCO!
Despertó repentinamente cuando Colt le gritó cerca del oído y barrio con la mirada frenética la habitación a oscuras; Falco se paró como un resorte viendo hacia la cama donde Mikasa estaba plácidamente dormida, el vestido aún puesto y la cara enterrada contra la almohada justo como Colt la había dejado antes de irse.
Un sueño, todo había sido un sueño…Oh pero qué jodido estaba. Se tocó la frente perturbado y extasiado por partes iguales sintiendo la parte moral de él vomitar una lista de todo lo bizarro y mal que había estado soñando ¿pero que clase de pesadilla había sido eso? ¿en qué mundo retorcido pudo haber pasado? Tomo varias respiraciones intentando calmarse y pasó su mano por la cara sintiendo algo pegajoso y mojado cerca de sus labios ¿era eso baba? ¿estaba babeando mientras dormía?
Era el colmo.
— ¿Ya estas despierto? Oye, escucha — dijo la voz de su hermano todavía ebrio recargándose contra la mesilla de noche — no me molesta que duermas aquí pero hazme un espacio ¿quieres? No quepo.
Tan pronto como Falco se recuperó de su lucha mental y miró a Colt a los ojos inyectando su frustración a través del fuego en sus orbes celestes.
— Eres un pervertido — fue todo cuanto dijo pasando rápidamente a su lado y cerrando con un sonoro portazo.
Ahora el rubio tenía dos problemas, el miembro preso en sus pantalones palpitaba dolorosamente llamando la atención de su dueño en una súplica de liberación, sabía que una ducha fría lo resolvería, el otro sin embargo; tardaría mucho más en sacarlo de su sistema.
Después de todo ¿quién soñaría en tener un trió con su hermano y novia?
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Me siento sucia :"v
Cuando yo empecé a shipear a Mikasa pense ya haber cruzado el limite al darme cuenta que la prostituia con casi todo mundo; hoy sin embargo, acabo de romper una linea imaginaria y estaria mintiendo si digo que no me di cuenta.
En resumen: estoy asqueada pero sactisfecha.
Elle y Michi, ojala lo disfruten tanto como yo (?) espero poder dar la talla. Quejas, abucheos y comentarios, un review seria bueno para esta alma :"v
—Zeth
