¡Hola mis muy queridos, estimados, deseados y amados escritores!

Lo sé, la intro muy compleja, pero en fin. Bien, como ya he adelantado, ¡este hermoso fic de zombies es yuri! :D ¿Por qué? Porque soy la escritora y la escritora ama el yuri. Fin(?) Ahm, basicamente el escenario es una ciudad llena de zombies :3 (también amo a los zombies 3 ) y es todo post-apocalíptico.

También quería decir que no escribiré nada de Eren, Mikasa ni Armin. Quiero enfocarme en los adorados secundarios porque en el anime les faltan escenas y eso que son todos awesome (¡!)

Bueno, ¡empecemos!

DISCLAIMER: SHINGEKI NO KYOJIN NO ME PERTENECE (¡Si me perteneciera sería todo gay y no hubiera matado a Marco, Hajime Satán del Mal! :c )

Enjoy!

Suspiré al tiempo que resbalaba por la fría pared que estaba a mis espaldas. Miré alrededor, el edificio era enorme por fuera y por dentro.

El pasillo donde me encontraba era largo, lleno de muebles y libreros que estaban acomodados a los lados de las puertas que una vez fueron oficinas. La vista hacia la calle la daban enormes ventanales, los cuales ofrecían una lúgubre vista.
El movimiento militar tras la invasión de "ellos" fue tan grande que no se pudo evitar que muchos, por no decir todos los edificios fueran dañados.

Bajé la mirada para observar la pequeña daga que llevaba conmigo. Aun estaba llena de sangre, la limpié con mi falda. No es como si no estuviera ya sucia. Me levanté, creo que ya había recuperado suficiente aliento para seguir. Me acerqué a la ventana para echar un vistazo a la calle sólo para encontrarme con que ésta estaba llena de aquellos seres.

Se movían tan lento. ¿De verdad ya habían pasado tres años desde que aparecieron? Parecía qué toda mi vida hubiera estado combatiendo esas cosas al lado de mis compañeros, mi nueva familia.

Suspiré de nuevo y empecé a andar por el pasillo. Sólo tenía que bajar las escaleras para salir por la puerta trasera y de ahí correr sin parar hasta el refugio. Ya era muy tarde para estar fuera.. Si no hubiera sido porque ayudé a ese hombre..
Sacudí mi cabeza al pensar aquello. No, yo no era del tipo que renegara ayudar a alguien que lo necesitaba. Yo realmente quería ayudar a ese pobre hombre para que llegara con su familia sin ser atrapado.

Así es, yo era de ese tipo de personas, ¡ayudaría en todo lo que pudiera a los demás!
Sonreí más tranquila al pensar esto, apuré un poco mi paso, después de todo no quería morir esa noche. En eso estaba cuando paré en seco. Escuché algo. Eran pasos.. Y se acercaban.

Me escondí al lado de uno de los muebles que estaban por ahí, lo que sea que me siguiera no me vería desde esa posición. O al menos eso es lo que estaba esperando.

Los pasos se escuchaban cada vez más cerca.. Me aferré a mi daga como si mi vida dependiera de eso y esperé. Cada vez más cera. En ese momento un gemido se escuchó. Era tan lastimero, parecía de una mujer. Una mujer ahogándose. Era uno de ellos, de eso no había duda. Contuve un pequeño grito de miedo mordiéndome un labio fuertemente.

De la nada los pasos cesaron. Ya no escuchaba nada. Ni sus gemidos ni sus pasos ni nada. Era cómo sí se hubiera esfumado. ¿Se fue?
Si me asomaba ahora podría disipar mis dudas y salir corriendo de ahí.. Pero, ¿y si seguía ahí? No podía con esa angustiosa espera de alguna señal de vida.

Por fin mi curiosidad me venció y me asomé. Sentí que el alma se me iba a los pies.
Cuando me asomé me fui a topar con con una mujer demacrada y pálida, unos ojos inyectados en sangre y una boca torcida en un gesto, de la cual salía un liquido muy oscuro. Su cuerpo maltrecho estaba cubierto por un vestido blanco muy desgastado. Al parecer aún no me había visto debido a que la luz del sol había desaparecido. Era bien sabido que eran casi ciegos en la noche, pero no por eso, menos peligrosos.

Me hice para atrás lo más despacio que pude. Tenía que salir de ahí lo más silenciosamente que pudiera..

*Clank*

Había volteado con mi pie una botella de vidrio, lo cual fue suficiente para alertar a la "mujer" de mi presencia. Sin más que hacer me eché a correr seguida por esa cosa.

-¡Déjame en paz! -Grité agudamente, empuñe mi daga dispuesta a atacar, si tan sólo él estuviera aquí.. Me distraje un poco en mis pensamientos y eso le dio tiempo para alcanzarme y lanzarse encima de mí. Forcejeé un poco con ella, pero me sobrepasaba en fuerza. Volví a gritar, su boca se acercaba cada vez más a mi piel, en cualquier momento sentiría sus dientes..

En ese momento escuché un golpe sordo, la mujer cayó encima de mí, inmóvil. Miré hacia arriba y mi salvador me miraba muy molesto.

-Ya te he dicho que no salieras sola.. -jadeaba. Se notaba que había corrido todo el camino, su frente estaba cubierta en sudor. Salí debajo de ese cuerpo inerte, me extendió una mano para ayudar a ponerme en pie.

-Gracias.. -Bajé la mirada muy avergonzada. Lo que menos quería era ser un estorbo para él. -Lo siento, yo..

-¡No te disculpes, sólo no lo hagas de nuevo sin avisarme! - Se acerco y acaricio mi cabeza. - Vamos.. -Me señaló el camino a las escaleras y fui hacia allá, aún me sentía muy mal.. Había arriesgado su vida por mí..

-¿Cómo sabías que estaba aquí? -pregunté sin verlo.

-Lo intuí.

Después de su seca respuesta, bajé las escaleras para llegar a la calle. Nos aseguramos de que no viniera ninguno de esos seres y seguimos por nuestro ya conocido camino.

Nos abrimos paso por las oscuras calles llenas de restos de lo que alguna vez había sido una sociedad funcional. Dimos vuelta en una esquina y por fin, era la última casa de una cerrada. Pasamos por una reja rota y llegamos al jardín trasero.
Di tres toques suaves en la puerta y está se abrió. Pasé rápidamente y un rostro familiar me sonrió leve.

-Gracias Berthold.. -Correspondí su sonrisa.

-Me alegra que regresaras Christa..

¡Bien! ¡Eso ha sido toda la intro!

¿Les gusto? ¿No les gusto? ¿Debería seguir? Diganme y haganmelo saber en un review :3

¡Los quiere su amada y nada buga lectora!

-saludo de Shingeki- (hagan el saludo o los golpeo psicológicamente(?))