Bueno, aquí me encuentro de nuevo, con un fic de TamaoXRen. Este fic a diferencia de los otros escritos será largo (Sobre unos 18 capítulos) y estoy mas nerviosa que nunca, quizás por que es la primera vez que escribo un fic de estas dimensiones o quizás por que no se si gustara. En fin, solo espero que lo disfruten y que les guste.

Sora-121

Sol Y Luna

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1º Capitulo

¿Por qué eres así?

Personalidad: conjunto de características, rasgos, etc que constituyen y diferencian a una persona.

La personalidad de Ren Tao era fría, arisca y en la mayoría de las veces malhumorada, en cambio, Tamao era tímida, gentil y cariñosa a su manera. Eran polos opuestos, blanco y negro, ligero y pesado…Sol y luna…

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Era una bonita mañana en la pensión "En". Una muchacha de cabello rosado se encontraba preparando el desayuno mientras tarareaba una canción. El sonido de la puerta hizo que dirigiera la vista hasta esta. Allí se encontraba su amiga Pilika, toda despeinada y sobándose el ojo derecho lentamente. Tamao sonrió ante la tierna imagen de su amiga.

-Buenos días, señorita Pilika-

-Buenos días, Tamao- dijo Pilika bostezando- Y ya te he dicho mil veces que no me llames señorita-

Tamao sonrió y siguió cocinando, Pilika bufó al ver que su amiga no le haría caso, por lo que decidió hacer una curiosa pregunta.

-Tamao, ¿Tu estas enamorada?-

Tamao se sonrojo al máximo con esa pregunta y su nerviosismo fue tal que se echo todo el té encima. Pilika la vio preocupada y se acercó.

-Vaya, no sabia que te pondrías así-

-No pasa nada- dijo Tamao sonriendo- Terminare de preparar el desayuno y me cambiaré-

-¿No prefieres cambiarte antes?-

-No, no importa, ya queda poco- dijo Tamao volviendo su vista a la cacerola.

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Ren Tao se había levantado mas temprano de lo normal ese día, no sabia el porque pero últimamente le costaba horrores dormirse, por eso, esa mañana decidió hacer algo productivo y se puso a entrenar. Aunque el torneo se hubiese suspendido no iba a permitir perder su buena condición física. Hacia ya bastante rato que estaba así, pegando patadas y puñetazos al aire, saltando y corriendo de un lado a otro como luchando con algo imaginario.

Cuando miró el reloj de su muñeca se sorprendió por lo tarde que era, dio un largo suspiro y guardó su cuchilla para luego dirigirse a la ducha.

Caminaba a paso rápido, intentado evitar ser descubierto por su novia, no tenia ganas de verla y que se le colgara del brazo como si su vida dependiera de ello.

Cuando llego al cuarto de baño suspiró aliviado y se despojó rápidamente de la ropa para meterse a una velocidad de vértigo en la ducha, abrió el grifo y el agua caliente comenzó a recorrer su cuerpo, suspiró de nuevo intentando relajarse.

Cuando salio de la ducha se colocó la toalla en la cintura y se observó en el espejo, sus ojos dorados ya no tenían un brillo especial, ese brillo que algún día tuvieron y sus cabellos ahora un poco mas largos empezaban a revelarse en su contra, sonrió con cinismo, no sabia que podía a llegar a ser tan atractivo.

Después de su reflexión sobre lo hermoso que era se vistió y salio del baño hacia la cocina.

El único pensamiento que tenia Ren en su mente era "Quiero un vaso de leche" y aunque pareciese raro este pensamiento lo llevaba distraído. Lo suficiente distraído como para que no se diese cuenta de la presencia de la pelirrosa y causando que chocaran de forma aparatosa.

-Auch- dijo Tamao desde el suelo.

Ren por su parte se levanto rápidamente del suelo y dirigiendo una leve mirada a Tamao, se marchó de nuevo apresurado.

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Tamao se sobaba lentamente la mano izquierda, la verdad es que lo dolía bastante, así que cogió el botiquín de su habitación y se colocó una venda para inmovilizarla. Mientras hacia esto, no paraba de pensar en la mirada de Ren y en lo sonrojada que se había puesto.

El sonido de la puerta la hizo despertar y la cabeza de Pilika asomándose a través de esta la hizo sonreír.

-¿Qué te ha pasado?- preguntó Pilika que entró rápidamente a la habitación.

-Nada- dijo Tamao sonriendo- solo me caí…-

-¿Y como te caíste si se puede saber?-

-Bueno…- Tamao se sonrojo de nuevo- solo fue una caída tonta sin importancia-

-Ok, te creo- dijo Pilika levantándose- Por cierto, ¿has visto a Ren?-

-Si- dijo Tamao rápidamente- creo que esta en su habitación-

-Vale- dijo Pilika abriendo la puerta- Ahora nos vemos-

Tamao suspiro lentamente. ¿Por qué diablos se sonrojaba al recordar la mirada dorada?

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Ren Tao cerró de un portazo la puerta de su habitación y se tiró en el futón. Estaba furioso con la muchacha pelirrosada y consigo mismo. ¡Por dios! Ni siquiera notó su presencia. Además, esa niña todo el día sonrojada, parecía una bombilla de Navidad…es patética.

-¡Hola amor!- dijo Pilika entrando en la habitación de su novio-

Ren soltó un bufido en señal de saludo, mientras Pilika se tiraba encima de él literalmente y comenzaba a darle pequeños besos. Ren Tao no se inmutó, simplemente se quedo quieto, con los ojos cerrados, como llevaba haciendo meses.

-¿Hoy no piensas desayunar?-

-Si, claro, vamos- dijo Ren mecánicamente y se levanto del futón apartando lentamente a Pilika.

Pilika se agarro al brazo de su novio y comenzaron a bajar hacia la cocina, ella enamorada como nunca y él… ¿Qué demonios sentía él?

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Tamao ya se encontraba en la cocina cuando la joven pareja llegó, la joven estaba terminando de colocar la comida en los platos de una forma rápida y precisa.

-¿Te puedo ayudar en algo, Tamao?- preguntó Pilika sobresaltando a su amiga y causando que tirara un plato.

-Patética…-susurro Ren mientras Pilika le echaba una mirada fulminante por el comentario.

Tamao simplemente se sonrojó aun más y comenzó a recoger los trozos del plato mientras Ren se dirigía al salón seguido por una cabreada Pilika.

-¿Por qué diablos la tratas tan mal?- preguntó Pilika furiosa- No entiendo que te ha podido hacer-

-Existir- dijo Ren desafiante-¿No te parece suficiente para que me moleste?-

-Eres un idiota- dijo Pilika dándose la vuelta bruscamente- Deberías conocerla antes para poder decidir si debes tratarla bien o mal, te llevarías una grata sorpresa con ella- y se marchó de nuevo a la cocina a ayudar a su amiga.

Mientras Ren no paraba de darle vueltas a las palabras de Pilika ¿Y si debía darle una oportunidad a la joven pelirrosada?...Ya lo pensaría esa tarde, ahora necesitaba un vaso de leche, si, un vaso de leche bien frío…

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Anna se encontraba sentada en el salón viendo su novela favorita, en un rincón Yoh se entretenía con una naranja, intentando decidir si comérsela o no y sentados en el sillón Horo Horo y Chocolove mantenían una disputa por decidir quien era la modelo japonesa mas hermosa.

-No puedo creer que este viviendo aquí, con estos locos- dijo Ren para si mismo desde el marco de la puerta.

-¡Hola, amor!- saludó Pilika abrazando por detrás al joven de mirada dorada- ¿Dónde te metiste en toda la tarde?-

-Estuve dando un paseo por ahí- dijo Ren dando un suspiro- Solo quería tomar un poco de aire-

-Pero podías haberme avisado ¿No crees?-

-Pilika, somos pareja, no eres mi madre-

-Lo siento- dijo Pilika separándose lentamente del joven-

-Ven acá- Ren la abrazó con fuerza y le besó la cabeza-

-Es solo que me preocupo por ti…-

-Shh…calla, he sido un tonto, la próxima vez te avisare- dijo Ren posando un dedo sobre los labios de Pilika- pero hasta entonces…déjame disfrutar de tus labios-

Y la besó, la besó como nunca lo había echo, ni siquiera los primeros días de relación, cuando se separó tuvo que desviar la mirada, y allí se encontraba Tamao, estaba en silencio, con una escoba en la mano y su cara comenzó a tornarse de un color rojizo, luego se marchó a paso rápido a la cocina.

-Pilika, voy a por un vaso de agua, ahora vuelvo- dijo Ren separándose de la joven

Cuando Ren llegó a la cocina, Tamao limpiaba los platos del almuerzo, su cara aun tenia un color rosado causando que una sonrisa de superioridad se mostrara en el rostro del joven. Ren carraspeo para hacer notar su presencia y lo consiguió, porque a Tamao se le cayó el plato en el fregadero, pero esta vez no se rompió.

-Vaya, eres una persona fácil de sorprender-

Tamao se sonrojo ante ese comentario pero fue capaz de hablarle al joven.

-¿Desea algo, joven?-

-Si, vine por un vaso de agua-

-Cojalo, no querrá que yo se lo sirva también ¿No?-

Ren se sorprendió ante aquella respuesta y levantó una ceja en señal de no entender lo que pasaba, así que decidió tomar la palabra.

-Tamao, yo...- empezó Ren- bueno, quería disculparme por el comentario de esta mañana, lo dije sin pensar…-

-Pero lo dijo, joven, y si lo dijo es porque lo piensa-

-Ya, pero es que, no logró comprender tu comportamiento-

-No pasa nada, mucha gente no me entiende y yo no me enfado por ello-

-Esta bien, Tamao…empecemos de nuevo, haremos como si nos acabáramos de conocer-

-Uhm… esta bien- dijo Tamao no muy convencida-

Ren se dio la media vuelta dispuesto a marcharse pero la voz de Tamao lo detuvo.

-Joven Ren- dijo Tamao mientras este le miraba de reojo- ¿Por qué ha tenido ese cambio de actitud?-

-Bueno…digamos que me gustan las gratas sorpresas, Tamao- y se marchó.

Mientras Tamao se quedó un poco confundida, no había entendido muy bien lo que había querido decir el joven Ren, así que siguió haciendo sus tareas… necesitaba despejar su mente.

Continuara….