Disclaimer: En esta ocasión, solo las situaciones, lugares y la historia que se desarrolle es idea mía, los personajes mencionados no A mi no me pertenecen, son de la serie Victorious y por consecuente la serie en si tampoco.

Son propiedad de Nickelodeon y de su creador Dan Schneinder.


Prólogo

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En un reino, cuyo nombre permanecerá en misterio, reinaba la familia Vega, el Rey David VII, padre y monarca justo y bondadoso, siempre dedicado a su pueblo, quien estaba felizmente casado con su hermosa y siempre fiel esposa Holly (un nombre poco usual). Un matrimonio real ejemplar, los dos reinaban juntos, los acuerdos que se tomaban lo hacían siempre consultándose el uno al otro (y al Consejo Real, por supuesto). Un día, la reina trajo al mundo a su primogénita, Angela Katrina Vega, ese día el Rey brido una celebración en honor a su primer hija, queriéndola dar a conocer entre los habitantes de su reino. De igual manera se le hico una celebración a su segunda hija, tres años después, Victoria Anabel Vega; las dos hermanas heredaron los cabellos oscuros de sus padres, Katrina los ojos y el carácter fuerte de su padre, Victoria, la bondad de su madre, y los ojos de ella. Crecieron rodeadas de lujos y amor, todos en el reino adoraban a sus padres, y de igual forma a ellas.

Eran tiempos muy adelantados, donde las mujeres eran igual de importantes que los hombres, se reconocían la importancia de ambos papeles en la sociedad, al menos en el reino de los Vega, así que no era cosa de otro mundo que el trono de la familia real estuviera destinado a su primogénita, Katrina. Los padres de la joven, los reyes, habían hablado con ambas hijas, explicándoles los derechos que vendrían con la mayoría de edad; previniendo a edad temprana a Katrina, le anunciaron que el día que se desposara, sería importante para ella, el reino y la familia real, ya que podría ejercer su reinado desde los 25 años teniendo un marido a su lado; de igual manera hablaron con Victoria, haciéndole ver que ella no era menos importante, aunque a ella no le molestaba el hecho de que el trono se le otorgara a su hermana, al contrario, ella entendía su papel en la familia, por lo cual no había ninguna disputa que ocasionara peleas familiares.

El día en el que Katrina cumplió 18 años, se brindó un gran baile en su honor, donde pretendientes de todos los lugares fueron a presentarse y así uno lograr desposarla. Todos le llevaron presentes, unos muy grandes otros muy discretos, pero eso a ella no le intereso. En un momento del baile, un joven la había invitado a bailar, fue en ese momento, en la pista de baile, que encontró a su futuro esposo. Él la aparto de la multitud al término de la pieza, donde en el balcón le declaro su amor a la joven. Al día siguiente, este mismo hablo con los reyes para pedir su mano. El joven Gabriel Montesquieu, príncipe de otro reino, tenía sus prioridades, su padre había enfermado y muerto, dejándolo a su hijo a cargo de su reino. Después de discutir la situación se llegó a un acuerdo entre las familias Vega y Montesquieu. Los jóvenes se casaron, Katrina tuvo que declinar el puesto de reina, para ser reina al lado de su esposo Gabriel, en el reino de su marido, dejándole el trono a la joven Victoria.

Ante la decisión de sus padres de que ella fuese quien tomaría el trono ella se preocupó, no creía tener suficiente madera de monarca, eso no les preocupaba a los reyes, ya que ellos confiaban plenamente en su hija. Victoria siempre obediente, de carácter sumiso y un corazón noble, no sabía cómo manejaría la situación, pero no dejo que su desconfianza la abrumara antes de tiempo, con 15 años tenía otros 3 por delante para casarse, y otros 7 para asumir su puesto como reina.

A pesar de ser un reino muy tranquilo, donde casi nada ocurría, y los actos de uno que otro vándalo eran castigados, habían empezado hace pocos años una ola de robos hacia la gente de la burguesía, desaparición de monedas de oro, joyas, ropas, pero nada más costoso. A pesar de varios intentos por capturar al nuevo criminal, estos eran inútiles, ya que era demasiado hábil, escurridizo, y la falta de testigos quienes reconocieran o dieran una explicación detallada de su apariencia hacia más difícil su captura. Se le conocía entre los habitantes y miembros de las fuerzas de justicia como El Cuervo, ya que su vestimenta constaba de un elegante traje negro, compuesto por unos pantalones de vestir, una camisa blanca debajo de un chaleco marrón obscuro y sobre este un saco de corte inglés, su rostro siempre cubierto por un antifaz negro que le cubría gran parte de la cara, solo dejaba al descubierto sus labios y barbilla, y sus profundos ojos azules verdosos. Siempre cargaba consigo ocultas unas grandes tijeras, no como arma, sino como herramienta, nunca había cometido un asesinato, solo pequeños robos en repetidas ocasiones.

El rey junto con el Consejo Real y miembros del Cuerpo de Justicia estaban preocupados por capturar al autor de dichos robos lo antes posible, pero, conforme los años pasaban, más escurridizo de hacía, haciendo la posibilidad de capturarlo cada vez más lejana.

Jadelyn August West, hija de un comerciante de telas y una florista, nacida en una familia acomodada, gracias a que su padre ganaba mucho dinero con su trabajo, y su madre dueña de una de las más conocidas florerías del lugar, a la edad de 5 años, su mamá volvió a quedar embarazada, de su hermano menor Christian, a pesar de que los doctores le dijeron que era un riesgo tener otro hijo. Nueve meses después nació el más joven de la familia West, pero lamentablemente su madre falleció tras la labor de parto. Tras el fallecimiento de su esposa, Francis West se dedicó a trabajar para sacar adelante a su hija de seis años y su bebé recién nacido. Un año después, Francis cayó presó de la enfermedad más grave de la época, para la cual aún no había cura, la peste; haciendo que la pequeña Jadelyn se preocupara por la situación económica de la familia, lograron mantenerse con los fondos de su padre los que su madre había dejado antes de fallecer durante dos años, viviendo en la florería de su madre, ya que no tenían para costear su antiguo modo de vida.

A la edad de diez y cuatro años, los pequeños West quedaron huérfanos, su padre había fallecido justo cuando creían que se estaba mejorando. Jadelyn siendo ahora la más grande de la familia, teniendo a su cuidado a su pequeño hermano consiguió pequeños empleos en las florerías del barrio donde vivían, algunas señoras comprensivas le pagaban el doble, conociendo la situación de los pequeños, algunas otras cuidaban del pequeño Chris, otras más les hacían de comer, los invitaban a cenar y les donaban ropa, muebles y lo que necesitaran. Los dos estaban creciendo, y necesitaban más cosas, así que Jadelyn, al no ver otra salida, se dedicó al robo, en ocasiones seguidas, procurando hacerlo a las personas burguesas, ya que ellos tenían más de lo que necesitaban; ganándose el sobrenombre otorgado por miembros del pueblo, el Consejo Real y el Cuerpo de Justicia.

Nadie sospecharía que una huérfana indefensa pudiera ser El Cuervo, uno de los ladrones más hábiles y buscados del reino. Conservando su trabajo en las florerías y ya que su hermanito trabajaba también, solo cometía sus robos en ocasiones esporádicas, ya que con el salario de ella y el del pequeño y una pequeña ayuda monetaria salida de un robo podían mantenerse en condiciones de vida estables. Al menos no se podían quejar...