Una propuesta atrevida

Capitulo 1

Hello! chavas y chavos, explicaré el porqué de esta corta historia que durará tres capítulos, estoy haciendo otra que se llama ''Snow Queen'' y para distraerme y distraerlos mientras la continuo ya que la actualizaré cada fin semana pues decidí crearla :P

Espero que les guste y ténganme algo de compasión, es mi primera historia con temas sexuales explícitos y también contiene mi primer lemon así que bueee…

Advertencias: Yaoi, lemon Madazetsu

Disclaimer: La serie Naruto, Madara ni Zetsu me pertenecen *porque si lo hicieran ya estarían casados desde hace mucho y Naruto sería una serie Yaoi XD* Pertenecen a Masashi Kishimoto

Hoy era un nuevo día para el joven Zetsu, el gran día en el que aprendería con su nuevo profesor y estaba emocionado pues era un maestro de herbolaria, algo que le encantaba, de hecho era compañero de trabajo y amigo de su padre y no estaba especializado en eso, pero mientras supiera lo que hacía para Zetsu estaba bien. Emocionado se alistó y bajó rápidamente al comedor en donde ya se encontraban desayunando sus padres, un hombre peliverde de ojos dorados llamado Ryu y una mujer de piel albina y cabello negro llamada Nadeshiko, quienes le sonrieron a su hijo

—¿Emocionado cariño? —Preguntó la mujer

—Sí mamá, deseo aprender todo sobre las plantas y ser uno de los mejores investigadores—Anunció Zetsu con una sonrisa

—Pero debes comportarte con Madara, él es como mi hermano y no queremos quedar mal con él, dale una buena impresión ¿De acuerdo? —Dijo el hombre sonriéndole a su hijo

—Sabes que será así papá—Dijo por último Zetsu antes de tomar asiento junto a sus padres—*Además el señor Madara es pariente de Tobi, jamás quedaría mal con los familiares del chico que amo*—Completó en su mente

Más tarde Zetsu se encontraba esperando –con muchas ansias- a su maestro que llegaría en cualquier momento, se sobresaltó con emoción al escuchar el timbre y como su mamá abría la puerta, rápidamente se apresuró hasta la puerta, ahí vio entrar a un hombre de aproximadamente treinta años, cabello largo y negro que vestía un traje formal

—Mira Zetsu, él será tu maestro—Dijo la pelinegra

—Mucho gusto conocerlo profesor, mi nombre es Zetsu—Dijo el menor estirando su mano hasta el profesor

—Es un placer conocerte finalmente Zetsu, mi nombre es Madara Uchiha y seré tu maestro—Dijo Madara estrechando la mano del albino

—Muy bien, yo los dejo, es un placer señor Uchiha, pórtate bien Zetsu—Dijo su mamá antes de desaparecer

—Muy bien ¿Qué te parece si empezamos? —Preguntó el pelinegro

—¡Por supuesto! —Respondió animado Zetsu

—*Al menos muestra entusiasmo*—Pensó el mayor—Muy bien, comencemos con una lección muy básica, aprender a distinguir de que planta son las semilla y después aprender a plantarlas—Informó a lo que Zetsu asintió—Vayamos al invernadero que está cerca de aquí, ahí habrá más espacio—Zetsu asintió nuevamente antes de emprender camino

Una vez en el gran invernadero, Madara le explicaba a Zetsu todo sobre las semillas, las características que debía apreciar para saber diferenciar de que tipo eran, al parecer el menor aprendía rápido ya que en poco tiempo logró diferenciarlas sin ningún problema, ahora le enseñaría como plantarlas, en este caso plantarían un manzano en una maseta bastante grande para que pudiera estar cómoda durante su crecimiento para después trasplantarla al piso. Madara explicó y Zetsu comenzó a quitar tierra de la maseta con sus manos y a mojarla con una manguera vieja que tenía fugas, acabando todo mojado, Madara veía como su alumno hacia todo con tanta maestría que ya parecía tener experiencia y sospechaba que ya había comenzado a trabajar por su cuenta desde hace mucho, pero sobre todo el Uchiha no podía dejar de notar lo hermoso que se veía el chico frente a él, recordaba que la última vez que lo había visto era apenas un chiquillo de diez años y aún así nunca fueron presentados, tan solo lo había visto de lejos, antes era muy parecido a su padre en todo menos en la piel que había sacado de su madre, pero ahora con dieciséis años encima había cambiado mucho, si bien aún guardaba mucho parecido con su padre sus rasgos eran finos y delicados iguales a los de su madre, su cabello que durante toda la lección había tocado por ''accidente'' era sumamente suave y cuando se acercaba mucho notaba un olor a flores desprenderse de él, su cuerpo obviamente también había cambiado considerablemente, no era muy alto pero tampoco muy bajo, su cuerpo no era muy musculoso pero tampoco muy delgaducho y su trasero…

—*Ugh… ¿En qué rayos estoy pensando?* —Pensó pero rápidamente lo deshecho—Zetsu, está anocheciendo. Dejémoslo aquí por hoy—

—Sí profesor—Respondió algo cansado Zetsu

Se dirigió detrás de uno de los árboles y luego de mirar que el Uchiha estuviera de espaldas a él se quitó la playera empapada por el agua de la manguera dejándolo solo con una camiseta delgada y blanca sin mangas, mientras Madara miraba cada movimiento del chico de reojo, sin que éste se diese cuenta, y cuando su playera se encontraba en sus manos, siendo escurrida para sacarle el agua, el Uchiha notó que en sus pensamientos previos no le había hecho justicia a la figura del chico peliverde. Su cuerpo estaba mejor marcado de lo que dejaba ver la ropa que le quedaba algo grande, no tenía nada de más ni nada de menos, tenía todo en el lugar correcto…

—*¡Argh! No debo pensar de esta forma*—Pensaba Madara, pero ciertamente la ropa pegada a la piel de Zetsu gracias a la humedad de la misma, el agua que caía del pelo a su rostro y el hecho de que se encuentre respirando agitadamente debido a la sesión de tutoría, no ayudaba para nada al autocontrol de Madara, quien podía sentir la sangre acumulándose en su región más privada en consecuencia a la erótica vista que se encontraba frente a sus ojos.

El Uchiha dirigió su vista al frente tratando de olvidarse de lo que había visto y luego de unos segundos, se dio vuelta, rendido, para poder mirarlo mejor.

—Ejem… Deberíamos irnos ya—

—Sí—respondió Zetsu volviendo a colocarse la playera y mirando al moreno, quien se dio vuelta nuevo rápidamente y comenzó a caminar en dirección a la casa del peliverde. Pero aún así no logró evitar que Zetsu lo viera. Su profesor estaba… ¿Sonrojado? Debió fingir normalidad ante la confusión de ver al mayor ruborizado. Corrió para alcanzar a Madara y le agradeció por haberle enseñado todo eso, a lo que el azabache sólo respondió asintiendo levemente.

—Profesor Madara ¿Por dónde está su casa? —Preguntó Zetsu

—Un poco lejos de aquí, de hecho se llega por el camino contrario que la tuya—Respondió Madara

—Entonces… ¿Por qué se dirige hacia la mía? —Preguntó confundido el peliverde

—Te acompañaré hasta tu casa—Respondió el moreno

—¡Oh no hace falta! No es necesario que se tome tantas molestias conmigo, después de todo ya bastante es con hacer espacio en su agenda para enseñarme herbolaria—Dijo rápidamente Zetsu realmente apenado con el mayor por todas las molestias

—Claro que sí hace falta Zetsu y no es molestia, además un joven tan lindo no debería caminar solo por la calle a esta hora—En cuanto terminó la frase, el Uchiha comenzó a sonrojarse nuevamente —*¡Maldición! ¡hable de más!*

Zetsu lo miró sorprendido y se sonrojo por las palabras del profesor

—G-Gracias, profesor Madara—contestó mirando al suelo—*Me dijo lindo…*

Siguieron caminando en silencio hasta que llegaron a la casa del menor

—Hasta mañana, profesor Madara, muchas gracias por acompañarme—Agradeció aún apenado Zetsu

—Hasta mañana Zetsu-chan—Dijo Madara sin darse cuenta del honorífico que acababa de utilizar, el cual causó que el sonrojo en la cara del chico se intensificara y rápidamente caminó lo más rápido que pudo para desaparecer de ahí de una vez—Maldición, Ryu va a matarme—Murmuró Madara.

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—Zetsu… ¡Zetsu! —Llamaron, el joven peliverde abrió un poco los ojos al escuchar—¿Me están llamando? ¿Qué hora es?* —pensó aún medio dormido

—¡Zetsu! —Nadeshiko se estaba impacientando.

—Aaah… mamá ¿Qué pasa? —Respondió Zetsu con la voz pesada del sueño.

—Te quedaste dormido niño flojo, tu padre y yo ya desayunamos sin ti, pensamos que tal vez te habías ido con Uchiha-san a tus clases más temprano—

—¡Diablos! Voy a llegar tarde para la sesión de tutoría con el profesor Madara—Dijo el peliverde sonrojándose—Gracias, mamá—

—De nada, Zetsu—Dijo por último la pelinegra y con esto dicho, Nadeshiko bajó las escaleras y se dirigió a la sala a sentarse en un mullido sillón junto a su marido. Mientras tanto, Zetsu no podía evitar seguir sonrojado al haber nombrado al profesor, pues su noche estuvo llena de él.

Luego de que se despidieran ayer, el peliverde no había podido dejar de pensar en que el moreno la había llamado ''lindo'', además de haber utilizado ''chan'' al final de su nombre, tanto pensó en eso que cuando logró conciliar el sueño solo logró soñar con el Uchiha de cabello azabache… Y el sueño no era muy inocente que digamos, incluía a dicho profesor y a él mismo, ambos con un poco menos de ropa de lo normal, el lugar donde entrenaban y una posición que el pobre chico no entendía muy bien cómo era posible hacerla

—*Maldición, no voy a poder mirarlo a la cara…*—Pensó Zetsu aún ruborizado mientras finalizaba el ritual matutino con increíble velocidad y bajaba las escaleras para dirigirse a la cocina, agarrar una manzana y correr hacía el viejo invernadero lo más rápido posible para no llegar tarde.

Una vez allí, vio que Madara todavía no había llegado y ya habían pasado 10 minutos de la hora que habían acordado

—*¿Se habrá ido?* —pensó el albino mirando en todas direcciones para ver si encontraba al Uchiha.

Lo que el chico no sabía era que Madara se encontraba a mitad de camino desde hacía ya 10 minutos, teniendo una batalla consigo mismo sobre si debería o no ir a darle tutoría al joven peliverde que ahora ocupaba cada uno de sus pensamientos conscientes… e inconscientes, ya que el azabache también había tenido un sueño que no debería haber tenido

—*¿Qué debería hacer?... ¿Podré contenerme?... Genial, ahora actúo como un adolescente hormonal… ¿Y si no voy? Luego invento una excusa y listo… Pero Ryu se daría cuenta de que hay algo raro, él sabe que yo no termino compromisos así… ¡Argh, demonios!*

y dando un gran suspiro resignado decidió lo único que le ahorraría tener una pelea con su compañero y amigo.

Ya habían pasado 20 minutos desde la hora arreglada y Zetsu aún se encontraba solo en el invernadero.

*Bueno, empezaré por mi cuenta, seguro tenía algo importante por hacer…—Pensó Zetsu un poco decepcionado

Una vez que de nuevo fue hasta la gran maseta en donde crecía el manzano, comenzó a cuidarlo y seguía todas las ordenes que Madara le había dado para hacerlo

—Hola, Zetsu-chan— escuchó el joven dejando de cuidar la plantita y mirando en dirección de donde provenía el sonido.

—¡Profesor Madara! Buenos días, espero no le moleste que haya empezado sin usted—Dijo avergonzado Zetsu

—Para nada, lamento haber llegado tarde, me encontré con un compañero y me pidió que lo ayudara a llevar unas cajas a su casa—Mintió con naturalidad el azabache

—No hay problema profesor, sabía que si no había llegado aún era porque tenía algo importante que hacer— dijo el peliverde sonriendo dulcemente.

—Gracias, Zetsu-chan. *Es demasiado dulce… Casi me hace sentir mal por mentirle… Casi…*, Sigamos con el entrenamiento entonces—Finalizó sonriendo, a lo que Zetsu no pudo evitar sonrojarse, en su sueño Madara había sonreído de la misma manera. Desvió su rostro y volvió a lo que estaba haciendo minutos atrás. El profesor notó el rubor en las mejillas de su alumno pero lo desestimó en segundos, por el calor parecía que el rubor era normal.

Luego de unas horas y de que Madara comience a perder la cabeza mirando los movimientos -para él- sensuales de Zetsu, decidieron parar para almorzar algo rápido.

—Oh… no traje nada para comer…—Dijo algo avergonzado Zetsu

—Podemos ir al restaurante que está aquí cerca—Sugirió Madara

—Bueno yo… No creo que sea conveniente que vaya… Umm… Así…— dijo sonrojado. Madara lo miró y se dio cuenta a que se refería, estaba totalmente mojado por culpa de la manguera, no totalmente como la noche anterior pero lo suficiente para atraer miradas ajenas, por supuesto él no quería eso.

—Muy bien, entonces yo iré a buscar la comida, vuelvo en poco tiempo—Y dicho esto el moreno desapareció. Zetsu procedió a secarse un poco con la toalla que había traído de su casa, además, para evitar volver empapado a su casa otra vez, se trajo una muda de ropa que luego se pondría.

Pasaron unos minutos y el chico peliverde decidió sentarse en el piso del invernadero, esperando por el profesor

*Me pregunto si el profesor Madara tendrá novia… Es muy guapo y con un cuerpo tan bien formado puedo imaginar que sí….* Argh, ¿qué estoy pensando? ¿Me estoy volviendo un pervertido?— dijo Zetsu sonrojado para sí mismo

—¿Pervertido?— Madara apareció agachado detrás de él y se rió por lo que acababa de escuchar—¿Por qué serías un pervertido Zetsu-chan?—

El peliverde se dio vuelta rápidamente sólo para encontrarse cara a cara con el hombre en el que estaba pensando unos segundos atrás

—¡Profesor!— Intensificando su rubor y mordiéndose el labio inferior logró responderle al profesor—Este… Um… ¡Por nada profesor Madara!… Um… No dije nada, no me haga caso—Y Zetsu procedió a darle la espalda al Uchiha y a taparse su roja cara con ambas manos. Madara rió nuevamente pensando en lo tierno que era su alumno

—No tienes por qué avergonzarte, a mi me han dicho pervertido a veces… En fin, traje un poco de ramen ¿Comemos?—Preguntó el moreno, el peliverde se dio vuelta lentamente agradeciendo por el cambio de tema sin mirar a su profesor, más bien mirando a cualquier lado menos al profesor.

—De acuerdo—Respondió Zetsu, Madara le pasó su tazón de ramen y ambos se acomodaron en silencio para comer.

—¡Itadakimasu! —Dijeron al unísono ambos

Zetsu aún avergonzado no se animaba a dirigir la mirada hacia el Uchiha

*Necesito preguntarle si tiene novia, quiero saber, aunque no estoy seguro de porque, tengo mucha curiosidad ¡Anda Zetsu! Date valor y pregúntale*—Pensaba el peliverde

Luego de unos segundos, decidido, levantó la mirada sólo para encontrarse con que Madara ya había terminado su tazón, juntó coraje nuevamente y decidió tocar el tema de la mejor manera posible.

—Profesor… Um… ¿Usted tiene alguna novia?—Preguntó Zetsu, Madara levantó una ceja y rió levemente.

—¿Por qué la pregunta?—

—S-solo… curiosidad—Respondió Zetsu

El Uchiha tomó aire y tardó en responder, como dándole suspenso al momento

—No, no tengo ninguna pareja por el momento—Respondió con una leve sonrisa y Zetsu sonrió agradecido

Madara se inclinó levemente acercando su mano a la cara de Zetsu, el cual sólo se paralizó por el repentino movimiento del profesor. Una vez que la mano tocó el rostro del joven, éste se dio cuenta que el Uchiha había removido un pequeño pedazo de fideo que estaba pegado debajo de su labio inferior, para luego llevarse dicho pedacito a su boca, dejando aún mas paralizado a Zetsu

—… Tal vez un día de estos vuelva a tener una pareja…—Finalizó Madara dándole una mirada que Zetsu encontró… ¿Sexi? Aún sin salir del asombro, el peliverde no logró formar palabra alguna por lo que el moreno se decidió a hablar nuevamente.

—Bueno, si ya terminaste es hora de que volvamos a practicar… ¿Sí?—

Sacudiendo su cabeza, Zetsu logró responder con un casi inaudible ''sí'' y ambos volvieron a hacer lo que los trajo aquí en primer lugar, enseñarle herbolaria al chico.

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—*Esto no está funcionando… No está funcionando…*—pensó el profesor mientras miraba cómo Zetsu terminaba de excavar en la tierra

Si bien Madara había decidido que vendría sólo a mostrarle lo esencial, en toda la tarde no pudo evitar coquetear con el lindo y dulce peliverde, peor aún era que cada vez que lo hacía, el peliverde sonreía tiernamente y sus mejillas se ponían rosadas de vergüenza, la vista que le proveía era tan adorable que él simplemente no podía dejar de hacerlo, además, en su propia defensa, no es como si él se mostrase disgustado u horrorizado ante los avances del profesor, lo que sólo servía para aumentar las esperanzas y el deseo de Madara.

Él sabía que estaba mal, pero el solo hecho de mirarlo lo hacía cambiar de opinión en un instante, olvidando todas las razones que hacían de sus pensamientos y acciones algo reprochables

—*Debo ser el peor profesor y amigo de todo el mundo…*—Pensó suspirando y dándose por vencido ante la gran atracción que sentía por su alumno—Muy bien Zetsu-chan, para finalizar vamos a comprobar cuanto han crecido tus plantas desde que las plantaste y revisar que no tengan enfermedades o plagas—

—Sí, profesor Madara—

Ambos se dirigieron hacia donde se encontraban todas las masetas y también en la tierra fértil en donde había plantado árboles y plantas de suelo, ahí ambos vieron que llevaban un gran progreso y Madara estaba orgulloso de su alumno, sin embargo también tuvo que volver a excavar y regar todos los brotes ya que algunos estaban secos y otros tenían plagas, sin mencionar las malas hierbas.

Si bien solo le había enseñado cosas básicas era muy laborioso jalar la tierra, excavar y también debía lidiar con bichos y plagas, haciendo que al final Zetsu terminara con unos raspones además de un corte no muy profundo en su hombro derecho

—Zetsu-chan, lamento que estés tan lastimado…—Dijo el profesor apenado, mirando la herida en el hombro de Zetsu, mientras él le sonreía tranquilizándolo mientras se acercaba a su mochila en donde traía la muda de ropa entre otras cosas

—No tiene por qué lamentarlo profesor, el corte no es profundo así que no dejará cicatriz— Respondió el peliverde secando su pelo con una toalla—Además, yo fui un descuidado… Si alguien tiene la culpa soy yo— finalizó sonriendo de una de las maneras más dulces que Madara había visto, lo cual hizo que el autocontrol del profesor se vaya al diablo.

—Zetsu… tengo algo que confesarte—Dijo Madara serio

El peliverde se sorprendió, no entendía a que se debía eso, pero con todo y lo curioso que era asintió

—No tengo novia, porque no me gustan las mujeres pero tampoco tengo novio porque me gusta alguien más—Confesó acercándose lentamente al menor

Zetsu estaba tan rojo por la cercanía que casi no hizo caso a lo segundo, solo sabía que eso le había alegrado extrañamente. Pero lo que lo hizo pensar que se desplomaría en el suelo en cualquier momento, fue ver la sonrisa del profesor que se acercaba cada vez más y más, dejando ver aún mejor sus perfectas facciones. Una vez que Madara había cortado la distancia entre ellos quedando a nada más que un metro y medio del peliverde, se decidió a preguntar lo que tenía en mente.

—Zetsu-chan, no me mires así… Dime, ¿Te disgustó lo que dije?—

El peliverde salió del trance en el que estaba y miró confundido a su profesor ¿Disgustar? ¿Por qué le disgustaría eso si él era igual?

—¡No, profesor! Por supuesto que no... es solo que… no sé…—Tartamudeaba Zetsu cabizbajo pero sonriendo algo nervioso. Pero el pobre Zetsu no estaba preparado para lo que seguía: Madara acortó aún más la distancia entre ellos con una irresistible sonrisa en su cara y posó su mano izquierda sobre la mejilla roja de Zetsu. Los ojos dorados se dirigieron a los de el Uchiha abiertos de par en par por el sorpresivo movimiento del profesor y su cuerpo se paralizó en el lugar, lo que llevó a que el siguiente movimiento no fuese frenado: Madara cortó totalmente la distancia lamiendo una pequeña herida en el delicado rostro del joven, inmediatamente después le susurró al oído.

—Me gustas, Zetsu-chan… Mucho—Dándole una rápida lamida al lóbulo derecho de su oreja, alejando su rostro sólo unos centímetros lo miró a los ojos y Zetsu también lo miró, totalmente en shock por lo que acababa de oír ¿Cómo podía ser que Madara gustase de él? ¡No tenía sentido! Eran algunas de las cosas que pasaban por la ahora turbulenta mente del joven peliverde. Pero todo pensamiento fue interrumpido cuando los labios del profesor se posaron sobre los de él, Zetsu no pudo corresponder el beso al principio gracias a la enorme confusión en su cabeza, pero pronto se dejó llevar por lo que estaba sintiendo.

El beso comenzó suave y cariñoso, dejando que Zetsu se acostumbre a la sensación, para luego convertirse en uno agresivo y apasionado, lleno de necesidad, donde las manos de Madara comenzaron a familiarizarse con el cuerpo del joven, mientras el albino, sintiéndose desvanecer, se abrazaba fuertemente al cuello del profesor, Zetsu sintió cómo Madara lo empujaba suavemente y lo arrinconaba dejándolo atrapado entre un árbol y su firme cuerpo, permitiéndole discernir algo duro chocar contra su abdomen. Se separaron sólo unos segundos para tomar aire cuando el Uchiha decidió asaltar el largo cuello del peliverde, el cual -sorprendido de no haberse desmayado aún- suprimía con una mano en su boca todo tipo de suspiro o gemido que atentaba por salir

—Zetsu… Te deseo…—Murmuró el profesor contra su piel con una voz llena de lujuria, lo que provocó que una ola de calor recorriera su cuerpo concentrándose en su entrepierna

—Profesor… Madara…—Fue lo único que pudo articular en su estado, prendido en fuego, provocando un gemido por parte del profesor, el cual se estaba arrepintiendo ya de la decisión que había tomado, pero tenía que hacerlo

—Pero… No podemos hacerlo…—Dijo separándose de Zetsu, sorprendiéndolo y dejándolo algo confundido, feliz y decepcionado a la vez—Si bien saqué de mi mente el hecho de ser tu profesor y amigo de tu padre… Aún eres menor de edad y no quiero presionarte, pero debes saber que en verdad me gustas Zetsu y te deseo… Mucho… Por lo que voy a esperar hasta que tengas 18 y tu virginidad será mía—Finalizó con una sonrisa orgullosa

Zetsu no podía creer todo lo que escuchaba, su profesor lo deseaba y por sobre todas las cosas, quería quitarle su virginidad, pero ¿qué pasaba con su vida? Él siempre había estado enamorado de su gran amigo Tobi, aunque este jamás pareció tener interés en él, pero de todas formas jamás se había rendido y siempre quiso entregarle su primera vez a ese chico moreno que siempre amó, pero ahora Madara, un hombre 14 años mayor que él lo estaba clamando ¿Y por qué le devolvió el beso en primer lugar? ¿Por qué lo disfrutó tanto?... Si, Zetsu estaba confundido… Muy confundido

—P-Pero… Yo… siempre había estado enamorado de un chico amigo mío, me parece que es familiar lejano de usted… se llama Obito y…—

—Sí, eso me temía— dijo Madara un poco irritado—Por eso mismo haré esto: en estos dos años que restan, si Obito decide hacerte caso y se enamora de ti, te dejaré en paz. *Es lo menos que puedo hacer*. Pero si eso no sucede…—Dijo sonriendo, arrogante —Ya sabes el resultado—

Aún rojo por todo lo que había sucedo –y por la sonrisa del profesor- Zetsu no pudo soportarlo más y cayó en brazos de Madara, desvanecido, pero seguro de que estaba en buenas manos.

FIN

Oww que emosho Madara es un pervertido y Zetsu una ternurita*-* *Que novedad XD*

Bueno, si quieren que la siga dejen reviews n.n

Bye! bye!