Este es mi primer SwanQueen, esta idea surgió de la nada así que es todo muy descabellado, pero espero que os guste y que disfrutéis mucho con la historia.


Capítulo 1

Había tenido un día horrible, había perseguido a un marido infiel y encima con zapatos de tacón. ¿A quién en su sano juicio se le ocurre correr con tacones? Sí, solo tú Emma Swan, solo tú tienes esas ideas de bombero.

Terminó de subir las escaleras rebuscó en su bolso e introdujo la llave del piso en la cerradura. Dejó caer los tacones a un lado del pasillo y se dirigió hacía la cocina. Colocó la pequeña bolsa donde se encontraba un diminuto pastel y puso una vela encima.

- Y ya son veintiocho – suspiró la rubia y se apoyó en la encimera. – Bueno vamos allá – cerro los ojos y pensó 'a ver si esta año se cumple'Quiero tener una familia – dijo en voz muy baja mientras soplaba la vela.

Debes tener cuidado con lo que deseas, porque puede convertirse en realidad.

Se despertó por el tono de llamada del móvil, se arrastró fuera de la cama en su busca pero parecía que el universo estaba en su contra y no quería que lo encontrase. Cuando por fin dio con éste, tenía un mensaje de voz. Se frotó los ojos y se sentó en la cama, suspiró profundamente y miró la hora las 9:45 sí que se le habían pegado las sabanas hoy. Miró el mensaje de voz y decidió escucharlo.

- Emma Swan ¿Dónde diablo estás? – la voz de la mujer que estaba al otro lado del teléfono parecía bastante molesta. – Llevas más de 72 horas fuera de casa. Y no me coges el teléfono, así que supongo que estás por ahí bebiendo y divirtiéndote… o a saber…– la voz de la mujer parecía decepcionada – Mira solo te pido que si oyes el mensaje me llames. – No entendía nada. ¿Se podía tratar de otra Emma Swan? – Oye tienes responsabilidades…así que LLÁMAME DE UNA MALDITA VEZ.

Después de escucharlo seguía sin entender, claramente se trataba de un error, básicamente porque ella no tenía familia. Miró de nuevo la pantalla del móvil y se encontró con un fondo que no recordaba haber puesto. Se trataba de una foto en la que aparecía junto a ella un niño pequeño de unos diez años más o menos y al lado del niño una mujer, una mujer muy guapa con el pelo negro y unos labios, rojo pasión. Esto no tenía sentido. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Quién eran esas personas? De pronto algo captó su atención, en su dedo anular de la mano derecha había una alianza. Su cerebro se estaba colapsando.

- Emma, abre la maldita puerta – alguien golpeó la puerta con fuerza – Maldita sea sé que estas dentro. – Emma se levantó de la cama, aún sin entender nada y abrió la puerta, necesitaba saber que estaba pasando.

- ¿Quién demonios eres tú? – preguntó la rubia al abrir la puerta. - ¿Y por qué estas aporreando mi puerta?

- ¿Cuánto bebiste anoche? - preguntó la morena de la foto, entrando en la habitación del hotel. – Que ya ni te acuerdas de tu mujer.

- ¿Cómo? – preguntó sin entender nada – Un momento, te he hecho una pregunta.

- Y yo a ti otra y todavía no me has respondido ¿Dónde has estado estos tres días? Estaba preocupada. Si no llega a ser por Ruby…

- Espera, espera… ¿Quién es Ruby?

- Por todos los santos Emma, déjate de tonterías, pensé que te había pasado algo. Y estas aquí …

- Vale, está bien. Se acabó. Exijo saber quien diablo eres y porque me estás hablando como si me conocieras de toda la vida. – exigió saber Emma levantando la voz.

De pronto, sintió como el tiempo se paraba y su cabeza daba vueltas.

- ¿Qué me está pasando? – logró articular antes de desmayarse.

Cuando abrió los ojos, la luz de lo que parecía ser una habitación de hospital la segó. Cerró fuertemente los ojos de nuevo y tomó aire. Abrió los ojos en cuanto oyó la puerta.

- ¡Mamá! – le voz de un niño de 10 años, hizo que su cabeza estállese, pero fue aún peor cuando se abalanzó sobre ella y la abrazó. – Mama…menos mal que estás bien, creímos que te había pasado algo malo.

- Ey…chico, no te ofendas pero…creo que te has equivocado de mamá… - susurró, sentía como su cabeza daba vueltas de nuevo.

- Mama… ¿pero qué dices? – la voz del crio parecía muy desilusionada.

- Henry, cariño, ven aquí – dijo una voz que le resultaba tan dolorosamente familiar.

- Mami… ¿Qué le pasa? – dijo aún más desilusionado.

- No te preocupes mi amor…

- Oye, morena no te ofendas…pero me duele mucho la cabeza… ¿me puedes decir qué demonios ha pasado? – la rubia se incorporó en la cama.

- Emms, ten cuidado – Regina se acerco a ella y le ayudó a colocar la almohada detrás de la espalda.

Justo cuando iba a exigir una explicación de todo esto, alguien que parecía ser un médico entró en la habitación.

- Y aquí tenemos la familia Swan-Mills – empezó diciendo - ¿Cómo te encuentras Emma? – le preguntó mientras miraba sus pupilas

- Eh…bien – dijo segada por la luz – yo… me duele la cabeza…y no recuerdo nada… - suspiró - ¿Cómo llegue aquí?

- ¿Qué es lo último que recuerdas? – preguntó el medico

- Yo… - todo era tan confuso – yo…la…la recuerdo a ella – miró hacia la morena cañón que estaba al lado de su cama, aferrándose fuertemente al niño – aporreando mi puerta y diciendo un montón de estupideces… Después – soltó un gemido de dolor, no recordaba nada mas… ¿o sí? – después recuerdo haberme desvanecido.

- ¿Se golpeó la cabeza al desmayarse? – preguntó el joven médico a la morena.

- No, logré sujetarla antes de que cayera al suelo.

- Bueno… tienes suerte de ser la mujer de la alcaldesa, porque si no, no podríamos haberte realizado el TAC, con tanta urgencia – comentó el médico.

- ¿Espera qué? – la voz de Emma sonaba horrorizada - ¿La mujer de quien? ¿Pero de qué va todo esto? – levantó la voz, pero solo se perjudicó a sí misma, porque su cabeza no lo podía soportar.

- ¿Emma…sabes quién es ella? – por primera vez desde que había entrado en la habitación doctor Whale se dio cuenta de que en realidad la rubia que estaba tendida en la camilla no sabía lo que estaba pasando.

- No… - dijo Emma – no sé quien es ella… no la reconozco y tampoco reconozco a este niño…ni a usted… ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando conmigo?


Más adelante a medida que salgan otros personajes os iré comentando quiénes son en la vida de Emma.