Ladybug fue liberada de las cadenas electrónicas que Lady Wifi había puesto sobre sus manos antes de desaparecer, dejando a la azabache en la cocina, a sabiendas de que sus acciones eran transmitidas a todo París. No perdió tiempo e invocó su Amuleto Encantado, importándole poco que su transformación acabaría a los pocos minutos y que su identidad podría ser descubierta.

Obtuvo como objeto lleno de la buena suerte que la caracterizaba una cena precalentada para microondas, no tuvo que pensarlo mucho antes de meterlo en aquel aparato para el que estaba destinado, sin quitar el envoltorio de aluminio.

Llevándola hasta la puerta del cuarto refrigerante donde se encontraba Chat Noir prisionero y tiritando de frío, completamente segura de que así rescataría al chico. Pero algo salió mal.

El microondas explotó antes de tiempo, evitando que la puerta se abriera; ninguno de los dos podía creer lo que había pasado, la buena suerte de Ladybug los había defraudado.

—¿Ladybug? P-por f-favor... ayúdame.

La azabache observó todo lo que había a su alrededor en la cocina del hotel, deseando encontrar algo que la ayudara con aquel impedimento, sin embargo, no tuvo éxito. El único objeto que podía ayudarla se encontraba ahora inservible.

—¡Chat Noir, resiste! —sin saber qué más hacer, empezó a forcejear con la puerta del frigorífico, más esta no se movió ni un milímetro.

Ladybug sintió como las lágrimas se le escapaban, escuchando como poco a poco su compañero de batallas hablaba cada vez más bajo y como los golpes contra la puerta iban disminuyendo su fuerza.

Continuó forcejeando con la puerta, a pesar de que a cada segundo que pasaba se sentía más desesperada. Pues las suplicas de Chat Noir habían disminuido su volumen, hasta que se volvieron inexistentes.

Y fue ahí cuando la chica lo entendió, no importaba ya si lograba abrir la puerta, porque el cuerpo de su amigo se encontraría congelado y ni los paramédicos ni la magia que la rodeaba podría cambiar aquel hecho.

Todo había acabado para el chico detrás de la máscara negra, todo por su culpa.

Entonces despertó, levantándose de golpe con la respiración agitada en medio de su habitación; con un gran alivio que empezaba a calentar su corazón al entender que se había tratado de una jugarreta de su imaginación.

Aun así, no pudo evitar preocuparse, si bien la idea de defraudar a Chat Noir era algo en lo que había pensado esporádicamente, estos nunca se habían presentado ante ella a través de sus sueños y mucho menos ante la clara idea de verlo perder la vida por una equivocación suya.

El reloj marcaba las 2:40 de la madrugada y a su lado, Tikki dormía tranquilamente, ajena a las ideas que en ese momento rondaban su cabeza.

¨Fue un mal sueño y nada más¨ se dijo mentalmente, acomodándose nuevamente sobre su cama. Y aunque intento reconciliar el sueño, este no volvió.

Cada vez que cerraba los ojos su cabeza le advertía que recibiría un sueño igual al anterior, incomodándola.

Así pasaron los minutos, hasta que una canción que funcionaba como alarma se dejó escuchar desde su teléfono celular al tiempo que su pequeña amiga despertaba.

—Marinette, ya levántate —Decía la kwami mientras apagaba la alarma.

Sus ojos que antes se encontraban entrecerrados se abrieron por completo al ver a su portadora levantándose rápidamente y sin quejarse.

—Buenos días Tikki.

La chica se dirigió al baño sin esperar una contestación, dispuesta a darse una ducha rápida que le quitara el cansancio de la cara y sin evitar pensar que esa era una mala forma de comenzar la semana.

El día en la escuela fue largo, en su cabeza podía escuchar un agudo silbido interminable que la hacían tener un gesto molesto, por el cual se había ganado una mirada curiosa por más de un profesor.

Fue hasta que Alya le habló que se dio cuenta que el receso había comenzado, incluso, que el día escolar había concluido. Estaba a punto de dirigirse a su casa, con la idea clara de tomar una siesta hasta que su amiga la detuvo.

—Marinette, ¿a dónde vas? Tenemos el trabajo de historia.

La chica de ojos color cielo la vio inquisitivamente, mientras que la morena y un par de chicos la veían con ojos preocupados.

—¿El trabajo de historia? —Realmente no sabía de qué le estaba hablando su mejor amiga.

—Nos acaban de asignar una exposición sobre alguna obra representativa del romanticismo, ¿no lo escuchaste? —Quien le preguntaba era su amigo Nino mientras le regalaba una sonrisa divertida dado su despiste.

—S-sí, claro... ¿Vamos a la biblioteca entonces? —El grupo de amigos asintió, los chicos tomaron sus cosas y emprendieron su camino.

Al parecer el trabajo tendría que realizarlo con Alya, Adrien y Nino; sorprendiéndose al notar la presencia del rubio que hasta ahora le había pasado desapercibida, a pesar de que él no había quitado su mirada de ella.

Ya en la biblioteca y tras una conversación en la que la azabache no participo, Alya y Nino se levantaron de la mesa que habían tomado para buscar los libros que necesitaban.

—Marinette —Fue la voz del rubio que le hizo recordar que estaba realizando un trabajo escolar —¿estás bien? Nosotros podemos avanzar el trabajo. No creo que a Alya y a Nino les moleste si te ausentas.

A pesar del dolor de cabeza pudo notar la genuina preocupación en la voz masculina, enterneciéndola.

—Estoy bien Adrien —Sus palabras fueron dichas naturalmente —Solo tuve una mala noche —Sonrió de lado, obteniendo una sonrisa del contrario.

Cuando Alya y Nino regresaron Marinette se obligó a poner atención a lo que tenían que hacer, no podía dejar que un escenario producto de su imaginación tuviera tanta importancia. Seguramente hoy se acostaría a dormir y tendría un sueño que le acelerará el corazón con Adrien como protagonista, en vez del chico disfrazado de gato.


¿Alguien esta sufriendo un dejavu? Si es así, no se preocupen, es completamente normal.

Ya estoy de vuelta en casa, pero hoy debo pasar la noche en vela (alguien debe estar al pendiente de nuestra querida paciente). Mi idea era escribir AL DESCUBIERTO, pero no confió mucho en mi en estos momentos. XD

Así que me dije: arregla uno de los fics que borraste, debe ser más fácil que escribir desde un resumen de cinco renglones.

Si alguien no entiende lo que digo: lo siento mucho. XD

Gracias por leer, votar y comentar.