Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.

Esta historia será de unos cuantos capítulos; no sé cuántos en total xD. Tened compasión que es la primera sobre Harry Potter que hago xD.

Y... ¡a por todas! xD

UN FIN DE SEMANA

- ¿Qué te parece?

- ...Una casa muy bonita... , ¿nos podemos ir ya?.

Lily le dirigió una mala mirada de reojo

- Hemos venido para que conozcas a mi familia y no te vas a librar.

James Potter frunció el ceño ligeramente observando a su novia; ¿no entendía que los nervios estaban acabando con él en ese momento?.

Lily Evans lo miró sonriendo y agarrando su brazo lo jaló hacia la puerta. Tocó el timbre y esperó a que la puerta se abriera.

- ¿Por qué Sirius no podía venir?.

- Son tus suegros, no los suyos.

- Ya, pero...

Sus palabras fueron interrumpidas cuando oyeron el sonido de una puerta abriéndose y un gran saludo le dió la bienvenida, a punto de dejarlos sordos de por vida.

- ¡Cariño, ya estas aquí!

James pudo ver cómo una señora de unos cincuenta y cuatro años abrazaba a Lily, sin duda alguna era su madre. La señora Evans tenía el pelo de un color castaño y era de baja estatura , era algo obesa y tenía la misma sonrisa que su hija.

Después de abrazar a la joven con gran emoción, se volvió hacia él.

- Tú debes de ser James, ¿verdad?.

- Creo que sí - Respondió con una sonrisa nerviosa.

- Encantada, soy Josephine Evans - Se presentó con alegría, dándole un abrazo menos 'alegre' que el que le había dado a Lily, cosa que James agradeció profundamente.

- Pasen, pasen.

'Vaya, sí que tiene fuerza' Pensó al sentir el brazo de la señora Evans arrastrándolo hacia dentro.

- Es una casa realmente acogedora - Comentó admirado.

- Gracias, querido.

- ¿Dónde están papá y Petunia? - Preguntó Lily

- En el salón, vayan, yo estaré en un momento, estoy preparando la cena.

Lily lo tomó de la mano, dirigiéndose a la sala.

A cada paso que daban, James se sentía más sorprendido, cada cosa que veía lo dejaba impresionado.

- ¡Eh, mira!, las personas de los retratos están petrificadas.

Ella soltó una carcajada y le murmuró al oído.

- En el mundo muggle no se mueven.

- Vaya,... qué triste.

- ¡Lily!

El joven de cabello azabache se sobresaltó, y alejó la vista de los cuadros para posarla en un hombre de cabello negro corto y unos grandes ojos verdes.

- ¡Papá!

Ella se apartó de su lado y corrió hacia su padre.

Le había hablado mucho de su familia, y en cada frase que decía estaba su padre, el cariño que le tenía a su progenitor era inmensamente fuerte.

- ¡Así que este chico es el novio de mi niña!.

James deseó que la tierra se abriera y lo tragara en ese mismo instante, la voz de su suegro era dura y por un momento quiso dar la vuelta y echar a correr.

'¿Y si me echa una maldición cuando estemos solos?' - Pensó - '¡Un momento... es un muggle sin magia alguna!'

- Acércate, chico, no voy a morderte - La expresión del mayor se tornaba perpleja ante la actitud de Potter.

Por un instante se sintió el más perfecto idiota de todo el universo.

- Lo siento, soy James Potter - Dije, ofreciéndole mi mano a modo de presentación.

- Lo sé, Gerald Evans - Murmuro, estrechándosela. - ¡Petunia...!

'Genial, más gente...'

Detrás de Gerald apareció una chica bastante delgada, rubia, y con un cuello... poco común.

- ¡Hola! - La saludó James aún más confiado que antes.

- Hola - Dijo fríamente.

- ... Petunia, ¿no? tu hermana me ha hablado mucho de ti.

- Ah, ... qué maravilla - Su tono era irónico y miraba a James como si éste fuera una mosca a la que hubiera que aplastar.

...´

- Ayudare a mamá con la cena, espero que os conozcáis mejor en unos escasos minutos - Bromeó Lily, dirigiéndose a la cocina.

- Pensé que eras menos callado - Comentó Gerald, sonriendo, mientras se dirigían al salón.

- Y lo soy... pero estoy muy nervioso... - Sonrió también, mirándolo.

- Al menos, eso es normal - Replicó Petunia con una mueca burlona, que desapareció al sentir la mirada de reproche en su padre.

Unas carcajadas resonaron en la entrada hacia el salón, quebrando la tensión de unos segundos que se había formado por las palabras de su cuñada.

- ¿Qué ocurre?- Preguntó el señor Evans al ver entrar a su hija y a su mujer.

- Lily ha transformado... una taza de... té en una rata - Dijo, entrecortadamente por las risas.

El joven de cabellos revueltos las miró extrañados: ¿desde cuándo eso causaba tantas carcajadas?.

Petunia parecía de su misma opinión, porque arrugó el ceño tan fuerte que daba miedo.

- Vaya, un poco más y se le deforma la cara más que antes - Pensó James divertido.

Se incorporó en el sofá en el que se había sentado momentos antes y comentó:

- Si le agradó lo de las ratas, espero que le agrade esto.

Su mano se dirigió al bolsillo de su pantalón y sacó la varita junto con un pañuelo blanco.

- Florens - Pronunció apuntando su varita hacia la tela.

Al instante, un ramo de flores blancas yacía en sus manos.

- Para usted - Dijo, extendiendo el ramo hacia la madre de su novia.

- Oh, ¡Muchas gracias, me encantan! - Gritó, dándole dos sonoros besos en las dos mejillas.

- Que... alegre es tu madre - Murmuró a Lily, una vez que ella estuvo sentada con él, mientras la señora Evans iba a poner el ramo en un jarrón con agua.

- Sí - Dijo, riéndose por lo bajo - Es un poco loca, pero yo me parezco mucho más a mi padre, soy más calmada - añadió al ver la pregunta en los ojos de su novio.

No hace falta que me lo digas dos veces, eso lo sé yo - Susurró, sonriendo afectuosamente.

Sí, en su relación, el único 'loco' era él.

Aunque siempre tenia una excusa perfecta:

'¡Es que Sirius me ha mal acostumbrado!'

Pero eso sólo era un pretexto, la verdad es que cuando su mejor amigo y él se conocieron, los dos eran igual de revoltosos. Pero en fin, sólo era una excusa.

Él tan alocado y ella tan calmada

En fin, después de todo hasta la física lo confirmaba, ¿no?. Los polos opuestos se atraen.

Aunque debía admitirlo, jamás pensó que la pelirroja que tenía al lado lo iba a soportar más de cinco minutos y eso que le había gustado desde su quinto año en Hogwarts.

- Tu pelo es muy original - Comentó el señor Evans con alegría.

- Sí... ¿te lo has peinado antes de venir? - Preguntó con ira Petunia.

- Bueno... lo intenté - Respondió riéndose junto con los otros dos, mientras Petunia lo miraba de mala forma.

- ¿Lo intentaste o no tenias demasiada fuerza para conseguirlo?

James, ajeno a las malas indirectas de la chica respondió:

- Lo intente, pero se hace lo que se puede, Pet.

Petunia volvió a arrugar el ceño como antes al oír 'Pet', logrando que el chico prolongara su risa.

Lo que daría porque Sirius estuviera ahí, de seguro no dejaría de molestar a 'Pet'.

- Vamos, dí la verdad, te encanta como lo tienes - Replicó Lily - Te encanta cómo lo tienes.

- Sí... la verdad es que sí.

- Bueno... sobre gustos no hay nada escrito - Comentó la hermana de Lily, observando su pelo.

' Me está empezando a caer insoportable' - Pensó Potter.

Segundos antes no le caía tan mal, pero ahora le caía bastante mal. Con su pelo se metían muchos, aunque dejaron de hacerlo al ver que a éste le maravillaba su forma. Pero no le agradaba, para nada, que se metieran con él.

De buena gana me gustaría saber qué haces con tremendo cuello´- Volvió a pensar, irritado.

- ¡La cena está lista!.

Los cuatros se levantaron de sus asientos y la mano de Lily lo dirigió, según pudo notar después, al comedor.

Bueno, al menos, no había estado tan mal como esperaba, excepto por la idiota que caminaba detrás de ellos, Petunia Evans, alias Pet.

Sonrió al mirarla de reojo, pensando que después de todo, el fin de semana que iba a pasar con la familia de su novia no estaría tan mal.

Continuara...
xD