No Más Lágrimas.
Ella se ha cansado de llorar, y de sufrir por un amor que no le corresponde y que solo la lastima al saber que nunca podrá hacerlo.
Ha decidido no sufrir más, no derramar mas lagrimas por alguien que en algunas ocasiones se olvida de ella por completo, solo por estar con quien ama, olvidar a quien solo la ve como un objeto que puede ver los fragmentos de la perla.
Hará todo lo posible por olvidarlo, aunque sabe que será un largo y muy difícil camino por recorrer.
- No más.
Era una noche fría, en el cielo nocturno solo se podían divisar unas pocas estrellas, una chica de cabello azabache se encontraba sentada abrazando sus rodillas bajo un árbol, tenía sus ojos hinchados, y no dejaba de llorar. Se había alejado de sus amigos, para caminar un poco, no se había estado sintiendo nada bien estos últimos días, y ahora se sentía mucho peor, después de haber visto al hanyou con… ella, su corazón quedo completamente desecho.
Había escuchado el murmullo de unas voces, y decidió ir a ver de quien provenían, aunque ya tenia el presentimiento de saber de quien eran ambas voces, y aun así quiso verlo con sus propios ojos, quizás por masoquismo o solo por el hecho de poder comprobar que su amor jamás podría ser correspondido.
Mantenía la mirada perdida, y sus ojos estaban opacos no existía en ellos el brillo que siempre tenían.
De ahora en adelante trataría de arrebatar ese amor de su corazón, ese amor que solo la lastima, se olvidaría de quien no la aprecia ni le da el valor que ella se merece, de quien la trata mal al lastimar sus sentimientos aunque no lo sepa, comenzaría a pensar y buscar su felicidad, pensar en ella antes que en los demás, no podía soportar seguir sufriendo. Prometería ser buena consigo misma para así después llegar a amar a quien realmente la merezca, y le ofrezca un amor incondicional.
-.-.-.-.-
Trata de moverse pero le es imposible, al parecer alguien la tenia rodeada entre sus brazos, abre sus ojos lentamente y puede ver una tela roja sobre su vientre sabiendo que es el haori del hanyou, abre sus ojos lo mas que puede, como puede atreverse a irla a busca y además estarla abrazando de tal forma, después de haber estado con… Kikio.
- ¡Suéltame! –dice casi en un grito separándose rápidamente del hanyou y poniéndose de pie-
- Kagome soy yo –lo dice el ojidorado levantándose y acercándose a la pelinegra, quizás había pensado que era alguien mas-
- Se muy bien que eres tu, y no quiero que te me acerques –dice haciendo todo lo posible por calmar las ganas de llorar, si tal vez estuvieran en otra situación y la noche anterior no lo hubiese visto con su "querida Kikio", quizás seria diferente y se sentiría feliz al poder estar entre los brazos del hanyou, pero ahora solo podía sentirse humillada, porque ella solo era la otra-
- Pero Kagome ¿Qué te sucede? –acercándose más a la chica y ve como ella da unos pasos hacia atrás como si estuviera impresionada al verlo, pero… ¿Por qué?-
- No te me acerques –dice para comenzar a caminar en la dirección en donde se encontraban sus amigos, se marea un poco haciéndola caer sentada sobre sus rodillas-
- ¡Kagome! -tratando de ir a tomarla entre sus brazos, pero ve como ella forma un campo de fuerza a su alrededor y así mantenerlo alejado, ¿Qué le sucedía?-
Ve como la chica aun se mantenía sentada sobre la hierba, tratando de recobrar sus fuerzas, hace algunos días que la veía algo pálida, y anoche cuando la encontró pudo notar como tenia un poco fiebre y se encontraba temblando, así que lo único que pudo hacer fue abrazarla para brindarle un poco de su calor, lo menos que deseaba era que ella se enfermase.
- ¡No te acerques! –escucha como lo grita la chica cuando coloca unas de sus manos sobre el campo de fuerza-
- ¿Estas bien? –pregunta Inuyasha al ver como la chica comienza a ponerse de pie-
- No tienes que preocuparte por eso, no es tu problema –responde de una manera fría sin dirigirle la mirada al chico-
Queda paralizado al escuchar esa respuesta por parte de la chica, nunca antes le había hablado de esa forma, y ahora que lo hizo sintió comos si le hubiesen dado un gran golpe al cual no puede defenderse.
Ve como la chica comienza a caminar nuevamente, y él empieza a caminar unos pasos detrás de ella. Quería acercarse a ella y poder preguntarle que era lo que le sucedía, y que le respondiera como siempre lo hacia y le regalara una de sus sonrisas.
- ¡Kagome! –lo grita el kitsune al ver a la chica acercarse hacia ellos, y saltando a sus brazos-
- Hola Shippo –dice la chica al pequeño zorrito entre sus brazos, y regalarle una sonrisa-
- ¿Dónde estabas? Nos tenías preocupados –pregunta y dice Shippo-
- Solo fui a caminar un poco, y me quede dormida –responde, y esa era la verdad-
Poco después llego Inuyasha, puede ver como la pelinegra se mantenía abrazando al kitsune con una sonrisa, ahora se daba cuenta que solo estaba incomoda con él, y eso lo hería.
- Sango –la llama Kagome, y ve como la taijiya voltea a verla- ¿Me prestarías a Kirara?
- Claro, ¿A dónde iras? –pregunta viendo a su amiga-
- Regresare a mi época –responde simplemente al saber que el hanyou ya ha llegado detrás de ella y sin importarle como lo tome-
- No puedes hacer eso –dice el hanyou acercándose a la joven miko- no me lo habías dicho, y no puedes irte así como si nada
- En primer lugar si puedo hacerlo –dice dándose vuelta para así poder ver a Inuyasha- en segundo ¿Por qué tengo que avisarte cada vez que voy a mi época? Ya me canse de esto –expresa un tanto alterada, mientras Shippo da un salto hacia la hierva-
- Kagome, debes permanecer aquí porque tú eres la única que puede ver los fragmentos de la perla, y te necesitamos para poder buscarla –lo dice sencillamente, pero como tratando de ocultar algo-
- En eso te equivocas, porque tu "querida Kikio" –resaltando en las dos ultimas palabras- también puede verlos, así que puedes pedirle que te ayude, si te apresuras podrás alcanzarla no debe estar muy lejos –dice en forma cínica, aunque con esas palabras sentía como su corazón era destruido, pero no permitiría que él la viera llorar, no mas-
- Ka… go… me –susurra casi para si mismo-
- No, no digas nada, no tienes que hacerlo –dice sencillamente, al pensar que el hanyou querría defenderse- ya me canse de esto, de ser solo nada mas que un objeto para ti, un radar de los fragmentos, ¡No lo soporta mas! –lo grita tratando de que con eso pueda desahogarse un poco-
- ¿Sabes? –pregunta la misma Kagome- yo soy humana, y siento dolor y sufrimiento aquí –llevando una de sus manos a su pecho, en donde esta su corazón- y talvez porque tu seas un hanyou no puedas darte cuenta de eso, y quizás no sufras de igual manera, y vaya que tienes suerte –dice dándose la vuelta y ver como Kirara se transforma y con ayuda de Sango sube en ella-
- Regresare en dos semanas –informa la pelinegra- y si no lo hago, no te molestes en buscarme –dirigiendo su mirada al ojidorado mostrando un tanto de frialdad en ella-
Solo se queda suspendido en sus pensamientos, analizando todo lo que acababa de decir la chica.
Y talvez porque tú seas un hanyou no puedas darte cuenta de eso
Ella nunca antes lo había llamado de esa forma, hanyou, ella siempre lo veía como alguien normal y fue por eso que pudo confiar en ella. Realmente era un verdadero miserable, por no haberse dado cuenta de todo el daño que le había hecho a Kagome. Y se merece lo que ella le dijo y mas.
Comienza a caminar con el cabeza baja, sumido en sus pensamientos.
- ¿A dónde vas, Inuyasha? –pregunta Miroku al ver como el hanyou ha comenzado a caminar-
- A la aldea, a esperarla –responde simplemente ¿A dónde mas podría ir?-
-.-.-.-.-
Hace ya una semana que había regresado a su casa, una semana que no sabia nada de él, tratando de olvidar su amor, de borrar todo su sufrimiento, pero eso es algo que solo con el tiempo podrá hacerlo.
Estaba sentada en el suelo de su habitación, mantenía su espalda recostada a la orilla de su cama, abraza sus rodillas escondiendo así su rostro. Sentía como si el suelo se rompiera en miles de pedazos en la misma forma que su corazón, y caía lentamente a un vacío sin final, del cual solo ella podría salir, al esforzarse y poder dejar todo su sufrimiento atrás, y poder encontrar al fin felicidad.
De ahora en adelante trataría de borrar la voz arrogante de ese hanyou orgulloso, olvidar el sabor de sus labios, esos que solo tuvo una oportunidad de probar, lo que mas le costaría seria poder borrar todo el amor que sentía hacia él. Pero se esforzaría al máximo hasta poder lograrlo.
Ella debía encontrar a alguien que la valorara, y que la mereciera, que no la tratara como un objeto, alguien que se diera cuanta de su dolor, y también alguien que sea capaz de ayudarla a poder sanar su corazón.
Ahora ella seria su ángel curador, no se dejaría llorar más por dolor o sufrimiento, buscaría tan solo lágrimas de felicidad. Se daría su lugar y cuidaría su corazón más que a nada, ya que es su único tesoro, de ahora en adelante no más lágrimas, no más dolor, no más con un amor que solo la lastima, no mas… Inuyasha…
Desde ahora se prohibiría verlo a los ojos la próxima vez que estuviera frente a él, su mirada solo acabaría con ella y separaría a su mente de su alma.
Ya sus ojos no derramaban lágrimas, es como si se hubiesen cansado de tanto llorar, pero aun así su corazón seguía manteniendo un gran sufrimiento. Ese hanyou orgulloso había sido el único que ocupo su corazón, como lo amo a él, no había amado a nadie mas, y no esta segura de poder llegar a amar a alguien con toda la pasión que había sentido hacia el hanyou.
-.-.-.-.-
Se encontraba parada delante del pozo que conecta a dos épocas completamente distintas, volvería al Sengoku, aunque en el fondo no quisiera, no quería volver a verlo, pero debía volver, después de todo ella tiene la responsabilidad de buscar aquella perla, pero después de recuperarla regresaría a su época para no volver nunca mas al Sengoku.
Desde hoy al llegar al Sengoku, empezaría a vivir por ella misma, borraría a ese hanyou de su vida, o por lo menos lo intentaría, debía darle el lugar que él se merece, un lugar en el olvido donde no pudiese hacerle mas daño a su corazón.
Da un profundo suspiro para luego saltar al pozo que conecta a aquella época de guerras, en donde conoció el amor y también el dolor, al enamorarse de alguien que no la ve como una mujer. Pero de ahora en adelante será todo diferente y comenzaría desde cero, como si el amor que sintió hacia el hanyou se hubiese desvanecido por completo. Ya no lloraría de nuevo por él, no seguiría sufriendo, no mas…
¿Fin?
Nunca se deja querer a la persona de la que realmente has estado enamorada. Solo se puede aprender a vivir sin él.
Hola, aquí traigo una historia algo triste lo se, y espero les guste.
Si se preguntan si este es el final se esta historia, eso dependerá de ustedes, si desean que la continué, dejen sus comentarios
Sayonara! Matta ne!
