Simplemente, Te amo.

Porque Maka solo tenía ojos para Soul. Lo amaba cada día mas.

Lo amaba cuando la molestaba.

Lo amaba cuando no quería despertar por las mañanas para ir al Shibusen.

Lo amaba cuando hacia cosas pervertidas con ella.

Lo amaba cuando roncaba o babeaba en clases cuando se aburría.

Lo amaba cuando caminaba con esa pereza que dudaba mucho, fuese sana tener.

Lo amaba cuando la miraba a los ojos y lo amaba cuando pasaba ligeramente la punta de sus dedos sobre su piel.

Lo amaba cuando cuidaba de ella cuando enfermaba o volvía muy herida de una misión.

Lo amaba y ella lo sabía y ante estos pensamientos, solamente podía sonreír pues, aunque nunca le dijera estas palabras frente a frente, ella simplemente lo amaba y estaba orgullosa de eso.

-Ne, Soul –lo llamo mirándolo con unos ojos llenos de amor y ternura. Ante tal mirada Soul apago el televisor y la volteo a ver, deleitándose con aquellos ojos esmeraldas que solamente lo miraban así a él y a nadie más.

-Dime –dijo quedamente, mientras le sonreía con un amor desbordante.

-Te amo –y tras decir aquellas palabras, el rostro de ambos se ilumino de una manera que nunca nadie pudiera haber imaginado.

-Yo también te amo, mi linda Maka –le siguió sonriendo de aquella manera tan especial mientras acariciaba su mejía.

Con solo esa palabra bastaba para que ambos fueran las personas más felices del mundo. Se amaban con locura y no les importaba nada mas mientras ellos estuvieran juntos pues simplemente, ellos se amaban.