Hola! Aquí les traigo una nueva historia, espero sea de su agrado.

Love Live no me pertenece.


"¿En qué estaba pensando? Miles de veces o más me lo he preguntado. He perdido la cuenta de la cantidad de veces que he intentado quitarme la vida."

Maki se encontraba sentada en el suelo, apoyada en su cama, la habitación se encontraba a oscuras, había papeles regados por el suelo, sólo se podía oír el sonido de las gotas de lluvia golpeando la ventana y las lágrimas cayendo al vacío. Un líquido carmesí caía por sus brazos, ya no sentía dolor, hace rato se había acostumbrado a ello.

"¿Qué se supone que debo de hacer?"

Se encontraba perdida. Desde pequeña hacía todo para complacer a los demás, primero a sus padres, luego a sus amigas, aunque sabía que ellas nunca la obligarían a hacer algo que no quisiera, pero por lo mismo no podía negarse.

Desde que se había graduado de la preparatoria, su vida había vuelto a ser monótona, se había perdido en la rutina, de algún modo terminó alejándose de todos y como no era muy buena para relacionarse con los demás no pudo hacer nuevos amigos en la universidad. Estaba sola, pero no le sorprendía, antes de u's siempre había sido así y no le había importado, entonces, ¿Por qué ahora se sentía tan miserable? Sabía la respuesta, había conocido lo que era tener buenas amigas, lo que era sentir pertenecer a algún lado, tener una "familia" y alguien por quien suspirar, ahora que había probado aquello no podía volver a ser una solitaria.

—Agh que molesto.

Suspiró. Por culpas de las largas jornadas de la Todai, no se contactó con ellas, y aunque éstas en un principio la buscaran, ella se encargó de alejarse.

—Soy una idiota.

"Sí que lo eres" respondió su cabeza. Estaba ya en 4to año de Medicina en la prestigiosa Universidad de Tokio, iba al día y con las mejores calificaciones, todo el mundo la felicitaba, sus padres estaban orgullosos, pero aún así se sentía vacía.

—Nunca quise estudiar medicina en primer lugar.

Soltó melancólica. Se puso de pie, encendió la luz y comenzó a recoger los papeles manchados de sangre y los envoltorios de las pastillas, otro intento fallido, ¿Cuántos iban ya? Era la mejor de la promoción, bien sabía qué tenía que hacer para acabar con todo, pero siempre terminaba fallando, de seguro una pequeña parte de ella quería seguir aferrándose a la esperanza de que aquellos buenos momentos que había vivido en la preparatoria regresarían.

Luego de ordenar la habitación de su apartamento, decidió salir de aquel lugar, necesitaba relajarse, pensar en otra cosa. Comenzó a caminar por las calles de Tokio y vio un local que llamó su atención, parecía algo elegante, pero sin llegar a ser ostentoso.

Entró y se sentó en una de las mesas. Había un piano en el centro del lugar y una chica lo tocaba, era hermosa, cabello castaño claro llegando a rubio, tez blanca, ojos verdes, de seguro era extranjera. La melodía era suave, pero no dejaba de ser virtuosa.

Maki no podía dejar de mirarla, el cómo interpretaba las obras la había dejado perpleja. Llevaba más de una hora tocando cuando terminó, dio una reverencia y comenzó a caminar hacia la barra, cuando pasó por al lado de Maki se detuvo de golpe.

— ¿Nishikino-san? —preguntó curiosa, la pelirroja solo la miró interrogante.

— ¿Te conozco?

— Oh, disculpa, soy Camille Faure, puedes llamarme Camille, Cami, o como te acomode, también estudio medicina en la Todai, y bueno, no hay estudiante de la facultad que no te conozca —respondió con una sonrisa.

—Ah, ya veo, lo siento, yo no te conozco… me encantó como tocaste, fue wow… es raro para mí que me sienta de esta manera, cualquiera diría que eres músico profesional y no una aspirante a médico.

—Gracias, y pues el piano siempre fue mi gran pasión, pero no quise hacerlo profesionalmente, ya que si trabajaba en ello podían ponerme limites y al final terminar odiándolo. Por eso entré a la universidad a estudiar mi segunda pasión y en mis ratos libres toco para pasar un buen rato.

—Ya veo…

Maki puso una mirada nostálgica, extrañaba tocar, hace más de un año que no lo hacía porque la frustraba, el no poder seguir con las lecciones y no poder practicar seguido le habían pasado la cuenta, ya no tocaba como antes, parte de su técnica se había ido, lo que antes le salía a la primera, ahora debía leerlo una, dos, diez veces, y ni hablar de componer.

— ¿Quieres tocar un poco? —Preguntó la rubia indicando al piano—. Tengo entendido que tocas.

— ¿Ueh? Hace mucho no lo hago —desvió la mirada—. Es algo aterrador que sepas eso.

—Qué esperabas, eres una especie de celebridad en la facultad —sonrió—. La gran Nishikino Maki, heredera de uno de los hospitales con más prestigio en Japón, bella e inteligente, la mejor de la promoción, la mejor nota de ingreso.

—Haces sonar como si fuera perfecta —bufó— ¿De verdad puedo tocar?

Quizás eso era lo que necesitaba, algo en su interior se lo decía, necesitaba sacar todas esas emociones, esos recuerdos, anhelos. La rubia asintió y la guió. La gente comenzó a guardar silencio para presenciar la actuación.

Maki se sentó, comenzó a acariciar el teclado, suspiró y dejó que sus dedos gritaran todo lo que llevaba guardado.

La melodía comenzó suave pero melancólica, era el Nocturno op 72 de Chopin, siempre le había gustado esa obra, se dejó llevar por sus emociones, quería estampar el cómo se sentía en la melodía, cerró los ojos disfrutando el momento. Todas las personas en el local estaban sorprendidas por la interpretación, era simplemente magnífica. La rubia tenía una expresión seria, la música de Maki estaba hablando, ¿Qué tanto había sufrido esa chica? Estaba ensimismada en su belleza, tocaba hermoso y con elegancia.


—Esa canción, esa forma de tocar —dijo una pelinegra en la cocina, no cabía duda, varias veces a escondidas había escuchado a su tsundere tocarla. Dejó lo que hacía y salió de la cocina, quería confirmar sus sospechas.

—Maki-chan…

Soltó sorprendida, hace casi 4 años no la veía, la menor se había encargado de romper todos los lazos que la unieran a u's y había desaparecido de la faz de la tierra. Nico sintió como palpitaba su corazón, a pesar del tiempo que había pasado, seguía sintiéndose de esa manera, solo bastó verla frente al piano para saberlo.

Maki terminó de tocar, y sin siquiera esperar que el público aplaudiera, comenzó con otra pieza. Noctuno op 37.

La pelinegra sin notarlo comenzó a llorar, siempre se emocionaba al escucharla

"Tan cerca, pero tan lejos"

Susurró. Ya estaba terminando cuando 2 chicas entraban al local, lo único que escucharon fue el sonido de un piano, se dirigieron a la barra y se encontraron a Nico llorando viendo fijamente hacia el centro, giraron su cabeza y se encontraron con la fuente de aquellas lágrimas.

—Maki —dijo Umi con un susurro audible para su acompañante.

—Se ve… distinta —susurró ahora Eli.

La melodía terminó, el sonido cesó y Maki seguía con sus ojos cerrados. El público comenzó a aplaudir, algunos hasta de pie, Camille observaba en silencio el comportamiento de la pelirroja, ésta seguía sin moverse, de la nada lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. Nico al ver aquello comenzó lentamente a caminar hacía ella con la mano estirada, tratando de alcanzarla, pero antes de lograrlo Camille llegó corriendo, bajando a Maki del escenario. Al bajarla la abrazó y comenzó a consolarla mientras la pelinegra observaba en silencio, sentía que algo en su interior se había roto, esa cercanía, era dolorosa de ver.

—Debemos hablar con ella Nico.

Sin notar sus dos amigas se habían puesto a su lado, dispuestas a ir a hablar con la ex compositora de u's.

—Nishikino, ¿Te encuentras bien? Tal vez no debí pedirte que tocaras, lo siento —se disculpó la rubia.

—Descuida, de verdad… me ha servido, gracias.

La pelirroja la miró ahora sonriendo, se sentía liberada, tal como pensaba, quizás no era buena con las palabras, pero siempre había sido fácil dejar salir todo a través de la música.

— De verdad eres buena, a pesar de pasar tiempo sin tocar pudiste tocar de esa manera —dijo ahora Camille sorprendida, el nivel de su compañera la había dejado sin palabras.

—Siempre ha sido así de sorprendente —respondió Eli, haciendo que Maki la mirara con emociones encontradas—. Tiempo sin verte, Maki.

—Ha pasado un tiempo Maki —dijo ahora Umi, que había aparecido atrás de la rubia—. Es bueno verte.

— Eli, Umi, sí, ha sido un tiempo —no sabía que decir, las extrañaba pero a la vez estaba algo molesta por su ausencia. Las recién llegadas quedaron observando a la chica que no conocían, ésta lo notó y se presentó.

—Hola, soy Camille Faure, suelo venir a tocar aquí y estudio medicina en la Todai.

—Sonoda Umi —se presentó la peliazul, no sabía que mas decir.

—Ayase Eli —la siguió la rusa.

—Ayase, creo que te he visto antes, ¿Por casualidad no fuiste la reina cisne en el "Lago de los cisnes" que hizo el ballet de Tokio hace unas semanas?

Maki la miraba perpleja, ¿Su amiga era tan exitosa? Eli se encontraba sonrojada.

—Sí, yo fui la reina cisne —desvió la mirada—. Soy la bailarina principal de la compañía —terminó mientras jugaba con sus manos.

—Wow, Nishikino conoce gente importante, aunque no me sorprende.

—Sí, como digas —la nombrada miró a sus amigas— ¿Qué hacen aquí? ¿Acaso están en una cita o algo? —Terminó mientras comenzaba a jugar con un mechón de su cabello.

—Como siempre tan especial —dijo Eli— ¿No sabes de quién es este lugar?

Y como si lo tuvieran todo planeado, la pelinegra apareció.

—Maki-chan, ha sido un tiempo, pequeña tsundere, no es como si me alegrara de verte o algo.

—Y Nico como siempre, no es sincera —dijo ahora Umi—. Estabas llorando cuando llegamos.

— ¡Calla! Tenía una basura en el ojo, no era porque la música de la cabeza de tomate me emocionó

—Ustedes son divertidas —soltó Camille—. Hola Yazawa-san.

Maki seguía en silencio, ¿Cómo había pasado aquello? De un momento a otro se había encontrado con tres de sus antiguas amigas, no solo eso, una de ellas era la pelinegra que no podía dejar de ver en la preparatoria.

"Si supieran que tan solo unas horas atrás he intentado matarme, ¿Qué me dirían?"

—Hola Nico-chan, es un lindo lugar, tienes buen gusto, debo admitirlo.

—Con quién crees que hablas, ojos rasgados, soy la gran Nico después de todo.

—A pesar que ya tienes 24 años sigues hablando de esa manera, me pregunto cuándo madurarás.

Nico rodó los ojos e invitó a sus amigas y a Camille, a sentarse a una mesa, la última se disculpó diciendo que tenía algo que hacer, se despidió y se fue del lugar, la pelinegra llamó a uno de sus empleados para que les sirvieran y comenzaron a conversar.

—Maki, ¿Qué ha sido de ti? Hemos tratado de contactarte pero no hubo caso —preguntó la rubia.

—He estado ocupada con la universidad, me gasta bastante tiempo —se excusó— ¿Y ustedes? Al parecer les ha ido bien.

— Pues he heredado el Dojo, era lo que se esperaba de mi, ¿No? —Sonrió melancólica— aunque no hago solo eso, también escribo, pero bajo un seudónimo, no puedo dar a conocer mi verdadera identidad.

Umi soltó un suspiro y Maki la miró curiosa.

— ¿Por qué no puedes publicar con tu nombre?

—Porque si mi familia se entera me desheredarían, aunque no es eso lo que realmente me importa, me harían un favor si me quitaran el Dojo, lo que no quiero es decepcionarlos, sólo un circulo cercano, puras ex miembros de u's, conocen la verdad —desvió la mirada a sus amigas.

— Suena algo problemático, pero ¿Por qué tanto recelo?

—Si lees una de mis novelas lo entenderás, mi seudónimo es Kaoru Hirakawa.

— ¡¿Tú eres Kaoru Hirakawa?! Wow ¡Eres una escritora de best-seller! No he leído tus libros pero sé que el último generó bastante debate, aunque realmente no sé de qué trata ni ese ni los demás, lo siento, he estado algo desconectada del mundo.

—Por favor, no lo grites —susurró Umi algo avergonzada— ya dije que era un secreto, sólo Eli, Nico, Honoka, Rin y Hanayo lo saben, bueno, además de mi editora —suspiró— lo polémico de mi último libro es que tiene dos chicas que se aman. Aunque siempre ha habido novelas ligeras y mangas lésbicos, por alguna razón la que escribí ha tenido más impacto, ni yo lo entiendo.

—Tu historia es bastante cruda y realista Umi, supongo eso es lo que genera el debate —argumentó Eli.

—Sin mencionar que tiene partes bastante cursis, dignas de Sonoda Umi, es decir, tiene de todo —siguió Nico.

—Wow, ¿Nico leyó una novela? —preguntó sorprendida la pelirroja, ganándose una mirada de muerte— En parte entiendo por qué quieres guardar el anonimato —miró a su otra amiga— ¿Y qué hay de ti Eli? ¿Bailarina principal?

—Sí, bueno, ya sabes que cuando me gradué me fui a Rusia para estudiar ballet, estuve allá 3 años, luego volví y seguí practicando aquí, en una compañía pequeña, luego de una presentación el director del ballet de Tokio se me acercó y me hizo la oferta, y bueno, aquí me tienes.

—Y yo me gradué de Gastronomía y puse mi propio local, ha ganado fama y tiene una buena clientela.

—No te he preguntado Nico-chan —suspiró— pero me agrada saber que también has logrado lo que te propusiste.

—Tsk —soltó un bufido la pelinegra.

— ¿Y las demás? ¿Saben algo de ellas? —la ignoró Maki, la mayor solo rodó los ojos.

—Rin, Hanayo y Honoka suelen frecuentar por aquí también, Nozomi está en América del Sur, al graduarse de astronomía recibió una oferta para trabajar en TAO, un observatorio de la Todai —soltó una mirada nostálgica— a pesar de ser tan cercanas solo me enteré unos días antes de que se vaya, no hablamos mucho desde entonces.

El ambiente se puso un poco incómodo, la peliazul al ver que nadie hablaba decidió romper el silencio.

—Kotori también está fuera del país, hace 2 años que se fue, sus diseños son bastante populares en Europa.

—Ya veo, así que en general, todas han conseguido lo que deseaban ¿Eh? —bajó la mirada y comenzó a jugar con el contenido de su copa— me alegra que les vaya bien.

Volvió a guardar silencio. "¿Por qué yo no puedo luchar por mis sueños también? ¿Por qué soy tan cobarde? Maldición, después de todo mi vida si es una miseria." Apretó los puños y comenzó a temblar levemente.

— ¿Maki? ¿Está todo bien?

La rubia miraba preocupada a su amiga, no había olvidado lo ocurrido hace unos minutos pero no sabía cómo sacar el tema, sabía cuan reservada y terca era la pelirroja y no quería poner las cosas aún más raras. Maki la miró nerviosa, había olvidado que se encontraba en ese lugar y por lo mismo no había ocultado sus emociones.

— Sí, no te preocupes —miró la hora, no era tan tarde, pero aún así podría usarlo de excusa— lo siento chicas, debo irme, es tarde y tengo unos reportes que terminar para el lunes.

Nico la observó un poco molesta, era obvio que las había estado evitando y lo de la hora, pensaba ella, no era más que una excusa. "Ahora que te he vuelto a ver, y me has hecho sentir nuevamente de esta forma, no te dejaré huir Maki-chan, no dejaré que te vayas de mi vida." La pelirroja notó que la mayor la miraba, se sintió un poco incómoda al tener tanta atención.

—Bueno, que estén bien, fue un gusto volverlas a ver.

Maki se paró y comenzó a caminar hacia la salida, sin siquiera esperar la despedida de sus amigas, Nico se le acercó corriendo.

—Maki-chan, espera —la pelirroja la miró con cara de pocos amigos. Ignorando su expresión siguió hablando— tu número.

— ¿Eh?

—Que me des tu número, no dejaré que desaparezcas nuevamente.

Al escuchar esas palabras, su respiración se agitó y comenzó a sentir una calidez en su pecho, aún así tenía emociones encontradas, se sentía confusa, molesta, deprimida y extrañamente, feliz.

— Ok, ten —escribió su número en un papel y se lo pasó— sólo no molestes mucho, ya dije que la universidad no me deja tiempo.

Y sin esperar más, abandonó el lugar.


Hace unas horas que había vuelto a casa, se encontraba sentada en la cama con la laptop, revisaba nostálgica fotos de su estadía en la preparatoria. Fotos con sus amigas, fotos con ella. Se detuvo en una en particular, era de ambas, de cuando grabaron el video de Mogyutto "love" de Sekkin Chuu!, estaban con sus chocolates, aquel día, por "fanservice" como dijo Nozomi, quién había sido la camarógrafa, ambas debían entregarse chocolates de San Valentín. Aún recordaba los nervios al grabar la escena, al estar tan cerca de ella, la simple acción de darle chocolates y todo lo que se suponía conllevaba aquello, aunque fuera actuado, ella lo había sentido real, después de todo en ese momento —y al parecer, ahora— tenía sentimientos confusos por su senpai pelinegra. En esos tiempos era evidente su atracción mutua, aún así nunca dio el siguiente paso, por miedo. La mayor era tsundere, pero mucho más transparente con sus sentimientos, no se avergonzaba de aquello, ella en cambio tenía miedo de mostrar lo que sentía. Sabía que su familia nunca lo aceptaría, aunque normalmente evitaban dar comentarios que fueran polémicos respecto al tema —las figuras públicas deben guardar las apariencias, decían— sabía muy bien su posición. Ahora tenía un poco mas de libertad, vivía sola y sus padres sólo le pedían rendir en la universidad.

— ¡Soy mayor de edad maldita sea! —gritó dejando salir su frustración—. Quizás por una vez en mi vida podría hacer lo que deseo, porque aún la quiero, ¿Cierto? —Suspiró y bajó la mirada—. Tal vez así dejo de ser tan miserable.

Comenzó a recordar el encuentro de hace unas horas, sus amigas habían seguido sus sueños y habían logrado alcanzarlos. Nico siempre decía que quería ser Idol, pero ella sabía que amaba con esa misma pasión la gastronomía, aunque le sorprendió que no hubiera sido Idol, ¿Lo habría intentado? Ya le preguntaría después. Nozomi… "¿Por qué se habrá ido? ¿Y por qué habrá roto su relación con Eli?" Pensó algo confundida, ellas siempre habían tenido una especie de atracción natural, así como ella con Nico, pero nunca lo mencionaron, ni siquiera dieron indicios directos alguna vez de ser homosexuales o algo —además de su clara actitud hacia la otra—. "¿Habrá pasado algo entre ellas?" Frunció el ceño, al parecer se había perdido bastante en su ausencia. De Umi sabía un poco más, bueno, más bien de Kaoru Hirakawa, al menos que era escritora y le iba bien, pero nunca hubiera pensado que ella sería Umi. Suspiró y dejó la laptop en el escritorio, se tendió en la cama y cerró sus ojos. Comenzó a respirar lento tratando de relajarse pero conseguía todo lo contrario. Al no tener su mente ocupada en otra cosa, se perdía en sus pensamientos y estos no eran buenos precisamente. Comenzó a desesperarse, sus demonios internos estaban atormentándola nuevamente, si seguía así se perdería por segunda vez en aquella tarde y eso era demasiado. Se paró de manera brusca y buscó sus apuntes, adelantaría sus informes, todo sea por tener las voces dentro de su cabeza en silencio.


Eso ha sido el primer capitulo, espero sus criticas~

Esta será una historia NicoMaki central con KotoUmiEliNozo, las demás musas sólo serán personajes esporádicos, o al menos eso planeo xD

La clasificación es T pero puede cambiar a M en un futuro.

Nos leemos~