Disclaimer: TRC no es mío, pertenece a Clamp.
Malva
El amanecer no hacía más que enardecer el paisaje: el sol surgía desde las profundidades del infinito, trayendo consigo cientos de coloridos contrastes. Rojo, naranjo, azul, blanco. Pero Subaru no se detiene a admirar el precioso momento, no. Subaru nunca tuvo tiempo para admirar las cosas bellas o los momentos lindos de la vida. De hecho, si pudiera, en ese mismo instante fijaría los ojos en el paisaje y se quedaría admirándolo, por horas.
Lástima que está ocupado tratando de digerir el hecho de que Seishirou-san está frente suyo, apuntándole con su espada. Seishirou sonríe y Subaru de repente siente la súbita y urgente necesidad de morirse.
"Quién diría que nos encontraríamos en medio de un paisaje tan inusual ¿no, Subaru-kun?". Seishirou sonríe engreídamente y Subaru siente que quiere matarlo y al mismo tiempo lanzarse a sus brazos y pedirle que lo mate, que acabe con todo. Ninguno de los dos se mueve. Seishirou tira la espada al suelo e inmediatamente la sonrisa se borra de su rostro.
"Tú sabes bien porque estoy acá". Es ese algo en su tono, que hace que Subaru recuerde. Él recuerda, el error que cometieron, las personas que engañaron, a quienes borraron del camino y el precio que pagaron por ello. Un escalofrío le recorre la espalda.
"Tienes que matarme, Subaru". Seishirou lo abraza, algo completamente inusual en él. Subaru responde con todas sus fuerzas, con todas las lágrimas que debe llorar y con todo el dolor que lo perseguirá durante esa y cientos de otras vidas más. "Adiós", le susurra al oído, antes de clavarle las filosas garras en medio del abdomen. Seishirou le da las gracias y murmura algo ininteligible que logra arrancarle una sonrisa.
Subaru no lo suelta de su abrazo ni un instante, ni siquiera después de que Kamui los encuentra a ambos tirados sobre la hierba, tiñendo el amanecer de color malva.
26/06/07
