Disclaimer: Los personajes y el mundo de Harry Potter no me pertenecen, J.K. Rowling es su única y entera dueña.
Este fic participa del reto "Amor a través de los tiempos" del foro "La Sala de los Menesteres".
Este es el primer drabble de una serie de cuatro que componen las diferentes generaciones de Harry Potter. Este primero pertenece la época de los fundadores hasta los personajes de 1950. La pareja: Minerva McGonagall y Dougal McGregor.
Espero que os guste :)
COMO A NINGÚN OTRO
Llegó a casa con la ilusión de hacer partícipe a su familia de la nueva dicha: su compromiso con Dougal McGregor. Pero su entusiasmo cayó en picado al ver a su padre observando a la nada por la ventana con la mirada ausente. Y Minerva McGonagall, muchacha perceptiva y cauta, decidió callar.
Esa noche, en la soledad de su habitación, Minerva no podía dormir. A pesar de su amor por Dougal, ¿era eso lo que ella quería? ¿Una vida a su lado, criando niños y ser ama de casa? ¿Ayudando a su marido en la granja? Esa misma mañana no había dudado cuando él, nervioso y sonrojado, se había hincado de rodillas y le había pedido que fuera su esposa. Pero eso había sido antes de contemplar a su padre taciturno. Y de alguna manera, supo que la historia se repetiría: su amor por un muggle, una vida de mentiras, la revelación de la verdad, el distanciamiento. ¿Sería capaz Dougal de amarla a sabiendas de su condición? ¿Aceptaría él que ella se hubiese casado sin haberle confesado la verdad? Desgraciadamente para Minerva, su único ejemplo ante la situación era la de sus padres.
No solo el ejemplo de sus padres parecía imponerse entre Dougal y ella; sino la ambición de Minerva y sus ideas modernas para la época que le había tocado vivir. Sabía que Dougal heredaría la granja de su padre y también estaba segura que él no querría acompañarla a Londres para que pudiera trabajar en el Ministerio. Sabía que una vez casada, su única ambición sería cuidar de la granja y de sus hijos. Por mucho que le doliese, debía de dar marcha atrás.
Pero a la mañana siguiente, cuando vio a Dougal McGregor caminar pletórico hacia ella (con la piel morena de trabajar en el campo, su ancha sonrisa, y sus pequeños ojos chispeantes), y la besó con delicadeza, Minerva McGonagall, que siempre se había considerado una joven fuerte, cedió ante su debilidad y se recreó en el beso.
Porque Minerva amó a Dougal como no quiso a ningún otro hombre, y porque lo amaba, supo que a veces, desgraciadamente, el amor no es suficiente para mantener una relación.
¡Espero que os haya gustado! :)
Eileen Black.
