Antes que nada NO PERMITO LA ADAPTACIÓN DE NINGUNO DE MIS FIC´S ASÍ COMO SEAN SUBIDOS EN OTRAS PAGINAS ETC... ETC. PARA ELLO PRIMERO CONSÚLTENLO CONMIGO!
¡Hola niños! Como saben he tardado en actualizar pero ha sido todo para bien, he hecho una nueva historia. Espero que sea de su gusto. Nunca he tocado un tema que sea más allá de los generos que por lo general suelo hacer el caso es que vi esta serie de Death Note y me enamoro (especialmente Ryuk con esa sonrisa tan linda! xDD)
ACLARACIONES: Death Note no me pertenece, Tsugumi Ōba y Takeshi Obata son los dueños (de haber sido mía Light nunca hubiera muerto y su reino hubiera prosperado :3. Pero la Historia y el drama que aquí presento sí! Es 100% salido de mi imaginación.
ADVERTENCIAS: lenguaje obsceno, violencia.
¡Gracias por leer!
~RECONOCIMIENTO~
Movía en forma negativa mi cabeza de manera constante, había olvidado por completo lo que ocurría a mí alrededor. Ya nada existía para mí en ese momento más que ese vil sentimiento que nacía de lo más profundo de mí ser. Las lágrimas escurrían de mi rostro mojado al igual que mis ropas. El ambiente era tan gris y sombrío como aquella escena que estaba viviendo. Temblaba de la impotencia que sentía, del dolor de perderla. Ver aquel cuerpo, tendido en el piso tan frió y miserable, levanto una de sus manos acariciando mi mejilla, tratando de tranquilizarme en vano. Al ver que no podría detener aquellas gotas saladas de que recorría sin tregua los costados de mis mejillas, me dedico una sonrisa, la ultima sonrisa que vería de ella ¡¿Cómo podía sonreír?! ¡Cómo es que podía hacerlo a sabiendas que ya no la vería nunca más! ¡Saber que jamás vería su rostro! ¡No sentiría su amor y cariño incondicional de madre! Emití una maldición a lo bajo… acurrucándome en su pecho, sollozando con fuerza.
Mis manos se volvieron puños, tratando de contener las miles de emociones que nacían de mi subconsciente, en mi ser. En mi cuerpo. Mi esencia que comenzaba a quebrantarse poco a poco– Eris-chan, hija…–levante mi rostro aun húmedo, busque la mirada celeste de la mujer, que trataba de decir algo, pero en las condiciones en las que se encontraba, le era muy difícil. Escupió un poco de sangre, tosiendo en el trayecto. Sus manos buscaron las mías, mientras me levantaba de mi lugar y observaba su cuerpo cada vez más palidezco de lo normal.
La persona que estaba conmigo en esos momentos, aquella que estaba por dar su vida por protegerme, mi madre, la única persona que tenía a su lado, Amane Misa. Su rubio cabello estaba cubierto por partes de lodo, al igual que su ropa desgarrada y mojada a causa de la lluvia que no cesaba para ese entonces. Su cuerpo estaba desangrado poco a poco puesto que el torniquete que había hecho no había logrado parar del todo la herida, y a pesar de haber llamado a emergencias, tardarían mucho en llegar. En cuanto a mí, estaba mil veces mejor que ella, estaba mojada y con algunos rasguños, la causa de estar en aquella circunstancia que había sido demasiado insulsa. Iba a ser atacada por un completo extraño, uno de los fans de mi madre a causar de ser considerada como una molestia para su carrera, morirá por mi culpa pensé en esos momentos, puestos que sus movimientos eran cada vez mas pausados y llegaba a ver cierta pelea con la muerta para lograr sobrevivir.
Desvié un poco mi mirada hacia lado contrario de donde residía, un hombre de edad mediana que me miraba intensamente, también respiraba lento a causa de una herida que logro hacer mi joven madre, varias veces había intentado levantarse para acabar con su cometido, pero en el fondo la que quería acabar con todo esto era yo. Solo yo quería acabar con el dolor de mamá… y de cierta forma el mío. Le toque el rostro antes de emitir su último aliento, de esta forma atrajo mi completa atención de nuevo a ella –no olvides… de quien eres hija –mis ojos se abrieron hasta cierto punto que las lagrimas cesaron. Sentí de pronto una fuerte opresión en mi pecho, y justo antes de responder a su deseo. Cerró los ojos de manera automática… mientras la lluvia caía sobre ella, lavando la sangre que emanaba de su cuerpo y del mío. Me incorpore de mi lugar con cierta torpeza, llegando hasta donde residía el hombre… no era consciente de lo que hacía. Su arma estaba junto a él, y estaba segura que trataría de acercarse para acabar con su cometido.
–Aparece…–solté sorprendida por mis propias palabras, dejando escapar insólitas lagrimas a mis alaridos–, sé que estas ahí
–Estúpida niña –me dijo el tipo en tono de burla–, no hay nadie aquí… ¿has perdido la razón?
– ¡se que lo estas presenciando todo!
–Descuida, pequeña… pronto estarás con Misa-chan –lo mire incorporarse con lentitud y esbozando dolor en su rostro.
– ¡Aparece maldito Shinigami de mierda! –alcance a gritar antes de que se abalanzara en contra mía… por unos instantes me perdí en mi mundo… Misa no estaba muerta y me decía con suaves palabras que todo estaría bien, pero sabía que no era cierto, que no era ella quien me profesa esas palabras de aliento, había muchas personas a mí alrededor, unos sujetos me estaban atendiendo mientras que unos cuantos, tomaban notas de la cruel escena. Ni siquiera yo supe que había sucedido con el atacante, todo fue demasiado rápido. Solo supe que seguía lloviendo, un ligero olor a metal se había impregnado en el ambiente y sentía el cuerpo pesado.
–Todo estará bien pequeña –escuche una voz a lo lejos, aunque no sabía a quién pertenecía. Solo miraba unos incesantes ojos amarillosos y una sonrisa burlona que parecía complaciente con tal solo ver mi estado.
–… no deberías decir groserías… pequeña Eris… –desvié mi mirada a un costado mío ligeramente, había dos sabanas blancas que cubrían a dos cuerpo. Cerré mis ojos dejando que la sensación de vacio se apoderara de mi cuerpo.
11 AÑOS DESPUÉS
Caminaba tranquilamente mientras veía a mí alrededor a las personas ir y venir, una a una. Se veían intranquilas y deseosas de llegar a su destino. Unas cuantas con una gran sonrisa en su rostro, o con una ligera capa de angustia y tristeza. Escuchaba las conversaciones a mí alrededor quejándose del día o de alguna decepción amorosa, combinándose de manera parcial con los claxon de los autos de la avenida donde transitaba. Se escucharon las noticias en una de las gigantescas pantallas del lugar, advirtiendo de un asesino que hacía de las suyas hacías más de tres meses que se les escapaba de la policía con gran inteligencia. – ¡aah! Que miedo, así ya no podremos salir a gusto –escuche a mis espaldas.
– es una lástima que hayan atrapado a ese sujeto que siempre los mataba, hahahaha ¡Estoy seguro que Kira los hubiera aniquilado! –dirigí mi vista hacia los sujetos que habían hablado recién, tenían en cierta forma razón, era una lástima que hubiera sido atrapado, no… era patético… el mundo se había negado a vivir en una nueva era de paz y armonía, ahora solo le restaba morir pudriéndose cada vez más con es nauseabunda gente de la que estaba repleta: asesinos, violadores, estafadores, mentirosos, avaros ¿Debía continuar? Volví a mi camino desviando mi mirada hacia la criatura que caminaba detrás de mí un ser demoniaco como cualquiera lo hubiera catalogado, pero yo no… en esos momentos era el único que podría hacer que mis deseos y los de mis padres realidad. Un shinigami, un dios de la muerte, con sus dos ojos amarillos brillando de manera siniestra, su cuerpo al descubierto dejando visible parte de su desnudo tórax y parte de los brazos, sus manos cubiertas de unos guantes de cuero, igual que sus pantalones y botas del mismo material negro. Alado con dos grandes y obscuras alas, con una gran sonrisa en su rostro en su cráneo de forma de una vaca con aquellos cuernos tan toscos y puntiagudos. Me toco el hombro haciendo que me detuviera al instante. Siempre hacia eso cuando quería decirme algo pero simplemente le ignoraba, aunque en esos días estaba actuando muy extraño, esa era la tercera vez en todo el transcurso del día y la tarde que me había detenido.
–Sabes que no me gusta que me hables en la calle… Krono-san –escuche una leve risa por parte del dios de la muerte. Le mire de reojo frunciendo el entrejo, ¿hasta cuándo sabría cual era su lugar? Solo era una marioneta más en mis planes.
–tu madre me pidió en el pasado que te cuidara, y eso es lo que he hecho hasta ahora, deberías estar más agradecida que he seguido a tu lado todos estos años… Yagami Eris… –comento con cierta burla en su voz, fruncí mi entrejo severamente, dejando escapar un bufido.
–Cuantas veces tengo que decirte que no me llames por ese nombre, sospecharían de mí, además eso ya lo sé, me lo has repetido hasta el cansancio –respondí usando un tono de voz neutro, me toque suavemente las sienes haciendo movimientos circulares tratando de relajarme en vano.
–Creo que te gustaría saber que te siguen –levante rápidamente mi rostro, girándolo con lentitud hacia atrás de mi, una sonrisa amplia apareció en este, ¡Finalmente se habían dado cuenta de mi existencia! De los actos que había hecho para que fueran conscientes de mi poder, del poder que me fue concedido, Krono me miro con cierta extrañeza al mirarme girar sobre sí misma, contoneando mi falda del uniforme de la escuela al unisonó que mis cabellos marrones.
–Sé que me has estado siguiendo, sal ahora mismo –espeté con firmeza cruzando de brazos, seguramente cualquiera hubiera tachado mi acción de valor y estupidez, pero eso era exactamente lo que quería reflejar. Salió de uno de los postes de luz una chica de cabellos negros que usaba el mismo uniforme que yo. Se veía avergonzada y hasta cierto grado para mi gusto con curiosidad, exprese una recia mueca no era ella a quien esperaba. ¿Es que acaso no sospechaba nadie de mis actos?
–lo siento, no era mi intención asustarte, pero creo que olvidaste que hoy tenemos reunión para terminar el proyecto que nos dejo Mifuto-sensei
– ¡oh! Lo siento lo había olvidado –respondí con una cordial sonrisa en el rostro y en tono de ironía.
–será en mi casa, las demás estarán en un momento allí, ¡vamos! –me tomo de la muñeca dirigiéndome el camino, esa niña era demasiado molesta, su piel era ligeramente suave y era un poco más baja que yo, su nombre era Fujimoto Shiori. Fruncí el entrejo con sutileza, había llegado recién a esa escuela después de que "mis padres" discutieron sobre mi esplendido desempeño estudiantil, cambiándome de inmediato de escuela a una privada. Todos me miraban como si fuera un bicho, un animal al que quisieran desaparecer, idiotas… ¡Si tan solo supieran con quien están tratando! Durante el camino, no dejo de decirme lo increíble que era esa escuela, los chicos y demás tonterías, las cuales ignoraba de manera inteligente. Desvié mi mirada hacia el shinigami que se reía a grandes sonetos al ver que estaba totalmente frustrada en aquella situación, solo quería llegar a casa, y hacer lo que cada día hacia, hasta que llegara el día en que todo comenzaría.
Llegamos a una casa de un insulso verde, Shiori abrió la puerta dejando entrar después de ella. La casa era amplia y limpia, con muchas fotografías e incesantes flores de varios colores. No había nadie, así que nos fuimos directo a su alcoba. Cerrando la puertas detrás de ella. – Es una suerte que no esté mamá o mi abuelo, siempre suelen ser muy curiosos con las visitas –me comento, deje mi mochila en una esquina, quitándome al mismo instante mi saco. – ¿vives cerca del colegio? –pregunto al ver que no salía nada de mi mas que silencio tratando de hacerme platica en vano.
–no, mi casa esta a media hora de aquí, siempre tomo el tren para ello.
– ¡vaya! No te preocupes, estoy segura que terminaremos pronto.
–jajajaja lo dudo –escuche a mis espaldas, atinado solo a fruncir el entrejo, aunque intuía que esta vez tenía razón Krono. Llegaron las otras dos chicas con la que haríamos el proyecto, Aino Minako y Sawada Juuri, ¡Eran unas completas inútiles! No podían hacer nada sin que yo les dijera como debían hacerlo, estaba ya al borde de mi paciencia, y al parecer Shiori se dio cuenta de ello, puesto que nos dijo que descansáramos un rato y fuéramos a su cocina por bocadillos, fueron todas abajo. Todas excepto yo que me quede a responder a una llamada de "mi madre". Deje escapar un leve bufido.
–jajajaja –me gire en dirección de la criatura que jugaba con sus huesudos dedos con una pequeña pelota de goma que estaba cerca de él. Hasta ese momento no había hablado y si lo hacía, solo era para hacerme molestar, me senté sobre la cama cruzándome de piernas y levantando una ceja a modo de pregunta– es interesante… muy interesante.
–¿Qué que es interesante, Krono-san?
–verte interactuar con ese tipo de chicas, aunque si tu madre estuviera viva te diria que salieras mas con chicas de tu edad
–mph… jajajajaja –me reí libremente haciendo que Krono me mirara con curiosidad–, deberías saber que no es la primera vez que hago esto, solo digamos que las estoy evaluando, saber si van a ser útiles para mis planes futuros, además, me ofende que digas tales trivialidades, tú sabes como yo que no tengo tiempo que perder, para mi es vital cada movimiento, cada paso, cada segundo que pasa, tu como yo tenemos una misión, ¡He nacido para ello, solo con esa finalidad!
– ¿Cuál es ella según tú?
– Seguir con su legado –respondí, con fuerza y voz viva. Deje que un pesado sentimiento se embargara en mí–, mi completa atención es solo alcanzar la meta de mis padres… aunque no sabes nada de esto, solo lo ves de una manera superficial, debes ver más adentro y…
– ¿Y?
–lograras ver el mundo como yo, solo imagínatelo por una vez Krono-san, ¡alcanzar la utopía! –exclame totalmente emocionada y excitada ante la imagen del nuevo mundo donde yo sería la diosa, determinaría quien puede o no puede hacer, y a diferencia de mis progenitores, mis primeros pasos rumbo al éxito estaban ya marcados. Salí del lugar seguida de Krono, sabía que si no bajaba comenzarían a sospechar, camine hasta la cocina, pasando por el recibidor, divise unos zapatos en la entrada que antes no estaban. Mas no le di la importancia que tenia, llegue hasta la puerta donde estaban mis compañeras platicando de lo más ameno con un hombre de edad avanzada, a su lado estaba otro de edad media y finalmente uno de más o menos mi edad. Todas parecían estar deslumbradas con el último, haciendo gestos iracundos y estúpidos.
Nadie se dio cuenta de mi presencia hasta que Shiori volteo a verme. Me sonrió ampliamente y con la mano me indico que me acercara. Avance hasta ellos sin muchas ganas, sentándome a un lado de esta.– abuelo, Touta-san, Hideki oni-chan, les presento a mi nueva amiga, Yuukimoto Eris-san –trate de mantener una sonrisa en mi rostro al escuchar ello ¿Amiga? Jajajaja ¡esta chica era demasiado bromista! Hice una leve reverencia ante los hombres los cuales imitaron mi acción. Aunque seguía al momento de levantarme, pude darme cuenta que Krono ya no sonreía, es mas, mantenía cierto aire tenso a su alrededor. Curioso, simplemente curioso pensé al ver su estado.
–Eris-san, ¿estás bien?
–sí, lo siento ¿qué decías?
–mi abuelo nos comentaba acerca del caso en que están trabajando
– ¿Caso?
–Así es Eris-san –respondió el hombre más joven–, trabajamos para la policía japonesa. – al escuchar solo eso sentí que mi corazón golpeo con fuerza mi pecho.
–a Eris-san le interesa trabajar como detective privado o algo así –respondió Juuri, tal parece quien había puesto atención, cuando me presente en clase y tuve que responder a toda clase de preguntas.
– ¡vaya! Es un trabajo duro y más si eres mujer –respondió el hombre que se hacía llamar Touta, fruncí el ceño al inmediato. Pero antes de responder abrio la boca el abuelo de Shiori.
–¡Matsuda! –le recrimino, esperen… ¿Matsuda?
–se llama ¿Matsuda? ¿Uno de los detective de la policía japonesa en el caso de Kira? –lo vi asentir nerviosamente, no pude siquiera tratar de no sonreír, hasta creo que grite emocionada por descubrir a aquel sujeto–, entonces ¿Usted es Aizawa Shuichi…? –volvió a asentir algo consternado, ¡Esto no podría ser mejor! ¡Al fin! Después de tantos años, ¡iniciaría la nueva partida! ¡El final de este juego!
–¿Kira? ¿Qué es eso de Kira abuelo? –pregunto Shiori.
–así se le hacía llamar a un sujeto que se dice obtuvo poderes sobrenaturales, ese fue un sobrenombre que adopto para poder burlar a cualquiera y de esa manera poder matar libremente a quien según sus ideales… lo merecía.– los hombres permanecieron callados al darse cuenta de mis conocimiento respecto al tema y hasta cierto punto vi que había una exquisita tensión en su rostro, que fácil seria destruirlos, sonreí por los crueles pensamientos, y tras una breve pausa agregue.– o por lo menos eso dicen los registros de TV Sakura.
–Parece que sabes mucho del tema –comento Aizawa con cierto recelo, como si tratara de adivinar el enigma que emitía, sonreí de manera inocente ante la inusual mirada.
–jajaja, es necesario saber lo que ocurre a tu alrededor Sr. Aizawa–conteste lo más amable posible, con voz suave al mismo tiempo en que fijaba mi atención al hermano de Shiori que parecía no dejar de mirarme–, solo quiero analizar el caso por mi cuenta, debo tener este tipo de conocimiento si quiero trabajar algún día como detective, además sería un buen tema a tratar para hacer la tesis de la universidad, aunque todavía falta para ello, quiero prepararme bien.
–Entonces podrías ayudarnos a descifrar como trabaja la mente de Gakuden Kuroji…–hablo Matsuda sorprendido por mis palabras, perfecto, cayeron, aunque Aizawa le dedico una mirada reprochadora, sonreí aun más para mis adentros.
– ¿el criminal que esta últimamente en las noticias? –sonreí entre líneas, incluso escuche la carcajada de Krono. Pero debía ser cuidadosa, no debía dejar que el Aizawa viera a través mío.
–no hemos podido dar con él, a pesar de todas las veces que hemos intentado dar el siguiente paso, es como si adivinara nuestro siguiente movimiento
–… de hecho su forma de pensar es muy pequeña y hasta cierta forma intuitiva. Tengo una hipótesis de acuerdo a al ataque que planea son claros y es fácil dar con su próxima víctima, solo piensen… siempre mata a hombres que cometieron un crimen mayor al suyo y que ha sido exonerado por algún juicio, además de tener un orden cronológico, un día asesina a la mayoría de las que fueron enjuiciados en fechas próximas al día que representa cada mes, es decir, el primer día, a todos los que cometieron delitos en enero, y hasta que acaba el día, los mata uno a uno, el segundo con respecto a febrero y así sucesivamente, hasta que llega el día doce y espera uno o dos días, y continua…
–No… nos habíamos puesto a pensar en ello, Matsuda fíjate en el registro de la oficina –asiente y toma la computadora portátil tecleando algunas palabras en esta, tras unos cuantos minutos, se la muestra. Su rostro ni siquiera trata de contener la sorpresa de mi hipótesis– es cierto… pero…
–eso no deja el caso de cómo saber cuál será su siguiente movimiento, lo sé, estoy estudiando la localización en cómo fueron las muertes, es como si hiciera un mensaje a través de este. ¿Tienen un mapa de la zona? –me acercaron un mapa, e inmediatamente marque los lugares que habían encontrado a las víctimas.
–pero… no hay relación en los lugares Eris–san, ya lo hemos intentado.
–es obvio que no a fondo… –exclame con superioridad, todos se sorprendieron por el tono de voz que use, hasta sentí a Krono acercándose hasta mí, rodeándome con sus largas manos huesudas mi cuello.
–Sospecharan si das información de más…–dijo al oído, sacudí mi cabeza y volví a sonreír
–Si en verdad ven a fondo los lugares no importa, es como si quisiera que dieran con él, jugar un poco mas con ello –sonrió al entender mi mensaje entre líneas "no importa, quisiera jugar un poco más con ello". Aumentando su carcajada siniestra. – solo miren, estos lugares se registran en el mismo día, y tiene un patrón de una extraña forma, una secuencia –todos siguieron a mis explicaciones, hasta unir los puntos y dejar un mensaje–…–todos permanecieron callados, vi a los hombres tensarse fuertemente. El color abandono a sus rostro, al instante que Shiori me dejaba en la mesa una taza de té y bebía de este con tranquilidad. Ella y las demás se habían ido a petición de Aizawa, les había dado instrucciones de como continuar el proyecto, así que deberían entretenerse con este dos horas más, hasta que ella bajo a ofrecernos algo caliente.
–Esto es raro…–finalizo Matsuda temblando deliberadamente. ¡Quería reírme en sus caras! Si mi padre viera la expresión en sus rostros seguramente también habría reído…
–"resurge como el fénix" –leyó en voz alta Aizawa.
–es cierto, aunque podría haber un mensaje entre líneas.
–Eres bastante buena en esto. –me respondió Hideki.
–gracias, aunque no fui de mucha ayuda.
–fuiste más ayuda que la mayoría del departamento policial, Eris-san
– ¡Oh! –exclame con fingida sorpresa, y veo el reloj en la pared, frunciendo el entrejo con severidad.
– ¿sucede algo?
–sí, lo siento. Ya es algo tarde debo retirarme, antes de que mamá enfurezca
–te acompañare hasta la estación de autobús.
–no, gracias, está bien así puedo irme caminando a la estación sola. Me alegro mucho de haberlos conocido. –justo en esos momentos apareció Shiori, seguidas de las demás.
– ¿ya te vas? –asentí.
–prometo venir mañana. Para ayudar con el proyecto –mencione con una sonrisa, me acompañaron hasta la puerta y la entrada de la casa, me despedí con un gesto con la mano, avance en la obscuridad a paso lento, mire de nueva cuenta la hora en mi celular.
Siete y media de la noche, sin duda algo Naomi se enfadara, llegue hasta la estación de tren donde compre el boleto, y tarde cinco minuto esperándolo, en cuanto llego me adentre y mire a mi alrededor, no había mucha gente, la mayoría estaba atenta a sus propios asuntos que ni se dieron cuenta de mi presencia. Deje escapar un suspiro al darme cuenta que llegaría en cuestión de segundos a mi parada. El tren anuncio mi destino y no dude en bajar inmediatamente de este. Camine con Krono a mi lado. Tal vez noto mi cansancio porque de un momento a otro me tomo entre sus brazos cargándome
– ¡Oye! –Grito aferrándome a él al estar sobre los cielos– pueden verme por si ya lo olvidaste
–si no llegas en estos momentos, Naomi se enfadara contigo, además tienes que caminar otras cinco cuadras… y se ve a lenguas que pesa tu mochila –atine solo a fruncir el entrejo, sentí mis mejillas arder por un instante. En el trayecto no hable. Ni tampoco Krono lo hizo, me bajo en cuanto llegamos a la entrada de mi casa. Saque la llave y abrí la puerta, entrando al poco rato y cerrándola.
– ¡Eris! –cuando me gire sentí la presencia de la mujer que abrazaba con sofocante fuerza. Me separe un poco de esta, mirándome con su castaña mirada con severidad. – ¿Dónde estabas? Me tenias muy preocupada.
–lo siento Nao… digo mamá, estaba haciendo tarea con unas compañeras, no me fije hasta ahora de que era ya tarde lo siento. –miro a la mujer suavizar su mirada, atinando solo a suspirar.
–Naomi, debes dejar a Eris-chan suspirar, ya esta grande… tiene 16 años, no es una niña. –apareció un hombre de edad media de cabellos negros y ojos del mismo color, fornido y más alto que yo.
– ¡pero Kyoya…!
–ve a tu cuarto hija, y baja en cinco minutos, pronto serviremos la comida.– asentí, ellos eran mis padres adoptivos, Yuukimoto Kyoya y Yuukimoto Naomi, se habían encargado de mí en cuanto se enteraron de la muerte de Misa, con el tiempo entendí que ella me entregaría a esa familia sin decirme nada con respecto al legado de mi padre biológico, y que ella se encargaría de hacer el nuevo mundo siguiendo sus ideales, pero no contó que le mataran, antes de cumplir sus deseos. Llegue a mi alcoba, donde me saque el saco y deje mis cosas tiradas. Me deje relajar un poco sobre mi cama, antes de ser llamada por Naomi, baje y llegue hasta el comedor donde comimos en silencio. Aunque ya estábamos acostumbrados a ese silencio. Agradecí por la comida y lave mi plato y vaso.
Subí de nueva cuenta a mi alcoba, dejándole unos dulces a Krono, unos caramelos de menta, me metí al baño donde tome una larga ducha. Deje que mis pensamientos y sentimientos me embargaran, hoy se cumplía once años desde que Misa me dejo la noble tarea de continuar con el legado de Kira, aunque creo más bien, que quería entregarme sin que supiera nada de Kira, la Death Note o el shinigami que había conocido, pero ya era demasiado tarde como para hacer algo en falso, mis pasos ya estaban claros al igual que mis próximos movimientos, entre ellos este 28 de enero… mi cumpleaños. Me seque mi cuerpo y me puse ropa cómoda para la noche. Saque mis deberes y trabaje en ellos hasta bien entrada la noche. Hasta las once y media para ser exacta.
– ¿Están ya dormidos? –pregunte a Krono.
–Sí
–Perfecto –me aleje del escritorio de mi alcoba, metiéndome en el closet donde había construido una pequeña abertura en la madera creando una segunda puerta detrás de donde solo yo conocía el contenido. Saque un cuaderno negro y uno más chico de color purpura. Me acerque a mi cama donde me acosté. – este día fue muy interesante ¿No te parece?
–pudo haberlo sido más, sino le hubieras dado pista de donde mataría ese sujeto.
– ¿Quién, Kuroji? La dirección es errónea, no atacara al nuevo centro comercial del que todos están hablando… sino a mi nueva escuela –respondo con una sonrisa amplia en mi rostro– solo quiero jugar con ellos, ya te lo dije… después de todo ese tipo solo es un peón.
–aun así creo que no deberías involucrarte mucho con esos sujetos, podrían interferir en lo que has planeado.
–lo sé… pero todo esto ya lo he previsto, es parte de mi plan que ellos sepan y duden si soy o no la hija de Kira.
–se mas clara Eris
–ves ese tablero de ajedrez –señale al juego de madera que estaba sobre mi escritorio con mis demás cosas, asintió–, bien… pues es este un juego parecido, una partida, ellos hicieron su último movimiento con mi padre, y no creyeron que volverían a jugarlo, sus expectativas, tácticas e ideologías las conozco, como piensan, como visualizan al enemigo, por eso debo hacer los primeros movimientos, Kuroji es el que más ha causado polémica, porque los anteriores no han sido tan enigmáticos para sus ojos…
–eso es porque los usaste en Estados Unidos, Europa y parte de Oceanía, sus muertes no fueron tan extrañas
–matarse todos los convictos unos a otros en el mismo día a la misma hora es… de admirar si me lo preguntas, lograr que ello suceda cada año justo el 28 de enero es algo muy polémico, están planeando algo lo sé, solo que esperan el golpe final para actuar.
–y ese sujeto tiene la clave para el despertar de Kira.
–Exacto…–comencé a escribir en el cuaderno de la muerte– ellos serán testigos del renacer de Kira… ya lo veras –le dedique una sonrisa al instante que guardaba mis cosas y apagaba la luz. El enemigo seria consciente de mi poder, y una vez más el mundo sucumbiría al poder de Kira. Ya que había escrito en la libreta la acción que cometería mi peón... Sonreí de sobre manera, ¡Light-sama, Misa-chan, estarán orgullosos de su hija, lo prometo! Krono se sentó a mi lado, esperando a que el sueño se apoderara de mi cuerpo.
Abro los ojos al escuchar el despertador, Krono me mira todavía adormilado. Lo ignoro de lleno, comenzando a alistarme para la escuela. Tomo mis cosas y bajo a la planta baja, donde mi padre y madre se están arreglando de igual manera para trabajar. Por una fracción de segundos nuestras miradas se encuentran– buenos días princesa –. Me dice Kyoya con su jovial sonrisa. Solo le dedico una leve sonrisa. Vaya que escogió bien Misa al dejarme con ellos, sabré como recompensarlos cuando la era de Kira resurja de las cenizas.
–Eris, es probable que llegue algo tarde. Estaré en mi doble turno en el hospital –me comento Naomi buscando las llaves del auto en su bolso.
–está bien mamá, no hay de qué preocuparse. –salgo de la casa, y Krono, me toma de la cintura y emprendemos el viaje, por lo general estaría asustada de que alguien me viera que estoy volando por los aires, pero aun es muy temprano y la mayoría de la gente todavía tiene demasiado sueño como para ver que una chica de preparatoria está volando por los aires. Me baja en cuanto llegamos al techo de la escuela. Suspiro un poco, arreglando mis ropas, miro el reloj con sorna. 7:00 a.m. Es temprano, aun… ya debió haber comenzado a jugar mi pequeña adquirían.
–pareces emocionada.
–lo estoy… solo espera un poco mas y si mis planes suceden como he planeado… todo pasara como lo he previsto –bajo las escaleras y llego hasta mi aula, hay algunos compañeros que están ya en sus lugares. Les doy los buenos días y me siento en mi asiento designado, es una suerte que este cerca de la ventana, así podre ver algunos movimientos extraños que pueda percibir. Al poco rato suena la campana llenándose el salón con todos mis compañeros. Y llega el profesor detrás de ellos, la clase paso más lento de lo que puedo decir, ello, o más bien es mi ansiedad lo que me hace que sienta que todo pasa despacio, comienzo a mover mi lápiz en forma nerviosa, constantemente viendo el reloj de la pared que parece ir cada vez más lento a adrede, sin mencionar que Krono como siempre se acerca a los demás intentando hacerles alguna broma.
Tras cuatro horas después de clase, anunciaron el descanso, por fin… me levanto de mi lugar, y antes de poder irme por mi cuenta. Aparece Shiori tomándome de la muñeca para ir con ellas, fui con las chicas a la cafetería que está en la planta baja, pero antes de poder llegar, la mayoría de los alumnos regresan corriendo despavoridos a la dirección a nuestra. Las chicas se miran unas a otras confundidas mientras siento que Krono me mira y me señala afuera, gire en cuanto entendí su mirada, trataba de advertirme de algo. Me acerque a la ventana logrando ver la entrada. Pintada de un rojo seco y translucido que parecía avanzar entre la pared, estaba fresco… siento mi corazón latir con fuerza, y trato con todo mi autocontrol de no sonreír.
– ¡Eris! –escucho a mis espaldas y antes de poder hablar, es Juuri quien me toma del brazo, haciendo que corra detrás de ella. Escucho leves gimoteos y sollozos. Paso mi rostro de nueva cuenta por la ventana y veo quince o veinte cuerpos desangrándose en el patio… abro mis ojos a todo lo que da, siento mi cuerpo pesado y un leve mareo. Abren de golpe un salón… creo que es el laboratorio de ciencias y nos adentramos a él. Cerrando detrás mío. Paso mi vista al shinigami quien con su mirada esta pidiéndome una explicación de las cosas.
–… ¿qué escribiste en la libreta? –pregunta irritado. Frunzo el ceño, no tengo por qué contestar a esa pregunta.
–mmm… ¿que… que haremos? –escucho a mis espaldas en voz baja, Minako esta temblando en lagrimas al igual que Juuri.
– ¿por que venimos aquí? –pregunto al parecer muy alto porque Shiori me pone su mano en mi boca, y hace con su mano libre una señal que permaneciera en silencio. Con sus ojos me indica que vea el reflejo de los cristales del salón… hay alguien en el pasillo, una silueta muy gruesa para tratarse de una mujer. Debe ser de un hombre…
–es… el criminal del que hablo ayer mi abuelo –me susurra al oído.
–tenemos que salir de aquí
– ¿Cómo? La única salida es esa… –señala Juuri con su dedo a la puerta del lugar, Krono me mira en desaprobación, esto será más divertido de lo que creí.
–hare de señuelo
– ¡¿qué?! –dicen al unisonó el trió de idiotas más el shinigami.
–debe de estar en el ala este de la escuela en estos momentos –nosotras estábamos en el epicentro del edificio–, debe de estar por subir a las escaleras. Ya casi estamos cerca de la cafetería, bajen las escaleras y en cuanto estén allí, vayan a algún lugar seguro
–pero Eris… es muy peligroso.
–está bien, solo hagan lo que digo
–Este no es momento de tratar de hacerte el héroe –me dice Minako tratando de sonar sensata.
–no lo estoy haciendo, no estoy jugando ningún papel, simplemente que parece que la única que es consciente de la situación aquí soy yo… tal vez también Shiori –me dedica una leve mirada suplicando que siga y trate de convencerlas–, es necesario irnos de aquí inmediatamente, o de lo contrario estará aquí de nueva cuenta en cuestión de segundos.
–pero…
–Eris-san tiene razón –volteo a Juuri quien asiente y finalmente Minako quien aun no está muy convencida, me levanto con suavidad de mi asiento y camino a gatas hasta la puerta abriéndola un poco, no hay nadie… con un gesto en la mano le indico a las chicas que avancen. Abro por completo la puerta, salen seguidas de mí, pero aun agachadas.
–bien, tenemos a lo mucho cinco minutos, salgan y traten de localizar a algún profesor que pueda ayudar a sacar a los demás… Shiori –se sobresalta de su lugar–, quiero que en cuanto salgas y estés a salvo llames a tu abuelo, es necesario que este aquí para que se lleven al sujeto, ¿Entendiste?
–pero… ¿No iras con nosotros?
–había muchos de nuestros compañeros que deben estar en el aula con sus obentos… no saben de la situación, debo ir a ayudarlos…
–Eris-san…
–Estaré bien, ahora haz lo que te he pedido–asiente temerosa, me vuelvo hacia el pasillo y avanzo detrás mi siguen ellas, veo por la esquina, no hay nadie. Le indico que avancen y lo hacen… no voltean para mirar y las veo perderse hasta que no hay rastro alguno de ellas. Suspiro con una inconfundible sonrisa de satisfacción en mi rostro, después de todo tal vez sean buenas adquisiciones esas chicas. Me levanto de mi lugar una vez que me fijo que no hay a mí alrededor.
– ¿Estás loca?
– ¡oh! Por favor Krono, esto es más interesante y divertido que solo ser unos simples espectadores ¿No crees?
–pero… exponer a inocentes, tu madre jamás lo hubiera permitido.
–no estoy exponiendo a ningún inocente Krono simplemente estoy dando un mensaje muy importante a los enemigos de Kira… –no me responde y avanzamos hasta las escaleras que dan al siguiente piso. Avanzo con cautela, escucho unos leves sollozos, abro la puerta con cuidado. Son alumnos de segundo año, con una leve señal les indico que no hay peligro y que deben salir, dudan un instante y finalmente salen, pero uno de ellos me detiene al ver que no voy con ellos– ¿hay alguien más en el edificio?
–no lo sé, unos profesores lograron salir con algunos, pero no sabemos…
–bien, bajen y esperen a la policía ya está en camino.
– ¿qué hay de ti?
–siguen algunos compañeros en mi aula… váyanse.
–pero…
–Se cuidarme sola –el chico me mira incrédulo, no quiere dejarme sola. Pero se va de todos modos con las otras chicas. Camino otro piso mas, poco a poco voy vaciando el lugar, todos ellos me miran como si trataran de decirme que es estúpido lo que hago, que debería unirme a ellos y esperar abajo, pero para mí no es una opción. Krono me detiene y me acorrala a una pared cubriendo mi boca. Frunzo el entrejo, y trato de liberarme de su amarre más me lo impide, es cuando me doy cuenta que la puerta del techo está abierta, se escuchan leves murmurios.
–Está arriba –aseguro al liberarme del shinigami quien asiente. Respiro hondo y libero el ligero aire que permaneció dentro de mí. Camino hasta las escaleras, abriendo la puerta en el acto. Recorrí el lugar con la vista no hay nadie alrededor. Antes de poder emitir una orden a Krono alguien me toma del brazo bruscamente haciendo que pierda el equilibrio y caiga al piso, por un instante deje que el dolor llenara mi cuerpo. El frio impacto del suelo, hizo que abriera mis ojos al instante… allí el corpulento hombre, tiene el arma dirigida a mi frente temblando de miedo ante la criatura que tiene al frente. Creyendo que así puede tenerme a su merced.
–… ¿Que… mierda eres? –dice nervioso. Krono me mira y suelta una de sus características carcajadas y me sumo a él contagiándome de su alegría.
– ¿así que le tocaste con un trozo del cuaderno he?
–no quería guardarme la diversión solo para mí, sabes que me gusta compartir mi alegría a los demás.
–¿Alegría? –Escupe con sorna el hombre aun manteniendo el arma contra mi– no jodas niña… tengo que salir de aquí antes de que la policía venga –veo mi reloj, las 12:45, amplio mi sonrisa y me levanto con algo de dificultad– ¿De qué tanto te ríes?
–dime Kuroji-san, las personas que murieron, las que tu mataste, ¿era necesario su muerte?
–…–me mira consternado.
–adivino… no querías hacerlo, querías matar a otros, cuyas muertes pudieras sacar provecho, y aun de que intentabas, peleabas por resistirte a matar a tus colegas pero no pudiste. Cada día de estos tres meses tu miserable existencia, te destruye por dentro… los asesinatos, los mensajes, escapar con éxito cada día sin que los policías puedan hacer algo… ¿Alguna vez pensaste en ello?
– ¡…cierra tu boca maldita idiota! –me alzo del cuello de mi saco golpeándome con el arma para después tirarme sobre el suelo, pero me incorporo limpiando la sangre que sale de mi boca.
–no saldrás de esta como las otras
– ¡Ja! Una cría como tú no sabe de esto –me explico con una burlo sonrisa– hay dos papeles que puedes jugar, ser mi rehén o acabar muerta como los que están en la entrada.
–vaya, que encrucijada… ¿No es así Krono? –escapo de su boca una risa siniestra, me levanto de nueva cuenta y comencé a moverme alrededor del sujeto– deberías estar más agradecido que he sido benevolente contigo, que he sido demasiado paciente, pero acaba hoy… hoy acaba mi amabilidad… –no a tino a responderme– Krono, se testigo de los limites que me he impuesto para poder este juego… haga lo que haga… no interfieras –asintió, y con esto comenzó a tocar el reloj de la escuela la 1:00 p.m. Lo vi alterarse frenéticamente, al tiempo en que guardaba el trozo de la Death Note en uno de mis bolsillos. Me tomo del cuello estrangulándome con fuerzas… ni siquiera me opuse lo cual fue tan raro para él, me empujo salvajemente al alambrando y con este rebote con violencia cayendo al suelo. Intente incorporarme, pero me fue imposible porque Kuroji me había pateado el estomago haciendo que perdiera el aliento y se me dificultara mi hazaña.
– ¡niña tonta! No debiste entrar si no querías conocer la muerte tan pronto… descuida jajajaja –soltó una risa burlona, podía sentir el frio del acero de su arma contra mi frente, revise el reloj de mano que llevaba… diez segundos más…– no dolerá, ¡No a mí por lo menos! –cinco, cuatro, tres, dos…– ¡aaaaah!
Abrí con lentitud mis ojos, sentía algo caliente sobre mi pecho, mi ropa… incluso mi cabello, algo escurría sin tregua alguna. Parpadee un par de veces antes de poder levantarme, dije una maldición a lo bajo. Me dolía todavía el cuerpo por los golpes, había unos hombres a mi lado que parecían estudiarme con detenimiento. – ¡Eris! –escuche a alguien gritar mi nombre, era Shiori seguidos de su abuelo, las demás y Matsuda. Llego hasta mí abrazándome con fuerza.
–Shiori, me lastimas –murmure contra su cabello. Se alejo un poco de mí, pero volvió a abrazarme. Fue una suerte que Aizawa le tocara el hombro demandando en silencio que me dejara.
– ¿te encuentras bien?
–Solo son unos rasguños… estaré bien –me ayudo a incorporarme. Me fije mejor en mis ropas en cuanto Krono me lo indico. Estaba empapada de sangre, al igual que mi cara y parte de mis piernas. Desvié mi mirada al cadáver que estaba a unos metros de nosotros cubierto de una manta blanca. El Shinigami hizo un aleteo con sus alas permitiéndome ver como había muerto Kuroji. Camine en su dirección deteniéndome a modo de quedar a un costado de él. Había un inconfundible agujero en su cráneo, donde fluía aun una línea rojiza que parecía finalizar en un charco más grande. Pasaron mis ojos de este a mi reloj de pulsera 1:25 p.m. Trato de disimular mi sonrisa. Y concentrarme en el cadáver frente a mí. Pero es imposible en cuanto escucho a Matsuda gritar. Giro mi rostro para verlo. Esta en los suelos, temblando como el cobarde que es.
– ¡Eris-san mira! –me señala con el dedo Juuri en dirección a la entrada. Volteo e inmediato suena el teléfono de un hombre que está a un costado de Aizawa.
–Aizawa… parece que antes de venir aquí Kuroji fue a una de las cárceles de máxima seguridad liberando a dos reclusos…–alcance a escuchar.
–Mogi… de ¿quién se trata?
–es un asesino en segundo grado, su nombre Suichiro Kioshi y… Mikami Teru –así que se trataba del "manager" de Misa cuando estaba con mi padre… interesante. Se ve a distancia la atmosfera pesada llena de tensión en el aire. Todos están preocupados, todos temen por su vida… todos excepto yo… les doy la espalda y admiro la obra que ha realizado mi peón en la pared. Es tan hermoso… esta vez se lucio. Dejo escapar un suspiro enamoradizo, mirando cada palabra escrita en sangre: "KIRA"… solo espero que estén listo para mi siguiente acto.
Bien pues hasta aqui el capitulo. No duden en decirme que es lo que les gusto o no, es necesario para mi que me digan de ello vale?
¿Me regalan un review?
Nos estamos leyendo ;)
CiinDii
