COMO LA VIDA MISMA
La idea original de este fic surge de la película "Como la vida misma" de Greg Berlanti aunque la he modificado bastante. Los personajes pertenecen a Once Upon a Time.
¡Muchas gracias por leer!
CAPÍTULO 1
-¡Woww! Es increíblemente sexy…Que culo…y que…
-¡Emma por Dios! ¡Céntrate! No quiero que mi hija vaya con el pañal del revés todo el día –dijo girando el pañal en las manos de su hermana
-Esto lo tendría que hacer David que para eso es el padre –se quejó sintiendo de pronto los ojos de Mary fulminándola –Que sí que sí que soy la madrina y tengo responsabilidades…pero ¿por qué no está aquí a mi lado doña "culo perfecto" Mills? ¿Ella no tiene responsabilidades? Porque te recuerdo que es la madrina de Neal…
-Emma, Regina lleva todo el día ayudando…a vestir a los niños por la mañana, a revisar que no faltase nada de camino a la iglesia, ha tratado con el servicio de catering y lleva toda la tarde atenta a las necesidades de los invitados…
-Vale lo pillo…doña perfecta ha hecho todo y yo…
-Y tú no has hecho más que mirar su culo
-¡No he mirado solo su culo! –se defendió Emma haciendo reír a su hermana
-Anda coge a Neal, que le estás colocando los zapatos del revés a Kate
-Es que no sé ni por qué llevan zapatos si son muy pequeños…deberían ir descalzos ¿a que sí? –preguntó al pequeño levantándolo y juntando su nariz con la del bebé –y dejar el pie libre…para mover los deditos –el pequeño sonrió como si estuviera entendiendo lo que decía su tía -¡Ves! Sabe que tengo razón…
-¡Anda vamos! –le dijo su hermana levantando a la pequeña Kate y caminando hacia el salón
Regina abría y cerraba los cajones de la cocina en busca del dichoso abridor…la cocina de su hermano y su cuñada era tan grande que se podía perder en ella. Quizás el hecho de que Mary fuera una importante chef influía en ello pero en realidad a ella pocas veces le había hecho de comer fuera de su restaurante
-¿Buscas algo…Regina? –dijo una voz muy pegada a su espalda haciendo que se sobresaltase
Esa rubia otra vez…Regina no era una persona que se distinguiese por su amabilidad y cercanía. Más bien todo lo contrario, solía ser fría, sobre todo en un primer contacto y sin duda que esa rubia invadiese su espacio una y otra vez no le gustaba lo más mínimo. Mary le caía muy bien y se entendieron desde el día en que David las presentó pero sin duda su hermana era totalmente diferente…
A la morena le parecía realmente odiosa…no paraba de desnudarla con la mirada cada vez que se encontraban en la misma sala ¡incluso lo había hecho en la iglesia durante el bautizo! Parecía una engreída que iba por el mundo creyéndose irresistible. Odiaba a ese tipo de personas.
Se separó despacio creando distancia entre las dos y se giró para confrontarla
-Busco un abridor señorita Swan…quizás usted que vive de prestado en casa de mi hermano sepa dónde está
-¿Sabe? –Dijo caminando despacio hacia ella –Usted es una mujer increíblemente guapa… tiene un cuerpo que debería estar prohibido y desprende erotismo incluso sin ser consciente de ello… -Regina se vio acorralada entre la encimera y el cuerpo de Emma, que la aprisionaba mientras levantaba una mano para abrir el mueble alto que había detrás de la morena.
No dejaba de mirarla de una manera intensa y sus pechos se rozaban a cada respiración. Regina empezaba a sentir la boca seca y no sabía si eran las palabras de esa mujer o su voz ronca al pronunciarlas pero notaba como la excitación comenzaba a crecer en su bajo vientre
-Cuando se toca el pelo –continuó la rubia –cuando se muerde el labio, cuando sonríe…todos y cada uno de los hombres de esta fiesta se morirían si quiera por un beso suyo…y también las mujeres claro –dijo con una pequeña sonrisa –yo sin embargo –sus labios ya casi se rozaban y Regina los entreabrió esperando la acción y cerrando los ojos –creo que es un auténtico grano en el culo señorita Mills
Emma se separó de ella graciosa y la miró con suficiencia
-Su abridor, querida… -dijo tendiéndolo ante una Regina aún estupefacta que veía como la rubia dejaba la cocina
- Maldita estúpida –gritó golpeando la encimera
La tarde había pasado sin más incidentes para suerte de Regina, que desde el momento vivido en la cocina se sentía realmente incómoda. La rubia se pavoneaba por la fiesta dedicándole miradas burlonas de vez en cuando y eso la ponía histérica.
La mayoría de los invitados ya había abandonado la fiesta y solo quedaban los amigos más cercanos de la pareja y Cora, la madre de Regina y David. La verdad es que el matrimonio había conseguido unir a todos sus amigos con eventuales barbacoas y fiestas en su casa y tanto Regina como Emma se sentían en medio de una gran familia.
-La fiesta no se puede acabar aquí ¿no? –dijo Killian mientras llenaba su vaso con una botella de ron
-¡Claro que no! –grito Ruby sentada al lado de Emma -¿Rabbit Hole? –preguntó dirigiendo su mirada a Mary
-¡Oh! Ya me gustaría a mí… -dijo la morena de pelo corto –pero hay dos pequeños que no tardarán en despertar reclamando su comida
-Bueno pero los demás si ¿no? –dijo esta vez mirando al resto
-¿Usted no se anima Cora? La noche es joven –preguntó la rubia a la suegra de su hermana que se echó a reír
-Eres un amor Emma pero creo que ya estoy demasiado mayor para seguiros el ritmo
Regina puso una mueca de asco…hasta su madre parecía babear por la estúpida de Emma.
-¿Tú te vienes no Gina? –preguntó a su lado su mejor amiga
-Tink…la verdad es que…
-La verdad es que se viene –concluyó la rubia por ella –las madrinas tenemos que celebrar como es debido el bautizo de nuestros pequeños ahijados
-No se hable más –dijo Tink a su lado -¿tú te apuntas David?
-La verdad es que yo prefiero quedarme en casa por si los niños se despiertan y dan mucha guerra
-Cariño deberías ir a pasarlo bien…yo me arreglaré sin problemas…
-Mary los niños solo tienen un mes…y sabes que en cuanto uno se pone a llorar el otro lo acompaña…
-Yo puedo quedarme con tu mujer hijo… -interrumpió Cora
Ella vivía justo en la casa de al lado y desde que se había quedado viuda, cinco años atrás, David y Regina no la habían visto sonreír tanto como desde que los pequeños estaban en su vida.
-¡Pues todo listo! Mi querida suegra se queda conmigo y tú te vas a disfrutar de la noche que también te lo mereces –dijo mirando a su marido y dándole un delicado beso en los labios -¡Vigilad que ninguna lagarta se acerque a mi hombre! –gritó haciendo que todos riesen
Habían cogido taxis para llegar al Rabbit Hole ya que ninguno estaba en condiciones de coger el coche. Nada más entrar se dispersaron entre la pista, la barra y una mesa en la que dejaron sus abrigos y chaquetas.
-La hermana de David está para comérsela –dijo Killian a su lado mientras miraba hipnotizado los movimientos de la morena que bailaba en la pista
-Ni se te ocurra pirata –le susurró Emma a su lado girándole la cara –Esa mujer no compite en tu liga…
-Ni en la tuya blondie –le dijo riendo su amigo –te recuerdo que además de heterosexual tiene novio
-¿Tú lo ves por aquí? –rió la rubia dejando a su amigo plantado en la barra mientras se acercaba a la pista
Dos horas más tarde todos reían juntos sentados alrededor de la mesa. El alcohol había hecho su efecto en todos ellos y Ruby había propuesto un juego para acabar de animar la fiesta.
-¿En serio? ¿"yo nunca…"? Creo que la última vez que jugué a eso iba en el colegio… -dijo Tink a su lado
-Pues seguro que ahora es mucho más interesante que entonces… -rió Emma
Las preguntas surgían una detrás de otra cada vez más subidas de tono. Ninguno se cortaba y las intimidades de todos salían a la luz entre risas y comentarios jocosos por parte de Ruby.
Regina no era una persona a la que le gustase mucho hablar de su vida privada pero no sabía si era por el alcohol o por la comodidad de la gente con la que estaba pero el juego le estaba resultando de lo más divertido. Entonces una pregunta llamó su atención.
-Yo nunca…he fantaseado con tirarme a alguien de esta mesa –dijo Killian
Ruby y él alzaron su copa y brindaron riendo antes de beber. Emma levantó su copa y miró fijamente a Regina mientras bebía. Esta sintió un calor repentino subir por todo su cuerpo.
-¡Sigo yo! –Soltó la rubia dejando su vaso en la mesa –Yo nunca…lo he hecho contra la pared…
La mayoría levantó su copa y bebió entre risas. Regina no lo hizo y se sintió algo avergonzada por ello. Los comentarios que esperaba no tardaron en llegar
-¿Robin no es un "empotrador"? –le preguntó Kathryn riendo
-Tenemos una cama demasiado cómoda y grande como para utilizar la pared –contestó Regina altiva
-Pues no sabes lo que te pierdes –confesó Emma guiñándole un ojo
Regina cada vez se sentía más acalorada. Las preguntas seguían pero ella ya no les hacía caso. Emma y ella cruzaban miradas cada poco y de pronto se levantó sintiendo que necesitaba despejarse
-Voy a fumar a la puerta –dijo alejándose rápida de la mesa
David iba a levantarse con intención de seguirla pero la mano de Emma lo frenó.
-Ya voy yo, también me apetece un cigarro
El frío de la noche golpeó su cara haciendo que su cuerpo se destensase por un momento. La calle estaba en silencio y se acercó a la esquina del pub donde había un pequeño callejón para poder encender el mechero con facilidad.
Tras la primera calada dejó caer sus hombros y su cuerpo sobre la fría pared.
-Típico de los médicos –la asustó una voz a su lado –decís a vuestros pacientes que el tabaco no es sano pero sois los primeros fumadores
-Típico de los polis –la imitó ella –decís a vuestros detenidos que está mal acosar a las personas y sois los primeros acosadores
-Touché –le dijo Emma sonriendo -¿un cigarro para mí?
-No –le dijo segura la morena
Entonces la rubia le cogió el suyo de las manos y le dio una calada
-¿Sabes? Si yo fuese tu novio no te dejaría sola en un día de fiesta –soltó el humo y le devolvió el cigarro –ahí dentro la mitad de la gente te comía con la mirada
-¿Se incluye en esa mitad señorita Swan? –dijo dándole una nueva calada al cigarro
Emma sonrió pero no le contestó. Se mantuvo unos segundos en silencio y volvió a cogerle el cigarro que Regina estaba a punto de acabar.
-Así que nada de sexo contra la pared… -dijo con sonrisa ladeada.
Regina con gesto cansado se separó de la pared dispuesta a entrar de nuevo en el local cuando la mano de Emma la agarró por la cadera y la guió hasta una zona más oscura del callejón.
-¿Qué hace? ¡Suélteme loca!
Emma la empujó suavemente contra una de las paredes y la aplastó con su cuerpo
-Dime que no te mueres por probarlo ahora mismo –le dijo colando una de su piernas entre las de la morena
-Emma… -Regina cerró los ojos ante el deseo que la asolaba. Ella nunca perdía el control, siempre manejaba perfectamente sus emociones en cada momento. Pero allí, con el aliento de la rubia rozando su cuello, su olor, esa mano osada que se paseaba ya por su muslo no pudo más que dejarse llevar.
-Que bien suena en tus labios… -Emma intentaba manejar la situación aunque estaba muy excitada. Nunca se imaginó tener a esa morena entre sus brazos…había querido jugar un poco con ella pero no se esperaba sentirla tan deseosa y no se pudo contener.
Su lengua recorría el cuello de la morena y su mano se colaba silenciosa por debajo de su vestido. Se acercó a su oído y su voz se volvió más ronca de lo habitual
-Dime Regina… ¿qué es lo que quieres hacer ahora?
La morena llevada por la excitación comenzó a besarla bruscamente abriendo rápida su boca para recibir la lengua de la rubia. La agarraba con su mano entre los mechones rubios para que no se separase.
Regina no sabría decir si era por el alcohol, por ser su primera vez con una mujer, o por el lugar donde estaban, en el que cualquiera podía descubrirlas, pero nunca había sentido una excitación igual. Y todo se acrecentó en el momento en el que sintió la mano de la rubia llegar a su entrepierna y colarse dentro del tanga
-Mmmm –gimió dentro de la boca de la rubia subiendo las caderas para elevar el contacto
-Dios estás tan mojada…
Emma movía los dedos alrededor de su clítoris con maestría. Regina empezó a mover las caderas instando a la rubia a que fuese más allá.
-¿Estás segura?
-No dejes que me arrepienta y hazlo ya –le dijo la morena en una orden
Entonces sintió los dedos de Emma entrar en ella mientras con su pulgar seguía rozando su clítoris ya hinchado. Regina ya no era consciente del lugar en el que estaban y los gemidos salían sin control…
-Ábrete más –le pidió la rubia y ella subió una pierna rodeándole la cintura. Entonces Emma añadió un tercer dedo y comenzó un movimiento mucho más rápido…
-¡Oh joder! Joder Emma voy… -pero la rubia ya lo sabía, sentía las paredes de Regina cerrarse sobre sus dedos y arqueando su cuerpo la morena llegó al orgasmo.
Emma la besó intentando silenciar sus gritos y siguió moviendo sus dedos hasta que sintió a la morena correrse por segunda vez.
Regina no sentía sus piernas y sabía que de no estar fuertemente aguantada por la rubia se habría resbalado hasta el suelo.
Emma sacó su mano del interior de la rubia y se la llevó a la boca rozando sus labios suavemente. Luego besó a la morena que aún mantenía los ojos cerrados y gimió al sentir su sabor en la boca de la otra mujer.
Entonces la realidad la golpeó sin previo aviso dándose cuenta de lo que acababa de hacer ¿cómo se había dejado ir de esa manera? ¿En qué momento había perdido los papeles?
Se incorporó y separó delicadamente a Emma. No era capaz ni de mirarla a la cara, colocó bien su vestido, se arregló el pelo con la mano y se giró dejando a Emma parada en el callejón.
Entró en el pub y se perdió entre la gente…
