Quizás si no se hubiera implicado de aquella manera no tendría que marcharse.
Si hubiera separado su vida personal de su vida laboral y se hubiera estado calladita podría quedarse en casa.
No estaría alejándose de sus padres y sus amigos, quienes la despedían con lágrimas en los ojos.
No estaba siendo nada fácil, no quería llorar y que sus seres queridos se quedaran con esa ultima imagen suya. No era justo, por tanto lucho porque el nudo de su garganta y la tristeza no ganaran la batalla.
Tomo aire una vez más, y se despidió con la mano una ultima vez, para desaparecer por una pasillo que había cruzado mil veces trabajando y por el cual se tiraría una buena temporada sin volver.
Les dedico una última sonrisa, y sin más siguió su camino.
Camino por el cual se encontró con antiguos compañeros de trabajo, le abrumaba cuanto iba a echarles de menos. Y eso que aun no había entrado en el avión, donde probable es que se encontrara con una sesión doble de despedidas.
Aquel era el precio que tenia que pagar si pretendía seguir siendo azafata, y tampoco era el fin del mundo.
Peor hubiera sido si la hubieran vetado a nivel mundial, de aquella manera podía seguir ejerciendo su profesión, pero bien lejos, como habían pretendido sus jefes y él.
Ha decir verdad, si por el hubiera sido la habría hecho desaparecer de la faz de la tierra. Pero no quería acordarse de él, y menos si todavía tenía que dar las gracias por tener la oportunidad de rehacer su vida en otro país.
Por otro lado, siempre había amado Londres, así que aquello suponía una buena oportunidad para ella. Una única oportunidad, de no volver a cometer un tan solo error que la devolviera a casa y al paro.
No tardo en estar emocionada por el cambio, sintiéndose culpable de que aquel punto de inflexión que tan apenados había dejado a sus padres, tan pronto estuviera entusiasmándola a ella. Pero es que no iba a estar sola, allí tenía a quien la recogiera con los brazos abiertos, y estaba deseando volver a verlos.
Decir "Adiós", siempre implica decir de nuevo "Hola".
