Título: Algún día nos veremos en la Luna
Sumary: Un Hospital. Una joven que perdió a su madre. Y un chico que quería convertirse en la Luna. —"Sueño un pequeño milagro para nuestro final" /NaruHina-SasuHina
Advertencias: Historia basada en un one-short/OoC/Universo Alterno.
Pareja: NaruHina/SasuHina
Cantidad de palabras: 851/Cortesía de Magic Word en complot con Microsoft para hacernos creer que de verdad hay esa cantidad de palabras en el capítulo xD
Disclamer:Naruto no es mío, le pertenece a MasashiKishimoto. Todos los derechos reservados a él y a su editorial, que conste que nada de esto es lucrativo ni ilegal… Espero…
o
o
o
Tus labios se curvaron en una amplia y exquisita sonrisa, tu voz acariciaba la figura del viento con dulces tonadas. Las perlas de tus ojos buscaron en el cielo, entregando tus anhelos con esperanza, en ésta, una de la más preciada, acaecida de la oscuridad.
Porqué, mientras el ser que codicias ver te sonríe sin que puedas verlo, la belleza reinante del astro nocturno florece detrás de ti y aquella ventana.
Esta noche…
¿Se volverán a mirar…?
o
o
o
Prólogo
Sus largos cabellos de ébano se mecieron al ritmo que imponían sus caderas; caminando con natural sigilo, hasta posarse en dónde deseaba estar. La enorme ventana a su derecha mostraba el cuadro de una Luna Llena, exponiendo su seducción natural en una imagen digna de enmarcar.
El viento fresco de la noche trajo hasta ella un pétalo del cerezo que florecía afuera, con una inusual lluvia de tonos rosáceos en medio del paisaje noctámbulo. La doncella de largos cabellos extendió su mano, hasta tocar la suavidad de ese pétalo, reteniéndolo entre sus manos, disfrutando del tacto con la punta de sus dedos.
Un dulce suspiro escapó de sus labios, acompasado por un gracioso gesto, más enseguida sus manos fueron reclamadas, por un pequeño asomo de esa sonrisa acuosa que solía nacer antes de llorar.
Sus blancas manos enjuagaron las lágrimas de su rostro, repitiéndose a sí misma que ahora no tenía caso sentirse mal, a él no le gustaría y su esposo se podría enojar.
—Estoy en casa…—Escuchó decir. Su voz sonaba cansada y algo dispersa.
Su esposo. Aunque lo amaba y adoraba, en ocasiones como esa no le ansiaba la idea de corresponder a su saludo, y salir de su mundo de ensueños.
Un mundo dónde estaba ella, su herida, y entre ellos, una flor especial.
Sus pensamientos la llevaron lejos, a un lugar y muchos años atrás. A un sitio, cuyo recuerdo permanecía siempre vívido, las anécdotas en un hospital.
Días brillosos y cálidos, dónde un Sol anónimo hizo de su vida un verdadero caos... Pero a la vez le otorgó la dicha, la alegría, sentimientos y emociones que ahora compartía con su esposo, al cual no era capaz de amar más de lo que ya lo hacía.
Al hombre que ahora era su vida, su hogar y el progenitor de aquella hermosa criatura que sonreía en su cuna, esperando a su papá.
Comenzó a oír los pasos imponentes e inmediatamente supo que ya estaba tras de ella, rodeándola con sus fuertes brazos.
— ¿Qué sucede? —Interrumpió, mientras la acunaba con posesividad. Su voz tan grave embelesó sus sentidos, perdiéndose unos segundos en la tranquilidad que le otorgaba su presencia. —Estabas soñando despierta.
—Las flores —Señaló por acto reflejo, con su índice. Su rostro giró para depositar un beso casto en él, que le dejó insatisfecho.
Frente a ellos un precioso ramillete de flores blancas se hacía ver, abriendo sus capullos lentamente, conforme la luz de Luna continuaba colándose por el enorme ventanal.
Él pareció no darle importancia, sin embargo el agarre en su cintura aumentó levemente de intensidad; al instante ella se sintió obligada a calmarle, a recordarle cuán importante era ahora y que el pasado no le afectaba más, pero sabía que era en vano.
Ambos sabían cuán presente estaba esa persona entre ellos dos, aunque se negaran a admitirlo. No era solo ella, Sasuke también lo extrañaba.
Una fuerte sensación de nostalgia la invadió, al pensar en las veces que había tenido que vivir de esa manera; por desgracia las palabras no eran su fuerte, ni las de su marido, pero más allá de eso era consciente de que no importaba cuánto dijera…
No decía la verdad.
Aquél primer amor vivía entre ellos, pues Sasuke nunca había conocido su historia y Hinata no deseaba recordar los momentos tristes que tuvo que pasar. No hablar sólo incrementaba la distancia en su matrimonio.
A pesar de que su amor fuera distinto, y Sasuke fuera el único en quién podía pensar ahora, jamás podría negar a quién amó primero y cambió su vida por completo.
De reojo observó cómo, aunque tratara de aparentar tranquilidad, su semblante masculino lucía perturbado. Su marido no era alguien que se permitiría demostrar sus debilidades, pero ella sabía con exactitud lo incierto y angustiado que había mantenido al pelinegro durante todos esos años.
Suspiró, sintiéndose tonta.
Ver como hacía sufrir a su amado la tenía a punto de llorar.
—Mientras…—Llamó, rompiendo el incómodo silencio. —Mientras las veo, me hacen recordar. —Un brillo nostálgico apareció en los oscuros orbes negros de él, mientras una diminuta sonrisa se comenzaba a formar.
Sin palabras, esa persona comprendió su mensaje. Una página corroída por el tiempo, comenzaba su lectura final…
Quizás, había llegado la hora de la verdad.
— ¿Por qué están floreciendo en este momento? —Murmuró él, respirando sobre el cuello de la azabache, el peso de su cuerpo contra el de ella ocasionó que ambos quedaran apoyados sobre la cuna de madera, que sus amigos les habían regalado.
—Quizás, decidieron nacer para festejar a nuestro hijo. —El pequeño frente a ellos sonrió, intentando no estornudar, y resultando en un río de saliva en las comisuras del infante, distrayéndola por unos segundos. Su bebé recién nacido le observaba desde la comodidad de su lecho.
—Es justo como tú, Hinata…—Masculló molesto. Sin embargo la seriedad con la que su esposa admiraba esas flores le hizo perder toda intención. — ¿Tienes algunos recuerdos con esa flor?
—Sí… Es una historia que me gustaría poder contarle a este niño algún día. —Y ahora, posando la total atención de sus ojos color perla sobre él, le sonrió con ternura y un gesto algo nostálgico, cómo en los años cuando era tan tímida que le era imposible no tartamudear y sonrojarse. — ¿Quieres oírla? —Preguntó con temor. —Es acerca de mi primer amor.
—Si piensas ponerme celoso…—Exclamó, como una pequeña broma para aligerar el ambiente. Hinata se sorprendió de que Sasuke tratara de clamarla.
— ¡No! —Gritó completamente roja. O mortalmente adorable, según describa su único espectador del momento. —No es eso…
—Lo sé. —Comentó con simpleza él. La emoción denotada en las bellas facciones de su amada le hizo sonreír con altivez, dispuesto a no demostrar la felicidad interna que ella ocasionaba.
"Finalmente…"
—Verás, es una historia un poco mágica, Sasuke…
"El tiempo de conocer la historia que unía a Hinata Hyuuga y Naruto Uzumaki había llegado."
—Cuéntame…
"Y de cómo diablos terminó Uchiha Sasuke en el medio."
Esta noche… ¿Te apetece una conversación bajo la Luna?
o
o
o
N/Kou: Gay … Digo, me quedó muy cursi xD Siguiendo con las reediciones, he decidido que este fic también será reeditado para mejorar un poquito su coherencia; digo, ya que por pasarme de "poeta" a veces ni yo misma me entendía nada… Eso y que me he dado cuenta que a veces pensaba palabras pero no las escribía -.-U Y ahora sí… ¡A con todo por un final! Acabaré esta historia sí o sí, aunque e final original se haya perdido con mi compu… ToT Diablos, tenía una escena tan buena con Neji y Sasuke… Bah, al final, creo que podré escribirlo mejor. Les mando un saludo enorme y galletas ;D
PD. Edit 4/10/15. Si, lo sé, otra vez a editar xD
